4 enfermedades transmitidas por alimentos

Los microorganismos suelen estar presentes en los alimentos de origen animal o en las conservas, por lo que es preciso adoptar buenas prácticas higiénicas para evitar riesgos.
4 enfermedades transmitidas por alimentos
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 17 marzo, 2021

Algunas enfermedades pueden ser transmitidas por alimentos. Algunas de ellas son las típicas intoxicaciones alimentarias y, aunque en ocasiones cursan con síntomas leves, lo cierto es que se pueden desarrollar complicaciones serias para la salud humana.

Por este motivo se ha incidido mucho, en los últimos años, en la importancia de mantener buenas prácticas de higiene alimentaria. De este modo se minimizan los riesgos y se salvaguarda un buen estado de salud a nivel intestinal.

¿Qué causan las enfermedades transmitidas por alimentos?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que las enfermedades transmitidas por alimentos suelen causar problemas a nivel gastrointestinal. La sintomatología más frecuente cursa con vómitos, náuseas, diarreas y dolor abdominal.

No obstante en ocasiones se experimentan complicaciones cuando la afectación se produce a nivel hepático. Es el caso de la ingestión de toxinas procedentes de ciertos tipos de hongos o setas venenosas. Estas son las situaciones más peligrosas y problemáticas.

¿Qué está detrás de las enfermedades transmitidas por alimentos?

Las enfermedades transmitidas por alimentos suelen ser provocadas por bacterias.
Muchas de las infecciones gastrointestinales suelen ser causadas por bacterias.

Lo más habitual es que las enfermedades transmitidas por alimentos estén provocadas por una bacteria o una toxina. La patologías víricas, en estos casos, son bastante más infrecuentes, ya que estos no suelen sobrevivir de forma óptima en los productos de consumo. Una excepción de esta regla son las infecciones por rotavirus.

Sin embargo las bacterias sí que pueden reproducirse en muchos de los comestibles que forman parte de la dieta habitual. Sobre todo cuando las condiciones de temperatura y humedad son óptimas, se produce una proliferación de los microorganismos patógenos causantes de esta clase de patologías.

Asimismo puede darse el caso de algún microorganismo que desarrolle una toxina y que, aun muerto el agente principal, el producto secundario sobreviva generando un perjuicio sobre el organismo humano. Dicha situación es todavía más difícil de controlar, ya que las toxinas suelen ser más resistentes a los tratamientos más aplicados.

Principales enfermedades transmitidas por alimentos

Vamos a realizar un repaso de las enfermedades transmitidas por alimentos más frecuentes, así como comentar la posición de la ciencia al respecto.

Salmonelosis

Esta patología se desarrolla a partir de la ingestión del microorganismo Salmonella, tal y como expone un estudio publicado en la revista Food Microbiology Esta bacteria se encuentra sobre todo en los productos de origen cárnico y en los huevos, y cuenta con diferentes cepas.

Prolifera bien a temperatura ambiente y genera problemas de carácter gastrointestinal, destacando los vómitos y las diarreas. La intensidad de los síntomas dependerá de la cantidad de microorganismos ingeridos. Uno de los principales peligros del desarrollo de salmonelosis es la deshidratación originada por la pérdida de líquidos a partir de la diarrea.

La buena noticia es que la bacteria Salmonella es poco resistente a los tratamientos térmicos. Por este motivo, aplicar calor resulta muy eficaz para reducir de forma significativa su población. Así, el hecho de consumir huevo pasteurizado, por ejemplo, elimina el riesgo.

Del mismo modo se recomienda garantizar un adecuado cocinado de las carnes, sobre todo las de ave, en su parte interna.

Botulismo

Se trata de una de las enfermedades producidas por alimentos más peligrosas. En este caso estamos hablando de una patología que genera una parálisis progresiva de los tejidos y órganos.

Esto puede ocasionar la muerte si la cantidad de microorganismos ingeridos es alta y no se trata con fármacos. Así lo evidencia un estudio publicado en Epidemiologie, Mikorbiologie, Imunologie.

De hecho la toxina generada por dichas bacterias, el botox, se usa para tratamientos estéticos. Cabe destacar que el nombre que reciben dichos microorganismos es  Clostridium Botulinum. 

Estos se encuentran, de nuevo, en alimentos de origen animal, aunque también son frecuentes en conservas que no han superado de forma óptima los procesos de higiene alimentaria, como las salsas de tomate no esterilizadas.

Intoxicación por micotoxinas

Los hongos y las setas pueden producir unas sustancias, las micotoxinas, que generan enfermedades de carácter grave en el ser humano. Entre ellas destaca la provocada por la aflatoxina B1, que cursa con un daño hepático grave, pudiendo incluso incrementar el riesgo de desarrollar cáncer.

Los peligros y daños derivados del consumo de dicha sustancia aparecen recogidos en una investigación publicada en Food and Chemical Toxicology.

La severidad de esta clase de trastornos hace que sea muy importante realizar una correcta identificación de las setas antes de su consumo. La adquisición de dichos elementos en un supermercado no conlleva ningún riesgo, sin embargo, la recolección de forma individual en el campo sí los entraña.

