Estómago inflamado: causas y qué hacer

Por desgracia, existen múltiples causas que pueden explicar la aparición de la sensación de estómago inflamado, la mayoría relacionadas con la ingestión de ciertos alimentos.
Estómago inflamado: causas y qué hacer
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 13 diciembre, 2022

El malestar estomacal es una de las afecciones más comunes en hombres y mujeres a nivel mundial. El mismo suele presentarse en forma de pesadez, cólicos y distensión abdominal. ¿Te interesa conocer cuáles son las causas y qué hacer ante un estómago inflamado? A continuación te contamos.

El término estómago inflamado se refiere a la sensación de distensión e hinchazón del abdomen que a menudo se acompaña de incomodidad y plenitud gástrica. Este padecimiento es frecuente en las personas adultas, y suele estar asociado a malos hábitos alimenticios.

Causas del estómago inflamado

Por lo general, esta afección puede ser desencadenada por varios factores, siendo la mala digestión y el consumo de alimentos en exceso los principales responsables. El estómago inflamado no suele representar un grave problema para el organismo. No obstante, requiere un tratamiento oportuno para evitar futuras complicaciones.

1. Consumo de comida en exceso

La ingestión de grandes cantidades de comida suele asociarse con una sensación constante de plenitud o hinchazón estomacal. Esto se debe a que se supera la capacidad de ocupación gástrica y de digestión. En este sentido, el bolo alimenticio es retenido por mayor tiempo, causando la sensación de estómago inflamado.

El consumo de alimentos a gran velocidad también contribuye a presentar esta entidad. Por lo general, esta conducta alimenticia retrasa el envío de las señales de saciedad al cerebro, lo que favorece a la ingestión de mayor cantidad de alimentos.

Además, es común que al seguir este tipo de dietas las personas no mastiquen de forma adecuada los alimentos y obstaculicen la acción de las enzimas digestivas. Por tal motivo, se producirá un enlentecimiento el tránsito intestinal, el cual se manifiesta con un estómago inflamado, reflujo ácido, eructos y estreñimiento.

¿Qué hacer?

Es posible evitar esta sensación estomacal desagradable con pequeños cambios en el estilo de vida. En este sentido, es recomendable reducir de manera progresiva la cantidad y la frecuencia de la alimentación. De esta forma, el organismo se adaptará a porciones más pequeñas y se facilitará la degradación de los alimentos.

Por otro lado, es vital procurar una adecuada masticación de la comida. Para ello, se aconseja masticar entre 30 a 50 veces por cada bocado, o al menos durante 30 segundos. Estudios sugieren que de esta manera se estimula una mejor digestión de la comida y se reduce el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad.

2. Malos hábitos alimenticios

El estómago inflamado y la influencia de la dieta
Tarde o temprano, el consumo de alimentos ultraprocesados puede ocasionar malestares gastrointestinales.

La dieta y la selección de los alimentos juega un papel fundamental en la mayoría de las afecciones gastrointestinales. Por lo general, las comidas ricas en grasas y los alimentos industrializados tardan más en ser digeridos. Esto se debe a que los mismos se procesan por una ruta metabólica más compleja.

Además, la microbiota intestinal es capaz de actuar sobre este tipo de alimentos, aumentando la producción de gases. Por tal motivo, las personas afectadas suelen presentar sensación de distensión abdominal, estómago inflamado, flatulencias y eructos.

Los carbohidratos complejos, los cereales y las harinas refinadas pueden causar un efecto similar en el organismo. Estos alimentos son sensibles a la fermentación gastrointestinal con liberación excesiva de gases. Los pacientes con colon irritable presentan alto riesgo de tener el estómago inflamado al consumir estos alimentos.

¿Qué hacer?

La corrección del hábito dietético es la principal medida de prevención de esta afección. Los especialistas en nutrición pueden resultar de gran ayuda en la construcción de un plan alimenticio que se ajuste a las necesidades de cada persona.

Algunas investigaciones sugieren que el contenido de grasas en la dieta debe representar un máximo del 30 % del valor calórico total. De igual forma, es recomendable que las grasas saturadas constituyan menos del 10 % y las grasas trans menos del 1 %.

Por otro lado, es aconsejable reducir o eliminar el consumo de alimentos ultraprocesados y ricos en azúcares. De esta manera, se reduce no solo el riesgo de padecer estómago inflamado, sino también enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus.

