Diferencias entre TAC y resonancia

La TAC y la resonancia o MRI son 2 técnicas de imagen diferentes, pero que a veces se utilizan de forma complementaria para detectar un cuadro. Aquí te mostramos en qué se distinguen.
Diferencias entre TAC y resonancia
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 31 mayo, 2023

La medicina ha avanzado de forma vertiginosa en las últimas décadas, permitiendo así a los profesionales observar los tejidos internos del paciente sin tener que recurrir a la cirugía. Muchos métodos diagnósticos utilizados a día de hoy son mínimamente invasivos y reportan muchísima información sobre el estado individual. ¿Conoces las diferencias entre TAC y resonancia?

Aunque ambas técnicas permitan observar el conglomerado tisular interior del paciente, muestran una serie de diferencias fundamentales. Sigue leyendo, pues a continuación te contamos los usos, las particularidades funcionales y las contraindicaciones de la TAC y la resonancia magnética.

¿Qué es una TAC?

Antes de explorar las diferencias entre TAC y resonancia, vemos de interés describirlas de forma extensa. Más tarde enfrentaremos a estas técnicas de imagen, pero antes es necesario conocerlas a nivel funcional. Vamos a ello.

La tomografía axial computarizada (también conocida como TAC o tomografía a secas) se define por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de la siguiente forma: ‘un procedimiento para el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X a fin de crear una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo’. Se trata de un tipo de estudio radiológico.

La TAC se vale del uso de los rayos X, una radiación corpuscular ionizante, invisible para el ojo humano, capaz de atravesar cuerpos opacos. La máquina encargada de llevar a cabo la prueba emite un haz colimado de rayos X (paralelos entre sí) que inciden sobre el elemento a estudiar, en este caso el paciente. El procedimiento se realiza a través de una estructura circular conocida como gantry.

El gantry es el cuerpo vertical de la unidad que presenta un orificio central, en el que se introduce la camilla de exploración con la persona acostada. Mide aproximadamente unos 70 centímetros de ancho. El haz de rayos X incide sobre distintos puntos del cuerpo mientras este es recolocado en diferentes posiciones en el espacio del gantry.

La radiación que no ha sido absorbida es recogida por los detectores de rayos X (situados en la posición directamente contraria al haz emitido), los cuales generan una imagen que se transmite a un ordenador. Tal y como indica el National Institute of Biomedical Imaging and Bioengineering, cada vez que los rayos completan una “rotación”, se construye una imagen en 2D del paciente.

La imagen no se obtiene directamente. Se utiliza una serie de técnicas matemáticas sofisticadas para construir una imagen 2D de la sección del paciente a partir de los rayos X.

¿Qué es una resonancia?

Las diferencias entre TAC y resonancia incluyen su precisión
Las imágenes obtenidas por resonancia magnética permiten detectar anormalidades mínimas en los tejidos seleccionados.

La imagen por resonancia magnética (MRI en inglés) es una técnica no invasiva que utiliza el mecanismo de la resonancia magnética nuclear (RMN) para obtener información sobre la estructura y el funcionamiento del organismo. Dicho de forma sencilla, la RMN aprovecha ciertas propiedades mecánico-cuánticas de los núcleos atómicos, la parte central de los átomos (y con carga positiva).

La imagen por resonancia magnética usa unos imanes muy potentes, los cuales producen un campo magnético que “obliga” a los protones del organismo del paciente a alinearse de cierta forma. Cuando se pulsa una corriente de radiofrecuencia a través del individuo, los protones se estimulan y se salen del equilibrio, haciendo un esfuerzo contra la atracción del campo magnético.

Todo este conglomerado terminológico puede sonar muy complejo, pero la idea central de esta técnica es la siguiente: cuando se apaga la corriente de radiofrecuencia, los núcleos de hidrógeno presentes en el agua del cuerpo (los protones citados) se alinean de nuevo con el campo magnético y liberan energía. Esta energía se detecta por una serie de receptores localizados en la máquina.

Al igual que en la TAC, la MRI se sirve de un aparato en forma de túnel, en el cual se introduce al paciente sobre una camilla. El artilugio contiene los imanes que crearán el campo magnético ya citado. A veces son necesarios líquidos de contraste que fortalecen las señales electromagnéticas emitidas desde las células del cuerpo.

La resonancia utiliza un campo electromagnético y un haz de ondas de radio. La información recibida se procesa y se muestra en forma de imágenes en un ordenador.

Las diferencias entre TAC y resonancia

Ahora que ya conoces cómo funcionan estas técnicas de imagen hospitalarias de forma somera, estamos preparados para explorar las diferencias entre TAC y resonancia por apartados. Verás que son más de las que en un principio parece.

