¿Qué es la cetosis?

La aplicación de un estado de cetosis podría generar un beneficio para muchos sujetos a nivel de prevención de patologías complejas o de mejora en el manejo de las mismas.
¿Qué es la cetosis?
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 26 marzo, 2021

La cetosis es una condición metabólica derivada de la baja disponibilidad de un nutriente en concreto. Es el mecanismo clave en la dieta cetogénica y puede tener consecuencias positivas para la salud si se aplica de forma correcta. Por ello, te enseñaremos todo lo que hay que saber sobre dicho proceso.

Antes de comenzar hay que destacar que las dietas cetogénicas han sido objetivo de mucha discusión a nivel científico. Dicha discordancia continúa a día de hoy, aunque es cierto que cada vez se recopilan más evidencias a favor de su uso en ciertos contextos.

Mecanismo de la cetosis

El hígado participa en el estado de cetosis.
El hígado es un órgano fundamental desde el punto de vista metabólico. La producción de cuerpos cetónicos se da aquí.

Cuando en la dieta no se introduce una cierta cantidad de carbohidratos, el organismo tiene que recurrir a métodos de producción de los mismos a nivel hepático a partir de proteínas y de grasas. Esto es lo que se conoce como cetogénesis.

Los ácidos grasos y los aminoácidos se transforman en glucosa mediante un proceso denominado gluconeogénesis, produciendo a su vez una serie de subproductos denominados cuerpos cetónicos. Estos elementos pueden ser también utilizados para la producción energética.

De hecho, los cuerpos cetónicos son uno de los combustibles predilectos por parte del cerebro, tal y como afirma una investigación publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences .

Hay que destacar que todo este mecanismo tiene lugar debido a que la glucosa es el sustrato energético de las células del cuerpo. La mayor parte de las reacciones metabólicas precisan de esta molécula para funcionar, por lo tanto es necesaria una cierta concentración de la misma en el organismo.

Si no se administra mediante la dieta, tiene que producirse de forma endógena. Por fortuna, el mecanismo que se encarga de dicha tarea es muy eficiente.

Consecuencias de la cetosis

El proceso de cetosis en el organismo genera una serie de consecuencias y de adaptaciones a nivel fisiológico. Aunque en tiempos anteriores se consideraban nocivas, la postura de la ciencia ha variado al respecto.

Así, la utilización de los cuerpos cetónicos como combustible cerebral se asocia con un menor riesgo de desarrollar patologías neurodegenerativas, tal y como afirma un estudio publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences.

El estado de cetosis se asocia con una menor producción de compuestos beta amiloides, vinculados con el riesgo de desarrollar problemas como el párkinson o el alzhéimer.

También existen evidencias sólidas a día de hoy acerca del estado de protección que otorga la cetosis frente a la epilepsia. De este modo, mantener limitada la ingesta de carbohidratos en la dieta ha conseguido reducir las crisis epilépticas en más de un 50 % en un gran número de individuos, incluso cuando la medicación no resulta eficaz.

Cetosis y cáncer

Uno de los aspectos que más interés causa es la relación entre el estado de cetosis y la reducción de la progresión tumoral. Es un mecanismo que se está estudiando mucho en la actualidad y que podría suponer un punto de inflexión a lo que al tratamiento del cáncer se refiere.

Lo primero que hay que tener claro es que las células tumorales utilizan la glucosa como combustible principal. A partir de aquí, el acceso a dicha molécula por parte del resto de las células del cuerpo se ve restringido.

El estado de cetosis podría retrasar o bloquear la reproducción tumoral, ya que estas masas no consiguen utilizar los cuerpos cetónicos como sustrato energético.

¿Qué dicen los estudios?

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Molecular Metabolism, la aplicación de una dieta cetogénica podría resultar eficaz para mejorar los efectos de la quimioterapia, incrementando así la tasa de supervivencia a varios tipos de cáncer.

No obstante cabe destacar que los resultados son más satisfactorios en aquellos tumores dependientes de la glucosa. Estos son los de colon, mama, cabeza o cuello y pulmón.

Aun así la aplicación de la dieta cetogénica en estos contextos cuenta con ciertas limitaciones a día de hoy. Puede suponer un avance en el tratamiento del tumor, pero aún queda mucho por investigar al respecto. La mayor parte de los estudios llevados a cabo cuentan con muestras pequeñas.

Cetosis y patología metabólica

Otro de los contextos de aplicación de las dietas cetogénicas y del estado de cetosis es el de los pacientes diabéticos. De todos modos hay que tener ciertas precauciones al respecto.

Por lo general se apuesta por un reparto equilibrado de los carbohidratos en la dieta para el tratamiento de la diabetes. Suena curioso cómo una patología que cursa con un manejo erróneo de estos nutrientes se ha intentado solucionar incrementando la presencia del mismo en la alimentación.

Como era de esperar, la respuesta al tratamiento no solía ser buena. En pocos casos se paraba la progresión de la enfermedad, algo que terminaba necesitando fármacos para su control.

¿Qué dicen los estudios más recientes?

