¿Qué medicamentos causan aumento de peso?

¿Estás tomando algún medicamento? Presta atención a los siguientes, ya que podrían generar un aumento de peso considerable. Aprende cómo sucede esto y qué puedes hacer al respecto.

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 06 junio, 2021

Está claro que la obesidad es un problema multifactorial. Los hábitos de vida influyen de forma determinante, pero algunos medicamentos también causan aumento de peso, debido a una mayor acumulación de tejido adiposo a nivel subcutáneo en la mayoría de los casos. Un consumo continuado de los mismos puede afectar a la composición corporal.

Te vamos a contar cuáles son los principales medicamentos que causan aumento de peso. No obstante, hay que tener en cuenta que si se cuida la dieta y se realiza ejercicio físico, aun estando en tratamiento con los mismos, se podrá ejercer un control efectivo sobre el peso corporal en la mayoría de los casos.

Medicamentos que pueden aumentar el peso corporal

Los fármacos pueden ser responsables de un aumento de peso debido a los siguientes efectos:

• Alteración de la función metabólica: se produce porque algunos medicamentos pueden provocar que el organismo gaste menos calorías a lo largo del día. También pueden interferir en la elección de los sustratos energéticos, reduciendo la oxidación de las grasas.
• Estimulación del apetito: los corticosteroides pueden generar un incremento del apetito, además de disminuir la utilización de la glucosa como fuente energética, lo que genera una transformación de la misma en tejido adiposo para su acumulación.
• Fatiga: los betabloqueantes suelen provocar una sensación de fatiga, lo que condiciona la práctica de ejercicio físico, desequilibrando la balanza energética y provocando una reducción del tono muscular. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Hong Kong Medical Journal.
• Retención de líquidos: es un efecto provocado por los bloqueadores de canales de calcio. Se utilizan para tratar la hipertensión y pueden originar una retención de agua en el tejido, lo cual estimula la ganancia de peso y la sensación de hinchazón.
• Cambios de humor: es posible que los fármacos antipsicóticos alteren las experiencias emocionales y las sensaciones de apetito y saciedad, lo que conlleva a una mayor ingesta de alimentos. Incluso podrían generar también diabetes y dislipemia, según un estudio publicado en Current Neuropharmacology. Su uso se ha incrementado durante los últimos años, debido a la mayor incidencia de los problemas de salud mental.
• Alteraciones hormonales: la píldora anticonceptiva consumida por muchas mujeres también puede generar un aumento de peso. De todos modos, no siempre se trata de una mayor acumulación de tejido adiposo, sino que en ocasiones esta diferencia en la báscula responde a un incremento de la retención de líquidos o de la hinchazón.

Los fármacos han de consumirse siempre con receta

Hay que tener en cuenta que el consumo de todos estos fármacos no se puede realizar sin receta médica. El facultativo es conocedor de sus efectos secundarios, por lo que ha de insistir en los mecanismos de control del peso corporal para poder reducir tales consecuencias.

Por otra parte, alteraciones fisiológicas que generan problemas o cambios en el estado de salud en diferentes etapas de la vida también pueden afectar a la composición corporal. Entre las más frecuentes se encuentran el síndrome de Cushing, el hipotiroidismo y el síndrome del ovario poliquístico.

Efectos secundarios del aumento de peso inducido por medicamentos

El problema de los fármacos comentados no es solo que generen un aumento del peso corporal, sino todas las consecuencias que de ello se derivan. En lo que a ganancia de kilos se refiere, existe variabilidad entre personas, probablemente marcada por la genética y por las diferencias a nivel fisiológico.

De todos modos, una vez que se desarrolla el incremento de la masa grasa se ve aumentado el riesgo de diabetes de tipo 2. Ambas patologías se encuentran muy relacionadas, tal y como afirma un estudio publicado en la revista Biochimica et Biophysica Acta.

Es probable que se experimente una variación en la tensión arterial. En muchas ocasiones puede padecerse también hipertensión, ya que la masa grasa condiciona una situación de inflamación que genera estrés a nivel sistémico. Así lo evidencia una investigación publicada en Phamacological Research.