1. La TAC utiliza rayos X, mientras que la resonancia usa campos magnéticos

La TAC utiliza haces de rayos X que son recogidos por detectores específicos una vez atraviesan el cuerpo del paciente. Por otro lado, la resonancia se sirve de un campo electromagnético y un haz de ondas de radio para modificar las propiedades de los protones del cuerpo, obteniendo así una imagen cuando estos liberan energía.

Aunque en ambos casos se utilice una camilla y un aparato en forma de donut con un espacio central, la distinción es clara. La TAC hace uso de rayos X, mientras que la resonancia (MRI) no. Esto es de vital importancia para entender los riesgos y por qué algunas personas se benefician mucho más de una resonancia según el cuadro clínico que presenten.

Las TACs utilizan radiación, lo cual puede llegar a dañar las células del cuerpo del paciente.

2. Los contrastes utilizados son diferentes

Las imágenes obtenidas tras realizar una TAC son generalmente en blanco y negro, por lo que las estructuras y los órganos del paciente se observan en una amplia escala de grises. La dificultad para distinguir matices evidencia que a veces es necesario utilizar contrastes, una serie de compuestos que se introducen en el cuerpo para conseguir que una estructura se distinga claramente del resto.

Hay dos grandes grupos de contrastes para administrar antes de una TAC, tal y como indica el portal MEDSIR. Estos son los siguientes:

  1. Contrastes positivos: absorben más cantidad de radiación (son radioopacos), por lo que la estructura de interés en la que se acumulan aparece en la imagen de un color más blanquecino que el resto. Los contrastes positivos más utilizados en este ámbito son el sulfato de bario y las sales de yodo. Su vía de entrada suele ser intravenosa, oral o rectal.
  2. Contrastes negativos: absorben menos cantidad de radiación (son radiotransparentes), así que la estructura de interés aparece en la imagen de color más oscuro y negro que el resto. Se trata de gases, como oxígeno, CO₂ o helio.

Tal y como indica el portal Doctoralia, la resonancia también se beneficia en muchas ocasiones del uso de contrastes, pues permiten observar mejor la estructura a analizar. Estos son los siguientes:

  1. Contrastes positivos: el contraste positivo más conocido es el gadolinio, un elemento metálico raro de color blanco plateado. Las soluciones con gadolinio fortalecen la señal electromagnética emitida por las células, lo cual hace que la imagen obtenida sea más clara y nítida.
  2. Contrastes negativos: se componen principalmente de hierro. Su función es debilitar señales electromagnéticas de ciertas áreas para resaltar estructuras cercanas.

Como puedes ver, los tipos de contrastes utilizados marcan otra de las diferencias vitales entre TAC y resonancia. El primer método se sirve de sulfato de bario, sales de yodo y gases, mientras que el segundo suele utilizar gadolinio o hierro.

3. Utilidades diversas

La utilización de cada una de estas técnicas es muy variada. La analizamos por separado para luego enfrentar sus diferencias con referencia a sus usos en el ámbito clínico.

3.1 Usos de la TAC

Las particularidades técnicas de la TAC le permiten ser un método de imagen excelente para detectar ciertos cuadros clínicos. Estos son algunos de los escenarios en los que más se usa este tipo de prueba, según la Clínica Mayo y otras fuentes profesionales:

  1. Es una de las herramientas más rápidas y precisas para examinar la pelvis, el tórax y el abdomen. Esto se debe a que proporciona imágenes transversales muy detalladas de todo tipo de tejido.
  2. Se utiliza en pacientes que han sufrido contusiones graves para detectar heridas internas. La TAC es muy útil para analizar de urgencia a las personas que han experimentado un accidente automovilístico.
  3. Es de utilidad para discernir a qué se debe un dolor abdominal, malestar torácico o dificultad respiratoria.
  4. La TAC se considera el mejor método para detectar neoplasias malignas (cánceres) de abdomen y tórax. Este tipo de técnica de imagen permite identificar de forma rápida la presencia de un tumor, su extensión y si se ha producido una recaída o una metástasis.
  5. Se utiliza para la identificación de posibles trastornos vasculares. Por ejemplo, puede detectar un émbolo pulmonar.
  6. La TAC sirve para encontrar signos compatibles con estas patologías: neuroblastoma, tumor renal, linfoma, fibrosis quística, complicaciones de apendicitis, enfermedad inflamatoria intestinal, malformaciones congénitas y complicaciones tras una neumonía, entre otras.

3.2 Usos de la resonancia

Por otro lado, se considera que las resonancias generan imágenes más detalladas que las TACs, pero son técnicas más lentas, costosas y que reportan algunos problemas logísticos con el paciente. Tal y como indica el portal Radiology.info, estos son algunos de los usos más importantes de una resonancia:

  1. Evalúa el estado de los órganos de tórax y abdomen, incluyendo el corazón, los pulmones y muchas estructuras más.
  2. Evalúa el estado de los órganos situados en la región pélvica, como la vejiga, el útero, los ovarios y otras estructuras relacionadas con la micción o la reproducción.
  3. Registra anormalidades a nivel vascular y ganglionar.
  4. Permite detectar tumores malignos que se escapan al TAC. El cáncer de próstata, el cáncer de útero y algunos tipos de cáncer hepático son prácticamente indetectables por la TAC. Además, la metástasis en el cerebro o en los huesos se observa mucho mejor con una resonancia.
  5. Otras patologías detectadas por la resonancia: cánceres en tórax, abdomen y pelvis, cirrosis, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, problemas cardíacos, inflamación vascular y problemas fetales, entre otros.

