¿Qué es el linfoma de Hodgkin?

El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer caracterizado por afectar el sistema linfático y por ser frecuente en jóvenes. Por fortuna, existen múltiples medidas terapéuticas eficaces, por lo que su pronóstico es favorable.
¿Qué es el linfoma de Hodgkin?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 26 agosto, 2021

Las enfermedades oncológicas pueden aparecer en cualquier célula del cuerpo, afectando diversas estructuras. Cuando las células cancerígenas afectan a los glóbulos blancos del sistema linfático, aparece una patología denominada linfoma. En términos generales, existen 2 tipos de linfomas diferentes, siendo el linfoma de Hodgkin el más raro de todos.

Antes de hablar de la patología, resulta conveniente conocer el sistema linfático. El mismo está formado por conductos que se distribuyen a lo largo del cuerpo, los cuales contienen una sustancia denominada linfa. La linfa contiene múltiples componentes dentro de los cuales destacan unos glóbulos blancos específicos llamados linfocitos B y linfocitos T.

¿Qué es el linfoma de Hodgkin?

El linfoma de hodgkin se origina en la linfa
Los linfomas se originan en células del sistema linfático, que a su vez forman parte de las defensas naturales del organismo. Se denominan linfocitos y dan origen al nombre de este tipo de cáncer.

El linfoma de Hodgkin no es más que un cáncer que inicia en un linfocito B que se encuentra en proceso de maduración, generalmente en un ganglio linfático. Estudios demuestran que esta patología es más frecuente en los adolescentes y adultos jóvenes, aunque puede afectar a personas de todas las edades.

Los linfocitos B alterados pierden su capacidad para generar anticuerpos, por lo que el organismo inicia diversos procesos cuyo fin es lograr la muerte celular. Sin embargo, estos glóbulos blancos poseen mecanismos que le permiten evitar su eliminación. Los mismos también tienen la capacidad de iniciar un proceso de duplicación descontrolada, generando la aparición de la patología.

Este tipo de linfoma específico suele aparecer con mayor frecuencia en los ganglios linfáticos del cuello, pero también se puede encontrar en el tórax, las axilas y la ingle. En raras ocasiones, la enfermedad aparece en otros órganos del sistema linfático como el bazo o el timo.

Tipos

La velocidad de crecimiento de un linfoma de Hodgkin y su tratamiento puede variar dependiendo de los hallazgos histológicos de la neoplasia. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dividió la patología en 2 grupos diferentes, el linfoma de Hodgkin clásico y el que posee predominio linfocítico nodular.

La forma de presentación clásica se caracteriza por la presencia de las células de Reed-Sternberg en los ganglios. Las mismas son linfocitos B gigantes con varios núcleos celulares. A su vez, este tipo de linfoma se subdivide en 4 grupos diferentes, los cuales tienen una evolución y un tratamiento muy similar. Los 4 subgrupos de linfoma de Hodgkin clásico son los siguientes:

  • Tipo esclerosis nodular.
  • Tipo celularidad mixta.
  • Rico en linfocitos.
  • Tipo depleción linfocítica.

Por su parte, el linfoma de Hodgkin con predominio linfocítico nodular posee un tipo específico de células malignas llamadas células popcorn. Las mismas son una variante de las células de Reed-Sternberg cuyo núcleo adquiere una disposición que se asemeja a las palomitas de maíz. Por fortuna, se trata de un linfoma poco agresivo y que responde bien al tratamiento tradicional.

Síntomas del linfoma de Hodgkin

La principal manifestación clínica de esta patología suele ser el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos afectados. El mismo se caracteriza por ser indolora y aparecer con mayor frecuencia en la región del cuello. Sin embargo, es importante destacar que cualquier ganglio del cuerpo puede verse afectado.

Las personas pueden desarrollar síntomas de diversa índole, los cuales están asociados a la compresión de estructuras anatómicas cercanas al ganglio afectado. En este sentido, es posible desarrollar dificultad respiratoria o tos ante un crecimiento masivo de los ganglios linfáticos ubicados en el mediastino.

Por otro lado, múltiples estudios demuestran que es frecuente la aparición de los denominados síntomas B cuando los ganglios linfáticos adquieren un tamaño considerable y en estadios avanzados. Los síntomas B son un conjunto de manifestaciones clínicas relacionadas con patologías malignas, siendo los siguientes:

  • Fiebre.
  • Escalofríos.
  • Sudoración nocturna.
  • Pérdida de peso mayor al 10 % del peso corporal, no relacionada a otra causa más probable.

