Pseudodemencia depresiva

La pseudodemencia depresiva a menudo se confunde con la depresión o la demencia por sí solas. Y es que estas dos afecciones tienen mucho en común.
Pseudodemencia depresiva
Paula Villasante

Revisado y aprobado por la psicóloga Paula Villasante.

Escrito por Paula Villasante

Última actualización: 10 mayo, 2023

El concepto de pseudodemencia depresiva ha generado controversia entre los investigadores y teóricos sobre el tema. Parece que fue Wernicke quien abrió la veda de este concepto a partir de observar pacientes que imitaban deficiencias mentales y presentaba cuadros de histeria crónica. Después, otros investigadores utilizaron el término basándose en otros trabajos.

A día de hoy, el término pseudodemencia hace referencia a un conjunto de rasgos clínicos generales en los que predomina un deterioro cognitivo parcial o total, secundario a síntomas depresivos. En su mayoría son cuadros clínicos reversibles con el tratamiento médico. Sin embargo, una proporción de ancianos deprimidos con deterioro cognoscitivo pueden evolucionar a estados demenciales irreversibles.

Así, podríamos decir que la pseudodemencia depresiva se encuentra en los límites entre la demencia y la depresión. Aunque parece que la entidad no está bien delimitada y alcanza relevancia diagnóstica en aspectos clínicos, evolutivos y de respuesta.

Parece que la pseudodemencia depresiva sigue siendo un término válido en la práctica clínica, incluso con sus limitaciones diagnósticas. Facilita la aproximación, diagnóstico y tratamiento de pacientes con síntomas mixtos de tipo cognitivo y depresivo.

Pseudodemencia depresiva: ¿qué es?

Hombre mayor con síntomas de depresión.

La pseudodemencia depresiva es un trastorno depresivo mayor en el que los déficits cognitivos secundarios al trastorno afectivo son tan importantes que los sanitarios están obligados a considerar la demencia como un diagnóstico diferencial.

La relación entre depresión y demencia es compleja e intrincada. Incluso después de que la pseudodemencia depresiva haya remitido pueden persistir ciertos déficits cognitivos y aumenta el riesgo de desarrollar demencia. El concepto de pseudodemencia depresiva sigue siendo útil en la práctica clínica a pesar de sus limitaciones.

Por otro lado, la polémica sobre que exista la pseudodemencia como un cuadro clínico específico se deriva de que se evidencien estados depresivos en diferentes intensidades. Además, tiene un papel su relación causal o bidireccional con el deterioro de diversas funciones intelectuales, las cuales, en la mayoría de los casos, pueden ser resversibles.

Sobre el término “pseudodemencia”

El término pseudodemencia (PDEM) fue acuñado por Kiloh (1961) para describir los casos que imitaban de cerca la imagen de la demencia. Desde entonces, el término se ha utilizado para describir el perfil cognitivo de diversos trastornos psiquiátricos, especialmente la depresión en la vejez, que cursan con deterioro cognitivo en la demencia.

Después de que el término entró en el uso académico, ha habido varios argumentos en contra de su uso, así como a favor de él. A pesar de estos argumentos, la pseudodemencia sigue siendo una denotación descriptiva importante para describir los déficits cognitivos en los trastornos psiquiátricos, especialmente la depresión.

Clínicamente, el término “pseudodemencia depresiva” se ha convertido en sinónimo de los déficits cognitivos observados en pacientes con trastorno depresivo mayor. Como el término significa, es la condición clínica que se presenta con el cuadro de una demencia en toda regla, pero en realidad es una entidad diferente. Esto significa que en realidad esta condición tiene dos componentes, que también se refleja en su nombre:

  • “El componente de la demencia”, que es la combinación de varios déficits cognitivos que se encuentran en estos trastornos psiquiátricos y
  • “El pseudocomponente” que denota la falta real de la demencia neurodegenerativa.

La pseudodemencia depresiva: ¿un cuadro clínico como tal?

La pseudodemencia depresiva es un trastorno depresivo mayor.

Las situaciones en las que se presentan para la discusión de los expertos e investigadores son las siguientes:

  • Los estados depresivos en ancianos, especialmente depresión mayor, muestran déficits cognoscitivos, pero su relación causal no es clara, ya que en algunos casos pueden ser entidades que coexisten.
  • Los ancianos pueden desarrollar un déficit intelectual total o parcial, de desarrollo progresivo desde edades tempranas de la vida y en algún momento presentar un estado depresivo por diferentes causas. Estas deficiencias no obedecen al inicio o continuo de una demencia: son simplemente las normales del envejecimiento, y por lo tanto se mantendrán o avanzarán independientemente de la evolución del estado depresivo.
  • En los estados iniciales e intermedios de la demencia, y por efecto de la percepción y conciencia de su deterioro cognoscitivo, los ancianos en forma reactiva pueden presentar un estado ansioso y depresivo.
  • Algunas conductas y funcionamiento mental, características del anciano (por ejemplo, el enlentecimiento), pueden ser confundidas con síntomas depresivos o deterioro intelectual, sin serlo verdaderamente.
  • A causa de factores etiológicos orgánicos, psicológicos y sociales tanto los síntomas depresivos como las deficiencias intelectuales pueden reforzarse o constituirse en causales o precipitantes de la constelación de una de las dos entidades.
  • Los criterios de diagnóstico, y en esencia el concepto de pseudodemencia, han sido utilizados en forma diferente por los diversos grupos de investigadores, lo que ha generado confusión sobre lo que se trata, al asumir la relación entre estados depresivos y clínica de deterioro cognoscitivo, permanente o reversible.

