Diferencias entre ser listo y ser inteligente

Ser listo y ser inteligente puede parecer lo mismo, pero la realidad es que existen claras distinciones entre ambos términos. Aquí te las contamos todas en detalle.
Diferencias entre ser listo y ser inteligente
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 10 octubre, 2021

Los seres humanos categorizamos nuestras aptitudes y tendemos a conceptualizarlas como un punto en un ranking. “¿Qué tan inteligente soy? ¿Cuánto tardo en resolver un problema? ¿Qué me hace ser quién soy?”, son frases que seguro que te has preguntado alguna vez. Con base en este tren de pensamiento, te mostramos en las siguientes líneas las diferencias entre ser listo y ser inteligente.

Concebir la inteligencia como un número en una escala es algo erróneo, pues la mente humana va mucho más allá de la suma cuantitativa de sus partes. Si quieres saber cuáles son las diferencias entre términos tan complejos, es necesario que abstraigas tu pensamiento y reconozcas que en el cerebro humano nada es blanco o negro. Sigue leyendo si te interesa esta premisa.

Definiendo términos

Antes de explicar las diferencias entre ser listo y ser inteligente vemos de interés definir ambos términos de forma exhaustiva. Primero los tratamos por separado para luego enfrentarlos.

¿Qué es la inteligencia?

Tal y como indica la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la inteligencia es la capacidad de entender o comprender conceptos, de resolver problemas, de actuar con habilidad, destreza y experiencia y de percibir y controlar los propios sentimientos. Es imposible abarcar un término tan complejo en una sola definición, pues conlleva abstracción, lógica, entendimiento, aprendizaje, razonamiento y mucho más.

A día de hoy no existe una definición oficial que abarque todos los frentes en los que se desarrolla la inteligencia humana. De todas formas, sí que se ha llegado al consenso de que todo ser inteligente es capaz de lo siguiente:

  1. Aprender de la experiencia: esto engloba la adquisición, la retención y el uso del conocimiento aprendido a lo largo de la existencia. Por este mismo motivo, es obvio que para que exista inteligencia tiene que haber memoria.
  2. Reconocer problemas: el aprendizaje es esencial en el desarrollo de inteligencia, pero el individuo también debe ser capaz de poner lo aprendido en práctica. Para ello hay que reconocer los problemas y conflictos externos o internos, clasificarlos y actuar en consecuencia.
  3. Resolver problemas: después del aprendizaje y el reconocimiento llega la resolución. Este puede parecer el paso más difícil de todos y el que se asocia con la “inteligencia” clásica, pero todos los citados son igual de necesarios.

Así pues, podemos decir que la inteligencia es una capacidad mental que puede ser concebida de forma diferente, pero que siempre se conecta con los términos psicológicos que tratan de explicarla. Si tuviésemos que elegir una definición oficial simple, sin duda sería la de la famosa psicóloga y socióloga Linda Gottfredson:

(La inteligencia es) la capacidad mental general que incluye la habilidad de razonar, planificar, resolver problemas, pensar en abstracto, comprender ideas complejas, aprender rápido y aprender de la experiencia, que es más que una destreza académica o del aprendizaje por medio de libros.

La inteligencia está presente en todos los seres humanos. Nuestra especie se caracteriza por aprender, recordar y transmitir lo aprendido, lo cual da lugar a la sociedad y los constructos que nos rodean. Al ser autoconscientes y al tener memoria somos automáticamente seres inteligentes, sin distinción alguna.

¿Qué es ser listo?

Las diferencias entre ser listo e inteligente son diversas
Ser listo se asocia mucho a la capacidad de resolver situaciones diversas, un aspecto muy variable entre cada persona.

Volvemos a la Real Academia de la Lengua Española (RAE) para definir el término “listo”. Este organismo lo describe como algo mucho más sencillo y fácil de entender que el concepto anterior: un ser humano listo es diligente, pronto, expedito, apercibido, preparado, dispuesto a hacer algo, sagaz y avisado.

Aunque una persona lista pueda manifestar esta característica de muchas formas, existen ciertos pilares que construyen este término. Los más importantes son los siguientes.

