Cirugía ortognática: procedimiento y en qué casos se necesita

Las maloclusiones severas se ven mal e impiden hablar, comer y respirar con normalidad. ¿Es la cirugía ortognática la solución? Descúbrelo.
Cirugía ortognática: procedimiento y en qué casos se necesita
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 03 septiembre, 2023

La cirugía ortognática es un procedimiento quirúrgico que permite restablecer la armonía del rostro cuando los maxilares no se relacionan de manera adecuada. En ocasiones, los huesos de la boca son muy grandes, pequeños o no cuentan con la forma conveniente. Esto provoca maloclusiones, dientes desalineados, problemas estéticos y dificultades para realizar las funciones orales.

Cuando los tratamientos de ortodoncia no logran resolver estas situaciones por sí solos, se pueden combinar con la cirugía de los maxilares. Descubre cuándo se indica este procedimiento y cómo se realiza.

¿Qué es la cirugía ortognática?

La cirugía ortognática, como explica un artículo en International Journal of Health Sciences, se trata de una intervención hospitalaria en la que los elementos del esqueleto facial son manipulados para restaurar la relación anatómica y funcional adecuada. Se aplica en pacientes adultos con deformidades dentofaciales esqueléticas y permite superar las problemáticas que estos defectos ocasionan.

Con este procedimiento quirúrgico es posible corregir los defectos óseos de los maxilares y lograr una relación armónica entre los componentes orofaciales. Los resultados tienen efectos muy notorios y repercute en muchos aspectos de la vida del paciente.

La misión de la operación es lograr un tamaño, posicionamiento y relaciones correctas de los huesos de la boca. Con esto se facilitan las funciones orales —masticar, comer, hablar, respirar y sonreír—, se evita la aparición de síntomas asociados y se mejora la estética facial de la persona.

La cirugía ortognática no es un evento aislado, sino que forma parte de un tratamiento integral. Se combina con el uso de aparatos de ortodoncia antes y después de la operación. Todo el proceso puede durar entre dos y tres años.

¿Cuándo es necesaria la cirugía ortognática?

Esta operación solo se hace en pacientes adultos, cuyos maxilares ya han terminado de crecer. La cirugía ortognática se practica en pacientes con discrepancias maxilares severas que no pueden corregirse mediante ortodoncia.

Estos son algunos de los problemas de mordida que se corrigen con un adecuado procedimiento.

Retrognatia (maloclusión dental clase II)

Los pacientes con retrognatia tienen la mandíbula en una posición muy posterior respecto al maxilar superior. A través de la cirugía, se avanza el maxilar inferior, lo que mejora la estética y la funcionalidad de la boca. Como indica un artículo en Clinical Oral Investigations, esto aumenta la calidad de vida y disminuye el dolor.

Prognatismo (maloclusión dental clase III)

En este caso, el maxilar inferior está muy por delante del superior. Con la cirugía se adelanta el hueso superior o se retrocede la mandíbula.

Según un análisis publicado en The Angle Orthodontist, la corrección de las maloclusiones de clase III esqueléticas es la razón más frecuente para realizar una cirugía ortognática.

Asimetrías

Existe un crecimiento diferente y descompensado entre el lado derecho e izquierdo del rostro. Dado que la cara está formada tanto por huesos como por tejido blando, un artículo de Archives of Craniofacial Surgery explica que, en estos casos, la cirugía ortognática se combina con otros procedimientos para lograr una armonía facial aceptable.

Mordida abierta

Estos pacientes no logran contactar sus dientes frontales superiores e inferiores al cerrar la boca, quedando un espacio entre ambos. Se corrige movilizando ambos maxilares.

Según una publicación de Dental Press Journal of Orthodontics, la interacción entre la ortodoncia y la cirugía logra resultados que no serían posibles aplicando las terapias de forma independiente.

Sonrisa gingival

En este trastorno, la persona enseña demasiada cantidad de encía al sonreír. Como explica una revisión en Oral and Maxillofacial Surgery, la cirugía ortognática no es la primera opción de tratamiento para la sonrisa gingival, pero es una terapia adecuada para tratar otras condiciones asociadas a la sobreexposición gingival.

