¿Qué es la elastosis solar?
La elastosis solar, también conocida como elastosis actínica o elastosis senil, se caracteriza por una serie de cambios en el tejido elástico dérmico debido a la exposición al sol.
Se trata de uno de los principales síntomas del fotoenvejecimiento y, aunque es más común en los adultos mayores, cada vez se detecta con mayor frecuencia en adultos jóvenes. Además de la exposición al sol, el tabaquismo puede mediar en su desarrollo.
La condición es mucho más común en las zonas expuestas al sol, como lo son el rostro y las manos. Su manifestación es progresiva, y varía de acuerdo con el grado de exposición al sol y otros factores que inciden en el envejecimiento de la piel. Veamos todo lo que debes saber sobre la elastosis solar de acuerdo con los científicos.
Síntomas de la elastosis solar
El síntoma característico de la elastosis actínica es la presencia de piel gruesa y con un tono amarrillento. Sin embargo, en sus estados iniciales se caracteriza por una piel en tono rojizo que en ocasiones se acompaña de ardor o picor.
La rapidez con la cual evolucionan los síntomas depende de la edad, el sexo, el grado de exposición al sol, la alimentación, los hábitos de vida y otras variables. Te dejamos con un cuadro típico de esta condición en la piel:
- Sequedad en la piel.
- Piel muy gruesa con presencia de surcos y fisuras.
- Cambios en la tonalidad de la piel, con predisposición a tonos amarillos o naranjas.
- Presencia de arrugas que no desaparecen al estirar la piel.
- Superficie de la piel áspera al contacto.
- Sensación de picazón o ardor leve.
La distribución de estas características es desigual, de manera que los síntomas son más pronunciados en algunas zonas que en otras. La elastosis solar es más común en las orejas, la cara, el cuello, los antebrazos y las manos.
Esto se debe a que estas partes están más expuesta a luz directa de sol. La mayoría de los veces los primeros síntomas empiezan a desarrollarse a partir de los 40 años de edad.
Causas de la elastosis solar
Tal y como señalan los especialistas, la exposición prolongada al sol es la principal causa de la elastosis solar. Desde el punto de vista histológico ocurre debido a la degeneración basófila de las fibras elastóticas en la dermis.
La exposición a los rayos UV no es su único desencadenante. Los siguientes factores de riesgo pueden predisponer a una persona a desarrollar elastosis solar a temprana edad:
- Deficiencias nutricionales.
- Diabetes.
- Estrés crónico.
- Exposición a ciertos químicos domésticos o industriales.
- Tener una enfermedad hepática o cardíaca.
- Tener una enfermedad vascular, como por ejemplo arteriosclerosis.
- Reacciones adversas a un medicamento que se toma de forma permanente.
- Tener sobrepeso y obesidad.
Además de esto, el clima, la interacción con algunas plantas, el uso de calefacción en casa, la frecuencia con la cual se lava el rostro y las alergias también pueden acentuar los síntomas. El uso de camas solares también es un factor de riesgo para su desarrollo antes de los 40 años.
Las personas con la piel muy clara son propensas a manifestar síntomas más intensos que aquellas con la tez oscura. De igual modo, fumar se considera un catalizador para la elastosis actínica.
Así lo apuntan los investigadores, quienes además asocian a la nicotina con otras enfermedades dermatológicas como la psoriasis, la hidradenitis supurativa, las dermatosis crónicas, la alopecia, el lupus eritematoso, la erupción lumínica polimorfa y el cáncer de piel.
Diagnóstico de la elastosis solar
El diagnóstico de la elastosis senil se hace de manera clínica con base en los síntomas descritos. Para corroborar los hallazgos, el especialista puede solicitar una biopsia de piel.
Durante el diagnóstico se evalúan otras complicaciones que suelen acompañar a la condición. Por ejemplo, el síndrome de Favre-Racouchot, las placas colágenas y elastóticas en las manos y los nódulos elastóticos de las orejas.
También se buscarán indicios de cáncer de piel, ya que las personas que han desarrollado la condición son propensas a desarrollar melanomas. De hecho, si no se tratan a tiempo y en determinadas circunstancias, algunas de estas lesiones pueden evolucionar a un carcinoma de células escamosas.
Opciones de tratamiento
Existen múltiples opciones de tratamiento para la elastosis actínica. En primer lugar, se educará al paciente sobre los factores de riesgo que median en el empeoramiento de los síntomas. Por tanto, se orientará sobre una serie de hábitos que debe asumir como parte de su rutina diaria. Destacamos los más importantes:
- Reducir la exposición al sol entre las 10:00 a. m. y las 3:00 p. m.
- Utilizar protector solar siempre que se interactúe con el exterior.
- Dejar de fumar.
- Beber abundante agua.
- Implementar una dieta variada rica en frutas, verduras y legumbres.
La hoja de ruta para abordar la condición la elige el especialista con ayuda del paciente. Algunas de las más utilizadas en la actualidad se recogen en la siguiente lista:
- Aplicación tópica del ácido retinoico.
- Rellenos dérmicos.
- Inyección de ácido hialurónico en la dermis.
- Dermoabrasión.
- Terapia tópica de estrógeno.
- Rejuvenecimiento con láser de dióxido de carbono.
No todos los pacientes responden de la misma manera a estas terapias, de modo que en ocasiones habrá que probar más de una.
En todo caso, lo importante es actuar a tiempo y asumir un cambio en el estilo de vida para evitar su progresión. Consulta con un dermatólogo en caso de que te percates de los síntomas descritos u otras alteraciones en tu piel.
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