Signos y síntomas del asma

Aunque pueden ser muy variados, los síntomas del asma se presentan tanto en episodios leves, moderados o intensos. Conocerlos es de gran ayuda para diagnosticar la enfermedad desde casa y saber así en qué momento acudir al médico para iniciar su tratamiento.
Signos y síntomas del asma
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 29 mayo, 2021

El asma es una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias. Durante un ataque típico estas se inflaman y segregan mucosidad, lo que impide que el aire circule con normalidad. Aunque no tiene cura, sí se puede tratar con gran eficiencia; de manera que conocer los síntomas del asma es muy importante para realizar un diagnóstico inicial.

Aunque el asma suele atravesar por periodos de remisión, en realidad se trata de una enfermedad con la que los pacientes tienen que aprender a convivir.

Resulta de gran ayuda un diagnóstico temprano, durante los primeros años de vida, para así saber cómo afrontar los ataques crónicos de llegar a presentarse. Todo esto se facilita si conoces sus síntomas, tanto los frecuentes como los menos comunes.

Síntomas comunes del asma

Múltiples estudios e investigaciones han dado cuenta de la prevalencia del asma en el mundo. Los síntomas varían de acuerdo con cada región, así como por catalizadores ambientales, infecciosos o alérgicos. A pesar de ello, sabemos que los más comunes son los siguientes:

Sibilancias

Los síntomas del asma incluyen las sibilancias
Las sibilancias son muy evidentes tanto para el paciente como para los médicos.

Se denomina sibilancia al sonido que producen los pacientes asmáticos al respirar. Es quizá el signo más característico de la enfermedad y por el que quienes la padecen deciden acudir a un especialista para tratarla. Se genera al exhalar, aunque en función de la gravedad también puede presentarse al inhalar.

Las sibilancias se utilizan con frecuencia como diagnóstico de la enfermedad durante los primeros años de vida, en compañía por supuesto de otros elementos como los antecedentes familiares, el historial clínico, los cuadros alérgicos y demás patrones. El pediatra debe ser cuidadoso, ya que sabemos que no toda sibilancia es síntoma de asma.

Lo anterior también se aplica en los adultos. La frecuencia de los episodios de este tipo durante el año, su intensidad y su relaciones con una posible afección diferencial es clave para determinar si se generan a causa del asma.

Opresión en el pecho

La inflamación de los bronquios puede derivar en opresión en el pecho, un síntoma del asma que además puede derivar en otra complicación: la ansiedad. Quienes padecen de la enfermedad sienten que su tórax es comprimido, que el aire no ingresa por completo o que cuando lo hace no circula con libertad.

Es común que la opresión o dolor empeore en determinadas posiciones, lo que puede condicionar la calidad de vida de los afectados. La ansiedad generada por la opresión puede derivar a su vez en ataques de pánico, en especial si es la primera vez que se atraviesa por un episodio severo o no se sabe que se padece de asma.

Ausencia de aire

Otros de los síntomas más comunes del asma, relacionado de manera estrecha con el anterior. Se describe este signo como la sensación de un pez fuera del agua: por muy grandes que sean las bocanadas de aire que el paciente realice, solo una ínfima porción llega hasta sus pulmones.

Las personas pueden manifestar disnea (dificultad respiratoria) de forma repentina o luego de un catalizador. Por ejemplo, hacer ejercicio moderado o intenso puede generar episodios de este tipo en pacientes asmáticos. El polvo, la humedad, los olores intensos, los vapores, los gases o las alergias también son desencadenantes.

Trastornos del sueño

La conjunción de los síntomas anteriores puede generar trastornos del sueño, un síntoma que condiciona desde otro ángulo la calidad de vida. Se ha estudiado su incidencia en el asma infantil, aunque por supuesto también se presenta durante la etapa adulta.

Los trastornos se generan debido a que muchos pacientes reportan la imposibilidad de respirar cuando se descansa en posición horizontal. Debido a esto optan por situar la parte superior en un ángulo más pronunciado en sentido vertical, incluso en esta postura algunos solo reciben una leve mejoría.

