Talasemia: síntomas, causas y tratamiento

La talasemia es una enfermedad genética que se puede presentar en un amplio espectro. Es de naturaleza heredable y poligénica, es decir, varios genes están implicados en su expresión.
Talasemia: síntomas, causas y tratamiento
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 13 mayo, 2021

La talasemia es un tipo de anemia dentro del grupo de anemias hereditarias. Se estima que el 5 % de la población mundial presenta los genes mutados que codifican para la enfermedad y 300 000 niños nacen cada año con síndromes de tipo talasémico. La incidencia de estos cuadros es de 4,4 pacientes por cada 10 000 nacimientos vivos.

Esta patología sigue un patrón de herencia autosómico recesivo. Aun así, la expresión de la enfermedad y los mecanismos heredables se complican bastante en esta entidad, pues más de un gen puede verse implicado en su aparición, ya que se trata de un rasgo poligénico. Si quieres saber más sobre la talasemia, englobada en un marco genético, sigue leyendo.

Introducción y bases sobre la talasemia

La talasemia es un tipo de anemia hereditaria. En una situación normal, la sangre contiene de 4,7 a 6,1 millones de glóbulos rojos por microlitro de sangre, o lo que es lo mismo, 16 gramos de hemoglobina/decilitro o más. Los glóbulos rojos son esenciales para la vida, pues se encargan de transportar el oxígeno a las células.

Se considera que un paciente tiene anemia cuando el conteo de hemoglobina es menor a 16 gramos/decilitro. Además, tal y como indica la Clínica Universidad Navarraen el conteo del índice eritrocitario (de glóbulos rojos) no solo se tiene en cuenta la cantidad de hematíes por decilitro sanguíneo, sino su contenido en hemoglobina, forma y funcionalidad.

La hemoglobina es la proteína integrada en los glóbulos rojos que se encarga de transportar el dioxígeno (O2) a todos los tejidos del cuerpo. Según la revista clínica Medicina de Familiaesta hemoproteína está formada por 4 cadenas de globina y 4 grupos hemo. En las personas sanas, 2 genes beta y 4 genes alfa codifican las siguientes secciones:

  1. Fracción Hb A: está formada por 2 cadenas α y 2 β. Representa hasta el 98 % del total de hemoglobina (Hb).
  2. Fracción HbA2: formada por 2 cadenas α y 2 δ. Representa hasta el 3,5 % de la hemoglobina total.
  3. Fracción Hb F: formada por 2 cadenas α y 2 cadenas βδ. Representa menos del 1,5 % de la hemoglobina total a nivel eritrocitario.

Las talasemias son un grupo heterogéneo de trastornos que reciben nombres diferentes, según el tipo de cadena que se vea afectada y el gen mutado que codifica esta disfuncionalidad. Estos cuadros varían desde irregularidades simples en el hemograma hasta eventos anémicos letales para el paciente.

La talasemia comprende una serie de anemias heredables al nivel de genes diferentes.

Las bases genéticas de la talasemia

La talasemia es una enfermedad genética
Esta enfermedad tiene un fuerte componente genético.

Para comprender el patrón de herencia de la talasemia, es necesario establecer una serie de bases a nivel genético. En primer lugar, hay que destacar que los seres humanos somos diploides, es decir, presentamos 2 copias de cada cromosoma en el núcleo de todas las célula somáticas (que forman los tejidos del cuerpo).

Por lo tanto, cada gen se presentará en el individuo con 2 variantes: una heredada del padre (alelo 1) y otra heredada de la madre (alelo 2). Un alelo es dominante (A) cuando se manifiesta sin importar el estado de su copia. El alelo recesivo (a) es aquel que solo se puede expresar si la copia es igual a él.

Para cualquier carácter dado, un organismo puede ser homocigoto dominante (AA), homocigoto recesivo (aa) o heterocigoto (Aa). En el último caso, el alelo dominante enmascara al recesivo, así que solo se expresa él. Estas son las diferencias que codifican las expresiones de los fenotipos (rasgos y enfermedades) a partir de los genotipos (alelos).

Los genes y la talasemia

En general, las talasemias se heredan de forma autosómica recesiva. Esto quiere decir que los genes implicados se encuentran en los cromosomas no sexuales y que la enfermedad no aparece a menos que ambas copias (alelos) del mismo gen estén mutadas. De todas formas, como ya hemos dicho, más de un gen puede jugar un rol en el desarrollo del cuadro.

Recuperamos términos anteriores: hay 2 copias del gen que codifican la síntesis de la cadena α de la hemoglobina, HBA1 y HBA2, lo que reporta un total de 4 alelos α diferentes (2 paternos y 2 maternos), localizados en cada una de las 2 copias del cromosoma 16. Por otro lado, el gen HBB que codifica las cadenas β (representado por solo 2 alelos) se encuentra en el cromosoma 11.

