Adrenalina: ¿qué es y para qué se utiliza?

La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor implicado en las respuestas fisiológicas ante el estrés y situaciones de peligro. También se utiliza como fármaco para tratar un choque anafiláctico o la laringitis.
Adrenalina: ¿qué es y para qué se utiliza?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 12 noviembre, 2020

La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona y un neurotransmisor que se produce de forma natural en las glándulas suprarrenales, situadas por encima de los riñones. Es la sustancia más asociada con niveles altos de estrés y miedo, ya que se segrega en situaciones de alarma con el fin de aumentar las respuestas de supervivencia.

Estamos ante una hormona de naturaleza intrincada y con múltiples efectos a nivel fisiológico. Además, la epinefrina se trata de un fármaco, ya que se utiliza como tratamiento de emergencia en pacientes con reacciones alérgicas graves.

Estructura química de la adrenalina

La adrenalina o epinefrina se trata, desde un punto de vista químico, de una catecolamina y una monoamina. Veamos qué significan estos términos:

  • Catecolamina: una hormona que se vierte en el torrente sanguíneo. Más allá de la adrenalina, en este grupo podemos encontrar a la noradrenalina y la dopamina. Las catecolaminas se producen en las glándulas suprarrenales y en las terminaciones nerviosas.
  • Monoamina: un neurotransmisor que contiene un grupo amino —derivado del amoniaco— que está conectado a un anillo aromático, un tipo de compuesto orgánico cíclico, mediante dos enlaces de carbono (-CH2-CH2-).

La fórmula química de la adrenalina es la siguiente:

C₉H₁₃NO₃

Esto significa que esta molécula está compuesta por carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno. Debido a los elementos que la componen, podemos afirmar que estamos ante una sustancia orgánica.

Según la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC según sus siglas en inglés) la denominación más técnica para la adrenalina es la siguiente: (R)-4-[1-hidroxi) (metilamino)etil]benceno-1,2-diol.

Con estos dos términos y la formulación química pertinente hemos definido la naturaleza de la adrenalina. Resulta difícil imaginar la estructura tridimensional de una hormona tan compleja, pero portales como Pubchem nos muestran de manera detallada su forma en 3D.

Fórmula de la adrenalina.
La adrenalina es una hormona, pero también un neurotransmisor.

¿Cómo se sintetiza la adrenalina?

Cabe destacar que esta hormona se sintetiza en base a los aminoácidos —componentes básicos de las proteínas— fenilalanina y tirosina. El primero de los dos se considera un aminoácido esencial que debemos ingerir en la dieta, pues no podemos sintetizarlo por nosotros mismos. Por otro lado, la tirosina no es esencial, ya que se crea a partir de la propia fenilalanina.

Como ya hemos dicho, la adrenalina se produce en las glándulas suprarrenales, unas estructuras de unos cuatro gramos de peso situadas sobre el polo superior de ambos riñones. Estas glándulas contienen dos órganos endocrinos diferenciables: la corteza adrenal y la médula adrenal.

Es la segunda la que nos interesa, ya que, según fuentes bibliográficas, se encarga de segregar las catecolaminas a la circulación sanguínea. En este órgano, más del 80 % del contenido de catecolaminas corresponde a la adrenalina, que será liberada en momentos concretos para ejercer efectos sobre distintos órganos. El 20 % restante de concentración corresponde a la noradrenalina.

Te presentamos una serie de datos relevantes sobre la síntesis de la adrenalina:

  1. Las catecolaminas se forman a partir de la tirosina. Esta, a su vez, puede provenir de la dieta o formarse a partir de la fenilalanina dentro del cuerpo.
  2. Este proceso de conversión se resume en cuatro etapas diferentes: hidroxilación, descarboxilación, otra hidroxilación y una metilación. Estos pasos están mediados por enzimas especializadas.
  3. Tras su formación, la adrenalina es transportada a las vesículas granulares, lugares donde se almacena.

Secreción

La adrenalina es liberada de las vesículas granulares mediante exocitosis en presencia del neurotransmisor acetilcolina. Este se libera como respuesta a un estímulo específico, en este caso, ante eventos de motivación y que requieren de atención.

Cabe destacar que, una vez en sangre, la vida general de la acetilcolina circulante es de unos 10 a 100 segundos. Aunque parezca poco, esto es tiempo más que suficiente para que estas hormonas realicen las funciones que las caracterizan.