Muchas setas cuentan con parecidos morfológicos, pero con diferencias en cuanto a contenido en toxinas. Es recomendable ser experto antes de ingerir alguna recogida de forma recreacional en la naturaleza.

Intoxicación por Campylobacter

El Campylobacter es otro de los microorganismos frecuentes en los alimentos de consumo habitual, así como en el agua. Es habitual la intoxicación con dicha bacteria tras la ingesta de un líquido contaminado, desarrollando así la conocida como diarrea del viajero.

De acuerdo con un estudio publicado en Nature Reviews, este microorganismo es capaz de provocar en la mayor parte de los casos diarrea, lo que ocasiona daños sobre la microbiota intestinal. Así se puede perder una gran parte de la biodiversidad existente en el intestino, lo que provoca un perjuicio para la salud a medio plazo.

Formas de evitar las enfermedades transmitidas por alimentos

Las enfermedades transmitidas por alimentos suelen ser provocadas por bacterias.
Muchas de las infecciones gastrointestinales suelen ser causadas por bacterias.

Para evitar el desarrollo de todas estas patologías que hemos comentado, resulta clave mantener unos buenos hábitos de higiene alimentaria. En este sentido, hay que garantizar las cocciones completas de los alimentos, sobre todo cuando hablamos de carne de ave o de carne picada.

Asimismo es de vital importancia descongelar los productos de forma adecuada. De lo contrario se podría fomentar un caldo de cultivo óptimo para el crecimiento bacteriano. Por ello, lo aconsejable resulta utilizar siempre el frigorífico para esta tarea, evitando dejar los alimentos a temperatura ambiente.

Cuando se realicen conservas de forma casera resulta imprescindible poner en marcha un proceso de esterilizado de los botes o recipientes utilizados. El baño María es una de las mejores opciones, ya que así se destruyen los posibles microorganismos que puedan coexistir en el entorno.

¿Cómo actuar frente a una enfermedad transmitida por alimentos?

Lo primero es identificar la magnitud de los síntomas. En caso de severidad lo correcto suele ser acudir a urgencias, ya que puede ser necesario tratamiento farmacológico o suero venoso para evitar deshidrataciones.

Ten en cuenta que dicho proceso de pérdida de líquido se manifiesta con pérdida de la consciencia y mareos en su fase más intensa. Así lo corrobora un estudio publicado en la revista Emergency Medicine Clinics of North America.

Una vez superada la patología es importante garantizar la reestructuración de la microbiota intestinal. Para ello se recomienda el uso de suplementos probióticos, ya que han demostrado efectos beneficiosos a la hora de reducir la incidencia de las diarreas y de mejorar la diversidad bacteriana en el intestino.

Además hay que tener cuidado con la dieta durante los primeros días. Se recomienda siempre iniciar con una alimentación de fácil digestión. Las carnes blancas y el arroz blanco suponen un buen comienzo. Luego se puede incrementar el espectro de alimentos permitidos, incluyendo pescados blancos y huevos.

Los vegetales con alto contenido en fibra, los alimentos muy grasos y los azúcares simples han de evitarse hasta los estadíos de recuperación finales. De todos modos, una vez llegado a este punto, resulta importante la presencia en la dieta de frutas con fibra solubles como las manzanas. Esto permite asentar el crecimiento de las nuevas cepas bacterianas en el tubo digestivo.

Complicaciones derivadas de las enfermedades transmitidas por alimentos

La severidad de los cuadros clínicos desarrollados a partir de las enfermedades transmitidas por alimentos dependerán, sobre todo, de la carga de microorganismos o toxinas ingeridos. Por ello, a dosis bajas pueden solo manifestarse algunos síntomas leves como náuseas o diarreas.

Sin embargo cuando la carga bacteriana o de toxinas es elevada, y las cepas virulentas, es posible experimentar complicaciones. La mayor parte de ellas se componen de un proceso de deshidratación inducido por la pérdida de líquido a través de las heces.

Además en el caso de las enfermedades producidas por aflatoxinas, como comentamos, se puede observar afectación hepática. Es frecuente desarrollar una inflamación severa en este órgano. Por ello, cuando la intoxicación es de carácter fúngico, suele ser necesario un tratamiento farmacológico.

Los alimentos pueden transmitir enfermedades si no se manipulan de forma adecuada

Como has podido comprobar la manipulación de los alimentos es clave para evitar desarrollar enfermedades transmitidas por los mismos. Por fortuna, en las industrias alimentarias actuales existe una gran concienciación al respecto.

De todos modos siempre que tengas la duda de si un producto está en buen estado o no, la mejor opción es desecharlo. Sobre todo cuando se trata de un alimento de origen animal o de una conserva. Así se minimizan los riesgos y se evitan consecuencias que pueden resultar muy nocivas para la salud.

Hay que tener en cuenta también que las enfermedades transmitidas por alimentos pueden ser muy peligrosas en el caso de las mujeres embarazadas, ya que se condiciona la vida del feto en los casos más severos. En los niños también pueden llegar a manifestarse con gravedad.



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