¿Cómo se diagnostica el cáncer de mama?

Para el diagnóstico del cáncer de mama se tienen en cuenta varias pruebas por imágenes y de laboratorio. El estilo de vida, la edad, el historial familiar y otros factores de riesgo también se consideran en el proceso.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de mama?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 31 mayo, 2021

Las probabilidades de padecer cáncer de seno aumentan a medida que se envejece. Las mujeres deben realizarse pruebas anuales luego de los 40 años, un hábito preventivo para localizar anormalidades en sus estadios iniciales. El diagnóstico del cáncer de mama se vale de diferentes exámenes por imágenes y de laboratorio.

Es importante recordar que muchas veces los síntomas de la enfermedad no aparecen hasta que esta ha evolucionado a episodios más graves. Aun así, diferentes pruebas pueden detectarla con antelación; un avance muy importante para inclinar la balanza hacia un pronóstico más positivo.

Autoexámenes de mama como diagnóstico del cáncer de seno

El diagnóstico del cáncer de mama empieza por el autoexamen mamario
Si bien es controversial su efectividad, la autoexploración mamaria sigue siendo beneficiosa como un método preventivo o de diagnóstico temprano.

Aunque en ningún caso puede sustituir un diagnóstico mediado por un especialista, y sus efectos son en todo caso limitados, las investigaciones no dejan de señalar la importancia del autoexamen de seno como un método de detección precoz de la enfermedad.

La controversia no es menor, en especial cuando la evidencia indica que una buena parte de quienes lo practican tienen conocimientos erróneos sobre cómo hacerlo o con cuánta frecuencia.

El autoexamen puede considerarse un prediagnóstico que alerta a las mujeres de algún problema. Entonces, puede servir de guía para aplicar otras pruebas y exámenes con un mayor espectro de fiabilidad.

Como bien nos recuerda la American Cancer Society, los resultados del autoexamen deben tomarse con mesura. Pueden dar una falsa esperanza de que todo está en orden, aunque familiarizarse con el tamaño y forma de los senos es importante para detectar posibles cambios en ellos debido a los síntomas. Si tienes dudas al respecto, aquí te indicamos cómo hacerlo.

Diagnóstico del cáncer de mama por exámenes físicos y clínicos

Para hacer un diagnóstico del cáncer de mama el especialista puede recurrir a multitud de exámenes. Como rutina puede optar por la exploración física antes de proseguir con exámenes mucho más complejos. Estos consisten en lo siguiente:

  • Entrevista para determinar factores de riesgo: aquí se realiza una valoración general del estado de la salud en búsqueda de posibles alteraciones o daños colaterales que produce la enfermedad. El médico tendrá en cuenta en este punto antecedentes de cáncer en la familia, hábitos de salud, alimentación y demás factores de riesgo.
  • Examen físico para el cáncer de mama: a través de ellos el especialista palpará la zona mamaria en búsqueda de malformaciones o nódulos que indiquen el posible desarrollo de la enfermedad. Esto se puede extender también a zonas periféricas.

Durante ambos exámenes se tienen en cuenta el color, la textura y la apariencia del seno y el pezón, siempre considerando los cambios que ha notado la paciente durante los últimos meses. Este es solo un diagnóstico inicial, usado en general para dar paso a pruebas más completas.

Diagnóstico del cáncer de mama por imágenes

Según nos indica la evidencia, el diagnóstico de cáncer a través de exámenes por imágenes es uno de los métodos más seguros que pueden usar los especialistas. Aunque las investigaciones han motivado el desarrollo de nuevas pruebas, lo cierto es que las que se realizan por imágenes siguen siendo un referente en la medicina. Las más usadas son las siguientes:

Mamografía

La mamografía es un examen de diagnóstico del cáncer en el que se obtienen imágenes por rayos X de las mamas. Se hace en una máquina especial, denominada mamógrafo, presionando el seno en dos placas para obtener una radiografía. Este método puede detectar la enfermedad hasta 2-3 años antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Las hay de dos tipos: de detección y de diagnóstico. La primera obtiene imágenes de forma general, la segunda lo hace en un área en específica (aquella en la que se ha detectado un nódulo a través del examen clínico, por ejemplo). Debido a que la prueba no distingue el cáncer de otras afecciones mamarias, son necesarios métodos complementarios para un diagnóstico certero.

