¿Qué es el óxido de etileno y cuáles son sus efectos?

Te vamos a mostrar qué es el óxido de etileno y cuáles son los principales riesgos derivados de su inhalación o consumo por medio de los alimentos.
¿Qué es el óxido de etileno y cuáles son sus efectos?
Saúl Sánchez

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Escrito por Saúl Sánchez

Última actualización: 18 noviembre, 2022

El óxido de etileno es un gas incoloro, inflamable y de olor dulce que se utiliza para fabricar anticongelantes y que cumple efectos a la hora de fumigar o esterilizar.

Sin embargo, se trata de un compuesto que puede incrementar el riesgo de cáncer si existe una exposición continuada al mismo. Por lo tanto está catalogado como peligroso y se debe evitar su inhalación. El riesgo se produce sobre todo en el caso de las personas que viven cerca de instalaciones industriales.

Antes de comenzar hay que destacar que existen varios tipos de compuestos o de gases volátiles que pueden causar perjuicios sobre la salud cuando se inhalan o cuando se consumen por medio de los alimentos.

Estos incrementan la producción de radicales libres en el medio interno, situación que se salda con mayor tasa de oxidación y de inflamación. A partir de aquí las mutaciones del ADN se vuelven más frecuentes.

El óxido de etileno en los alimentos

Se ha detectado la presencia de óxido de etileno en varios tipos de alimentos ofrecidos al público, como es el caso de las semillas de sésamo.

Cuando los organismos de seguridad alimentaria se dieron cuenta del problema, rápidamente mandaron a retirar estos comestibles del mercado, pues su ingesta podría conllevar problemas graves para la salud del consumidor. Y es que se ha asociado dicho gas con un incremento del riesgo de desarrollar cáncer, tal y como indica un estudio publicado en la revista Dose Response.

El principal problema de esta sustancia es que genera daños en el ADN y en la replicación celular. También puede provocar disfunción mitocondrial, lo que se relaciona con un incremento de la incidencia de patologías crónicas y complejas.

Por este motivo está totalmente prohibido el uso del compuesto en alimentación o en agricultura, aunque todavía se siguen encontrando trazas del mismo de forma periódica en algunos productos.

Normalmente se usaba como esterilizante para evitar la contaminación con microorganismos, ya que resulta letal para la mayoría de ellos. Ahora bien, es excesivamente peligroso y deja una serie de restos que pueden resultar nocivos para cualquier animal y especie.

Además se acumula fácilmente en el organismo, por lo que los efectos serán progresivos y dependerán de la exposición continuada al mismo.

Efectos por uso continuado

El óxido de etileno y el cáncer
Una de las principales razones por las que es importante evitar el contacto con el óxido de etileno es por el riesgo de desarrollar cáncer.

Como norma general se especula con que el incremento del riesgo de cáncer debido a la exposición al óxido de etileno se incrementa exponencialmente tras 10 años de uso continuado y de inhalación del mismo.

Lo más frecuente es que derive en la génesis de leucemia y de linfoma. Podría asemejarse a los efectos del tabaco en el organismo, a nivel celular, según un estudio publicado en la revista Environmental Science and Pollution Research International.

Es importante destacar que no existe una dosis segura a la hora de exponerse a dicha sustancia. Por ello lo mejor es que no exista rastro alguno en los alimentos. En este sentido los organismos de protección al consumidor son muy estrictos. Cuando se detecta alguna traza del compuesto se retira el lote o el alimento del mercado, para evitar riesgos para la población.

Aun así es posible que esté presente sobre todo en alimentos que proceden de países subdesarrollados. Aquí los mecanismos de control son muy inferiores y no se le otorga a la higiene alimentaria la importancia que se debería.

Ahí son mucho más frecuentes las contaminaciones. De hecho, no es posible importar comestibles a la Unión Europea desde cualquier lugar del mundo por culpa de este problema.

¿En dónde se puede encontrar óxido de etileno?

Normalmente el óxido de etileno se detecta en productos de origen vegetal, como pueden ser el sésamo y el trigo. Se emplearía la sustancia para acabar con poblaciones de microorganismos o de plagas que puedan dañar el vegetal, condicionando la cosecha posterior.

En algunos países asiáticos no está tan perseguido su uso, pero en Europa y en EE.UU. está completamente prohibido su empleo siempre y cuando se relacione con la industria alimentaria.

No obstante, no es la primera vez que se encuentran contaminaciones de alimentos con sustancias que no están permitidas. Es relativamente frecuente que se retiren lotes de procesados del mercado por contener trazas de compuestos nocivos para la salud humana.

