Cómo funcionan los anticonceptivos

Entre la población general existe un desconocimiento parcial sobre cómo funcionan algunos métodos anticonceptivos. Repasamos sus mecanismos de acción y qué tan efectivos son.
Cómo funcionan los anticonceptivos
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 23 mayo, 2023

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad existe un promedio de 1900 millones de mujeres en edad reproductiva. Entre todas estas, se estima que 842 millones utilizan métodos anticonceptivos y 270 millones tienen una necesidad insatisfecha de anticoncepción. Parte de las insatisfacciones tiene que ver con el desconocimiento, de manera que hoy nos centramos en enseñarte cómo funcionan los anticonceptivos.

Los anticonceptivos son cualquier método o dispositivo utilizado para prevenir un embarazo no deseado. Bajo esta definición existen docenas y docenas de alternativas, aunque para los motivos del presente análisis nos centramos en las principales. Lo hacemos tanto con las que pueden usar hombres como mujeres, y apuntamos además su tasa de efectividad.

Cómo funcionan los anticonceptivos

De manera general, podemos decir que los anticonceptivos funcionan a través de tres mecanismos elementales: inhabilitan los espermatozoides antes de que lleguen al útero, bloquean el acceso a los espermatozoides o inhiben la ovulación. Esta es la manera en la que funcionan la mayoría de los anticonceptivos disponibles en el mercado actual, y con base en ello podemos distinguir varios tipos.

A la par de estos, existen otros criterios al momento de evaluar su funcionamiento. A saber, la seguridad y las contraindicaciones del método, el retorno a la fertilidad y las tasas de fracaso. A continuación reseñamos el mecanismo de acción de los principales métodos anticonceptivos no permanentes, teniendo como referencia la distinción hormonal/no hormonal de acuerdo con los expertos.

Cómo funcionan los anticonceptivos hormonales

Los anticonceptivos hormonales impiden el embarazo al bloquear la liberación de óvulos de los ovarios, adelgazar el revestimiento del útero o al espesar la mucosidad que se encuentra en el cuello uterino. Lo hacen suministrando las hormonas estrógeno y progesterona, o solo progesterona. Con base en esta división podemos catalogar dos tipos de anticonceptivos hormonales.

Anticonceptivos hormonales combinados

Los anticonceptivos hormonales combinados (CHC, por sus siglas en inglés) se cuentan entre los más utilizados para prevenir el embarazo. Están elaborados bajo una combinación de estrógeno y la progestina sintéticos. Estos operan inhibiendo el eje hipotalámico-pituitario-ovárico, el cual controla el ciclo reproductivo en las mujeres.

La progestina funciona al reprimir la producción de la hormona luteinizante (LH). Esto se traduce en supresión de la ovulación, la reducción de la motilidad de las trompas de Falopio, la atrofia del endometrio y el espesamiento del moco cervical. Por su parte, el estrógeno opera inhibiendo la producción de la hormona estimulante del folículo (FSH). Como consecuencia se impide el desarrollo de un folículo dominante.

Como puedes ver, la progestina es la responsable de la mayor parte de la acción anticonceptiva; lo que a su vez la hace responsable de los efectos secundarios más importantes. En principio, la adición de estrógenos se hace para prevenir el sangrado irregular o no programado. En la actualidad se encuentran en presentaciones de píldora, parche y anillo vaginal.



Anticonceptivos solo de progestina

Los anticonceptivos solo de progestina (POC, por sus siglas en inglés) contienen solo la hormona sintética progestina, de manera que no albergan estrógeno. Como se explicó en el apartado anterior, la hormona funciona alterando el eje hipotalámico-pituitario-ovárico en el hipotálamo. Tal y como nos recuerda la OMS, este tipo de anticonceptivo se asocia con un menor riesgo de tromboembolismo venoso.

En este sentido, puede ser la mejor alternativa para las pacientes con alto riesgo de coágulos sanguíneos. Al no disponer de estrógeno, el sangrado y manchado no programados son efectos colaterales de su uso. Las opciones disponibles en el mercado actual son las píldoras de progestágeno solo, la inyección de DMPA, los implantes (Implanon ®, Nexplanon ® y otros) y los DIU con progestina.

Tanto los anticonceptivos hormonales combinados como los de solo progestina pueden reducir su efectividad en presencia de ciertos medicamentos. Por ejemplo, los antibióticos, los antihipertensivos, los fármacos para el colesterol, los antimicóticos, los anticonvulsivos y los productos a base de hierbas pueden alterar su funcionamiento. En presencia de estos tratamientos, se recomienda el uso de anticonceptivos no hormonales de manera transitoria.

