7 consejos para prevenir las enfermedades respiratorias

Las enfermedades respiratorias son de los motivos de consulta médica más frecuentes, en especial en la población pediátrica. ¡Es importante saber cómo prevenirlos!
7 consejos para prevenir las enfermedades respiratorias
Mariel Alexandra Mendoza Delgado

Escrito y verificado por Mariel Alexandra Mendoza Delgado.

Última actualización: 04 julio, 2023

Para prevenir enfermedades respiratorias es importante adoptar ciertas medidas preventivas, así como mantener hábitos saludables. Se trata de afecciones muy comunes y se incluyen desde infecciones respiratorias (como los resfriados, la gripe, la bronquitis y la neumonía) hasta enfermedades propiamente dichas como el asma. 

En el curso de las enfermedades respiratorias participan no solo microorganismos patógenos como virus o bacterias, sino también factores ambientales, y conocerlos, así como la forma de evitar su propagación, es fundamental para mantener la salud del sistema respiratorio.

Consejos para prevenir enfermedades respiratorias

Muchas de las recomendaciones que te damos a continuación pueden hacerse sin demasiados recursos o esfuerzos. Es cuestión de motivación y constancia en la mayoría de los casos.

1. Llevar un estilo de vida saludable

La mejor forma de prevenir las enfermedades respiratorias es fortaleciendo tu sistema inmunitario, objetivo que se logra llevando una vida saludable. Ello incluye tener una alimentación sana y balanceada, hacer ejercicio de forma regular, descansar lo suficiente y reducir el estrés cotidiano.

Se recomienda una dieta que incluya frutas, verduras, proteínas magras y, en especial, alimentos ricos en vitamina C, D y zinc, que son importantes para la salud del sistema respiratorio. Mantenerte activo, ya sea caminando, corriendo, nadando o con cualquier deporte; así como una noche de sueño adecuado influyen también en la salud del sistema inmunológico.

La exposición a tóxicos como el alcohol o el tabaco afectan de forma negativa a las defensas esenciales del organismo, por lo que se debe evitar exponerse al humo del tabaco y limitar el consumo de alcohol.

2. Reducir la exposición a factores ambientales desencadenantes

Sobre todo en quienes son sensibles a las alergias o tienen una predisposición genética, son propensos a desarrollar enfermedades respiratorias como el asma en respuesta a la exposición repetida a alérgenos ambientales. Los alérgenos comunes incluyen medicamentos, diversos alimentos (como huevo, maní, leche o soya), polvo, mordeduras de insecto y heces de ácaros, entre muchos más.

Para prevenir enfermedades respiratorias también se debe evitar la exposición a irritantes como el polvo, los vapores y algunos químicos; el humo en todas sus variantes (tabaco, leña, o el producido por los vehículos y las industrias) y las variaciones bruscas en el clima (disminución de la temperatura). Vivir en áreas con un alto nivel de contaminación ambiental, en especial en zonas industriales, predispone a las afecciones de vías respiratorias. 

El moho, el polen, el pelo de diversos animales y los desechos de los insectos pueden ser causantes también de enfermedades respiratorias.



3. Evitar el tabaco

Reducir o cesar el hábito tabáquico contribuye a prevenir las enfermedades respiratorias. El uso crónico del tabaco altera la función pulmonar y puede ser el desencadenante desde crisis de asma hasta de cambios histológicos que conllevan al cáncer de pulmón. Por otro lado, no solo quiénes lo fuman de forma activa se verán afectados, sino quienes se exponen al humo de forma pasiva (como los que viven con fumadores crónicos).

4. Adecuada ventilación de los espacios

Es importante para prevenir las enfermedades respiratorias mantener una buena ventilación, en especial en los lugares cerrados. Abrir las ventanas permite el intercambio del aire que conduce al aclaramiento de partículas contaminantes que pudiesen estar en el ambiente.

5. Mantener buena higiene personal

Mantener una buena higiene personal es fundamental para prevenir enfermedades respiratorias. No solo disminuye las probabilidades de contraer una infección viral o bacteriana, sino que también la interacción con diversos alérgenos (como las heces de los ácaros que se depositan en las sábanas) pueden ser desencadenantes de crisis de asma.

Lavarse las manos con agua y con jabón es la primera medida en orden de importancia debido a que es frecuente que las manos se lleven a la nariz, los ojos y la boca, así como que se utilicen a la hora de comer, lo que predispone a la entrada de patógenos al organismo.

El Centro para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estipula que el lavado de manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos es efectivo para eliminar los gérmenes. En especial se recomienda lavarse las manos después de estar en lugares públicos, antes de comer o de preparar los alimentos, después de estornudar, toser o sonarse la nariz, y después de ir al baño. Cuando no se tiene acceso a agua y jabón deberá utilizarse desinfectante de manos a base de alcohol.

Una técnica de lavado de manos adecuada incluye frotar durante al menos 20 segundos y asegurarse de limpiar todas las áreas de las manos, incluyendo los dedos, entre los mismos y las uñas.



6. Distanciamiento social y uso de mascarillas

Para prevenir las enfermedades respiratorias durante brotes de las mismas se recomienda mantener una distancia física adecuada (de 1 metro mínimo) de las personas enfermas para reducir el riesgo de contagio, tal como se implementó durante la pandemia de COVID-19.

Además, para prevenir la propagación de las infecciones respiratorias también se debe recurrir a cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y no hacerlo con las manos para evitar contaminarse las mismas. Se recomienda utilizar un pañuelo desechable o la parte interna del codo.

El uso de mascarillas en lugares con alto riesgo de transmisión también es una recomendación importante.

7. Cumplir con las pautas de inmunizaciones

Esto es especialmente importante en los niños, ya que permite prevenir enfermedades respiratorias, por lo que es recomendable mantener las vacunas al día.

Son múltiples las vacunas que protegen en contra de infecciones respiratorias: vacuna contra la influenza (gripe), vacuna antineumocócica (que causa infecciones respiratorias como neumonía), vacuna contra la COVID-19, entre otras; previniendo sobre todo las posibles complicaciones. Las vacunas recomendadas dependen de la edad, el grupo de riesgo y la situación epidemiológica actual, algo que se refleja en el calendario vacunal de cada región.

En definitiva, y a pesar de que el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias no puede reducirse a cero, sí que tenemos varias herramientas de prevención. Los pequeños cambios en la rutina del día a día en pro de la salud física son fundamentales para lograrlo.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.