Brucelosis: síntomas, causas y tratamiento

La brucelosis es una enfermedad que ha dejado de ser un problema en muchas regiones de alto ingreso, pero en otras zonas sigue siendo frecuente. Ahondamos en esta zoonosis.
Brucelosis: síntomas, causas y tratamiento
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 16 diciembre, 2020

La brucelosis, también conocida como fiebre de Malta o enfermedad de Bang, es una patología infecciosa de distribución mundial producida por el género bacteriano Brucella.  Se trata de una zoonosis, es decir, una patología que se transmite de otros animales al ser humano.

En el año 1968 la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la brucelosis era responsable de más enfermedades, miserias y pérdidas económicas que cualquier otra enfermedad animal conocida que afecte a humanos, según estudios. La falta de integración entre salud pública y veterinaria en muchos países hacen de esta una de las zoonosis más extendidas.

Así pues, hoy te presentamos a un género de bacterias que traen de cabeza a epidemiólogos y especialistas en la salud ganadera por igual. En las siguientes líneas cubrimos todo lo que tienes que saber sobre la brucelosis, desde síntomas a epidemiología. No te pierdas este recorrido.

Situación global de la brucelosis

La descripción de la epidemiología, es decir, el estudio de la distribución, frecuencia y patrones determinantes de la aparición de una enfermedad es el primer paso para combatirla. Así pues, te presentamos una serie de datos de relevancia en lo que a la brucelosis se refiere, todos ellos recogidos por portales especializados en la materia:

  • La incidencia de la brucelosis —número de casos nuevos en un tiempo y población dados— es de 0,01 casos al año por cada 100 000 habitantes en países de alto ingreso. En regiones de bajos ingresos este valor aumenta a 200 casos al año por cada 100 000 habitantes.
  • En países como España se detectaron 2842 casos anuales antes de empezar el siglo XXI, es decir, unos 7 enfermos por cada 100 000 habitantes.
  • Las personas que trabajan de forma directa con ganado tienen más probabilidades de contraerla.
  • Según el Centro de seguridad pública y seguridad alimentaria, solo entre el 1 al 2 % de los casos de brucelosis suelen terminar con la muerte del paciente. Algunos brotes tienen una letalidad de hasta el 5 %.

Como podemos observar, estamos ante una enfermedad cuya incidencia está relacionada con la infraestructura sanitaria del país y el estado de los animales de ganado. En Europa y Estados Unidos las leyes y protocolos alimenticios se han endurecido.

Brucelosis es una zoonosis transmitida por ganado.
La brucelosis es una zoonosis y eso determina que las medidas sobre el ganado sean fundamentales para prevenirla.

Agente causal

Estamos ante el género Brucella, un taxón de bacterias gram negativas con forma de bacilo y de unos 0,7 μm de diámetro. Son microorganismos sin capacidad móvil y aerobios estrictos, es decir, requieren oxígeno para vivir.

Tal y como indica la Biblioteca Nacional de Medicina, el genoma de este género bacteriano está compuesto por dos cromosomas y carece de plásmidos —regiones de ADN circular—. Por desgracia, las bases patogénicas genéticas de Brucella aún no han sido del todo estudiadas, por lo que conocer los factores que predisponen a la virulencia de uno u otro hospedador continúa siendo un secreto.

A continuación te presentamos una lista con las distintas especies del género y sus hospedadores:

  • B. melitensis: sus hospedadores conocidos son cabras, bovinos, ovinos canes y hombre.
  • B. abortus: sus hospedadores son bovinos, cánidos y hombres.
  • Brucella suis: los hospedadores conocidos son cerdos, cánidos y hombre.
  • Brucella canis: los hospedadores conocidos son los cánidos y el hombre.

Existen seis especies más, las que afectan desde zorros a focas, pero como no son transmisibles al ser humano —o no se ha registrado— no vamos a nombrarlas. Cabe destacar que B. melitensis es el agente más preocupante de todos, pues según estudios ya citados causa el 98 % de las brucelosis. El 2 % restante se atribuye a B. abortus.

Causas de la brucelosis y transmisión

La brucelosis es una zoonosis, es decir, se transmite entre animales y humanos. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) existen múltiples vías de contagio. Te las contamos a continuación de forma somera.

1. Consumiendo productos mal tratados

El consumo de carnes crudas, poco cocinadas o productos lácteos sin pasteurizar es un factor de riesgo para contraer la bacteria. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de brotes de brucelosis se producen por el consumo de leche cruda y queso fresco sin tratar.