Los investigadores se han dado cuenta de que la restricción de los hidratos de carbono en la dieta, y la implementación de un estado de cetosis, podría resultar eficaz para el manejo de la diabetes.

Así lo concluye una investigación publicada en la revista Nutrition & Diabetes, donde se encuentra una mejora en la patología metabólica y en el estado de la composición corporal a partir de la dieta cetogénica.

A pesar de los hallazgos, cabe destacar que hay que tomar ciertas precauciones en la implementación de estos modelos.

En sujetos con diabetes tipo 2 no resulta muy peligroso, pero en los que presentan diabetes de tipo 1 ha de partirse de una situación de cierto control sobre la glucemia. En cualquier caso, la asesoría profesional siempre es necesaria.

No debemos olvidar tampoco que la aplicación del estado de cetosis, en sujetos con patología metabólica o con sobrepeso, suele generar una mejora en el estado de composición corporal. Así se consigue incrementar la oxidación de las grasas, reduciendo los depósitos de las mismas en el organismo.

Estado de cetosis, aporte de proteínas y salud

Una de las principales controversias en cuanto al mantenimiento de un estado de cetosis es si la ingesta elevada de proteínas puede resultar nociva para la salud.

Los estudios más actuales, como el publicado en la revista Food & Function, afirman que es posible incrementar dicha ingesta hasta 2 g/kg de peso/día sin consecuencias negativas.

Las hipótesis del posible daño renal y hepático derivado de un consumo elevado de proteínas parecen descartadas a día de hoy. A pesar de ello, sí que es necesario tener cuidado con la ingesta proteica en situaciones de insuficiencia o patología renal crónica ya establecida.

Con estos hallazgos se derriba uno de los muros más importantes a la hora de proponer un estado de cetosis. Se puede afirmar que tiene efectos positivos para la salud, y que las posibles consecuencias negativas son muy limitadas.

Incluso dentro de la convicción de que la ingesta de grasas pone en riesgo el funcionamiento del sistema cardiovascular se ha avanzado mucho. Si bien se afirmó en un tiempo pasado que el colesterol dietético y las grasas saturadas podrían suponer un problema para la salud cardíaca, en la actualidad se desmiente esta relación.

Condiciones para inducir la cetosis

A la hora de buscar un estado de cetosis es importante respetar la limitación de 50 gramos al día de carbohidratos en la dieta. Estos han de estar repartidos a lo largo de la jornada, para de este modo no provocar picos en la glucemia que rompan la situación metabólica.

Incluso las dietas cetogénicas más estrictas apuestan por el consumo máximo de 20 gramos de azúcares a lo largo del día. En estos casos, la ingesta de frutas se ve muy comprometida, lo que podría resultar negativo para la salud a medio plazo.

Lo óptimo resulta siempre plantear el protocolo más flexible posible, asegurando así una cierta variedad en la alimentación. Este es uno de los pilares de la dieta saludable.

Asimismo se pueden experimentar variaciones en el aporte de proteínas. Si bien las dietas cetogénicas clásicas defendían un consumo de 0,8 g/kg peso/día, en la actualidad los expertos apuestan por incrementar la ingesta proteica hasta alcanzar el 20-25 % de la energía diaria recomendada por medio de este nutriente.

Cabe destacar también la necesidad de asegurar que los ácidos grasos consumidos sean de elevada calidad. Para ello basta con evitar someterlos a temperaturas elevadas, ya que esto provoca un cambio en la configuración espacial de los mismos, generando grasas trans nocivas para el organismo.

Efectos secundarios de la cetosis

La cetosis puede generar dolor abdominal.
Algunos trastornos gastrointestinales inespecíficos pueden presentarse al alcanzar un estado de cetosis.

Si bien a largo plazo se consideran la cetosis y las dietas cetogénicas como seguras, es cierto que a corto plazo pueden desarrollar una serie de efectos secundarios. Estos cuentan con un carácter gastrointestinal y no todo el mundo los tolera de igual modo.

Por lo general hablamos de náuseas, mareos, debilidad y estreñimiento, sobre todo durante los primeros días de aplicación de esta clase de dietas. Sin embargo, a medida que el cuerpo se habitúa a utilizar los cuerpos cetónicos como combustible, estos problemas desaparecen.

A pesar de todo, para algunos sujetos esta condición supone un gran hándicap e incomodidad. Condiciona de forma negativa la adherencia a este tipo de alimentación y imposibilita su puesta en práctica.

Cetosis, un estado metabólico que puede resultar saludable

Como indicamos, la cetosis no se ajusta bien a todo el mundo. Muchos sujetos no desarrollan una buena adherencia a las dietas cetogénicas, lo que condiciona su aplicación. Sin embargo, en el caso de que se puedan poner en práctica, es posible experimentar beneficios a partir de las mismas.

Si bien hasta hace pocos años solo se utilizaban en los pacientes con epilepsia no sensible a la medicación, en la actualidad se ha ampliado su marco de aplicación. Así se valora la posibilidad de plantearlas en casos de pacientes con cáncer, problemas metabólicos o incluso en personas sanas.



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