Tal y como indica el portal Rare Diseasesen las talasemias se reduce la síntesis de las cadenas de globina que forman la hemoglobina, por mutaciones en los genes citados con anterioridad. Así, se pueden distinguir distintos cuadros clínicos:

  • β talasemia: resultado de la falta de síntesis de las cadenas β, con exceso de cadenas α. Se debe a las mutaciones en el gen HBB, pero estas deben presentarse en ambos alelos, al ser un carácter recesivo (a). Es el tipo más común de talasemia.
  • α talasemia: resultado de la falta de síntesis de cadenas α, con un exceso de cadenas β. Los defectos genéticos se encuentran en los genes HBA1 y HBA2.
  • βδ talasemia: cuando falta más de una cadena βδ.

Todo esto puede parecer demasiado complejo, pero si queremos que te quedes con una idea, esta es la siguiente: si solo se ve un gen implicado la anemia resultante es leve, mientras que si son 2 genes los mutados el pronóstico es mucho peor. Cuanta más tasa de mutación se encuentre en los genes descritos, más difícil será sintetizar hemoglobina y glóbulos rojos.

Carriers asintomáticos

Las personas con uno de los alelos mutados para uno de los genes descritos son portadoras o carriers asintomáticos. Cuando 2 portadores con mutaciones en el gen tienen descendencia, la probabilidad de que el niño nazca con la enfermedad es del 25 %. Los carriers (Aa), en su cruzamiento, pueden dar lugar a infantes sanos (AA), portadores (Aa) y con anemia (aa).

Este ejemplo de explicación sencilla se aplica a la β talasemia, pues solo se ve codificada por las mutaciones en los alelos de un mismo gen, el HBB. De todas formas, la α talasemia es más compleja, pues depende de 4 alelos en 2 genes distintos, HBA1 y HBA2. Cuantas más mutaciones acumule el infante, más probable es que los síntomas sean graves.

Los diferentes tipos de talasemia

La cosa se complica aún más, pues dentro de cada categoría de talasemia existen distintos grados. De forma rápida y resumida, te presentamos las variantes dentro del concepto de β talasemia:

  • β talasemia menor: tal y como indica el portal médico StatPearlses la forma producto de la heterocigosidad (Aa) del gen HBB, es decir, que una copia funciona (A) y la otra no (a). Los pacientes con esta condición pueden desarrollar una anemia ligera, pero no suelen presentar síntomas más allá. Es la forma más común.
  • β talasemia mayor: ambas copias del gen HBB son defectuosas. Dependiendo de la gravedad de la mutación, las cadenas β de la hemoglobina pueden ser producidas en menor medida o directamente no existir. Su expresividad clínica es variable, pero siempre notable a nivel sintomático por la anemia que provoca.
  • β talasemia intermedia: un grado clínico de intensidad variable entre la forma menor y la mayor. Siempre se presenta en forma de anemia.

De nuevo, nos dejamos algunas variantes en el tintero debido a su complejidad. La α talasemia también puede variar en el espectro según los genes afectados: desde una forma asintomática total (solo 1 de los 4 alelos afectados), menor (2 de los 4 alelos afectados) y mayor (4 de 4 alelos afectados).

Recordamos que las cadenas α están codificadas por 2 genes distintos (4 alelos), así que es mucho más difícil que se acumulen mutaciones en todos ellos. Por esta razón, la β talasemia es mucho más común.

Síntomas generales de la talasemia

La talasemia se asocia con fatiga
La fatiga y la palidez cutáneo mucosa es común en personas con cualquier tipo de anemia.

Todo este conglomerado genético era muy necesario de explicar. Puede parecer enrevesado, pero la base de la gravedad de la patología versa en el número de copias de cada gen que pueden verse afectadas. Una α talasemia donde solo 1 de las 4 copias de los genes HBA1 y HBA2 es disfuncional ni siquiera se nota, mientras que si los 4 son mutados, la cosa se complica.

En primer lugar, cabe destacar que los síntomas no se producen por las mutaciones talasémicas per se. Lo problemático es la anemia hemolítica derivada de esta condición, ya que al haber menos cadenas α o β disponibles para sintetizar hemoglobina, al final se producen menos glóbulos rojos.

