Cómo se diagnostica la clamidia

La clamidia es una de las enfermedades de transmisión sexual con mayor prevalencia en la actualidad. Hoy te mostramos las técnicas y exámenes para diagnosticarla y con cuáles enfermedades se puede confundir.
Cómo se diagnostica la clamidia
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 14 junio, 2021

La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Es la cuarta ETS con mayor prevalencia en los Estados Unidos, según informes de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC). El diagnóstico de la clamidia es relativamente sencillo y es el primer paso para tratar la condición.

A diferencia de varias enfermedades de su grupo, la clamidia sí se puede curar. Para ello es importante hacer un diagnóstico precoz, ya que no es infrecuente que algunos casos no tratados deriven en infertilidad (como ha demostrado la evidencia). Hoy veremos cuál es el protocolo para detectarla y qué puedes esperar de los exámenes disponibles.

Pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la clamidia

El diagnóstico de la clamidia es relativamente sencillo
Si bien los estudios de laboratorio para diagnosticar la clamidia son simples, la toma de muestra puede variar dependiendo del paciente.

Lo primero que debes saber es que la mayoría de las personas infectadas con la enfermedad son asintomáticas. No puedes, por tanto, confiar en que estás libres de ella si no has manifestado sus signos más comunes.

La norma general de los CDC es hacerse la prueba anualmente si se es sexualmente activo, se es menor de 25 años o no se usa algún método de protección. Si formas parte de estos grupos de riesgo deberías familiarizarte con el protocolo de diagnóstico de la clamidia.

Este puede variar según el paciente. La evidencia nos indica que el procedimiento más sensible son las pruebas de amplificación de los ácidos nucleicos. Conozcamos cuáles son los métodos disponibles para ello:

Diagnostico de la clamidia en mujeres

Se usan en general el hisopado vaginal o endocervical, y las pruebas de orina. Estudios sugieren que la efectividad de las dos pruebas es casi idéntica, de manera que son opciones seguras, rápidas y poco invasivas para diagnosticar la clamidia en mujeres.

En el primer caso el especialista utiliza un espéculo para tener acceso al cuello uterino y obtener así una muestra con ayuda de un hisopo.

Este se envía a un laboratorio y se analiza en búsqueda de indicios de la infección. Aunque existe evidencia de que el autohisopado puede ser tan efectivo como el realizado por un experto, se sugiere la mediación de este para un muestreo más seguro.

La prueba de orina se hará recogiendo la primera micción y también se destinará al laboratorio para su análisis. De acuerdo con los hábitos de la paciente, el especialista puede sugerir como complemento un hisopado bucofaríngeo o rectal. Las investigaciones sugieren que estos últimos no deben omitirse para descartar la infección en mujeres.

Diagnóstico de la clamidia en hombres

Se hacen pruebas de orina de la primera micción y se procede a complementarlas con un hisopado de la cabeza del pene (glande). Ambos exámenes se analizan en un laboratorio en búsqueda de patrones que permitan el diagnóstico de la clamidia.

Como complemento el especialista puede sugerir realizar un hisopado bucofaríngeo o anal. Aunque tradicionalmente este accionar es frecuente para hombres que tienen sexo con hombres, en realidad puede ser útil para todos los casos. En este sentido, recuérdese que la infección se puede transmitir por cualquier práctica de sexo oral.

Si la bacteria ha provocado tracoma el diagnóstico es diferente. Los estudios indican que el protocolo es una exploración física del área afectada (los ojos), incluyendo las pestañas, la cornea y los párpados.

Luego se enviará muestras bacterianas de estas al laboratorio para su posterior análisis. En ninguno de los casos se sugiere pruebas de diagnóstico rápido (PDR), ya que algunos indicios sugieren poca sensibilidad para la detección.

Diagnósticos diferenciales

El diagnóstico diferencial de la clamidia es extenso
Como los síntomas de la clamidia son algo inespecíficos, estos pueden confundirse con otras enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea.

Si como paciente has desarrollado síntomas, notarás que estos son muy vagos. Secreciones en los genitales, dolor durante la micción, dolor al tener relaciones sexuales o presión en la parte baja se pueden asociar a múltiples afecciones. Entre las más comunes destacamos las siguientes:

  • Gonorrea: la gonorrea es una ETS causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Entre sus síntomas también encontramos micción dolorosa y secreciones anormales en la vagina y en el pene.
  • Vaginosis bacteriana: produce inflamación vaginal, secreciones anormales y mal olor. Se desarrolla ante un desequilibrio de bacterias anaerobias en la vagina.
  • Candidiasis vaginal: generada por una infección por hongos que genera ardor, secreciones y salpullidos.
  • Sífilis: la sífilis es causada por la bacteria Treponema pallidum. Se caracteriza entre otras cosas por la aparición de llagas en los genitales (en su primera etapa).

Estos son solo algunos ejemplos de enfermedades que se pueden detectar durante el diagnóstico de la clamidia. La concientización forma parte de la prevención, de manera que debes evitar tener relaciones sin condón y estar con múltiples parejas.

Si decides hacerlo, procura realizar pruebas anuales para valorar tu estado de salud y así atacar la infección antes de que genere complicaciones.

Dado que se sabe que los pacientes se pueden reinfectar, también debes tener en cuenta este protocolo aun cuando hayas cumplido un tratamiento o hayan pasado años luego de este. No te fíes solo de los síntomas, la única manera de detectarla al 100 % es a través de los métodos sugeridos.



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