Causas y factores de riesgo

En la actualidad, no existe una causa específica que explique la aparición del linfoma de Hodgkin. Se cree que las alteraciones genéticas juegan un papel fundamental. De hecho, se ha encontrado una mutación en el gen 9p24.1 hasta en el 100 % de los pacientes con la forma de presentación clásica.

Por otro lado, la infección por el virus de Epstein-Barr, causante de la mononucleosis, puede aumentar la probabilidad de padecer este tipo de linfoma. Dicho virus se ha observado en las células de Reed-Sternberg de muchos pacientes, por lo que se cree que existe cierta relación.

La explicación fisiopatológica no es del todo clara, pero se cree que el virus puede generar cambios en el ADN de los linfocitos.

Otro factor de riesgo que se debe tener en consideración son los antecedentes familiares de la enfermedad. Las personas con familiares cercanos diagnosticados con linfoma de Hodgkin tienen mayor probabilidad de padecer esta condición. Esto podría deberse a la presencia de un gen heredable no identificado hasta los momentos.

Las personas que poseen un sistema inmunitario deprimido también tienen una mayor probabilidad de desarrollar la afección. De hecho, las personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) podrían presentar la enfermedad debido al uso constante de antirretrovirales.

Diagnóstico

El linfoma de hodgkin tiene múltiples métodos diagnósticos
En ocasiones, si los ganglios afectados son profundos, es necesario tomar una muestra mediante intervenciones quirúrgicas. Esto permitirá al patólogo realizar el diagnóstico de laboratorio.

El médico deberá realizar un examen físico de los diversos ganglios linfáticos y confirmar el aumento de tamaño de los mismos. No obstante, es necesario descartar otras posibles causas de la inflamación ganglionar, (como las infecciones) antes de dar un diagnóstico certero.

El especialista también puede realizar ciertas preguntas con la finalidad de identificar los factores de riesgo presentes para el desarrollo de la enfermedad. El diagnóstico definitivo del linfoma de Hodgkin estará determinado por una biopsia, tal y como sucede en otros tipos de condiciones como el cáncer de mama.

Las biopsias ganglionares se suelen realizar solo si los ganglios no disminuyen su tamaño por sí solos al cabo de unas semanas. A través de la biopsia se estudiará la linfa del ganglio y su contenido en busca de las células de Reed-Sternberg o de células popcorn. También se pueden realizar pruebas inmunohistoquímicas con la finalidad de identificar proteínas alteradas en las células.

Las pruebas de imagen pueden ser de utilidad a la hora de buscar agrandamientos ganglionares en regiones difíciles de explorar como el tórax. Las mismas también pueden servir como guía a la hora de tomar muestras para la realización de biopsias.

Los análisis de sangre no suelen tener valor diagnóstico, pero pueden ayudar a determinar cuán avanzada está la enfermedad.

Tratamiento del linfoma de Hodgkin

Las principales opciones terapéuticas a la hora de tratar el linfoma de Hodgkin son la quimioterapia y la radioterapia. La quimioterapia emplea medicamentos para destruir las células anormales. Por su parte, la radioterapia emplea rayos de alta energía para lograr la eliminación de las células malignas.

A pesar de ser la principal opción de tratamiento, múltiples estudios establecen que la forma de aplicación de estas técnicas dependerá del estadio en que se encuentre la enfermedad. En términos generales, los ciclos de quimioterapia suelen ser cortos y la radioterapia está dirigida a los campos afectados en los estadios iniciales de la enfermedad.

Por el contrario, los ciclos de quimioterapia suelen ser prolongados en los estadios más avanzados y la radioterapia no siempre es de utilidad. Las personas también suelen beneficiarse de la inmunoterapia, la cual estimula al sistema inmunitario con la finalidad de que elimine de forma más eficiente las células cancerosas.

La Sociedad Americana de Cáncer establece que el trasplante de células madre puede ser de utilidad en los casos en los que el linfoma es difícil de tratar. Esta técnica permitirá la aplicación de dosis mayores de quimioterapia, evitando el daño a la médula ósea y complicaciones más graves.

Una enfermedad rara con un buen pronóstico

El linfoma de Hodgkin es un tipo poco frecuente de cáncer que afecta a los linfocitos B y se manifiesta como un aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. Por fortuna, el pronóstico de las personas diagnosticadas con la enfermedad suele ser bueno, siempre y cuando exista un diagnóstico y tratamiento oportuno.

En este sentido, es de vital importancia buscar ayuda médica lo antes posible ante la presencia de una protuberancia anormal en cualquier parte del cuerpo, sobre todo si la misma no es dolorosa.



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