Lo recomendable es siempre incluir una mayor cantidad de alimentos frescos en la dieta. Es menos probable que estos cuenten con sustancias nocivas que puedan dañar la salud humana en su interior.

Sí que se ha debatido bastante sobre la seguridad de los pesticidas empleados para la agricultura, pero muchos de ellos desaparecen de la superficie de los vegetales cuando estos se lavan antes del cocinado.

Compuestos que actúan como disruptores

Siguiendo con este tema de los pesticidas y los elementos tóxicos empleados en los procesos agrícolas, hay que destacar que se puede encontrar una amplia lista de lo que se denominan como disruptores endocrinos.

Básicamente son sustancias que al introducirse en el organismo humano generan alteraciones sobre el perfil o la producción hormonal. Generalmente afectan a las hormonas sexuales, según una investigación publicada en Environmental Toxicology and Pharmacology.

El problema de dichos compuestos es que también se bioacumulan en el organismo, pudiendo generar alteraciones reproductivas a medio plazo. Realmente resulta difícil evitar la exposición a los mismos, ya que están presentes en muchos elementos de consumo regular.

No solo en los alimentos. También en aerosoles, en pastas de dientes y en botellas de plástico. Quizás no prov0quen un efecto cancerígeno directo como el óxido de etileno, pero indirectamente sí podrían afectar a este riesgo.

Al fin y al cabo todos los tóxicos suelen alterar el equilibrio redox (de reacciones bioquímicas de oxidación y reducción) e inflamatorio del organismo.

Esto resulta en mayor producción de radicales libres y en mayor riesgo de mutaciones en el ADN. Para paliar dicho mecanismo se requiere un consumo elevado de sustancias antioxidantes, como los fitoquímicos presentes en los vegetales. Estos han demostrado ayudar a prevenir el envejecimiento y el desarrollo de muchas patologías crónicas y complejas.

Para evitar el consumo de estos disruptores podría resultar una buena estrategia optar por elegir alimentos de tipo ecológico. Está prohibido el uso de pesticidas y de otros químicos durante la producción de los mismos, lo que asegura una mayor salubridad.

Ahora bien, el precio es bastante más elevado y no asequible para todos los bolsillos. Todo ello a cambio de unas características organolépticas también mejores.

Posible contaminación del agua

El óxido de etileno y su presencia en el agua
Es importante asegurarse de que el agua consumida ha pasado por un adecuado proceso de filtrado.

Es clave destacar que tanto el óxido de etileno como otros muchos tóxicos pueden pasar al agua, acumulándose aquí. Por ello es determinante el acceso a fuentes potables que sigan procesos rigurosos de control.

De lo contrario el riesgo de desarrollar patologías crónicas a medio plazo o intoxicaciones se dispararía. En este sentido, la potabilización del agua ha sido uno de los avances higiénicos más importantes de la historia reciente.

Aun así, es cierto que se debe priorizar el consumo de líquidos en botella de cristal respecto a los plásticos. Así se evita la exposición a una buena cantidad de los disruptores mencionados, evitando alteraciones en la replicación celular y en la función mitocondrial.

En este misma línea será clave consolidar una presencia elevada de vegetales en la pauta para neutralizar la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo.

En el caso de adquirir agua embotellada, se deben evitar las que contengan una mineralización fuerte y se deben guardar en un lugar fresco y seco, siempre fuera de la luz del sol. Con el calor se desprenderán más compuestos como los microplásticos al líquido, que más tarde pasarán al organismo humano.

Óxido de etileno, un importante problema de salud pública

El óxido de etileno puede estar presente en varios tipos de alimentos de origen vegetal y resulta muy peligroso para el organismo humano, llegando a incrementar de manera significativa el riesgo de desarrollar cáncer a medio plazo.

No existe dosis segura y también es nocivo cuando se inhala, siendo un gas con olor dulce y extremadamente inflamable. Se utiliza en la industria, pero su uso está restringido y requiere de medidas de protección.

Para terminar hay que tener en cuenta que los gases inhalados en los centros de las grandes ciudades también pueden suponer un problema grave para el organismo.

Y es que la polución y la contaminación afectarían de forma negativa a la función pulmonar de un modo similar al humo del tabaco. En este sentido, habrá que asegurar un consumo regular de compuestos antioxidantes para tratar de neutralizar la formación de especies reactivas del oxígeno y así paliar los daños en cierta medida.



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