¿Qué es la grasa visceral y cómo combatirla?

La grasa visceral es la más peligrosa de todas, al término que es la más difícil de eliminar y la que se asocia a varias patologías. Te enseñamos qué dicen los científicos al respecto.
¿Qué es la grasa visceral y cómo combatirla?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 02 agosto, 2022

La grasa visceral, también conocida como grasa intraabdominal, grasa abdominal o grasa de los órganos, es uno de los principales tipos de grasa asociados con la obesidad. A su vez es uno de los tipos de grasas más incomprendidos por el público en general, tanto por sus características como por las consecuencias de su acumulación. Te enseñamos todo lo que debes saber de la grasa visceral.

Este tipo de grasa es más frecuente en los hombres por determinantes hormonales, y está relacionada de manera directa con una variedad de condiciones. La diabetes tipo 2, las enfermedades inflamatorias y la resistencia a la insulina son solo algunas de las patologías que surgen como consecuencia de la grasa visceral. Repasamos sus principales características, con énfasis en cómo combatirla.

¿Qué es la grasa visceral?

La grasa visceral es aquella grasa que se desarrolla en las inmediaciones de los órganos abdominales. A diferencia de la grasa subcutánea no se limita a las capas superiores de la piel, sino que el tejido adiposo envuelve a los órganos internos. Difiere también de la grasa intramuscular; esto es, la grasa que se manifiesta en los músculos esqueléticos.

Tal y como señala Harvard Health Publishing, la grasa visceral es la más peligrosa de todas, esto teniendo en cuenta las complicaciones asociadas con ella a mediano y largo plazo. Este tipo de grasa no la puedes “sentir” con tus manos; ya que se encuentra distribuida entre los espacios de los órganos internos. La grasa que puedes asir con las manos es la subcutánea.

La grasa intraabdominal en exceso provoca una “silueta de manzana” en las personas. Por su parte, la grasa subcutánea produce una forma de pera. Sin embargo, su distribución depende de factores genéticos, hormonales y otras variables. Es más común en los hombres que en las mujeres, y se manifiesta en estos a través de la conocida como panza de cervecero o panza de cerveza.

En general, todas las personas tienen un cierto porcentaje de este y todos los tipos de grasas. Cuando existe una acumulación excesiva de tejido adiposo visceral se dice que la persona padece de obesidad visceral. Se han diseñado varias formas de medir o estimar de forma objetiva la cantidad de grasa visceral en el organismo. Los investigadores destacan las siguientes:

  • Técnicas antropométricas (como el IMC).
  • Análisis de impedancia bioeléctrica.
  • Absorciometría de rayos X.
  • Pletismografía de desplazamiento de aire.
  • Ultrasonido.
  • Tomografía computarizada y resonancia magnética, siendo ambos los métodos de elección (gold standards).

No es posible determinar la cantidad de grasa visceral al margen de las técnicas y los procedimientos reseñados. No es necesario que una persona sea obesa para que reúna una concentración superior de tejido adiposo de este tipo.

Las personas con sobrepeso pueden tener cantidades alarmantes de ella. Como ya hemos estipulado, este tipo de grasa se relaciona con varias complicaciones de salud.

Peligros para la salud de la grasa visceral

La grasa visceral trae consecuencias
Si bien no siempre la grasa visceral se relaciona directamente con la subcutánea, esta sí puede aumentar el riesgo de padecer ciertas condiciones.

Las señales de alerta de los científicos con respecto al tejido adiposo intraabdominal no son gratuitas. Se ha identificado una variedad de patologías relacionadas con la acumulación excesiva de la grasa visceral. Te dejamos con las enfermedades y complicaciones que pueden surgir como consecuencia de ello:

  • Síndrome metabólico: los investigadores han encontrado que la acumulación de este tipo de grasa es un catalizador para el síndrome metabólico. Téngase en cuenta que el síndrome metabólico no es solo obesidad. Exceso de colesterol en sangre, hipertensión arterial y glicemia alta son algunas de sus características.
  • Patologías inflamatorias: los estudios y las investigaciones han apuntado al tejido adiposo visceral como una de las principales causas de patologías inflamatorias. La colitis ulcerosa, la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y la uveítis son algunas de las más comunes en estos pacientes.
  • Diferentes tipos de cáncer: debido a las alteraciones hormonales y fisiológicas, la grasa intraabdominal se ha relacionado con diferentes tipos de cáncer. Por ejemplo, los expertos señalan que es un catalizador para el cáncer de próstata. Los investigadores y los especialistas también la han relacionado con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal.
  • Diabetes: se ha encontrado que la acumulación de tejido adiposo visceral es un predictor de la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina. De manera general, la grasa de este tipo se relaciona con varios trastornos endocrinos. Su acumulación predice entonces un mal funcionamiento progresivo del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal.

Las enfermedades cardíacas, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares son otras patologías que guardan una conexión con este tipo en particular de tejido adiposo. La grasa visceral no es por tanto inofensiva, ya que puede poner en serio riesgo la salud.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los índices de sobrepeso y obesidad son hoy más altos que nunca, de modo que se trata de un problema de salud pública.

¿Cómo combatir el tejido adiposo visceral?

La grasa visceral no siempre se relaciona con la subcutánea
Los cambios en el estilo de vida son indispensables para reducir los efectos del exceso de grasa visceral.

La receta mágica para eliminar la grasa visceral es de todos conocida: apostar por una dieta equilibrada y realizar actividad física. Aunque una variedad de condiciones pueden incentivar la acumulación de tejido adiposo en el abdomen, lo cierto es que el ejercicio y la dieta son la mejor opción para la mayoría de los pacientes. Te dejamos con algunas recomendaciones de Johns Hopkins Medicine para combatir la grasa visceral:

  • Reducir la ingesta de carbohidratos.
  • Apostar por un plan de alimentación a largo plazo, en lugar de dietas milagrosas a corto plazo.
  • Incorporar un régimen de actividad física en sesiones de entre 30 y 60 minutos cada día.
  • No centrarse solo en ejercicios aeróbicos, los anaeróbicos también son bienvenidos para eliminar el tejido adiposo intraabdominal.
  • Aprender a leer las etiquetas de los productos para identificar los ingredientes y sustancias saludables.
  • Reducir la ingesta de alimentos procesados.
  • No enfocarse solo en el número que arroja la balanza. Apuesta por resultados a medio y largo plazo.
  • Incentivar a que amigos y familiares se sumen a tu proyecto. Así estarás motivado para entrenar y mantener la dieta.

Para implementar todos estos protocolos es importante contar con la ayuda y las sugerencias de nutricionistas, dietistas, entrenadores personales y otros profesionales de la salud.

Se debe tener presente que nunca se está solo, y que los incentivos para perder grasa visceral van más allá de los estéticos. Las metas y los objetivos siempre deben orientarse teniendo como referencia los beneficios para la salud.



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