Laringitis: síntomas, causas y tratamiento

A pesar de ser una condición casi siempre benigna, la posibilidad de complicaciones hace necesaria su identificación precoz. Abordamos los aspectos de la laringitis en este artículo.
Laringitis: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 16 diciembre, 2020

La laringitis, también conocida como laringotraqueítis o crup según su modalidad de presentación, es la inflamación de la mucosa laríngea. Existen diferencias bastante importantes entre los síntomas de los adultos y de los niños, siendo estos últimos los más afectados.

Su principal causa son las infecciones virales. A su vez, las opciones terapéuticas son amplias, teniendo como prioridad el alivio de los síntomas y la administración de medicamentos que eliminen la causa de la inflamación.

¿Qué es la laringitis?

La laringitis es una enfermedad o condición caracterizada por la inflamación persistente de la mucosa laríngea. Este órgano está formado por cartílago y algunos ligamentos y músculos que permiten la articulación de la fonación.

La laringe es el límite superior de la vía aérea, a través de la que pasa el aire para entrar a los pulmones. Si se visualizara desde su abertura superior podría evidenciarse un espacio denominado glotis. Este se ve ocluido por una estructura cartilaginosa denominada epiglotis, la que se abre y cierra durante la deglución con el objetivo de evitar que los alimentos entren a la vía aérea y la obstruyan.

¿Qué tan frecuente es?

Al ser una condición benigna y autolimitada, muchas veces existe subregistro de casos. Sin embargo, existen algunos datos orientativos que permiten entender la realidad epidemiológica de la laringitis.

Según un protocolo de atención clínica para profesionales de la Sociedad Española de Urgencias en Pediatría del año 2019, la laringitis es muy frecuente en niños varones durante los meses de otoño e invierno. En este mismo orden de ideas, las edades más comprometidas son aquellas entre los 3 meses y 6 años.

En comparación con los adultos, tiende a ser más frecuente. Es probable que sea debido al tamaño de la vía aérea y a la susceptibilidad propia en estas edades de adquirir infecciones respiratorias.

Laringe y faringe inflamada.
La inflamación de la mucosa es causada por virus en la mayoría de los casos de laringitis.

La laringitis en adultos y niños

La presentación clínica de esta patología es diferente al comparar a los niños con los adultos. Los aspectos más importantes a considerar son la ubicación de la inflamación, los síntomas asociados y la evolución de la enfermedad.

Debido a las diferencias anatómicas en la vía aérea de los niños y de los adultos, la zona afectada puede variar mucho. Así, en los pequeños es común la afección subglótica (por debajo de la glotis), mientras que en los adultos la porción supraglótica (por encima de la glotis) suele afectarse con más frecuencia.

Esta variación, a su vez, ocasiona síntomas distintos. Mientras en los niños existe mucha dificultad para respirar (disnea), en los adultos la distorsión del tono de voz (disfonía) es lo más frecuente.

En ambos casos la inflamación implica una serie de procesos que conllevan al enrojecimiento de la mucosa, pérdida parcial de la función, algo de dolor y edema o hinchazón. Este último factor es el más peligroso de todos, ya que compromete la vida al obstruir la vía aérea.

En los niños, que poseen una laringe mucho más estrecha, el edema en la mucosa podría llevar a severas consecuencias. Es por esto que, a pesar de ser muy poco frecuente, es recomendable acudir al médico ante la sospecha de una laringitis, en especial durante los primeros años de vida.

Manifestaciones clínicas de la laringitis

En la laringitis es posible observar un patrón bien definido que varía según la edad del paciente. Además de la disfonía, el dolor y la dificultad para respirar, otras manifestaciones pueden ser las siguientes:

  • Dolor o dificultad para tragar: la estrecha relación de esta estructura con el esófago (parte del aparato digestivo) puede producir irritación y dolor local.
  • Otalgia refleja: es una especie de dolor referido en el que los pacientes manifiestan dolor en alguno de los oídos sin que exista inflamación localizada.
  • Estridor inspiratorio: es un sonido agudo y breve que se produce durante la inhalación. Es la consecuencia del paso de aire de forma turbulenta.
  • Tos perruna: es algo muy característico de los niños. Se define como seca, metálica y gruesa.
  • Agitación y llanto: esto puede suceder en los lactantes y preescolares con dificultad respiratoria. Además, al ser situaciones que requieren mayor ventilación y aporte de oxígeno se empeoran los otros síntomas.
  • Coloración azulada en dedos: se denomina cianosis y es la consecuencia directa de disminución del aporte de oxígeno. Solo se observa en casos graves en los que está comprometida la integridad de la vía aérea.