Más datos sobre la pseudodemencia depresiva

  • La utilización de escalas y tests neuropsicológicos no son específicos para la pseudodemencia, y los resultados pueden corresponder a otros estados demenciales o depresivos incipientes o en un curso, al proceso normal de envejecimiento, a diferencias individuales o poblacionales, a la afectación del ánimo y del intelecto por enfermedades orgánicas crónicas o agudas y por el uso o abuso de medicamentos y sustancias, al impacto de factores psicosociales y educativos y a la validez de los instrumentos utilizados.
  • No existen marcadores biológicos para la pseudodemencia como tal; se utilizan los de los estudios de demencia o estados depresivos, basándose en las diferentes hipótesis y teorías causales. Las técnicas de neuroimagen tampoco son específicas para el diagnóstico de pseudodemencia depresiva y su diferenciación con la depresión mayor y la demencia tipo alzhéimer.
  • El concepto de pseudodemencia se ha utilizado con la característica de que los déficits cognoscitivos son reversibles al mejorar el estado depresivo de base; sin embargo, algunos ancianos deprimidos pueden presentar los déficits dentro de su proceso de envejecimiento en forma progresiva o evolucionar hacia francos estados demenciales en etapas más tardías de la vida.
  • La mayoría de los estudios sobre pseudodemencia no se refieren a este concepto específicamente, y se basan más en los hallazgos de la demencia tipo Alzheimer o frontotemporal y su relación con la depresión mayor, lo cual crea más confusión al tratar de dilucidar si la pseudodemencia es de por sí un estado psicopatológico, objeto de ser llevado a la categoría nosológica, o si es un síndrome “enclavado o intermedio” entre las depresiones y las demencias.

Epidemilogía

Se estima que la depresión afecta al 10 % de los adultos mayores sanos y al 25 % de los que presentan una enfermedad crónica.

Diagnóstico

Con respecto al diagnóstico de la pseudodemencia depresiva, este tiende a ser clínico. En cualquier caso, conviene considerar la forma de inicio del cuadro y la progresión evolutiva. Por lo general, las demencias neurodegenerativas comienzan lenta y progresivamente. Mientras, la pseudodemencia progresiva tiene un comienzo subagudo, gran impacto funcional y evolución rápida, desproporcionado respecto a la alteración cognitiva.

En la pseudodemencia depresiva, a diferencia de los demás cuadros neurodegenerativos, existe una conciencia sobre la enfermedad. Además, quienes la sufren tienden a estar preocupados acerca de su estado.

Por lo demás, los pacientes que sufren esta patología cumplen con los criterios diagnósticos de episodio depresivo mayor y suelen presentar un polo matinal. Por el contrario, en la demencia suele observarse un agravamiento vespertino de los síntomas.

En la pseudodemencia depresiva predominan el malestar somático y el enlentecimiento motor, especialmente en las personas mayores.

Tratamiento

El tratamiento se inicia de manera gradual y lenta hasta llegar a la dosis eficaz mínima.

En lo que se refiere a las pruebas con respecto al tratamiento de la pseudodemencia depresiva, estas son escasas. Se basan principalmente en la extrapolación de estudios sobre depresión mayor en pacientes adultos.

El tratamiento se inicia de manera gradual y lenta hasta llegar a la dosis eficaz mínima. En los cuadros de depresión con deficiencias cognitivas, aparte de la investigación al respecto, recomienda al tratamiento antidepresivo con donepezilo. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes para recomendar este medicamento contra la pseudodemencia depresiva.

Por otro lado, la terapia electroconvulsiva también resulta una opción válida para la pseudodemencia depresiva. La psicoterapia también puede ser beneficiosa en adultos mayores, aunque no existen datos sólidos al respecto.

Por último, la actividad física también ejerce efectos positivos sobre los pacientes con demencia depresiva.

La relación entre la demencia y la depresión

La relación entre la demencia y la depresión ha sido tan compleja que a veces resulta difícil distinguir clínicamente entre las dos.

La depresión y la demencia son dos de las afecciones más comunes en la práctica clínica. Así, pueden coexistir o, en ocasiones, pueden suceder entre sí.

El término clínico “pseudodemencia” se ha mantenido como una entidad nosológica permanente en la literatura durante más de 100 años. El reconocmiento del hecho de que los síntomas clínicos asociados con condiciones neuropsiquiátricas reversibles pueden imitar trastornos irreversibles ya se conocía a mediados del siglo XIX.

A día de hoy, el diagnóstico de la pseudodemencia se ha facilitado. De hecho, un estudio llevado a cabo en 1989 informa sobre el uso de EEG para distinguir la pseudodemencia depresiva y la demencia con depresión secundaria.

En 2000, un estudio mostró que la poligrafía del sueño era la mejor herramienta de diagnóstico para distinguir la demencia y la depresión en pacientes con pseudodemencia.

Sin embargo, estas pruebas tienen sus propias limitaciones, lo que dificulta la diferenciación clínica entre demencia y depresión hasta hoy. Siendo una de las enfermedades psiquiátricas más comunes, la ciencia todavía no tiene un método confiable para su diagnóstico clínico.



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