Piromanía: síntomas y tratamiento.

La piromanía es mucho más que la mera fascinación por el fuego. Implica la satisfacción de haber incendiado algo y constituye una forma de comunicación con el exterior. ¿Quieres descubrir más? ¡En este artículo te lo contamos!
Piromanía: síntomas y tratamiento.
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 05 febrero, 2023

La piromanía es un trastorno cuya esencia radica en la imposibilidad de controlar los propios impulsos. La fascinación por el fuego que sienten las personas afectadas por esta condición clínica va más allá. Dan rienda suelta a sus impulsos más explosivos sin parar a pensar en las consecuencias enormemente destructivas de sus actos.

La impulsividad alude al conjunto de comportamientos que son emitidos sin una reflexión anterior. Además, los sentimientos que acompañan a la impulsividad se caracterizan por la urgencia y la tensión. La patología se da si la persona es incapaz de resistirse al impulso. Cuando el individuo se rinde ante el deseo de prender fuego a algo, aparece este trastorno.

«Una sola chispa puede prenderle fuego a un bosque».

-Charles Bukowski-

¿Qué es la piromanía?

Las personas con piromanía provocan fría, deliberada e intencionalmente incendios. Fallan de manera sistemática a la hora de inhibir sus impulsos incendiarios.

En consecuencia, prenden fuego a multitud de bienes y objetos. Esto se produce en ausencia de una motivación. Ni quieren ganar dinero de sus actos, ni tratan de sabotear a nadie, ni son el resultado de una venganza.

Las personas con piromanía tienden a sentirse bien al prenderle fuego a algo. Se sienten gratificados porque su impulso ha sido liberado y se quedan fascinados observando las llamas.

También pueden sentir una gran satisfacción al ser partícipes de las consecuencias de un incendio. A continuación, procederemos a describir las características de la piromanía (DSM-5, 2015)

«En la piromanía se experimenta una sensación previa de tensión, que cuando se libera produce placer».

-Organización Mundial de la Salud-

Características diagnósticas

La piromanía provoca cambios en el estilo de vida
Las personas con piromanía pueden llegar a escoger ocupaciones que tengan que ver de alguna manera con el fuego.

A las personas con piromanía les encanta observar todo lo que implique el fuego. Así, suelen ser colaboradores en casos de incendios y apoyar a los bomberos a la hora de extinguirlos. Por otro lado, incluso pueden elegir la profesión de bombero para canalizar sus impulsos incendiarios.

Puede existir premeditación, es decir, preparan anticipadamente cómo va comenzar el fuego. Además, pueden mostrar una actitud de indeferencia si las consecuencias del incendio son elevadas, e incluso pueden sentirse satisfechos si el grado de destrucción provocado es alto.

¿Qué desencadena la conducta pirómana? Para Belloch (2022) depende de la propia situación individual. Factores de la propia persona, como el estrés o el aburrimiento podrían estar detrás de la provocación deliberada de incendios.

«Las personas que combaten fuego con fuego usualmente terminan con cenizas».

-Abigail Van Buren-

Prevalencia

La prevalencia es el número de casos que existen de un trastorno, en una población, durante un periodo determinado. Como el diagnóstico de piromanía es complejo de realizar, hay pocos casos confirmados. En este sentido, la prevalencia es desconocida. Sin embargo, podría situarse en el en torno del 3 o el 4 % del total de condenados por incendio.

La piromanía se da con mayor frecuencia en los hombres. En este sentido, el riesgo de padecerla aumenta si el nivel socioeconómico es bajo y la persona carece de habilidades para comunicarse eficazmente. Los dificultades en la infancia relacionadas con el aprendizaje también pueden constituir un factor de riesgo a la hora de desarrollar piromanía.

«No se puede incendiar y luego exigir que florezca sobre la tierra quemada».

-Fernando Moraleda-

Desarrollo y curso

Este trastorno puede comenzar a cualquier edad. Se carece de datos que estimen una edad habitual en la que la piromanía eclosiona. Se hipotetiza con que podría comenzar de manera latente en la infancia y sería en la edad adulta cuando la persona realiza las conductas incendiarias.

Sin embargo, tal y como señala la American Psychiatric Association (2015) «la relación entre provocar incendios en la infancia y la piromanía en la edad adulta no está bien documentada».

En la infancia es raro observar conductas relacionadas con la piromanía. No obstante, se ha observado que el pico de edad en el que se producen estos comportamientos podría situarse en torno a los 17 años. Además, aunque les arresten y juzguen, cerca de un 30 % de afectados vuelven a reincidir.

Comorbilidad

Los pirómanos suelen padecer de otras entidades clínicas. En este sentido, la comorbilidad alude a la existencia, además de la piromanía, de otros desórdenes mentales. Así, estas personas suelen tener problemas relacionados con el abuso de sustancias, junto con un riesgo incrementado de padecer episodios depresivos.

Si nos referimos a otras entidades clínicas con dificultades a la hora de controlar sus impulsos, podemos decir que estas personas pueden desarrollar problemas vinculados con el juego. Así mismo, los rasgos antisociales de personalidad suelen ser habituales. Las personas con piromanía tienden a sentirse crónicamente frustrados.

«Todo fuego se consume a sí mismo».

-Jodi Picoult-

Modelos explicativos

Existen diferentes perspectivas que han tratado de dar respuesta al por qué de la conducta pirómana.

Biológicos

Desde la neurobiología se ha relacionado a la piromanía con la hipoglucemia, así como con el déficit de serotonina. También se plantea que puede existir alteraciones en el sistema nervioso autónomo y en el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal, estructura que regula la secreción de distintas hormonas, entre ellas el cortisol.