Incluso el perfil lipídico podría verse alterado. Se experimenta un incremento del colesterol total, que como tal no resulta excesivamente preocupante. Lo que sí impacta de forma negativa sobre el organismo es la mayor tasa de oxidación de las lipoproteínas VLDL, lo que se podría relacionarse con la aterosclerosis, según un artículo publicado en Current Medicinal Chemistry.

Todos estos efectos secundarios de los fármacos pueden provocar que la persona suspenda por su cuenta y riesgo la medicación, lo que podría ir en contra de su salud. En otras ocasiones lo que sucede es que se reduce la dosis sin consultar con el especialista que la ha pautado.

Remedios alternativos para evitar fármacos que aumenten el peso corporal

Otra opción a tener en cuenta es la utilización de terapias alternativas. Como norma general no cuentan con la aprobación a nivel médico, pero en ciertas situaciones pueden resultar de utilidad, sobre todo cuando la patología no ha mejorado.

Por ejemplo, para el tratamiento del dolor existen evidencias conforme la acupuntura resulta eficaz. También se acumulan ensayos que hablan de su potencial en el manejo de la migraña. Con esta técnica se puede reducir la necesidad de consumir fármacos que generen un impacto nocivo en el organismo, aunque hay que contar primero con la aprobación médica.

De todos modos, la mejor estrategia para evitar todas estas dolencias es la prevención. Si se promocionan los hábitos de vida saludables, será mucho menos probable que se experimenten alteraciones fisiológicas que puedan poner en riesgo la salud o el bienestar.

Así, la necesidad de medicamentos se reduce a lo largo de la vida, lo que es muy positivo. A pesar de sus perfiles de seguridad y de sus beneficios para ciertos problemas, no dejan de ser sustancias químicas con efectos secundarios para el organismo. Cuantos menos se tengan que consumir, mejor.

No obstante, lo que nunca se debe hacer es modular las dosis de los medicamentos de forma casera, sin consultar con un profesional. Una alteración de la pauta podría incrementar los efectos negativos o reducir el potencial beneficioso de los fármacos.

Ante un aumento de peso causado por el consumo de un medicamento, lo mejor es consultar con el especialista. Este podrá regular la dosis u ofrecer alternativas para que los efectos secundarios sean menores, ocasionando un incremento de la sensación de bienestar.

¿Cuándo contactar con un profesional?

Hay que tener en cuenta que puede ser preciso contactar con un profesional si, durante la pauta de tratamiento con el fármaco, además de ganancia de peso, se experimentan los siguientes síntomas:

• Estreñimiento.
• Caída del cabello.
• Sensación de cambios de temperatura.
• Inflamación y dificultad para respirar.
• Aumento del apetito de forma incontrolada.
• Problemas de visión.

En este caso el especialista podrá realizar una serie de pruebas diagnósticas como analíticas de sangre, exámenes hormonales y una valoración nutricional para identificar la causa del problema. Si el origen está en la dosis del medicamento, valorará cambiar la pauta o el fármaco administrado.

No obstante, será necesario plantear un cambio en los hábitos de vida para evitar la progresión de la ganancia de peso. Normalmente con una mejora de la pauta dietética y con el ejercicio físico se le puede poner solución al problema. También hay que valorar si existen alteraciones en el descanso o en la composición de la microbiota intestinal.

Algunos medicamentos pueden estimular el aumento de peso

Existen medicamentos que causan aumento de peso debido a su efectos sobre la fisiología del organismo. Si se experimenta este efecto secundario, no se debe modificar la dosis ni suspender el tratamiento, sino que hay que consultar con el especialista.

A partir de aquí se decidirá si los cambios se contrarrestan con una mejora de los hábitos de vida o si es necesario modificar la posología del fármaco para impedir que se reduzca el bienestar. Sea como fuere, tomar esta decisión sin orientación médica supone siempre un riesgo para la salud.