  1. Agilidad mental: habilidad para resolver problemas de forma rápida.
  2. Habilidades superficiales: capacidad para realizar diferentes tareas de forma eficaz. En general, se dice que las personas listas son muy “capaces” en diferentes ámbitos.
  3. Ingenio: el ingenio se puede entender como la capacidad que tiene el ser humano para discurrir o inventar con prontitud y facilidad. Las personas listas suelen  mostrar mucha iniciativa y capacidad de invención.
  4. Destreza: la destreza es la habilidad y experiencia en la realización de una actividad determinada, generalmente automática o inconsciente. Las personas listas suelen ser diestras en ámbitos dispares.

Una persona lista es hábil, rápida y capaz de poner su conocimiento (aunque sea limitado) en práctica de la forma más eficaz posible. Este concepto se interconecta mucho con la sagacidad, la capacidad de ser multiusos y, en resumen, la puesta en práctica por encima del conocimiento puro.

¿Cuáles son las diferencias entre ser listo y ser inteligente?

Ahora que ya tenemos ambos términos claros podemos explorar a fondo cuáles son las diferencias entre ser listo y ser inteligente. Te las mostramos por separado en distintos apartados.

1. Definiciones diferentes a nivel basal

Como hemos visto en las líneas previas, una persona lista tiene la capacidad de aplicar información previamente aprendida en una situación concreta (aunque esta sea somera). Por otro lado, la inteligencia es mucho más amplia: esta implica lógica, comprensión, autoconsciencia, aprendizaje, conocimiento emocional, razonamiento y planificación.

Además de la extensión de cada concepto, se puede reducir la diferencia entre ambos términos en este frente en una sola idea: la inteligencia es la capacidad de adquirir conocimiento, mientras que alguien listo es capaz de poner en práctica el conocimiento adquirido de forma rápida. Todos somos inteligentes hasta cierto punto, pues es una condición inherente al ser humano.

A nivel basal, todo ser humano posee inteligencia, pero eso no significa que todos seamos igual de listos.

2. Distinción en la consecución de objetivos

Tal y como indica la Sociedad Española de Excelencia Académica, las personas que destacan por su inteligencia excepcional analizan y segmentan la información para llegar al resultado correcto. Esto requiere un periodo de aprendizaje previo extenso y una exploración hipotética de los escenarios más probables en la resolución de un problema.

Por otro lado, las personas listas son más decididas y eficaces a la hora de llegar a la solución, pero esto no siempre implica que esta sea la más efectiva. Como su conocimiento en la materia en cuestión es más somero, es probable llegar al objetivo por el camino más eficiente (y rápido), pero no el que más se acerca a la perfección.

Las personas muy inteligentes analizan, mientras que las listas se centran en actuar.

3. Escala temporal

Los sujetos muy inteligentes tienen una visión a largo plazo, mientras que las personas listas actúan en la inmediatez del momento. Por ello, los pasos tomados por alguien con un intelecto muy alto pueden no parecer los lógicos en primera instancia. Aun así, toda persona con una inteligencia marcada actúa mirando al futuro y, para ella, sus actos son lógicos.

Por otro lado, alguien listo busca resolver un problema en el momento de la forma más rápida posible. Esto no quiere decir que carezca de visión de futuro, sino que está más interesado en los resultados a corto plazo.

Una persona inteligente se puede equivocar igual que una lista ante una tarea concreta. De todas formas, la primera se asegura mucho más de minimizar los riesgos a largo plazo.

4. Techos de resolución

Como podrás imaginar en este punto, una de las diferencias entre ser listo y ser inteligente más claras radica en el “techo de resolución”. Como las personas listas basan su modus operandi en la acción, su conocimiento es algo más superficial. Por ello, puede que se les complique realizar una tarea que requiera un aprendizaje extenso y planteado a largo plazo.

En la otra cara de la moneda, una persona muy inteligente necesita bastante tiempo de aprendizaje, pero domina aquello en lo que se centra. Por esta razón, su rango de acción es mucho más amplio y puede alcanzar cotas superiores a la hora de llegar a un objetivo. Dicho de forma más sencilla: trabajar la inteligencia permite resolver problemas mucho más complejos.

5. Tipología: una de las diferencias más importantes entre ser listo y ser inteligente

Tal y como propuso el psicólogo Howard Gardner en el año 1983, muchos especialistas en la materia creen que existen inteligencias múltiplesEsta teoría postula que, así como hay muchos tipos de problemas que resolver, existen muchos tipos de personas con cierta excelencia a la hora de abordarlos. Así, se puede ser muy inteligente en un frente y carente en otros.