El trastorno más común es el insomnio, el cual por supuesto puede derivar en otros como la ansiedad o la depresión. Un tratamiento personalizado puede aliviar los síntomas hasta tal punto de devolver la calidad del sueño a quienes tienen que lidiar con la enfermedad, de manera que no afecte su trabajo, relaciones sociales o temperamento.

Tos

El quinto y último síntoma más frecuente del asma es la tos. Esta se suele presentar en principio por la noche y puede empeorar o desarrollarse ante climas fríos, humedad, alergias y demás catalizadores.

La evidencia indica que se usa como un indicador de la enfermedad durante los primeros años de vida, aunque hay estudios que motivan a ser más precavidos si se presenta de forma aislada.

Los tos puede transformarse en una afección crónica, lo que en general empeora los síntomas de la afección. En ocasiones, esta puede derivar en resfriados, gripes o infecciones de algún tipo; de modo que debe ser tratada para evitar complicaciones en el estado de salud, en especial si es un signo recurrente.

Síntomas poco frecuentes del asma

A pesar de que la mayoría de los pacientes desarrollan los síntomas del asma anteriores, también se pueden presentar otros menos frecuentes derivados de la enfermedad. No siempre acompañan a los demás síntomas y pueden deberse a otras afecciones, de modo que se tiene que ser cuidadoso al momento de hacer un autodiagnóstico o automedicarse.

Dicho esto, entre los síntomas raros del asma tenemos los siguientes::

  • Comezón en la garganta, la barbilla o el pecho.
  • Sensación de picor en las vías respiratorias.
  • Trastornos psicológicos como secuelas de los ataques.
  • Fatiga y mal humor.
  • Falta de concentración (por la ausencia de sueño).

Factores que pueden complicar las crisis asmáticas

Los síntomas del asma son múltiples
Algunas infecciones pueden asociarse y complicar los cuadros de asma.

La mayoría de los pacientes asmáticos pueden vivir un vida normal. Sin embargo, no es infrecuente que estos lleguen a presentar complicaciones, las cuales rara vez pueden poner el riesgo la vida si hay un diagnóstico previo y la disponibilidad de un tratamiento.

Algunos de los catalizadores para que los síntomas del asma se compliquen son los siguientes:

  • Infecciones.
  • Estrés y ansiedad.
  • Ejercicio moderado o intenso.
  • Alergias.
  • Ingesta de algunos medicamentos (como la aspirina y los fármacos antiinflamatorios no esteroides).
  • Obesidad.
  • Risa o llanto de forma descontrolada.

Está documentada la relación que existe entre el asma y la alimentación, hasta tal punto de que las personas deben implementar cambios en el estilo de vida para poder obtener mejorías. La caspa, los ácaros, las plumas, el humo y otros agentes similares también pueden empeorar los síntomas a estadios crónicos.

Las complicaciones son importantes durante el embarazo, ya que pueden poner el peligro la vida del bebé; en especial durante ataques moderados o severos. Por eso es importante el tratamiento supervisado por un médico especialista.

¿Cuándo buscar asistencia médica?

En caso de presentar uno o varios de los síntomas reseñados se recomiendan buscar asistencia médica. Es posible que se trate de una alergia pasajera, o cualquier otro diagnóstico diferencial, pero si el causante es la enfermedad se puede implementar de inmediato un tratamiento destinado a contrarrestarla.

El pronóstico del asma es bueno, siempre que se acompañe de visitas periódicas al especialista y se implemente el tratamiento indicado por él. No es posible determinar cuándo un cuadro leve evolucionará a uno grave, de manera que no se recomienda postergar la asistencia médica en caso de que se sospeche de su padecimiento.

Debes prestar especial atención cuando los síntomas empiezan a ser más frecuentes e intensos, señal de que no se está haciendo lo suficiente para tratarlos. En caso de que estés bajo terapia, debes consultar con el especialista sobre la posibilidad de un tratamiento alternativo que pueda mejorar de forma más eficiente los síntomas.



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