Hablar solo es bueno para el cerebro

¿Es malo hablar solo? ¿Cómo afecta al cerebro este hábito? ¿Existe una forma correcta de hacerlo? Veamos en detalle las respuestas a estas preguntas.
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Escrito por Daniela Andarcia

Última actualización: 28 mayo, 2021

Diversos llegan a ser los momentos en los que hablar solo se da de forma espontánea, cuando estas de prisa y buscas la llaves de tu casa, antes de una exposición o evento importante son algunos de los ejemplos más típicos.

Hablar contigo no es indicativo de que eres una persona extraña o de que algo anda mal en ti. Este hábito es practicado por muchas personas y estas suelen ser más de las que crees.

Y no nos referimos solo a la costumbre de pensar algunos asuntos en silencio, sino a hablar en voz alta con nosotros mismos y, en ocasiones, hasta respondernos las cuestiones planteadas.

Esto ocurre por variopintos motivos, en especial cuando nos sometemos a emociones como ira, nervios o alta concentración. ¿Pero sabes por qué hablar solo es bueno para tu cerebro? Descubre la respuesta a esta interrogante.

Hombre hablando con su reflejo en el espejo
Los beneficios de hablar solo son múltiples y muy interesantes.

5 formas en las que hablar afecta al cerebro de forma positiva

Existe una gran diferencia entre un diálogo consigo mismo, sabiendo que es una conversación con tu yo, y sostener una charla con un agente externo que solo tú puedes percibir.

Aclarado esto, son varios los que teorizan que cuando hablamos en voz alta con nosotros, ralentizamos entre otras cosas nuestros pensamientos, lo que contribuye a procesarlos de una forma más eficaz.

En general, esto se debe a que los centros del lenguaje del cerebro se ponen en acción. Ahora bien, te mostramos las formas en las que este hábito puede beneficiar tu cerebro.

1. Acelera el proceso de aprendizaje

Hablar solo puede mejorar a grandes rasgos tu proceso de aprendizaje. Expertos demostraron que este hábito ayuda a reforzar la información almacenada en la memoria de largo plazo.

Al hacerte preguntas, responderlas y cuestionar las respuestas, estás desempeñando el rol de un maestro acucioso que intenta que sus estudiantes saquen lo mejor de sí, y consoliden sus conocimientos.

2. Puede reducir los niveles de estrés

Está demostrado que en momentos de confusión, tristeza, ira o estrés llevar a cabo un monólogo, puede ser beneficioso para mitigar dichos sentimientos. Si no lo has hecho, puedes intentar hacerte de este hábito y considerarlo como una especie de terapia para liberar tensiones.

Ten presente que los niveles de estrés prolongados pueden afectar negativamente la salud de tu cerebro, y de tu cuerpo en general.

3. Ayuda a mantener la concentración

Un estudio publicado en Acta Psychologica demostró que formularse preguntas retóricas durante la ejecución de tareas técnicas puede incrementar tu nivel de concentración.

Esto se debe a que el diálogo interno es una herramienta útil para repasar procedimientos y detectar fallas, así que preguntarse en voz alta si este objeto calza o no en un orificio, por ejemplo, es apropiado para estos casos.

Además de desahogar alguna que otra frustración, es probable que al repetir las instrucciones y procesos en voz alta incrementen tus conocimientos sobre el asunto. Y en ocasiones puede hacerte cambiar de parecer si piensas darte por vencido, ya que al hablar de este modo contigo mismo, habrás recordado tu progreso.

4. Incrementa los niveles de motivación

En ocasiones tenemos sentimientos de bloqueos que surgen al tener la sensación de que una meta o proyecto determinado quedó estancado. Este pensamiento negativo puede ser minimizado si usamos la herramienta del autodiálogo positivo.

Palabras del tipo “¡Estás haciendo un buen trabajo!”, “¡Puedes con esto!” o “¡Solo te falta poco!” elevan tu automotivación y, sin son dichas en voz alta, cobran más fuerza. Después de todo, el sonido ayuda a reforzar la información.

