Las 5 bebidas que más suben la presión arterial

La hipertensión se puede combatir en múltiples frentes y uno de los más importantes es controlar la dieta del paciente. Existen ciertas bebidas que causan una presión arterial alta transitoria o a largo plazo y te las nombramos aquí.
Las 5 bebidas que más suben la presión arterial
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 21 junio, 2021

La hipertensión arterial (o presión arterial alta) se define como una patología asintomática en la que la sangre pasa por las arterias a una presión más alta de lo normal. Según estudios epidemiológicos, un sexto de la población mundial sufre esta enfermedad y, en algunas poblaciones, 1 de cada 4 adultos mayores de 18 años son hipertensos.

Así pues, se estima que hay más de 1000 millones de personas en el mundo afectadas por HTA (hipertensión arterial). Otras investigaciones reportan, por ejemplo, que la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y las costumbres alimentarias inadecuadas pueden promover su aparición.

Estamos ante una patología muy extendida que requiere de control y prevención por parte de los pacientes que la sufren. Por ello, te presentamos las 5 bebidas que más suben la presión arterial. No te las pierdas.

Un poco de contexto sobre la hipertensión

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, un paciente se considera con presión arterial alta cuando cumple los siguientes requisitos:

  • Su presión sistólica (presión máxima alcanzada en la sístole, movimiento de contracción del corazón) es mayor a 140 mmHg (milímetros de mercurio).
  • Su presión diastólica (presión alcanzada en la diástole, movimiento de relajación del corazón) es mayor a 90 mmHg.
  • Algunos profesionales colocan estos límites entre una presión sistólica de 130-139 y una presión diastólica de 80-89, lo que antes se denominaba prehipertensión.
  • Una presión de 180/120 mmHg es muy peligrosa y requiere de atención inmediata por constituir una urgencia.

Más allá de las cifras, la presión arterial alta puede ser primaria o secundaria, según su agente causal. Las hipertensiones primarias son las más conocidas y, por desgracia, no tienen un agente causal claro. Tardan varios años en desarrollarse, por lo que se sospecha que el entorno y el estilo de vida son claves para su aparición.

Por otro lado, la hipertensión arterial secundaria tiene un motivo subyacente concreto. Entre las causas más comunes se encuentran los problemas renales, las disfuncionalidades en la glándula tiroides o la administración de ciertos medicamentos.

En última instancia, también cabe destacar que otros estudios subrayan la existencia de una presión alta episódica, es decir, transitoria y debido a situaciones emotivas o estresantes. Una presión alta en un momento concreto no tiene por qué traducirse en hipertensión esencial.

Las 5 bebidas que más suben la presión arterial

Ya hemos comentado las bases de la presión arterial alta, sea esta transitoria, esencial o secundaria. Toca echar mano de un tema más nutricional, pues es hora de nombrar las 5 bebidas que más pueden subir tu presión arterial.

1. Café

Según la Clínica Mayo, la cafeína puede provocar un aumento corto, pero drástico de la presión arterial. Incluso si la persona que la consume no es hipertensa.

En general, no se recomienda ingerir más de cuatro tazas de café al día. En pacientes hipertensos puede ser buena idea reducir este límite y, sobre todo, no tomar la bebida antes de hacer actividades que incrementen la presión arterial de forma natural, como pueden ser el ejercicio o los trabajos físicos. Aún así, no en todas las personas hipertensas se puede correlacionar un aumento de la presión arterial con el café.

Taza de café que aumenta la presión arterial.
El café debería limitarse en personas hipertensas, al menos a un máximo de 4 tazas diarias.

2. Alcohol

Tal y como indica la misma fuente citada en el punto anterior, el alcohol también puede subir la presión arterial a niveles no saludables. Se calcula que beber tres tragos en una salida aumenta de forma esporádica la presión arterial (presión alta episódica), si bien los alcohólicos crónicos pueden desarrollar estos efectos a largo plazo.

Un paciente alcohólico que deja progresivamente la bebida puede reducir su presión sistólica de 2 a 4 mmHg y su presión diastólica de 1 a 2 mmHg. Entre otras muchas cosas, dejar la bebida puede favorecer un mejor estado del sistema circulatorio.

3. Bebidas energéticas

Según la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) las bebidas energéticas son cada vez más consumidas por la población joven y alcanzarán un valor de mercado de 61 000 millones de dólares para el año 2021.

