Mesotelioma: todo lo que debes saber

El mesotelioma es una forma rara de cáncer que afecta principalmente a los pulmones. Repasamos sus características, causas y pronóstico.
Mesotelioma: todo lo que debes saber
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 19 junio, 2023

El mesotelioma es un tipo de tumor que se desarrolla por la transformación de las células mesoteliales que componen la pleura y el peritoneo. Las células mesoteliales están compuestas por dos capas: una que rodea a los órganos internos y otra que recubre a los pulmones y la cavidad torácica. Aunque es menos común, el tumor también se puede desarrollar en el pericardio y la túnica vaginal.

En general, el mesotelioma es una forma agresiva de cáncer con un pronóstico de vida de alrededor de 12 meses luego del diagnóstico. En la actualidad se disponen de terapias para hacer frente a él, pero no todos los pacientes responden de manera favorable. Repasamos todo lo que debes saber al respecto de acuerdo con los científicos.

Características del mesotelioma

Existen dos tipos de mesotelioma: el benigno y el maligno. Los mesoteliomas benignos son muy raros, y es más común en mujeres entre 20 y 40 años. El término benigno puede ser engañoso, ya que muchos de los casos manifiestan una alta propensión a la recurrencia local; y en algunos contextos pueden evolucionar a episodios malignos. El subtipo más común es el mesotelioma multiquístico benigno del peritoneo (BMPM, por sus siglas en inglés).

Tal y como indican los expertos, este subtipo afecta a 0,15 personas por cada 100 000 habitantes por carga anual. Desde que se describió por primera vez en 1979 solo se han analizado científicamente alrededor de 150 casos. El subtipo se puede manifestar en el peritoneo, el útero, el recto, el ligamento redondo, el intestino delgado, el bazo, el hígado, el riñón o el apéndice. Se ha relacionado con episodios de endometriosis y enfermedad pélvica inflamatoria.

Los mesoteliomas benignos son más comunes que los malignos, y en su mayoría se relacionan con la exposición al asbesto (como veremos en breve). El primer caso se reportó en 1947 y desde entonces la evidencia indica que hasta el 70 % de los episodios se corresponden con el subtipo mesotelioma pleural maligno. Es más común en los hombres, con una edad promedio al momento del diagnóstico de 72 años.

El tumor maligno suele tener un desarrollo multifocal y manifiesta múltiples nódulos que inician en la pleura parietal. A partir de aquí se extiende a la pleura visceral, la pared torácica, el diafragma y el mediastino. El pronóstico de vida luego del diagnóstico es de alrededor 12 meses. Es más común en países con regulaciones limitadas en relación con el asbesto. Se estima que en EE. UU. ocurren unos 2500 casos al año.



Causas y factores de riesgo para el desarrollo de mesotelioma

La principal causa del desarrollo del mesotelioma es la exposición al asbesto. El asbesto hace referencia a una familia de seis fibras minerales que se utilizaron comercialmente y durante la segunda mitad del siglo XX. La mayoría de ellas se describen solo como amianto, y se usaron de forma masiva debido a su alta resistencia al fuego (en especial en EE. UU. y Europa).

La asociación entre la exposición al asbesto y el desarrollo de este tipo de cáncer no es reciente. Ya en 1960 se reportaron casos con una clara y directa relación entre la fibra mineral y la enfermedad. Como bien nos recuerdan los investigadores, la mayoría de las fibras que componen el asbesto son anfíboles (esto es, afiladas) o serpentinas. Cuando estas se inhalan quedan atrapadas en el tercio inferior del pulmón, momento en el cual generan una respuesta inflamatoria.

Se sabe que las fibras se fagocitan en las células mesoteliales. Al hacerlo desencadenan una ola de eventos de carácter oncogénicos, como lo son la activación de los oncogenes c-Myc y c-Jun, la unión con los receptores del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y la promoción de genes antiapoptóticos como Bcl-xl. La exposición media al asbesto para el desarrollo de este tipo de cáncer oscila entre 20 y 50 años.

Aunque entre el 70 % y el 80 % de los casos se corresponden con algún grado de exposición al asbesto, no todos los episodios se explican por esta vía. Por ejemplo, el mesotelioma benigno no parece estar relacionado con él. La exposición al virus Simian 40, la predisposición genética, los traumatismos y las lesiones mecánicas y la interacción con otras fibras pueden estar también detrás. A propósito de esto último, se ha sugerido que los nanotubos de carbono en algunos electrodomésticos generan respuestas similares.



Síntomas del mesotelioma

Los síntomas de este tipo de cáncer no son manifiestos durante las fases iniciales. Incluso a través de pruebas especializadas, como los rayos X, pueden no presentarse indicios manifiestos de una anormalidad. En general, los signos del mesotelioma varían de acuerdo con la ubicación, el tipo y la etapa del cáncer. Reseñamos algunos de los principales:

  • Dificultad para respirar.
  • Dolor en el pecho, en la parte inferior de la espalda o en el abdomen.
  • Dificultad para tragar.
  • Tos crónica.
  • Derrame pleural.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Hinchazón en las extremidades o en el rostro.
  • Náuseas y vómitos.
  • Diarrea y estreñimiento.
  • Pérdida del apetito.
  • Obstrucción del intestino delgado.
  • Presión arterial baja.
  • Palpitaciones cardíacas.
  • Fiebre.
  • Fatiga.

Muchos de estos síntomas se pueden solapar con la fibrosis pulmonar, la embolia pulmonar, la neumonía, las infecciones pulmonares y otras complicaciones. El tumor solo se detecta cuando los síntomas son muy evidentes y el sujeto busca asistencia médica. Entonces, la radiografía de tórax, la tomografía computarizada, la aspiración con aguja guiada por ultrasonido y la biopsia son útiles en el proceso diagnóstico.

Opciones de tratamiento

El mesotelioma se caracteriza por ser un cáncer agresivo, con un pronóstico de vida que oscila el año luego del diagnóstico. Las opciones disponibles varían de acuerdo con el lugar, la extensión, la edad, la salud general del paciente y el grado de malignidad. La terapia estándar gira en torno a la extirpación quirúrgica total o parcial del tumor y de los tejidos afectados.

También se puede considerar la radioterapia, la quimioterapia, la inmunoterapia, la terapia génica y la terapia dirigida. La hoja de ruta la elegirá el especialista en una entrevista con el paciente. Los cuidados paliativos son imprescindibles sin importar el pronóstico, todo esto para evitar que los síntomas empeoren y para contrarrestar sus efectos emocionales. Por esta razón, se elige abordar el tratamiento de forma personalizada.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.