Psicoanalíticos

Desde el psicoanálisis se plantea que el fuego es un extraordinario símbolo de la esfera sexual. Podría representar el calor que se siente al estar excitado. Para los psicoanalistas, las llamas podrían representar un elemento fálico.

Psicológicos

Desde la psicología moderna, se cree que las conductas pirómanas podrían constituir intentos por parte de los sujetos de comunicarse con su alrededor. Así, prenderle fuego a un objeto podría conceptualizarse como una válvula de escape a la ira y a la frustración que experimentan. Además, son personas que tienden a sentirse inferiores al resto.

«El fuego es un símbolo natural de la vida y la pasión, a pesar de que es el único elemento en el quenada puede realmente vivir».

-Susanne K. Langer-

Tratamiento de la piromanía

Tanto el pronóstico del trastorno, es decir si mejorará o empeorará, como el tratamiento, es mejor en los niños que en la adultez. En este sentido, se considera que la terapia cognitivo-conductual (TCC) cuando se realiza en un entorno controlado tiene un buen nivel de evidencia científica y es probablemente eficaz para el tratamiento de la piromanía (Fonseca, 2022).

Tratamientos farmacológicos

A pesar de que la farmacoterapia dista de ser la primera opción de tratamiento, se han propuesto diversos fármacos que podrían ayudar a la hora de intervenir con estas personas. Los fármacos que han demostrado ser útiles son los siguientes:

  • Diferentes antipsicóticos como la risperidona y la olanzapina.
  • Algunos estabilizadores del ánimo como el litio o la carbamazepina.
  • El estimulante metilfenidato.
  • Algún antidepresivo, como la trazadona.
  • Adrenérgicos, como la clonidina.
  • Diferentes betabloqueantes como el propanolol o el atenolol.
  • Algunos agentes ansiolíticos como el lorazepam o la buspirona.

En este sentido, la farmacoterapia debería ser concebida como un apoyo a la psicoterapia (Belloch, 2022). Así, la TCC es la intervención con un aval científico superior. El objetivo de la TCC es cambiar la forma en que las personas con piromanía se expresan a través de sus comportamientos.

«Quien va de fuego en fuego, muere de frío».

-Antonio Porchia-

Tratamientos psicológicos

La piromanía tiene tratamiento
Es muy necesario contar con terapia psicológica para tratar la piromanía, ya que el tratamiento farmacológico no siempre es suficiente.

Al finalizar la terapia, los pacientes deberían haber sido capaces de cambiar sus conductas incendiarias por otras más adaptativas. En este sentido, es recomendable incluir a la familia y al entorno escolar en la intervención. Se han desarrollado recientemente dos programas específicos para el tratamiento de la piromanía (Fonseca, 2022):

«Pueden utilizarse programas o estrategias orientadas a la mejora de las habilidades parentales y la relación paterno y maternofilial».

-Amparo Belloch-

Firesetting Intervention Programme for Prisoners (Ganon, 2013)

Este programa está destinado a una población concreta, la infantojuvenil. En concreto, aquellos que sienten curiosidad y fascinación por el fuego. En este sentido, la provocación de incendios puede ser entendida como ‘accidental’. El programa consiste en 28 sesiones de dos horas, a razón de una por semana, y con carácter grupal.

Se trabajan aspectos relacionados con la piromanía. Por ejemplo, los factores relacionados con el fuego, los pensamientos asociados a la agresión y cómo regular mejor las propias emociones. También se realiza un entrenamiento en habilidades sociales. Los resultados indican que tras la intervención, la fascinación por el fuego se reduce.

The firesetting Treatment Programme for Male and Female Mentally Disordered Offenders (Ganon, 2014)

Este programa también tiene como diana la población que hemos mencionado anteriormente. Entre los resultados podemos mencionar que los pacientes mejoran en cuanto a su interés por el fuego. Además, tras la intervención, son capaces de expresar emociones como la ira de una forma menos destructiva.

La piromanía es un trastorno aún muy desconocido. En torno al fuego, gravita todo un universo de éxtasis para estas personas. Aún es necesario seguir investigando sobre esta entidad clínica con el objetivo de definir mejor sus síntomas. Así, se podrán crear intervenciones más eficaces y eficientes.

«Las hogueras no iluminan las tinieblas».

-Oscar Wilde-



  • Gea, P. M. (1994). Piromanía. Medicina balear, 9(1), 51-53.
  • Wise, M. G., & Tierney, J. (1996). Trastornos del control de impulsos no clasificados en otros apartados. Tratado de Psiquiatría. Barcelona: Áncora, 723-742.
  • Peña, L. E. Trastorno del control de los impulsos. http://psiqu.com/1-2562.
  • Belloch, A. (2023). Manual De Psicopatologia. (2.a ed.). MCGRAW HILL EDDUCATION.
  • Pedrero, F. E. (2021a). Manual de tratamientos psicológicos: Adultos (Psicología) (1.a ed.). Ediciones Pirámide.
  • First, M. B. (2015). DSM-5. Manual de Diagnóstico Diferencial. Editorial Médica Panamericana.
  • Cervera Martínez, G., Rubio Valladolid, G., Haro Cortés, G., Bolinches Claramontes, F., de Vicente Manzanaro, P., & Valderrama Zurián, J. C. (2001). La comorbilidad entre los trastornos del control de los impulsos, los relacionados con el uso de sustancias y los de la personalidad. Trastornos adictivos, 3(1), 3-10.

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