Causas de la laringitis

La lista es bastante amplia y en algunas ocasiones no se puede definir bien debido a la presentación abrupta de los síntomas. Con objetivos prácticos, se reconocen las causas infecciosas y las no infecciosas.

Causas infecciosas

Los agentes virales son los más comunes. Estos incluyen el virus de la influenza, el parainfluenza y el sincitial respiratorio, provocando algo similar a la gripe. En algunas ocasiones el virus herpes simple también está involucrado.

Esta última condición se conoce como laringitis herpética y es bastante rara. En un reporte del año 2013 se describió el caso de una lactante menor femenina de 7 meses de edad que presentó dificultad respiratoria de aparición progresiva, fiebre y estridor.

Tuvo varios días previos a su ingreso hospitalario erupciones bucales asociadas a llanto frecuente. En este caso la paciente evolucionó de forma satisfactoria luego de la administración del medicamento específico: aciclovir.

Otros agentes infecciosos causantes de laringitis incluyen a las bacterias, que también pueden afectar a los adultos. Mycoplasma pneumoniae es una de ellas, muy relacionada con la aparición de la neumonía.

Causas no infecciosas

Son mucho menos comunes, a excepción de la laringitis por hipersensibilidad o alergia. En este caso la exposición a un agente alergeno (es decir, capaz de desencadenar una alergia) ocasiona síntomas sistémicos, como picazón, sudoración profusa, erupciones cutáneas y dificultad para respirar.

La disnea es debida a la inflamación en la vía aérea. No siempre está limitada a la laringe, ya que puede abarcar buena parte de los bronquios. En ocasiones puede resolverse de forma espontánea, pero las complicaciones son comunes.

La ingesta de sustancias irritativas también puede generar laringitis. Por ejemplo el consumo de cáusticos, como la lejía y el cloro, por motivos intencionales o accidentales. Sin embargo, el daño en el aparato digestivo es mucho mayor.

El reflujo gastroesofágico es una enfermedad que tiene importantes consecuencias fuera de lo digestivo. Una de ellas es la laringitis no infecciosa, también conocida como reflujo laringofaríngeo. Tiene la particularidad de presentarse de forma duradera o crónica, requiriendo la solución del problema de base para aliviar los síntomas.

Diagnóstico

El diagnóstico de laringitis es clínico, en especial cuando la exploración simple permite que el médico visualice la glotis sin ayuda de equipos especiales. Sin embargo, esto no siempre es posible, por lo que algunos procedimientos son necesarios para evaluar la vía aérea.

La nasofibrolaringoscopía es una de esas intervenciones, por lo general por parte de los otorrinolaringólogos. La visualización de inflamación con edema y enrojecimiento permite hacer el diagnóstico sin mayores esfuerzos.

En ocasiones, el médico podría indicar estudios de imagen como una radiografía o tomografía computarizada. Estas permiten visualizar inflamación alrededor de la laringe y determinar el compromiso de tejidos blandos próximos.

Algunos estudios sanguíneos podrían llegar a ser útiles, como una biometría hemática completa. En ella se detecta elevación de los glóbulos blancos en las laringitis de origen infeccioso, aunque no es una prueba indispensable.

Laringitis atendida por médico en un adulto.
En los adultos hay más disfonía que dificultad respiratoria cuando se cursa una laringitis.

Tratamiento de la laringitis

El tratamiento de esta condición depende de la causa. Si es posible identificar un factor desencadenante el alivio de los síntomas se realizará de forma conjunta con la eliminación de la causa principal.

Dicho alivio puede proporcionarse mediante la administración de oxigenoterapia y nebulizaciones. El uso de corticoides por cualquier vía todavía es algo controvertido, pero está incorporado en casi todos los protocolos de actuación. Tienen una excelente capacidad para disminuir la inflamación.

Los antialérgicos, en especial antihistamínicos, y sustancias mucolíticas, como la n-acetilcisteína, podrían llegar a contribuir en casos con producción mucosa o de origen alérgico. La administración de antibióticos, antifúngicos o antivirales debería eliminar la causa correspondiente.

La laringitis es benigna casi siempre

En la inmensa mayoría de los casos la laringitis es un proceso benigno. Solo en algunas condiciones muy particulares (niños pequeños, infecciones severas o pacientes inmunosuprimidos) los síntomas podrían avanzar hasta la obstrucción parcial o total de la vía aérea.

En principio es recomendable acudir a los servicios de urgencias. Estos contarán con médicos de familia, internistas o pediatras según el perfil del paciente. En ocasiones es posible que el otorrinolaringólogo participe en el proceso.



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