Prueba de esfuerzo: ¿en qué consiste?

Los síntomas de muchas enfermedades cardiovasculares no suelen aparecer durante el reposo, por lo que los exámenes que estudian al corazón durante la actividad física como la prueba de esfuerzo son muy útiles para su diagnóstico.
Prueba de esfuerzo: ¿en qué consiste?

Última actualización: 18 abril, 2021

El corazón es uno de los órganos más importante del cuerpo humano, ya que se encarga de distribuir la sangre oxigenada para mantener la vitalidad de los tejidos. Hoy en día existen múltiples exámenes para verificar su funcionamiento, tanto en reposo como durante el ejercicio. Uno de estos exámenes es la prueba de esfuerzo, pero ¿en qué consiste?

La irrigación sanguínea de todo el músculo cardíaco está dada por 2 arterias de gran calibre llamadas arterias coronarias. Estas arterias se distribuyen a través de todo el órgano y llevan la sangre oxigenada a todas las fibras musculares.

Cuando existe una obstrucción parcial de las arterias coronarias el corazón puede funcionar bien en estado de reposo. No obstante, el mismo pude llegar a fallar cuando la demanda de sangre aumenta en ciertas situaciones como el ejercicio.

¿Qué es una prueba de esfuerzo?

La prueba de esfuerzo es muy utilizada.
La prueba de esfuerzo sirve para diagnosticar varias afecciones cardiovasculares.

Una forma fácil de definir esta prueba es como el estudio de la actividad cardíaca durante el ejercicio. La prueba de esfuerzo es un examen de resistencia física a la que son sometidas las personas con la finalidad de determinar el funcionamiento del corazón en grandes esfuerzos.

Esta prueba se puede realizar tanto con ejercicios físicos como con fármacos. El objetivo final es elevar la frecuencia cardíaca un 85 % más de los valores normales recomendados para la edad. Otro de los objetivos de la prueba es causar la aparición de la sintomatología de afecciones cardiovasculares como el dolor en el pecho.

Los síntomas de algunas de las patologías cardíacas más frecuentes aparecen solo cuando el corazón trabaja a velocidades muy elevadas. Por lo que diversos estudios confirman la utilidad la prueba de esfuerzo en el diagnóstico de patologías cardíacas y en la clasificación de los pacientes que acuden a emergencia con síntomas de esta índole.

¿Para qué se utiliza?

En la mayoría de los casos, esta prueba se emplea como un estudio diagnóstico y pronóstico de muchas enfermedades cardiovasculares. Los pacientes con estas patologías pueden no tener cambios significativos en el electrocardiograma (EKG) ni presentar síntomas anormales mientras se encuentran en reposo.

Cuando el corazón late a mayor velocidad la demanda de sangre del músculo cardíaco aumenta, por lo que la irrigación sanguínea puede ser insuficiente. La irrigación insuficiente es la principal causa de ciertos síntomas como la angina de pecho. En este sentido, la prueba de esfuerzo puede utilizarse en las siguientes condiciones:

  • Diagnostico de enfermedad de las arterias coronarias.
  • Estudio de ciertos tipos de arritmias.
  • Estratificación de los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias.
  • Monitorización de las personas con patologías cardíacas.

Por otro lado, algunos estudios establecen que esta prueba también puede emplearse con la finalidad de realizar mediciones fisiológicas. De esta manera, los deportistas son sometidos a ella para determinar el nivel de condición física y como parte del control del entrenamiento.

¿Cómo se hace una prueba de esfuerzo?

Este es un estudio sencillo que suele tomar alrededor de 60 minutos. Primero que nada, el especialista le colocará algunos electrodos en el pecho, los brazos y las piernas, los cuales estarán conectados a un dispositivo llamado electrocardiógrafo y realizarán un seguimiento de la actividad eléctrica cardíaca.

También se le puede colocar un dispositivo en el brazo para estudiar la presión arterial durante toda la prueba. Antes de iniciar deberán registrar su presión arterial y hacer un electrocardiograma de control. Luego, el médico le indicará que se coloque en una cinta de correr o en una bicicleta estática.

Al inicio la caminata o el pedaleo será leve, sin embargo la velocidad, la inclinación y la resistencia deben aumentar para incrementar el esfuerzo que se realiza. El ajuste de las variables mencionadas se debe realizar cada 2 o 3 minutos hasta alcanzar la frecuencia cardíaca establecida por el médico o hasta que inicie la sintomatología.

Al finalizar la prueba, el personal médico debe vigilar al paciente entre 10 y 15 minutos o hasta que se normalice su frecuencia cardíaca. Los especialistas deben estar muy pendiente de algún cambio en la presión arterial o en el electrocardiograma, ya que estos suelen ser indicativos de la presencia de alguna patología.

La prueba de esfuerzo también puede ser realizada con la administración de fármacos como el dipiridamol o la adenosina. Este caso se reserva para aquellos pacientes que no puedan caminar en la cinta el tiempo suficiente por otras condiciones como la obesidad.

¿Cómo prepararse para esta prueba?

Por fortuna, las personas no requieren de una preparación minuciosa para realizar una prueba de esfuerzo. Una de las recomendaciones generales que se deben seguir es utilizar ropa holgada y calzado cómodo para que sea más fácil realizar los ejercicios correspondientes.

Además, también es recomendable afeitar el vello en las zonas donde se colocarán los electrodos para que hagan mejor contacto con la piel. En caso contrario, pueden generar medidas inespecíficas y originar la aparición de imágenes erróneas en el electrocardiograma llamadas artefactos.

Por otro lado es recomendable no ingerir ningún tipo de alimento en la 4 horas previas a la evaluación, ya que pueden aparecer vómitos o nauseas que no estén relacionados a una afección cardiovascular. También se deben evitar los alimentos con cafeína ya que aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

¿Cuáles son sus contraindicaciones?

La prueba de esfuerzo no puede hacerse en algunos pacientes.
Los antecedentes recientes de infarto del miocardio contraindican este estudio.

En términos generales esta es una prueba muy segura. Las complicaciones de la misma son el infarto y la muerte súbita, las cuales son muy raras y aparecen en 1 de cada 5 000 pacientes evaluados según el manual MSD. Sin embargo, la prueba de esfuerzo tiene una serie de contraindicaciones entre las cuales destacan las siguientes:

  • Infarto agudo al miocardio en las 48 horas previas.
  • Estenosis aórtica sintomática.
  • Insuficiencia cardíaca descompensada.
  • Episodios agudos de miocarditis, pericarditis, disección aórtica o embolia pulmonar.

Una prueba segura y confiable

La prueba de esfuerzo es un instrumento muy útil a la hora de diagnosticar enfermedades cardíacas relacionadas a las arterias coronarias. Sin embargo, también es un instrumento empleado para determinar el estado físico de los deportista y verificar el avance en su entrenamiento.

Este estudio eleva la frecuencia cardíaca en magnitudes considerables, por lo que siempre debe ser realizado por personal médico capacitado. Las complicaciones de esta prueba no deben olvidarse a pesar de ser poco frecuentes, por lo que se recomienda consultar con un médico de confianza ante cualquier duda.



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