Tratamiento de la hipertensión en las personas mayores

La hipertensión es una condición muy frecuente durante la vejez. Elegir el tratamiento para este grupo de edad es diferente a hacerlo en personas jóvenes. Veamos cuál es la razón y qué opciones hay disponibles.
Tratamiento de la hipertensión en las personas mayores
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 23 junio, 2021

La presión sanguínea alta aumenta a medida que se envejece. Según estimaciones del American Collegue of Cardiology (ACC) hasta un 70 % de los adultos mayores de 65 años padece de hipertensión. Debido a varios factores, el tratamiento de la hipertensión en personas mayores es diferente al de adultos jóvenes o adolescentes.

Dado el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, ataques cardiovasculares e insuficiencia renal, entre otras cosas, urge la aplicación de una terapia segura y efectiva para controlar los niveles de presión arterial. Hoy repasamos algunos criterios fundamentales que se tienen en cuenta al momento de elegir la mejor alternativa para este rango de edad.

Tratamiento de la hipertensión en adultos mayores

El tratamiento de hipertensión en personas mayores puede ser complejo
Los adultos mayores tienden a tener más comorbilidades, lo cual puede complicar la estrategia terapéutica para controlar la hipertensión arterial.

Las complicaciones relacionadas con el aumento de la presión sanguínea son mayores a medida que se envejece. Se han identificado varios elementos que contribuyen a estos desequilibrios, entre los cuales destacan la rigidez arterial, desregulación y deterioro de la función renal, cambios hemodinámicos a nivel mecánico y trastornos neurohormonales, principalmente.

Es por todo esto que las probabilidades de desarrollar la enfermedad aumentan de acuerdo con la edad, lo que a su vez genera varios desafíos. Las investigaciones han sugerido cinco de los más importantes durante el tratamiento de la hipertensión en adultos mayores:

  1. Deterioro cognitivo.
  2. Multimorbilidad.
  3. Fragilidad.
  4. Hipotensión ortostática.
  5. Mayor riesgo de caídas.

Toda terapia que se oriente a tratar la condición en personas mayores de 65 años debe tener en cuenta esto, ya que la dosis, frecuencia, tipo de medicamento y expectativas están condicionadas por los criterios anteriores. Muchas veces estos se superponen entre sí, lo que obliga al especialista a ser más cuidadoso durante el proceso.

No existe un valor estándar sobre cuál debe ser el rango de la presión arterial en adultos mayores. Se ha sugerido que debe rondar los 140/90 mmHg.

Sin embargo, muchos pacientes no lo toleran ya que el descenso se acompaña de un mayor riesgo de caídas al cohabitar con la hipotensión ortostática. Es por esto que la recomendación es encontrar el valor que sea tolerado por el organismo.

Como podemos ver, tanto los valores como los objetivos son diferentes durante el tratamiento de los hipertensos mayores en contraste con poblaciones más jóvenes. La terapia se elige de acuerdo con la gravedad, ya que en pacientes con hipertensión resistente es necesario un esfuerzo mayor para el control.

Cambios en el estilo de vida como tratamiento de los hipertensos mayores

El cambio del estilo de vida forma parte del tratamiento conservador en el manejo de la hipertensión arterial, sin distinción de la edad. Por tanto, aplicar ciertas modificaciones en los hábitos del día a día es el primer paso para equilibrar los valores de presión, sin importar que se inicie también un tratamiento farmacológico.

Múltiples investigaciones y estudios han dado cuenta de la importancia de los programas destinados a reducir los factores asociados con el aumento de la tensión arterial. Entre los más importantes destacamos:

  • Hacer actividad física: para ello se pueden seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 159 minutos de ejercicio aeróbico a la semana.
  • Reducir la ingesta de sodio: se ha demostrado que la disminución del consumo de sodio en los adultos mayores contribuye a estabilizar los valores de presión sanguínea.
  • Bajar de peso: incluso cuando esta no sea tan sustancial, la evidencia señala que bajar de peso contribuye a mejorar los pronósticos del control de la enfermedad y a la reducción de afecciones relacionadas con ella.
  • Dejar de fumar: el tabaquismo es un viejo enemigo de la presión sanguínea, sin importar la edad. Dadas las condiciones, las investigaciones sugieren una relación más estrecha y mayor riesgo de muerte durante la vejez.
  • Reducir los niveles de estrés: está demostrado que minimizar los episodios de estrés es útil para el tratamiento de la presión arterial en personas mayores. Debe formar parte, por tanto, de toda terapia de control.

Estas son las recomendaciones básicas que el doctor sugerirá, aunque se acompañarán de otras de acuerdo con cada caso. Es poco frecuente que por sí solos estos hábitos mantengan fuera de juego los niveles altos de presión, pero sin duda complementan la asimilación de la terapia farmacológica administrada.

Tratamiento farmacológico para la hipertensión en adultos mayores

El tratamiento de hipertensión en personas mayores incluye el uso de fármacos
La mayoría de los medicamentos antihipertensivos pueden ser usados en personas mayores. Sin embargo, la mayor incidencia de insuficiencia renal y hepática puede provocar algunas restricciones.

No existe un límite de edad para la ingesta de medicamentos antihipertensivos en adultos mayores, como nos señala la evidencia. Sin embargo, la elección se debe hacer de manera controlada, revisando el grado de tolerancia y los posibles efectos secundarios que genera en el paciente.

Una investigación publicada en la revista The BMJ en 2008 sugirió que no existe un gran diferencia entre los grupos de medicamentos administrados a los adultos mayores en cuanto al desarrollo de eventos cardiovasculares importantes relacionados con la hipertensión.

Esto nos señala que los diuréticos tiazídicos, los bloqueadores de los canales de calcio, los bloqueadores de los receptores de la angiotensina y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina son igual de efectivos durante la adultez.

Quizá la excepción la tengan los bloqueadores beta, los cuales según algunos indicios son menos efectivos que los diuréticos en el tratamiento de la presión arterial en adultos mayores. Estos últimos, por tanto, son la primera opción que usará el especialista para controlar los niveles de tensión.

El ensayo y error que tenga en cuenta los efectos adversos, el grado de aceptación por parte del organismo y la interacción con otros fármacos determinará cuál es la mejor opción para el paciente. Es por esta razón que pueden pasar varias semanas o meses antes de encontrar la terapia que mejor se ajusta según el contexto.



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