Ultrasonido mamario

El diagnóstico del cáncer de mama incluye el uso de un ecosonograma mamario
Entre las ventajas de la ecografía están su bajo costo, rapidez y ausencia de emisión de radiación.

Conocido también como ecografía, es un procedimiento en el que se rebotan ondas de sonido de alta energía en los tejidos del seno. El efecto rebote de estos genera una imagen de la apariencia interna denominada ecograma mamario o sonograma mamario.

Es muy común que se utilice el ultrasonido mamario como complemento de una mamografía, en especial cuando se han detectado áreas anormales. En este caso, la prueba puede ser útil para distinguir un quiste lleno de líquido a una malformación sólida. Aun así, su alcance es limitado y demanda otras pruebas para confirmar la presencia de la enfermedad.

Resonancia magnética

Se desarrolla con ayuda de campos magnéticos que dan como resultado una serie de imágenes internas del seno. La resonancia magnética es una prueba de complemento a la mamografía, no un procedimiento principal. Esto se debe a que es menos efectiva que esta o el ultrasonido para detectar ciertos tipos de cáncer de mama. A pesar de ello, puede ser muy útil en algunos contextos.

Estos son los métodos por imágenes más utilizados en el diagnóstico del cáncer de mama. En función del criterio del especialista también pueden ser útiles una tomografía por emisión de positrones o una tomografía computarizada. Los tres procedimientos descritos, sin embargo, son los más usados el día de hoy.

Pruebas de laboratorio para el cáncer de mama

Los exámenes anteriores sirven para identificar anormalidades o nódulos, pero solo a través de pruebas de laboratorio es que se puede confirmar un diagnóstico. La más importante de todas es la biopsia, ya que permite estudiar el tejido directamente debajo de un microscopio.

Este procedimiento consiste en extraer muestras de células mamarias y analizarlas de forma minuciosa. Existen muchos tipos de biopsia, los más usados son los que mencionamos a continuación:

  • Escisión: en la que se realiza una extracción completa de la masa.
  • Incisión: se extrae solo una parte de la masa como muestra para el posterior análisis.
  • Aspiración de aguja fina: denominada también AAF, consiste en obtener un muestra del tejido con ayuda de una aguja fina conectada a una jeringa. De ser un quiste, el procedimiento puede drenar el líquido.
  • Punción de aguja gruesa: se utiliza una aguja más ancha y hueca, lo que facilita la extracción de mayor cantidad de tejido.

Para llegar al tejido el médico utilizará pruebas por imágenes para su localización. El material obtenido se lleva al laboratorio para determinar la posible presencia de células cancerosas.

En caso de obtener pruebas fehacientes, también se desarrollarán otros exámenes de laboratorio para determinar la rapidez con la que crece, la probabilidad de reincidencia y la posibilidad de que se disemine, entre otras cosas. Algunas de las utilizadas son las que siguen:

  • Prueba de receptores de estrógenos y progesterona.
  • Pruebas multigénicas (MammaPrint y OncoType DX).
  • Prueba de receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano.

También se realizan exámenes complementarios para dilucidar la estadificación del cáncer detectado; es decir, su posible propagación a otras partes del cuerpo.

Diagnósticos diferenciales

Es importante que el paciente tenga en cuenta que no todos los bultos o nódulos detectados a través de las pruebas por imágenes son ocasionados por el cáncer de mama. Solo una prueba de laboratorio puede confirmar la presencia de la enfermedad, ya que existen muchos diagnósticos diferenciales. Los estudios sugieren los siguientes:

  • Carcinoma lobular.
  • Carcinoma de células pequeñas.
  • Mastitis crónica.
  • Proliferación linfoide.
  • Melanoma.
  • Quistes.
  • Ganglio linfático intramamario.

También se debe recordar que los cambios en la forma o el tamaño de los senos es relativamente común a medida que se envejece. La consideración de los factores de riesgo, los antecedentes familiares, la propia valoración del paciente sobre los posibles síntomas y las pruebas dirigidas al diagnóstico del cáncer de mama operan en conjunto al momento de determinar la enfermedad.

Finalizamos reiterando la importancia de la prevención. Los estudios indican un consenso sobre la importancia del cribado mamario con ausencia de síntomas, algo que repercute de manera positiva al momento de tratar la condición.



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