Automedicación: ¿cuáles son los riesgos?

La automedicación es una técnica útil para tratar ciertos síntomas leves, no obstante, puede tener graves consecuencias si se realiza de forma inadecuada. ¿Deseas conocer cuáles son los riesgos de esta práctica? ¡Sigue leyendo!
Automedicación: ¿cuáles son los riesgos?

Última actualización: 03 febrero, 2021

Hoy en día es muy fácil tener acceso a medicamentos debido a que muchos de estos compuestos son de venta libre, es decir, no es necesario tener una prescripción médica para obtenerlos. Esto ha generado que las personas realicen prácticas como la automedicación, sin conocer cuáles son los riesgos de la misma.

La automedicación se define como el uso indiscriminado de medicamentos sin receta médica y por iniciativa propia por parte de los pacientes. En este sentido, el personal de salud no influye en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o el seguimiento del tratamiento.

En la actualidad, esta es una práctica muy frecuente y se estima que es realizada hasta por un 27,3 % de la población en países como Colombia. No obstante, el uso indiscriminado de ciertos fármacos puede traer graves consecuencias, no solo para quienes los consumen, sino para la población en general.

Fármacos más utilizados en la automedicación

La realización de esta práctica es de utilidad en el tratamiento de síntomas como el dolor de cabeza, las náuseas o la fiebre. Esto hace que algunos de los fármacos más utilizados sin prescripción médica sean los analgésicos. Por otro lado, los antibióticos también soy muy consumidos por la población en general.

El verdadero problema de la automedicación aparece cuando los medicamentos son utilizados en exceso o cuando no son necesarios. En este sentido, es de suma importancia no abusar de ellos, ni continuar con su ingesta si los síntomas presentados no desaparecen.

Uso de analgésicos

El uso indiscriminado de analgésicos es un problema de salud grave en grupos de todas las edades. La mayoría de estos compuestos también cuentan con propiedades antipiréticas, por lo que su ingesta ayuda a disminuir la fiebre así como a tratar el dolor.

Sin embargo, el consumo excesivo de los mismos está asociado a la aparición de distintos problemas renales. De hecho, muchos casos de insuficiencia renal terminal son producto del consumo de estos compuestos.

Por otro lado, el empleo de paracetamol o aspirina en el tratamiento de cefaleas no específicas puede causar la aparición de cefalea crónica.

Las hemorragias digestivas se han incrementado en los últimos años, principalmente por el aumento de consumo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Uso de antibióticos

La automedicación con antibióticos es, probablemente, una de las prácticas más peligrosas que se pueden realizar. La exposición constante a estos compuestos hace que las bacterias desarrollen mecanismos de resistencia, dificultando así el tratamiento de las enfermedades infecciosas.

Algunos estudios demuestran que alrededor del 13 % de los estudiantes de farmacia se automedican con antibióticos. El uso de estos compuestos sin prescripción médica ha generado la aparición de múltiples cepas resistentes, lo que afecta a la población en general y no solo a un individuo en específico.

La resistencia bacteriana es una consecuencia de la automedicación con antibióticos.
Año tras año, la resistencia a los antibióticos aumenta. Esto se relaciona mucho con la automedicación.

Otros medicamentos

Es impactante la cantidad de personas que utilizan fármacos que no son de venta libre para automedicarse. Los mismos emplean compuestos utilizados en patologías padecidas anteriormente o solo siguen la recomendación de un conocido sin consultar al especialista.

Entre los fármacos de esta índole más utilizados destacan los psicofármacos, los corticoides, los antigripales, los digestivos y los antiácidos. El gran peligro de esta práctica se debe a los efectos secundarios producidos por el uso inadecuado de los mismos.

Riesgos de la automedicación

La automedicación es muy peligrosa cuando se realiza de forma constante y durante un tiempo prolongado. Es importante saber que todos los medicamentos comercializados tienen cierto grado de toxicidad. En este sentido, el uso excesivo de los mismos puede dañar algunos órganos, como los riñones y el hígado.

Uno de los efectos adversos más frecuentes es la alergia a alguno de los compuestos del fármaco, por lo que es importante consultar con un especialista antes de iniciar la ingesta del mismo. Entre los principales riesgos que tiene la automedicación destacan los siguientes:

  • Desarrollo de dependencia: algunos compuestos como las benzodiacepinas tienen la capacidad de desarrollar tolerancia y dependencia en quienes los consumen. Además, es posible presentar el síndrome de abstinencia cuando se suspende el tratamiento.
  • Resistencia a los antibióticos: esta es una consecuencia grave, pues el problema afectará a la población en general. Hoy en día existen bacterias resistentes a todos los antibióticos conocidos producto del uso inadecuado de los mismos.
  • Interacciones con otros medicamentos: existe un riesgo elevado de tener graves efectos secundarios cuando se ingieren múltiples medicamentos a la vez. Esto se debe a que los mismos pueden reaccionar entre sí dentro del organismo.
  • Enmascaramiento de procesos graves: algunas patologías severas como el cáncer de colon pueden generar síntomas inespecíficos. En este sentido, la automedicación puede retrasar el diagnóstico de una enfermedad.
  • Falta de efectividad: muchos fármacos pueden utilizarse en condiciones en las que no son necesarios, por lo que no mejorarán la sintomatología presentada. Un ejemplo de ello es la ingesta de antibióticos en infecciones virales.

Guía para una automedicación segura

La automedicación forma parte del proceso de autocuidado de los individuos, por lo que no está contraindicada en todos los casos. En este sentido, existe una serie de recomendaciones que se deben seguir para ingerir medicamentos de forma segura, las cuales son las siguientes:

  • No tomar ningún fármaco que necesite receta médica.
  • No ingerir los compuestos por un tiempo prolongado.
  • Consultar con el médico si los síntomas no desaparecen.
  • Evitar el consumo de alcohol cuando se ingieran fármacos.
  • Adquirir los medicamentos en la farmacia.
  • Leer las instrucciones de conservación y almacenamiento de cada compuesto.

Por otro lado, la automedicación se debe evitar a toda costa durante el embarazo. Algunos fármacos pueden tener efectos dañinos en el bebé y favorecer a la aparición de defectos congénitos. En estos casos, siempre es necesario consultar al médico y leer el prospecto interno de los medicamentos.

Adquirir medicamentos de receta libre permite reducir los riesgos de la automedicación.
Para evitar consecuencias severas de la automedicación, es importante solo utilizar fármacos que no requieran receta médica.

Una práctica frecuente con grandes riesgos

La automedicación sin ningún tipo de control tiene muchos riesgos para el paciente y para la población en general. En este sentido, es importante no abusar de los compuestos ingeridos, evitando así la aparición de posibles efectos secundarios.

Esta práctica se puede realizar de forma segura siguiendo los consejos mencionados en los apartados anteriores. Además, es importante informarse acerca de los principios activos y de la seguridad del fármaco que se desea consumir, con la finalidad de evitar posibles reacciones alérgicas.



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