Los 6 tipos de articulaciones: características y para qué sirven

No todas las articulaciones son iguales, de manera que se pueden clasificar con base en varios criterios. Te enseñamos cuáles se usan y cuántas de estas existen.
Los 6 tipos de articulaciones: características y para qué sirven
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 15 diciembre, 2023

Las articulaciones se definen como aquellas partes del cuerpo que permiten la unión entre dos o más huesos para facilitar los movimientos. Operan como un puente, la mayoría de las veces flexible, que facilita el que puedas realizar cualquier tipo acción. Aunque la clasificación no está libre de polémicas, podemos establecer varios tipos de articulaciones. En las líneas siguientes te exponemos cuáles son y sus características.

Ciertamente, la categorización de los tipos de articulaciones supone un cierto desafío. Esto debido a que podemos establecer varios criterios para la clasificación. En general, se prefiere elegir solo dos criterios, en parte porque estos permiten una delimitación completa de los tipos de articulaciones. Veamos cuáles son, cuál es su importancia y sus características.

¿Cuántos tipos de articulaciones existen?

La mayoría de los especialistas clasifican a los tipos de articulaciones de acuerdo con dos variables: por el tipo de tejido y por el grado de movimiento. En el primer caso se distinguen tres subtipos: fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. En el segundo también encontramos tres subtipos: diartrosis, anfiartrosis y sinartrosis. Veamos con detalle cada uno de estos 6 tipos de articulaciones y sus respectivas variantes.

1. Articulaciones fibrosas

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Las articulaciones fibrosas en el cuerpo humano son muy variadas. Por ejemplo, aquellas que unen los dientes al hueso adyacente.

Son aquellos tipos de articulaciones en los que la unión de los huesos está formada por un tejido fibroso, la mayor parte de este de colágeno. No cuentan con una cavidad articular, su espesor varía según el caso y se clasifican de acuerdo con el lugar en donde se encuentran. Objetivamente existen decenas de articulaciones fibrosas, aunque las podemos clasificar en tres grandes categorías:

  • Suturas: son un tipo de articulación fibrosa que solo se encuentra en el cráneo (también se denomina sutura craneal). Las encontramos en las placas óseas y permiten un mínimo rango de movimiento. Estas cuentan con muchas variantes, aunque se suelen clasificar en suturas denticuladas, suturas cerradas, suturas planas, suturas limbosas y esquindelesis.
  • Sindesmosis: en este caso las articulaciones están formadas por tejido interóseo en las superficies ósea contiguas. Las encontramos en diferentes lugares del cuerpo, como por ejemplo sobre la articulación del tobillo (donde se une la tibia con el peroné), por encima de la muñeca (donde se une el radio con la ulna) y en la columna vertebral.
  • Gonfosis: se trata de pequeñas articulaciones que unen a los dientes con las cavidades óseas del maxilar inferior. La conexión fibrosa es un ligamento periodontal y es única entre los tipos de articulaciones ya que no median entre un hueso y otro (los dientes técnicamente no son huesos). Su movimiento es mínimo, aunque puede flexibilizarse en algunos procedimientos de estética dental.

2. Articulaciones cartilaginosas

Estas describen a todas aquellas articulaciones en las que los huesos están unidos por tejido fibrocartilaginoso o por cartílago hialino. Se dividen en articulaciones cartilaginosas primarias (sincondrosis) y articulaciones cartilaginosas secundarias (sínfisis). Permiten un mayor grado de movimiento que las articulaciones fibrosas. Veamos las características de estos dos subtipos:

  • Sincondrosis: son aquellas que están compuestas por cartílago hialino. Este tipo de articulaciones suele osificarse con la edad, de manera van perdiendo gradualmente su movilidad. Se distinguen entonces las sincondrosis permanentes, como la articulación esternocostal, y las sincondrosis temporales, como las placas epifisarias.
  • Sínfisis: están compuestas por fibrocartílago, como por ejemplo la sínfisis púbica. A diferencia del caso anterior todas son permanentes y ofrecen un cierto grado de movilidad. También la encontramos en los discos intervertebrales y en la articulación manubrioesternal.

3. Articulaciones sinoviales

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Muchas de las grandes articulaciones, como la de la rodilla, tienen en su interior líquido sinovial que facilita los movimientos.

Se caracterizan por la presencia de una cavidad llena de líquido insertada en una cápsula fibrosa. Son el tipo de articulación más común en todo el cuerpo humano y permiten una amplia movilidad. Cuentan con varios subtipos, aunque los más importantes son los siguientes:

  • Bisagra: son aquellas articulaciones que permiten un rango de movimiento en una sola dirección (tal como la bisagra de una puerta). Las articulaciones del tobillo, del codo y de la rodilla son las principales.
  • Silla de montar: se denominan de esta manera dado que su forma remite a la silla de montar de un caballo (son cóncavas y convexas). No permiten rotación, pero sí un movimiento hacia adelante y hacia atrás. Las articulaciones carpometacarpianas son el mejor ejemplo de ellas.
  • Pivote: son aquellas en las que el hueso gira alrededor de un anillo de otro hueso. Por tanto, se caracterizan porque permiten una rotación. La articulación atlantoaxial y las articulaciones radiocubitales son algunas de ellas.
  • De junta plana: describen aquellos tipos de articulaciones sinoviales con un diseño plano que permite que los huesos se deslicen por sobre ellas. Su movimiento es limitado, aunque sigue siendo importante. Un ejemplo de estas lo encontramos en las articulaciones de la muñeca.
  • Esférica: permiten movimiento en casi todas las direcciones, como ocurre con las articulaciones de la cadera o la articulación del hombro. Esto sucede porque el extremo redondeado de un hueso encaja con la articulación en forma de copa en el extremo del otro.
  • Condiloide: permiten un amplio grado de movimiento, aunque con ausencia de rotación. El mejor ejemplo lo encontramos en las articulaciones de los dedos o las articulaciones de la mandíbula.

Estos tres tipos de articulaciones responden a la clasificación de acuerdo con el tipo de tejido del cual están hechas. Sigamos nuestro viaje reseñando los tipos de articulaciones con base en el grado de movimiento.

4. Diartrosis

También conocidas como articulaciones de libre movilidad. Todas las articulaciones sinoviales responden a esta categoría, y lo hacen con las limitaciones presentadas en el apartado anterior.

El movimiento lo logran gracias a la presencia de líquido sinovial, el cual reduce la fricción y permite amortiguar mejor las oscilaciones de movimiento. Son las más comunes y a las que se refiere normalmente cuando se piensa en una articulación.

5. Anfiartrosis

También conocidas como articulaciones ligeramente móviles. Todas las articulaciones cartilaginosas se corresponden a esta categoría, condicionadas a las variables que expusimos en el apartado correspondiente. La limitación del movimiento se debe a la presión o la cercanía de los huesos, característica que impide un libre movimiento como en el caso anterior.

6. Sinartrosis

El último de los tipos de articulaciones por movimiento es la sinartrosis. Se tratan de conexiones fijas o con un rango muy limitado de movimiento. Todas las articulaciones fibrosas se acoplan a esta clasificación, debido a que los cuerpos óseos están más juntos que en el tipo anterior. Esto impide que exista movimiento o, en caso de que lo haya, este es muy pequeño.

Aunque existen otros criterios de clasificación de los tipos de articulaciones, por lo general este es el estándar. En las articulaciones se pueden generar algunas condiciones asociadas con la edad o con afecciones subyacentes. De acuerdo con los expertos, la artrosis es la más frecuente, aunque las infecciones y las lesiones por traumatismos también son comunes.




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