3.3 La diferencia radica en la especificidad

La TAC es el primer tipo de prueba avanzada que se realiza en todos los casos cuando se sospecha de un cáncer. De todas formas, si se quiere detectar una metástasis o una neoplasia a nivel pélvico o reproductor suele ser de más utilidad una resonancia.

Por otro lado, las resonancias son muy eficaces para observar el feto dentro del útero de una embarazada, pues no se ha comprobado que generen daños en el no nato. Aun así, se recomienda que las mujeres gestantes no se sometan a una de estas pruebas hasta después del primer trimestre, ya que el campo magnético aplicado es bastante intenso.

La TAC se utiliza para obtener imágenes generales de ciertas zonas, mientras que la resonancia otorga una mayor especificidad de imagen.

4. La resonancia sigue un procedimiento más engorroso y es más cara

Tras exponer estas diferencias diagnósticas entre TAC y resonancia, seguro que te preguntas por qué no se realiza una resonancia en todos los casos. La respuesta es bastante simple: las resonancias son bastante más caras. Una TAC cuesta entre 500 y 3000 dólares en Estados Unidos, mientras que la resonancia tiene un precio base de 1200 dolares y llega hasta los 4000.

Por otro lado, es necesario destacar que una TAC se realiza de forma rápida, pues las imágenes se generan en cuestión de segundos y la prueba completa rara vez supera una extensión temporal de 20 minutos. La resonancia representa otro escenario muy diferente, pues dura de 30 a 60 minutos (o bastante más) y el paciente debe permanecer completamente inmóvil para que la imagen no salga borrosa.

Además, hay que tener en cuenta que el donut de la máquina de la resonancia es mucho más estrecho que la estructura tubular de la TAC. Todo esto hace que las personas muy enfermas, los ancianos, los niños y aquellos pacientes con ansiedad o claustrofobia lo pasen realmente mal. En casos especiales se requiere la sedación o la administración de calmantes por vía oral.

La resonancia es más exacta que la TAC, pero también es bastante más cara y engorrosa a nivel técnico. Las personas con claustrofobia o ansiedad lo pueden pasar muy mal al someterse a ella. 

5. La TAC reporta cierto riesgo de cáncer

Las diferencias entre TAC y resonancia incluyen sus efectos adversos
Paradójicamente, un método de diagnóstico que se utiliza para detectar tumores también puede ser el desencadenante del cáncer en un número muy escaso de pacientes.

En primer lugar, es necesario destacar que una TAC siempre va a salvar más vidas que las que puede llegar a cobrarse, pero no podíamos dejarnos este último punto como cierre de la temática. Tal y como indica la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, la probabilidad de desarrollar un cáncer fatal tras una TAC es de 1 entre 2000 pacientes.

El riesgo radica en la utilización de rayos X. Como se aplica una radiación ionizante directamente sobre las células, existe una ínfima posibilidad de que estas sufran daños en el ADN, provocando que se transformen en células cancerígenas de crecimiento ilimitado. Como la resonancia no utiliza este tipo de radiación, no hay riesgo de cáncer asociado.

De todas formas, hay que dejar una cosa clara: la probabilidad de desarrollar cáncer tras una TAC es de 1 entre 2000, pero las estimaciones naturales son que 1 de cada 5 humanos padecerán una neoplasia maligna de forma natural en su vida (400 por cada 2000). Dicho de otro modo, los beneficios de esta prueba son mucho mayores que los posibles perjuicios.

El riesgo de que un paciente desarrolle un cáncer tras realizarse una TAC es ínfimo, pero hay que recordarlo igualmente.

Diferencias entre TAC y resonancia: 2 técnicas de imagen excelentes

Aquí te hemos presentado 5 diferencias entre una TAC y una resonancia, pero no queremos que pienses que una es mejor que la otra. Si bien la TAC es algo menos exacta que su contraparte, se trata de un método diagnóstico más barato, sencillo de realizar y rápido. Por ello, casi siempre es la primera opción cuando se sospecha de un cáncer o herida interna.

La resonancia otorga una mejor imagen de los tejidos y puede detectar neoplasias ocultas, pero es más cara y requiere mucho tiempo para llevarse a cabo. Por ello, se realiza en escenarios más específicos. Ambas técnicas tienen sus pros y sus contras, pero el médico sabrá cuál es la más exacta y necesaria en cada caso.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.