Aterosclerosis: síntomas, causas y tratamiento

La aterosclerosis cuenta con varios factores de riesgo para su desarrollo. Entre ellos están el sedentarismo, la mala alimentación y el consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol.
Aterosclerosis: síntomas, causas y tratamiento
Saúl Sánchez

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Última actualización: 16 diciembre, 2020

La aterosclerosis es uno de los problemas de salud más temidos en la actualidad. Afecta al sistema cardiovascular y es capaz de poner en riesgo la vida, condicionando el flujo de sangre que llega a los principales órganos vitales. Por este motivo, te vamos a explicar en qué consiste.

Se trata de una de las patologías más estrechamente vinculadas con la dieta. La calidad de los nutrientes que introducimos en el organismo puede determinar la eficiencia del sistema cardiovascular. Una alimentación basada en productos ultraprocesados, por ejemplo, incrementa el riesgo de sufrir un taponamiento de los vasos sanguíneos.

¿En qué consiste?

Esta afección no es más que un taponamiento de los vasos sanguíneos, en general de las arterias, provocado por una acumulación de lípidos plasmáticos que conforman la placa de ateroma. Esto genera un endurecimiento de las paredes endoteliales y una reducción del diámetro. Asimismo, se condiciona el flujo de sangre que es capaz de pasar por ellas.

Hay que tener en cuenta que los vasos sanguíneos permiten la llegada de la sangre a todas las células del cuerpo humano. En este líquido se disuelven el oxígeno y los nutrientes necesarios para asegurar que las reacciones metabólicas y fisiológicas se lleven a cabo.

En el caso de que un tejido determinado no consiga un correcto aporte de sangre, poco a poco puede deteriorarse, hasta que acaba en necrosis. Llegados a este extremo hay que tener en cuenta que la supresión del riego sanguíneo a un órgano vital puede causar la muerte de una persona.

Médico revisa a paciente con aterosclerosis.
Esta enfermedad es silenciosa y los síntomas no se detectan con facilidad.

¿Por qué se produce la aterosclerosis?

En cuanto a los factores de riesgo de la aterosclerosis, existe bastante discordancia en la comunidad científica. Durante muchos años se achacó este problema a un incremento de los valores de colesterol plasmáticos.

Se consideraba a la mala dieta como la principal causa. Sin embargo, en la actualidad se duda de que exista una relación directa entre el perfil lipídico y el desarrollo de la enfermedad, según un estudio publicado en la revista Clinical Science.

Los expertos no relacionan de forma tan directa el riesgo de aterosclerosis con el colesterol total y ni siquiera con las fracciones HDL o LDL. En su lugar, se plantea la hipótesis de un proceso inflamatorio y oxidativo que afecta a una pequeña población de la lipoproteína LDL, conocida como VLDL oxidada.

Llevar a cabo una dieta baja en antioxidantes y con un alto contenido en sustancias inflamatorias podría incrementar la tasa de oxidación de las lipoproteínas sanguíneas. Esta situación aumenta el riesgo de formación de placas de ateroma. Es lo que afirman últimas investigaciones.

De todos modos, la fracción HDL sigue considerándose como protectora, siendo capaz de transportar lípidos al hígado para su metabolismo o eliminación, por lo que realiza una función de limpieza. Se acepta que el perfil lipídico está determinado, en gran medida, por un componente genético, por lo que la capacidad de actuación sobre el mismo a través de la dieta es limitada.

Los triglicéridos y la aterosclerosis

Si bien la relación entre colesterol y aterosclerosis todavía suscita dudas, la asociación entre la patología y los triglicéridos sanguíneos parece estar más clara. La influencia genética en este caso es menor, siendo el control dietético un protagonista claro a la hora de variar la concentración de dichos lípidos en el suero.

Al parecer, y según apuntan los estudios más recientes, presentar una tasa alta de triglicéridos en el plasma se asocia con un mayor riesgo de desarrollar placas de ateroma, representando un riesgo para la salud cardiovascular. Para evitar dicha situación es necesario corregir ciertos hábitos de vida.

La supresión del consumo de ultraprocesados es una estrategia eficaz, así como la práctica de ejercicio físico de manera diaria. Un abordaje desde múltiples aspectos es la manera más eficaz de controlar los riesgos.