2. Por vía inhalatoria

Por este motivo, los trabajadores en el sector ganadero son personas en riesgo. La bacteria se puede inhalar de forma directa al entrar en contacto con productos animales contaminados, como pueden ser placentas, heces, orina o fetos. Estamos ante un método de transmisión aérea directa.

3. Entrada por heridas y mucosas

Al igual que las vías respiratorias, las heridas abiertas o las mucosas —como el revestimiento bucal— son una puerta de entrada excelente para la bacteria Brucella. Por esta razón, los siguientes grupos están en mayor peligro:

  • Veterinarios que trabajen con animales enfermos.
  • Empaquetadores de productos cárnicos en factorías o negocios locales.
  • Trabajadores en mataderos y plantas de procesamiento cárnico.
  • Cazadores.

Síntomas de la brucelosis

La Clínica Mayo y otros portales ya citados nos ayudan a discernir su cuadro clínico. En general, podemos afirmar que existen cuatro formas de presentación. Puede evidenciarse con manifestaciones clínicas muy polimorfas, muchas de ellas asintomáticas:

  • Forma asintomática: es causada por la inoculación accidental de la bacteria mediante material vacunal, es decir, es típica en el ámbito veterinario. A pesar de no ser grave, el paciente puede presentar molestias articulares, febrícula, debilidad y fatiga.
  • Formas localizadas: afectan a un área concreta del cuerpo. Un ejemplo de ello es la espondilitis, es decir, la hinchazón de las vértebras de la columna a causa de la infección.
  • Septicemia: las bacterias pasan a la sangre y se diseminan por los órganos, por lo que estamos ante un cuadro médico más grave que los anteriores. El paciente tiene fiebre elevada, sufre escalofríos, sudoración profusa y dolores de cabeza intensos. Los ganglios linfáticos se inflaman (adenopatía).
  • Forma crónica: solo presente en los pacientes que han presentado una evolución de la enfermedad por más de seis meses.

Por desgracia, la brucelosis tiene cierta tendencia a las recidivas, es decir, a reaparecer después de una aparente curación. En algunos pacientes la enfermedad se puede prolongar durante años, si bien esto no es tan común con el tratamiento adecuado. Tal y como indica el portal MSDmanuals, entre las posibles complicaciones de la enfermedad encontramos la endocarditis bacteriana subaguda —infección del tejido cardíaco—, la meningitis, la encefalitis y la osteomielitis.

Diagnóstico y tratamiento

El aislamiento de Brucella spp. supone el método diagnóstico definitivo. Para ello se obtienen muestras de la sangre o el líquido de la médula ósea del paciente y se siembran en un medio de cultivo prolífico. Las colonias suelen empezar a observarse a los 2-4 días, tiempo que tarda la confirmación.

También existen métodos diagnósticos indirectos, como la seroaglutinación y el enzimoinmunoanálisis, si bien no vamos a detenernos en ellos por su excepcionalidad.

Una vez confirmado el agente causal, el paciente deberá empezar a tomar antibióticos durante al menos seis semanas. Se podrán experimentar una serie de síntomas inespecíficos —cansancio, dolor articular o molestias en la cabeza— varios meses tras la infección. Además, no existen criterios serológicos ni clínicos fiables que confirmen una curación completa.

Los medicamentos de elección suelen ser la doxiciclina y la rifampizina, aplicados por vía oral durante un periodo de 6a 8 semanas. Las mujeres embarazadas y las personas con alergias a antibióticos o un sistema inmune comprometido deben avisar al médico de su condición.

Estamos ante una enfermedad muy poco letal, pues recordamos que menos del 2 % de los pacientes suelen perecer por ella. Aún así, el enfermo puede mostrar síntomas durante varios meses y las posibilidades de reinfección son más altas que con otras enfermedades bacterianas.

Antibióticos para la brucelosis.
El tratamiento antibiótico es la vía de abordaje terapéutico para la enfermedad.

Una patología de baja letalidad

Como hemos podido ver en estas líneas, la brucelosis es una enfermedad poco letal, pero de la que puede costar bastante deshacerse una vez el paciente se ha infectado. Por desgracia, es una zoonosis extendida en los países de bajo ingreso.

Está claro que la mejor prevención ante esta patología es la higienización, tanto de los profesionales sanitarios en contacto con ganado como de los productos derivados del mismo. La pasteurización de los productos lácteos, el cocinado de las carnes y la aplicación de medidas especiales en veterinarios y mataderos reducen al mínimo las posibilidades de contagio.




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