Cómo funcionan los anticonceptivos no hormonales

Los anticonceptivos no hormonales, como su nombre lo indica, no incluyen la exposición a hormonas exógenas o sintéticas. No se interponen en la ovulación ni el momento del ciclo menstrual, sino que funcionan inhabilitando a los espermatozoides antes de que lleguen al útero o bloqueando su acceso a él de forma directa. Al prescindir del componente hormonal se asocian con menos efectos colaterales.

Como bien señalan los expertos, son una alternativa para las mujeres que quieren evitar los riesgos potenciales del uso de esteroides anticonceptivos hormonales durante períodos prolongados. Se distinguen varios de ellos, pero los más populares en la actualidad son los siguientes.

DIU de cobre

La DIU de cobre es el anticonceptivo no hormonal de carácter reversible más efectivo de todos. Se puede utilizar hasta por 10 años, en función del modelo, y operan generando un efecto espermicida por medio de los iones de cobre. No se asocia con tanto efectos secundarios como los de los implantes hormonales, aunque pueden provocar sangrado menstrual más abundante y cólicos.



Métodos de barrera (con o sin espermicidas)

Como su nombre lo indica, funcionan creando una barrera que impide el paso de los espermatozoides a la vagina o al útero. Incluyen condones (masculino y femenino) y diafragmas utilizados en el momento de la relación sexual. Los primeros no requieren de receta médica, mientras que los segundos por lo general sí la ameritan.

El uso de ambos se puede acompañar con un espermicida, aunque es mucho más común al momento de utilizar el diafragma. Los espermicidas son químicos que impiden la movilización de los espermatozoides y se administran a través de cremas, geles, espumas o supositorios. En algunas mujeres su uso puede causar irritación o reacciones alérgicas.

Métodos conductuales

Por último, dentro de los anticonceptivos no hormonales encontramos a los métodos conductuales. Se centran en prevenir el embarazo implementando una serie de hábitos conductuales de carácter sexual. Se distinguen así la abstinencia, la amenorrea de la lactancia (LAM, por sus siglas en inglés), los métodos basados ​​en el conocimiento de la fertilidad (FABM, por sus siglas en inglés) y el método de retirada (coitus interruptus).

Eficacia de los métodos anticonceptivos

No todos los métodos anticonceptivos analizados cuentan con el mismo grado de eficacia. Como no podría ser de otra manera, este es un incentivo para que las personas opten por su uso.

Su eficacia real está condicionada por diferentes variables, como por ejemplo el uso correcto del método, la ingesta de medicamentos (como ya advertimos), condiciones fisiológicas y más. Repasamos su efectividad de la mano de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC):

  • Sistema intrauterino de levonorgestrel (DIU LNG): su tasa de fallo oscila entre el 0,1 % y 0,4 %.
  • Dispositivo intrauterino (DIU) en T de cobre: su tasa de fallo se encuentra alrededor del 0,8 %.
  • Implante: su tasa de fallo de uso típico se sitúa en trono al 0,1 %.
  • Inyección: su tasa de fallo se localiza alrededor del 4 %.
  • Anticonceptivos orales combinados: su tasa de fallo gira en torno al 7 %.
  • Píldora de progestágeno solo: su tasa de fallo de uso típico se sitúa alrededor del 7 %.
  • Parche anticonceptivo: su tasa de fallo oscila alrededor del 7 %.
  • Anillo anticonceptivo vaginal hormonal: su tasa de fallo de uso típico se encuentra en torno al 7 %.
  • Diafragma o capuchón cervical: el uso de este método se asocia con una tasa de fallo del 17 %.
  • Esponja anticonceptiva: su tasa de falla oscila entre el 14 % para las mujeres nulíparas y el 27 % para aquellas que ya han tenido un bebé.
  • Condón masculino: el uso de esté método se asocia con una tasa de fallo de 13 %.
  • Condón femenino: su tasa de fallo se encuentra alrededor del 21 %.
  • Espermicidas: se asocian con una tasa de fallo del 21 %.
  • Métodos basados ​​en el conocimiento de la fertilidad: dado que es un método difícil de implementar, su tasa de fallo oscila entre el 2 % y el 23%.
  • Método de amenorrea de la lactancia: no se disponen de datos suficientes para estimar una tasa de fallo. Luego de los seis meses de dar a la luz y en ausencia de un amamantamiento regular, el riesgo de embarazo se eleva de forma considerable.

Para los motivos del presente artículo no tuvimos en cuenta los métodos anticonceptivos de emergencia ni los métodos permanentes de control de la natalidad. La elección de una u otra alternativa de anticoncepción se hace considerando una multitud de variables. Consulta con un especialista en caso de que tengas dudas al momento de utilizar uno o no tengas claro cuál te conviene.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.