Síntomas

Uno de los principales problemas de la aterosclerosis es que es una enfermedad silenciosa. Es capaz de no presentar ningún síntoma hasta que ya está muy desarrollada, momento en el que el riesgo de infarto o de problemas cerebrovasculares se dispara.

Quizás, en personas activas resulte un poco más evidente, ya que la patología condiciona el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos. Esto genera una sensación de cansancio temprano y una menor eficiencia física. De todos modos, se trata de un problema poco frecuente en la población activa.

Lo habitual es que se desarrolle de forma silenciosa en sujetos mayores, con sobrepeso y hábitos sedentarios. Es posible que estos no aprecien el incremento progresivo del cansancio, por lo que no experimentan ningún síntoma de alerta.

Tratamiento de la aterosclerosis

Hasta hace pocos años, el tratamiento de la aterosclerosis era claro. Se pautaban fármacos hipolipemiantes, a la vez que un patrón dietético carente de lípidos y con un alto contenido en carbohidratos.

Sin embargo, en los días que corren este modus operandi ha dado un giro de 180 grados. En primer lugar, se duda del efecto de estos fármacos en un alto porcentaje de individuos con factores de riesgo cardiovascular.

En lo que a la alimentación se refiere, se ha conseguido demostrar que la ingesta de ácidos grasos saturados o insaturados no solo no repercute negativamente en el perfil lipídico, sino que reduce el riesgo de desarrollar accidentes y patologías cardiovasculares. Sin embargo, lo que sí genera un impacto negativo sobre el funcionamiento de este sistema es el consumo de ácidos grasos de tipo trans.

Suplementos dietéticos eficaces

A pesar de que en algunos casos es preciso el manejo farmacológico e incluso la intervención quirúrgica, muchas situaciones de riesgo cardiovascular pueden mejorarse con un adecuado planteamiento de los hábitos de vida. Desde el punto de vista dietético, cabe destacar la necesidad de reducir el aporte de azúcares simples, de carbohidratos en general, de aditivos y de ácidos grasos trans.

Al mismo tiempo, es positivo incrementar la ingesta de lípidos saturados e insaturados, prestando especial atención a los de la serie omega 3 por sus propiedades antiinflamatorias.

La suplementación con ciertos nutrientes parece también resultar protectora frente al desarrollo de este tipo de patologías. Tanto los suplementos de omega 3 como los de vitamina D son capaces de reducir el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares.

Modulan la inflamación y reducen la tasa de oxidación de la lipoproteína VLDL. En este sentido, el aporte de antioxidantes dietéticos por medio de los alimentos de origen vegetal supone también una gran ayuda.

Hipolipemiantes tomados para reducir el colesterol.
Más allá de los fármacos, el estilo de vida es determinante en la aparición de placas de ateroma.

La importancia de la actividad física

No hay que dejar de lado la función de la actividad física, sobre todo cuando se practica de forma habitual. El ejercicio siempre se ha vinculado con un mejor estado de salud. Su práctica es capaz de ejercer una actividad antioxidante y antiinflamatoria a mediano plazo.

De este modo, se aconseja una combinación de ejercicios de fuerza con trabajos de resistencia. Esto conseguirá reducir el tejido adiposo subcutáneo y visceral, al tiempo que incrementa la producción de masa magra. Por otra parte, estimula el funcionamiento del corazón.

Aterosclerosis: una patología determinada por los hábitos de vida

No existe un consenso claro sobre la causa de la aterosclerosis, sobre los factores de riesgo y sobre la importancia del perfil lipídico a la hora de determinar el desarrollo de la patología. Sin embargo, está claro que los hábitos de vida influyen directamente en el funcionamiento del sistema cardiovascular.

Una dieta basada en el consumo de alimentos frescos, que limita los ultraprocesados, es capaz de generar un impacto protector sobre esta clase de enfermedades. Al mismo tiempo, cabe destacar la necesidad de realizar actividad física diaria.

La aterosclerosis es una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas tempranos. Por ello, acudir a un profesional de la nutrición para ajustar la dieta y valorar la inclusión de algún suplemento puede resultar un factor diferencial de cara a maximizar la prevención.



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