Sindrome de apnea obstructiva del sueño (SAO)

En los pacientes que sufren este trastorno, la cirugía ortognática permite el avance de la mandíbula y el maxilar superior consiguiendo una mayor tensión en la faringe y el aumento del volumen del flujo aéreo.

Un articulo de Current Opinion in Otolaryngology & Head and Neck Surgery indica que el avance maxilomandibular ha revolucionado el tratamiento quirúrgico del SAO y brinda la mejor oportunidad de éxito y curación de casos complejos.



¿Cómo es el procedimiento de la cirugía ortognática?

La cirugía ortognática no es un hecho quirúrgico aislado, sino que forma parte de un tratamiento integral. Un artículo de Seminars in Orthodontics expone que, para corregir maloclusiones severas y deformidades esqueléticas, es necesario un abordaje multidisciplinario.

El éxito de la cirugía requiere una excelente colaboración entre el ortodoncista, el cirujano y los demás profesionales que participen en la atención del paciente. Toda la terapéutica se planifica y se realiza de manera coordinada. Se trata de un proceso largo y progresivo. Estas son las principales fases del tratamiento.

1. Diagnóstico y planificación

Al decidir que la cirugía ortognática es la mejor alternativa para el paciente, es necesario hacer un exhaustivo estudio del caso clínico. El trabajo conjunto del ortodoncista y el cirujano maxilofacial permiten determinar qué se debe hacer, en qué momento y bajo qué condiciones.

En este momento del tratamiento se realizan diferentes estudios que ayudan a obtener un diagnóstico certero y planificar los pasos a seguir:

  • Registros de la mordida
  • Tomografías computadas
  • Fotografías de la boca y la cara
  • Radiografías de adentro y afuera de la boca
  • Impresiones de la boca y modelos de estudio
  • Escaneos digitales de la boca y obtención de imágenes computarizadas

Los autores del artículo de Seminars in Orthodontics consideran que la creación cuidadosa y detallada de un plan de tratamiento es crucial para producir los resultados más precisos, estéticos y funcionales.

2. Ortodoncia prequirúrgica

Antes de realizar la cirugía, el paciente debe comenzar con un tratamiento de ortodoncia. Con el uso de aparatos, se optimizan las condiciones orales para el momento de la operación.

Un capitulo del libro Peterson’s principles of oral and maxillofacial surgery señala que los objetivos de la ortodoncia prequirúrgica son los siguientes:

  • Colocar los dientes sobre el hueso basal.
  • Evitar mecánicas de ortodoncia inestables.
  • Proporcionar una preparación estable y predecible.
  • Evitar la intrusión, extrusión, expansión, inclinación y torsión excesivas.

El ortodoncista diseña y coloca los aparatos más convenientes para llevar los dientes a una posición adecuada respecto a sus bases óseas. De esta manera, cuando se realice la operación, los elementos dentarios podrán acompañar los cambios que se realicen en los huesos, sin interferir con las funciones orales. En esta fase, también pueden ser necesarias las extracciones de algunas piezas dentarias.

En general, es necesario usar los aparatos durante un año antes de realizar la cirugía, aunque esto depende de cada caso.

Es importante mencionar que existe una tendencia actual de eliminar la ortodoncia prequirúrgica y adoptar una estrategia de ortodoncia de «cirugía primero». Una revisión de Current Opinion in Otolaryngology & Head and Neck Surgery, destaca que esto tiene el beneficio de una mejora inmediata en la estética facial y en la disminución de los tiempos de tratamiento.

3. Planificación de la cirugía

Al principio del tratamiento, se realiza la planificación inicial entre el ortodoncista y el cirujano maxilofacial. Pero una vez culminada la fase de la ortodoncia prequirúrgica, es momento de preparar al paciente y planear la intervención propiamente dicha.

En esta instancia, se valora el posicionamiento de los dientes en la boca, las raíces dentarias y si es necesario realizar algún movimiento u otro ajuste para la correcta realización de los cortes quirúrgicos. Cuando los especialistas están conformes, se planifica el procedimiento a realizar y se confeccionan las férulas quirúrgicas, que sirven de guía al cirujano durante la intervención.