Toma en cuenta que estas frases, según un estudio de 2014, al ser pronunciadas en segunda o tercera persona funcionan mejor en ti. Esto se debe a que usando estos pronombres creas la sensación de que hablas con otra persona, lo que da pie a un desapego emocional, mitigando, por ende, las funciones de angustia asociadas con el objetivo que crees estancado.

5. Ayuda a procesar sentimientos complejos

En ocasiones, hay experiencias personales que no quieres compartir con terceros, ni con los más cercanos. En situaciones como estas, es probable que busques mejorarlas un poco antes de exponerlas.

Para ello es necesario tomarse un tiempo, reflexionar y segmentar la situación, de modo que se pueda hallar la solución más apropiada. Hablar en voz alta en la intimidad de tu habitación, por ejemplo, puede ayudarte a detectar las preocupaciones potenciales que pueden traer consigo las tribulaciones actuales.

Del mismo modo, sostener un autodiálogo sobre algunos sentimientos profundos los minimiza, y los hace más resolubles. O en su defecto, te ayudará a aceptar la situación, lo que contribuye a paliar su impacto.

Aprende a hablar contigo mismo de la forma correcta

La forma en que nos comunicamos con nosotros puede afectar de manera negativa o positiva nuestros pensamientos. Monólogos como “¡Qué tonto soy!”, “¡No sirvo para nada!” o “¡Esto me ha quedado fatal!”, por ejemplo, son premisas que tienden a mellar nuestra autoestima y disminuir de forma significativa nuestro sentido de valía.

A esto se le conoce como diálogo negativo y debemos evitarlo a toda costa. Para hacerlo, pon en practica estas sencillas recomendaciones:

Orienta el monólogo a tu favor

Los escenarios para hablar solo se presentan con frecuencia durante nuestro día. Oportunidades como el extravío de un objeto, una entrevista laboral o la ejecución de alguna actividad en general, son buenas para el diálogo consigo mismo.

Según un estudio publicado en la revista médica Quarterly Journal of Experimental Psychology, formularse preguntas en voz alta como “¿Dónde pondré haber dejado este objeto?”, “¿En qué lugar vi por última vez esta cosa?” o simplemente mencionar el nombre de lo extraviado, puede ayudarte a encontrarlo más rápido sin generar tensión.

Asimismo, existe evidencia científica de que incorporar tu monólogo en voz alta como una extensión de tus ideas mientras estudias, es de gran utilidad para fijar y acelerar el entendimiento del asunto estudiado.

Chica pelirroja pensando en los beneficios de hablar solo
Si vas a intentar hablar solo es mejor hacerlo de forma inteligente.

Escucha lo que dices

Hablar en voz alta al igual que escucharte con atención, resultan ser combinaciones necesarias e importantes a la hora de hablar contigo mismo. El prestar atención a lo que dicen tus pensamientos favorece el proceso de comunicación interna, influyendo de forma positiva en tu capacidad para obtener éxito en algún asunto planteado.

Ten presente que este hábito bien orientado funge como el apoyo que necesitas para sobrellevar una situación determinada.

Habla en tercera persona

Consiste en referirse a sí mismo en segunda o tercera persona, con ello crearás una sensación de desapego emocional, y podrás tomar una decisión más objetiva y clara.

¿Qué recordar sobre hablar solo?

  • Sentirte cómodo y libre para entablar una conversación autodirigida puede llevar tiempo, pero recuerda que esto es más común de lo que crees.
  • Suprime los estigmas asociados a esta práctica, ten presente que ejecutada a largo plazo puede beneficiarte.
  • El diálogo interno bien ejecutado en momentos de aprietos, te brinda el apoyo necesario para paliar dicha situación.
  • Es necesario que te refieras a ti en positivo y en tercera persona, esto te ayudará a obtener mejores resultados.
  • No olvides prestar atención a lo que dices cuando hables para ti.


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