3. Dispepsia

Por lo general, la dispepsia también es denominada indigestión. Este término hace referencia a la molestia o el dolor que se origina en la parte superior del abdomen. Además, las personas afectadas suelen presentar sensación de estómago inflamado, acidez, arcadas y náuseas.

Esta afección suele relacionarse con el consumo de comidas muy condimentadas y bebidas irritantes como el café y los refrescos. De igual forma, existen factores emocionales que pueden actuar como desencadenantes de la indigestión, tal es el caso de la depresión, la ansiedad y el estrés.

Por otro lado, el consumo de algunos medicamentos también se asocia con la dispepsia y el estómago inflamado. Los corticosteroides y los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como el ibuprofeno y el diclofenac, son algunos de los principales responsables. En algunos casos, también se asocia a la presencia de una bacteria llamada Helicobacter pylori.

¿Qué hacer?

El tratamiento de la dispepsia se basa en el alivio de los síntomas y la realización de algunos cambios en el estilo de vida. El médico especialista en gastroenterología (aparato digestivo) es el responsable de identificar esta afección y guiar a la persona en la recuperación de su salud.

Las recomendaciones farmacológicas pueden incluir el uso de antiácidos y protectores gástricos, como el omeprazol. De igual manera, la persona afectada debe evitar el consumo de café, alcohol y bebidas gaseosas. Además, es indispensable mantener una dieta saludable, baja en grasas y rica en vegetales.

4. Intolerancia alimentaria

La intolerancia alimentaria se refiere a la manifestación de reacciones secundarias en el organismo posterior a la ingesta de alguna comida. Estudios estiman una prevalencia de reacciones adversas a los alimentos en los adultos que supera el 30 %.

Las personas que padecen intolerancia alimentaria son incapaces de digerir alimentos específicos. Esto promueve la aparición de varios síntomas como la sensación de estómago inflamado, el dolor abdominal, las náuseas y la pesadez abdominal.

El gluten de las harinas y cereales, así como la lactosa de la leche son algunos de los agentes responsables de esta enfermedad. No obstante, las personas también pueden manifestar reacciones adversas ante el consumo de mariscos, frutos secos y algunas frutas.

¿Qué hacer?

El diagnóstico de intolerancia alimentaria es realizado por un gastroenterólogo. En este sentido, es recomendable buscar atención médica lo antes posible ante la aparición de síntomas relacionados con esta afección. De igual forma, es vital abandonar el consumo de los alimentos que estén relacionados con el cuadro clínico.

5. Infecciones

El estómago inflamado puede asociarse a diarrea
Además de la distensión, cuando ocurre una infección gastrointestinal suelen aparecer otros síntomas como diarrea, malestar general o fiebre.

Las infecciones por ciertos parásitos, bacterias y virus pueden ser responsables de un gran número de síntomas gastrointestinales. En este sentido, las parasitosis por agentes como Giardia lamblia y Entamoeba histolytica suelen desencadenar diarrea, vómitos, dolor abdominal, náuseas, flatulencias y estómago inflamado.

Por otro lado, bacterias como Escherichia coli y Helicobacter pylori también pueden invadir la mucosa gástrica y causar malestar abdominal. Este tipo de infecciones pueden acompañarse de ulceración, acidez, pérdida del apetito y exceso de gases. En los niños las infecciones por virus como rotavirus y norovirus son muy comunes.

¿Qué hacer?

Ante la sospecha de una infección gastrointestinal se debe buscar atención médica profesional lo antes posible. El tratamiento dependerá del agente o germen responsable y de la gravedad del cuadro clínico. En caso de diarrea y vómitos es fundamental mantener una adecuada ingesta de líquidos.

Los síntomas de estómago inflamado disminuyen de forma progresiva en la medida que se soluciona la infección. Además, es recomendable mantener una dieta saludable, evitando alimentos procesados y ricos en azúcares o grasas.

Una afección que no debe pasar desapercibida

En la mayoría de los casos, el estómago inflamado es un síntoma de que algo no funciona de forma adecuada a nivel gastrointestinal. Por lo general, es resultado de transgresiones alimentarias o enfermedades de curso leve que pueden solucionarse con facilidad. No obstante, la falta de tratamiento puede llevar a varias complicaciones a largo plazo.

Por otro lado, se debe consultar a un profesional de salud de forma inmediata si el malestar persiste o se le añaden otros síntomas. Los médicos están capacitados para identificar la causa específica de esta afección y brindarle el tratamiento oportuno.



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