Una revisión del Journal of the Formosan Medical Association destaca que, en la actualidad, las imágenes tridimensionales, la simulación y la planificación quirúrgica asistida por computadora se utilizan de manera regular para el análisis de las estructuras craneofaciales y la predicción mejorada de los resultados en la cirugía ortognática.

En un primer momento, se hace un registro digital de la boca del paciente en el que se aprecian los huesos, su tamaño, ubicación y la relación con los tejidos blandos. Sobre esta imagen, se realiza la planificación en 3D, determinando cuánto y hacia dónde se van a mover las estructuras óseas.

A partir de estos datos, con impresiones en 3D se confeccionan férulas que ayudan al cirujano a realizar la intervención de manera precisa. Según los investigadores, el uso de estas tecnologías proporciona el beneficio de resultados funcionales y estéticos óptimos, la satisfacción del paciente y la traducción precisa del plan de tratamiento.

4. Intervención quirúrgica

El día planificado para la cirugía maxilofacial, estarán presentes tanto el cirujano como el ortodoncista. El procedimiento se realiza en un entorno hospitalario, bajo anestesia general y tiene una duración aproximada de cuatro horas, aunque depende de cada caso.

Durante la intervención, el cirujano realiza cortes de los tejidos blandos y de los huesos y moviliza el maxilar, la mandíbula o ambos huesos a la posición adecuada. La mayoría de las veces las incisiones son intraorales, por lo tanto no dejan cicatrices visibles.

Una vez que se ha conseguido un tamaño y un posicionamiento armónico de los huesos, el cirujano los fija en su nueva ubicación mediante miniplacas y tornillos de titanio. Por último, se realizan las suturas correspondientes para cerrar las heridas.

Luego de la intervención, el paciente permanece hospitalizado durante 1 a 4 días, para que los profesionales controlen su progreso.

5. Posoperatorio y recuperación

Luego de la cirugía, se realizan controles semanales para valorar la evolución y la recuperación del paciente. Durante las dos primeras semanas, la persona no podrá abrir la boca ya que los maxilares estarán fijados.

Durante el primer mes, el paciente deberá tener ciertos cuidados relevantes:

  • Llevar una dieta líquida.
  • Dormir con la cabeza elevada.
  • Tomar la medicación indicada.
  • Hacer reposo laboral durante, por lo menos, 4 semanas.
  • Usar bolsas de hielo en la cara para disminuir la inflamación del rostro.

Cuando los profesionales lo consideren adecuado, será posible quitarse los elásticos de fijación para comer. La movilidad de los maxilares se recuperará de manera progresiva y se podrán incorporar nuevos alimentos blandos a la dieta.

En esta etapa, la alimentación y la comunicación pueden tornarse bastante dificultosas y los primeros días es habitual sentir dolor y molestias. A partir de la cuarta semana los pacientes suelen sentirse mejor y recuperar su vida normal.

5. Ortodoncia posquirúrgica

Una vez realizada la cirugía, el paciente debe continuar con el tratamiento de ortodoncia. A través del uso de férulas y aparatología específica, se busca conseguir estabilidad en la oclusión y evitar la recidiva, así lo explica una revisión de Dental Press Journal of Orthodontics. Si es necesario, también se realizan movimientos dentales para mejorar la armonía de la sonrisa.



¿Qué tener en cuenta antes de realizarse una cirugía maxilofacial?

Es importante comprender que la cirugía ortognática es un recurso que solo se aplica en personas adultas en las que otros tratamientos más conservadores no son posibles. Antes de optar por este procedimiento, es muy importante estar seguro de la decisión.

Los beneficios que otorgan estos tratamientos son muy positivos, pero los cambios faciales que producen son muy notorios e impactantes. Es relevante dialogar con los profesionales sobre los temores, las expectativas y las dudas respecto al tratamiento. Tener en claro lo que va a suceder y lo que se espera evitará disgustos y malentendidos.

Este tratamiento es prolongado, requiere cuidados y compromiso, puede interrumpir la vida cotidiana durante varias semanas y el impacto visual del resultado es muy notorio. Es preciso estar preparado desde el punto de vista mental y físico para aprovechar los beneficios de la intervención.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.