Dependiendo del tipo de talasemia (menor y mayor), la condición será más o menos agresiva y el conteo eritrocitario también variará mucho. Podemos destacar los siguiente síntomas generales, comprendidos en un espectro que va de lo leve a grave:

  1. Signos de la piel: la piel puede mostrarse palidecida, debido a la falta de glóbulos rojos circulantes en el sistema vascular. Además, la hemólisis intravascular puede provocar hiperbilirrubinemia tisular, lo que se traduce en ictericia (piel amarilla).
  2. Fatiga: es el primer síntoma que reportan la mayoría de personas anémicas.
  3. Deformidades musculoesqueléticas: la expansión extramedular de la hematopoyesis (producción de glóbulos rojos) provoca deformidades, sobre todo en el plano facial.
  4. Problemas cardíacos: debido a la anemia y falta de hierro consecuente, es común que los pacientes graves presenten arritmias y fallos cardíacos.
  5. Dolor abdominal: el exceso de bilirrubina producida puede hacer que se formen cálculos en la vesícula biliar. Estos se presentan en forma de cólicos abdominales.
  6. Problemas hepáticos: las transfusiones de sangre continuas que requieren los pacientes graves pueden provocar claros daños en el hígado.
  7. Crecimiento retardado: las anemias retrasan el crecimiento en niños pequeños y también la llegada a la edad reproductiva.

Tal y como indica la Clínica Mayo, algunas personas presentan síntomas al nacer, otras meses después del parto y otras nunca. Dependiendo del número de genes afectados, el cuadro clínico será más o menos grave.

Diagnóstico

En general, el diagnóstico superficial comienza cuando se detecta una anemia en el hemograma, en una prueba rutinaria de salud. Además, según el portal MSD Manuals, la electroforesis de hemoglobina ayuda a cuantificar no solo la cantidad de eritrocitos circulantes, sino la cantidad y estado de la hemoproteína presente en ellos.

De todas formas, es importante reseñar que también se pueden realizar pruebas de talasemia prenatales y que existen marcadores genéticos que dilucidan cada variante de la enfermedad. Sobre todo en familias con historial hereditario, es conveniente realizar mapeados genéticos de los implicados y controlar las mutaciones antes de decidir tener hijos.

En pruebas genéticas se pueden detectar los defectos de los genes descritos con anterioridad. Por ello, es posible anticipar una talasemia, incluso en portadores asintomáticos.

Tratamiento

En los casos leves (talasemias menores) no suele ser necesario ningún tratamiento. Como mucho, puede requerirse una transfusión sanguínea tras una cirugía, después de un parto o en el caso de que surja alguna complicación esporádica.

Por otro lado, si el índice de hemoglobina sanguínea se encuentra por debajo de los 5 gramos/decilitro, el cuadro se considera grave y requiere de más intervenciones. Entre ellas, destacamos las siguientes:

  1. Transfusiones sanguíneas frecuentes: las formas más graves de talasemia requieren esta intervención de forma continuada, a veces una vez cada pocas semanas. El objetivo es mantener los niveles de hemoglobina en 10 gramos/decilitros, para que los pacientes no presenten síntomas muy evidentes y desaparezca su fatiga.
  2. Terapia de quelación: debido a las transfusiones se puede acumular hierro en el tejido del paciente. Para evitar la intoxicación por metales, se recetan medicamentos que ayuden a excretar el exceso de hierro.
  3. Trasplante de las células madre: solo se concibe en los infantes recién nacidos con una talasemia grave. Si bien puede eliminar la necesidad de transfusiones de forma vitalicia, presenta muchos riesgos inherentes y potencialmente mortales. El rechazo del trasplante es uno de los efectos secundarios más peligrosos.
  4. Terapia genética: consiste en extraer células precursoras de glóbulos rojos y corregir las mutaciones mencionadas en un entorno laboratorial. Luego se reintroducen dentro del paciente y se espera que estas den lugar a eritrocitos con hemoglobina funcional.
  5. Esplenectomía: la extirpación del bazo se hace necesaria cuando el paciente recibe muchas transfusiones anuales.

Si bien las transfusiones sanguíneas continuadas son el camino a seguir en los casos graves, las técnicas de edición genética y la modificación epigenética parecen presentar un futuro alentador para los pacientes con talasemia. Al fin y al cabo, tanto el remedio como la enfermedad se encuentra en los genes HBA1, HBA2 y HBB.

Un amplio espectro patológico

La talasemia es una entidad clínica que se puede presentar en un espectro muy amplio, desde una ligera anemia hasta deformidades faciales y problemas cardíacos graves. Cuantas más copias de cada gen se vean implicadas, más difícil será sintetizar hemoglobina funcional y peores serán los síntomas generales.

Las transfusiones sanguíneas suelen reportar problemas a largo plazo, pero si se corrigen, una persona con talasemia mayor puede llegar a tener una vida relativamente normal. Esperemos que las terapias de edición genética otorguen un tratamiento más efectivo a largo plazo. Desde luego, la ciencia está cada día más cerca de lograrlo.




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