Tal y como reporta esta fuente, estudios han demostrado que, en pacientes jóvenes, la presión diastólica aumenta una media de 3,5 mmHg y la sistólica unos 4,6-6,1 mmHg al consumir estas bebidas. Por ello, se concluyó que pueden provocar un aumento de la presión arterial e incluso generar arritmias.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) ha asociado miles de consultas anuales en Estados Unidos a la ingesta de estas bebidas, pues pueden promover paros cardíacos, infartos de miocardio, disecciones coronarias y vasoespasmos. Desde luego, esto nos hace desaconsejar estos productos, independientemente de cuál sea la condición de salud.

4. Bebidas azucaradas y otros refrescos

Estudios sistmáticos de revisión nos muestran que, al menos en 12 investigaciones separadas, se ha puesto a prueba el impacto de las bebidas azucaradas en la presión arterial. En todas las publicaciones se correlacionó la hipertensión con la ingesta de estos líquidos, si bien dos no contaron con suficiente significancia estadística.

Aún así, estos resultados cimentan bastante la idea de que los refrescos pueden promover presiones arteriales altas. Además, estas bebidas fomentan el sobrepeso, condición que eleva en dos veces la posibilidad de desarrollar una hipertensión.

5.  Bebidas ricas en sodio

Tal y como indica la Sociedad Española de Cardiología, una dieta alta en sodio tiene poco efecto a corto plazo sobre la presión arterial en personas no hipertensas, pero por razones poco claras su consumo prolongado se asocia con la hipertensión.

En pacientes hipertensos se suele aconsejar la limitación de las siguientes bebidas:

  • Agua con gas embotellada: posee 200 miligramos de sodio por vaso.
  • Leche y otros lácteos, sean sólidos o líquidos: un vaso de leche tiene 96 miligramos de sodio.
  • Pastillas de caldo: por su alto contenido de glutamato monosódico.

Esto no significa que el líquido peligroso deba ser salado sí o sí. Por ejemplo, algunos refrescos zero presentan casi 30 miligramos de sodio por lata y su sabor es dulce.

Por estas razones, toca acudir a la composición nutricional de los alimentos sospechosos y observar sus cualidades y la cantidad de sales que contienen. Un zumo comercial posee 3 miligramos de sodio por vaso, por lo que siempre será una mejor opción que un refresco en pacientes hipertensos.

La importancia de la dieta baja en sal

Sal de mesa e hipertensión arterial.
La sal contiene sodio, el que es un electrolito capaz de arrastrar agua y aumentar la presión interna de los vasos sanguíneos.

Hay muchas consideraciones más a tener en cuenta para los pacientes con hipertensión. La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos nos muestra las metas de la dieta DASH, ideada para disminuir la ingesta de sal. Entre ellas, se encuentran las siguientes:

  • Reducir la ingesta de sodio a no más de 2300 miligramos por día, siendo la cifra ideal de 1500 miligramos.
  • Disminuir las grasas saturadas a no más del 6 % de la ingesta diaria y las grasas generales a no más del 27 %.
  • Consumir frutas y verduras frescas todos los días.
  • Seleccionar aceites monoinsaturados (como el aceite de oliva) en vez de sus contrapartes más dañinas, como la mantequilla.
  • Comer nueces, semillas o legumbres a diario.

Hacer cambios en la dieta es una forma demostrada de reducir la presión arterial o el riesgo de sufrir hipertensión. Como ya hemos dicho en líneas previas, tanto el sobrepeso como la obesidad contribuyen a la aparición de esta patología, por lo que mantener un estilo de vida saludable siempre será la mejor decisión.

La hipertensión se puede regular desde la dieta

Como hemos podido ver en estas líneas, existen múltiples alimentos que pueden elevar la presión arterial de forma transitoria o empeorar el cuadro de un paciente que ya presenta hipertensión. Desde el café a comidas con grasas saturadas, la lista de consideraciones y reservas es larga.

En lo que a bebidas se refiere, las más perjudiciales son el café y las bebidas energéticas, pero también nos sorprende encontrar en esta lista ciertos alcoholes, refrescos o elementos que aparecen inocuos, como el agua con gas. Ante estas patologías hay que tener mucho cuidado con la ingesta alimenticia, pues en ella radica una mejoría o empeoramiento del paciente.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.