Algunas de las inteligencias múltiples que propuso en su día Gardner son las siguientes:

  1. Lingüística: la inteligencia lingüística destaca en el terreno del discurso y la escritura. Una persona inteligente en este frente es capaz de transmitir sus ideas a la perfección mediante el lenguaje escrito o hablado.
  2. Lógico-matemática: esta inteligencia es la que se concibe en la cultura general como la típica. Los sujetos que destacan en esta categoría son capaces de entender los números y las operaciones y los aplican de forma abstracta para resolver problemas.
  3. Espacial: se refiere a la capacidad de manejar y plasmar el espacio tridimensional en el que nos encontramos. En general, las personas desarrolladas en este ámbito tienen facilidad para crear planos, mapas y figuras geométricas.
  4. Musical: como su propio nombre indica, esta inteligencia facilita la creación e interpretación de la música. La apreciación de los patrones musicales caracteriza a las personas que destacan en este frente.
  5. Naturalista: hace referencia a la capacidad del ser humano a la hora de clasificar y entender al resto de seres vivos que le rodean. Como podrás imaginar, los biólogos, botánicos y zoólogos destacan en esta categoría.

Aunque antes había menos categorías, a día de hoy se reconocen 12 inteligencias múltiples, así que estas son solo unas pocas. Por otro lado, cabe destacar que la listeza no se escinde en subtipos, pues solo existe un modelo de “listo”. Como puedes ver, la inteligencia es un término muchísimo más complejo y amplio.

No existen diferentes tipos de listeza, pero se conciben hasta 12 en el terreno de la inteligencia.

6. Rapidez

Una de las diferencias entre ser listo y ser inteligente es la rapidez
Una persona lista podría tardar menos tiempo en realizar una tarea que una inteligente, a pesar de que esta última entendería el problema con mayor profundidad.

Otra de las diferencias entre ser listo y ser inteligente radica en la rapidez a la hora de alcanzar los objetivos. Las personas listas son veloces y requieren poco tiempo de adaptación y entrenamiento. Por otro lado, las muy inteligentes necesitan aprender y planificar, por lo que tardan mucho más que las listas a la hora de resolver un problema concreto.

Esto no quiere decir que una capacidad sea mejor que la otra: unas veces se requiere rapidez y otras planificación. Cada ser humano brilla (mínimo) en un frente concreto, así que la inteligencia no es inherentemente superior a la listeza.

7. Capacidad de cuantificar el rasgo

La inteligencia se ha cuantificado de forma histórica con los test de cociente intelectual (CI). Se dice que una persona presenta genialidad intelectual cuando su CI se encuentra entre 140 y 154, mientras que alguien con discapacidad cognitiva grave tiene un CI entre 20 y 34. Aproximadamente 1 persona entre 18 millones alcanza un CI entre 185 y 201, mientras que superar esta última cifra es prácticamente imposible.

A pesar de que el CI se ha utilizado de forma histórica para clasificar a los seres humanos, este cada vez está menos aceptado en la comunidad científica. Tal y como indican documentos profesionales, cada vez se demuestra más que el intelecto humano no se puede reducir a una sola cifra basada en solo un segmento de la cognición.

A pesar de las polémicas, muchas personas siguen utilizando el CI como una forma de medir la inteligencia. Por otro lado, la listeza no se puede cuantificar de ninguna forma (al menos hasta ahora).

Inteligencia vs listeza: ¿quién gana?

En estas líneas te hemos mostrado las diferencias entre ser listo y ser inteligente, pero todo lo descrito requiere una serie de matices finales. En primer lugar, habrás visto que nos hemos referido en todo momento a personas “más” o “menos” inteligentes. Esto se debe a que, por definición, el ser humano presenta intelecto y todos tenemos un nivel basal de inteligencia indiscutible. 

Por otro lado, hay que destacar que ser inteligente no es mejor que ser listo (o viceversa). La capacidad de resolver problemas de forma inmediata es tan importante como la de planificar a largo plazo, pues cada trabajo y tarea imponen una serie de habilidades muy diferentes entre ellas. Se suele asociar la inteligencia a la excelencia, pero no siempre van de la mano.

En última instancia, también hace falta destacar que se puede ser muy inteligente en un ámbito, pero carente en otro. La inteligencia emocional y la lógico-matemática tienen muy poco que ver entre ellas, así que no pueden medirse con el mismo rasero. En resumen: todos somos igual de aptos, solo necesitamos descubrir en qué ámbito destacamos para sacar a relucir nuestro potencial.




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