¿Qué es la inmunosenescencia?

El envejecimiento del sistema inmunitario es un problema real con consecuencia en la salud. Veamos qué se sabe al respecto.
¿Qué es la inmunosenescencia?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 03 septiembre, 2021

Envejecer es un proceso que no podemos revertir. A medida que sumamos décadas de vida, el organismo se va deteriorando de manera gradual. No solo lo hace en el exterior, con la aparición de arrugas en la piel, sino también en su interior. Hoy te hablamos de la inmunosenescencia, también conocida como envejecimiento del sistema inmunitario.

Ciertamente, a partir de determinada edad empieza un deterioro de las funciones inmunitarias del cuerpo. Ocurre tanto a nivel de la inmunidad natural como de la inmunidad adquirida. Sus secuelas se sienten de diferentes maneras, en especial al momento de contraer infecciones o enfermedades. Veamos qué dicen los expertos en torno a ello.

Características de la inmunosenescencia

La inmunosenescencia afecta a adultos mayores
La inmunosenescencia coincide con la edad avanzada, lo cual permite explicar la mayor propensión a desarrollar infecciones en esta etapa.

La inmunosenescencia es un problema que los investigadores conocen muy bien desde hace varias décadas. Se describe como el deterioro progresivo del sistema inmunitario producto del envejecimiento natural del organismo. No se conocen de manera exacta los mecanismos ocultos que generan esta degeneración, aunque la evidencia apunta a una involución crónica del timo.

Otros especialistas creen que las causas de la inmunosenescencia son multifactoriales, de manera que giran en torno a factores genéticos, ambientales y relacionados al estilo de vida. Sea como fuere, es un problema real al cual todos nos debemos enfrentar durante las últimas décadas de vida.

Aunque es cierto que el impacto en el sistema inmunitario adquirido es mayor, los estudios están de acuerdo con que el innato también sufre una pérdida importante. Veamos qué aspectos se ven comprometidos debido al envejecimiento del sistema inmunitario.

Sistema inmunitario innato

También se conoce como sistema inmunitario natural o específico. Se trata de la protección con la cual nacemos que sirve como línea de resguardo frente a los antígenos. Teniendo como punto de partida solo los elementos más importantes, durante la inmunosenescencia se afecta lo siguiente de este sistema:

  • Neutrófilos: alteración de la apoptosis (muerte celular programada) y de la producción de ROS (especies reactivas de oxígeno).
  • Monocitos: disminuye su actividad fagocítica (proceso en el que se capturan y degradan ciertos compuestos o células) y MHCII (complejo mayor de histocompatibilidad clase II).
  • Macrófagos y células dendríticas: decrece el número de macrófagos en la médula ósea y disminuye la cantidad de células dendríticas en la sangre. También decrecen las células de Langerhans.
  • Receptores que reconocen patrones (PRR): se alteran los receptores de reconocimiento de patrones (PTT, por sus siglas en inglés). Como consecuencia se disminuye la captura de antígenos.
  • Células NK: aumenta su volumen, aunque disminuye al mismo tiempo su citotoxicidad.
  • Linfocitos NKT: se presentan alteraciones, la mayoría de ellas relacionadas con su decrecimiento.
  • Timo: aunque su tamaño no varía, sí operan varios cambios internos en él. Se presenta una reducción en el número de timocitos y células de estroma.

Sistema inmunitario adquirido

También se conoce como sistema inmunitario adaptativo. Hace referencia a la parte del sistema que se adquiere luego de nacer, en principio luego de la interacción con un antígeno. En este caso, las áreas más afectadas son las siguientes:

  • Células T: disminuye el número de células T vírgenes, de manera que se reduce la inmunovigilancia y la respuesta a nuevos patógenos que ingresan en el cuerpo.
  • Células B: se presenta un decrecimiento de las células B vírgenes. Como resultado de ello decrece la respuesta de anticuerpos.
  • Citocinas: algunas aumentan (IL-1, IL-6 e IL-8), mientras que otras disminuyen (IL-2 y IFNy). Esto se traduce en la predisposición a estados inflamatorios crónicos e hipersensibilidad (a alergias, por ejemplo).
  • Células madres: la composición de las células madres cambia con respecto a la de los pacientes jóvenes. Disminuye su actividad, pero aumenta su cantidad en la médula ósea.

Como podemos ver, las alteraciones son generales durante el proceso de inmunosenescencia. Afecta a las partes más importantes del sistema inmunitario, lo que genera una serie de consecuencias a corto, medio y largo plazo. Veamos más en detalle en el próximo apartado.

Consecuencias de la inmunosenescencia

Tal y como nos lo recuerda Johns Hopkins Medicine, el envejecimiento del sistema inmunitario produce un mayor riesgo de reactivación de virus latentes. Es por esta razón que durante las últimas décadas de vida, existe un aumento de casos reportados del virus de varicela-zóster, virus de Epstein-Barr, virus de herpes simple y citomegalovirus.

Estos virus se mantienen latentes en el cuerpo luego de una infección durante la niñez o la adolescencia. Debido a las alteraciones que se producen en el funcionamiento del sistema inmunitario, se manifiestan en cuanto disminuye la eficacia de la protección. Otras de las consecuencias relacionadas con este proceso natural son las siguientes:

  • Menor respuesta a la vacunación.
  • Episodios de inflamación más agudos.
  • Infecciones persistentes.
  • Cicatrización de las heridas más lenta.

Los investigadores señalan también que la inmunosenescencia está relacionada directamente con un aumento en la probabilidad de desarrollar cáncer. Nuevamente, esto explica parcialmente por qué la mayoría de los reportes suceden en personas mayores de 50 años.

¿Qué podemos hacer para evitar la inmunosenescencia?

La inmunosenescencia puede mejorarse con una dieta saludable
Si bien hasta los momentos no existe manera de “tratar” la inmunosenescencia, los hábitos de vida saludables pueden retrasar un poco su evolución.

Dado que no se conocen los mecanismos que la regulan por completo, los especialistas no están seguros si la inmunosenescencia se puede prevenir. Se piensa que algunos de sus problemas sí son reversibles, como por ejemplo el número de células T vírgenes y de células B productoras de inmunoglobulina.

La evidencia sugiere que la terapia génica o combinada puede ser eficaz para restaurar total o parcialmente el funcionamiento del sistema inmunitario. El trasplante de timo puede ser una opción en determinados casos. En cuanto las cosas que puedes hacer para evitarla, se sabe que la nutrición puede tener un papel protagónico.

En efecto, existe suficiente evidencia al respecto como para aseverar que una dieta equilibrada puede retrasar los efectos de la inmunosenescencia. El enfoque nutricional varía de acuerdo con cada persona, aunque en general los estudios indican que las vitaminas, los minerales y los probióticos tienen un impacto positivo al respecto.

Otras cosas que puedes incluir en tu rutina para evitar el envejecimiento del sistema inmunitario son las siguientes:

  • Reducir los episodios de estrés o tensión.
  • Hacer actividad física.
  • Evitar el sedentarismo.
  • Mantener un peso saludable.
  • Mantener controladas las enfermedades diagnosticadas.

En términos generales, una vida saludable puede jugar a tu favor al momento de reducir el deterioro de estas funciones. Aunque por supuesto no puedes controlar la predisposición genética que tengas al respecto, si incluyes estos consejos en tu rutina inclinarás la balanza a tu favor.



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