Funciones de la adrenalina

La adrenalina se asocia de forma común a situaciones de miedo y estrés, pues prepara al cuerpo ante un evento que requiere de máxima atención y rapidez. A nivel fisiológico, esto se traduce en diversos cambios:

  1. Eleva la presión sanguínea: los vasos sanguíneos que desembocan en los órganos más importantes se ensanchan para recibir más sangre, mientras que los más pequeños se estrechan, ya que no son imprescindibles.
  2. Dilata las pupilas: esto sucede con el fin de que el individuo pueda ver mejor y sea más consciente del entorno que le rodea.
  3. Expande las vías aéreas: la dilatación de las vías aéreas se traduce en una respiración más rápida y eficaz. Esto permite al sujeto oxigenar más la sangre y así rendir mejor. Ante mecanismos de huida o largas carreras este mecanismo es esencial.
  4. Participa en la reacción de lucha o huida: aumenta las ganas de enfrentamiento y el sentimiento de euforia.
  5. Acelera el ritmo cardíaco: cuanta más sangre sea bombeada por el corazón, más oxígeno y nutrientes llegarán a los órganos y la musculatura.
  6. Detiene el movimiento intestinal: esto evita necesidades fisiológicas inoportunas y un gasto de energía que, en el momento de la amenaza, el cuerpo no se puede permitir.
  7. Moviliza las reservas de glucógeno: el combustible más utilizado en la respiración celular es la glucosa, la que se almacena en forma de glucógeno en el hígado. La liberación del mismo permite obtenerla de forma rápida para que las células de los tejidos puedan usarla con presteza.

En general, podemos resumir todas estas funciones en un concepto único: preparar al individuo para una situación de lucha en la que su integridad puede verse comprometida. Se trata de una adaptación evolutiva clara, pues a corto plazo esta inyección de energía supone la diferencia entre la vida y la muerte en un entorno natural.

Usos médicos de la adrenalina

Además de ser una excelente proveedora de mecanismos de supervivencia inmediatos, la adrenalina también tiene usos médicos. Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, el fin terapéutico principal de esta hormona es evitar la anafilaxia.

Combatiendo la anafilaxia

La anafilaxia se define como una reacción alérgica grave que puede poner en riesgo la integridad del paciente. Tal y como indica la Clínica Mayo, se puede producir unos segundos o minutos tras la exposición a un agente al que el individuo es alérgico.

Este cuadro clínico se caracteriza por una bajada de la presión arterial, reacciones cutáneas y la constricción de las vías respiratorias, entre otros muchos síntomas. Como hemos dicho, la adrenalina dilata las vías aéreas, por lo que es el fármaco de elección ideal ante esta situación.

La inyección de adrenalina se presenta como un aparato precargado con una solución que contiene a la hormona —a concentración 1:10.000—, el que se puede inyectar debajo de la piel o en el músculo. Las personas con alergias graves deben llevar este aparato siempre consigo, pues es la única forma de abordar una anafilaxis de forma efectiva.

Cabe destacar que, por desgracia, la inyección de epinefrina puede tener ciertos efectos secundarios. La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos nos muestra unos cuantos. Entre ellos encontramos los siguientes:

  • Náuseas, vómitos y sudoración.
  • Nerviosismo, ansiedad e inquietud.
  • Debilidad.
  • Dolor de cabeza.
  • Piel pálida.
  • Temblor incontrolable de alguna parte del cuerpo.
Hombre practicando salto libre.
La adrenalina se libera en situaciones que representan riesgo, aún cuando el mismo sea buscado.

Posible solución ante el paro cardíaco

Diversos estudios indican que la adrenalina es efectiva para reanimar al corazón ante un paro cardíaco y ayuda lo suficiente a los pacientes para dejar el hospital y volver a sus casas. Por desgracia, no se ha registrado evidencia alguna de que los fármacos basados en ella mejoren la supervivencia con un buen resultado neurológico.

Así pues, se considera que la epinefrina puede ser clave para reanimar el corazón en un paro cardíaco, pero también aumenta la probabilidad global de muerte o daño cerebral debilitante.

Tratamiento para la laringitis

Otras fuentes bibliográficas recogen que algunos estudios han demostrado que la adrenalina nebulizada mejora el cuadro clínico de los pacientes con laringitis moderada o grave en unos 10 a 30 minutos. Esto es así ya que, dicho de forma resumida, la hormona provoca la relajación del músculo liso bronquial.

Además, las contraindicaciones del tratamiento son mínimas. Si bien es posible que la frecuencia cardíaca del paciente aumente un tanto como efecto secundario de la administración, los posibles síntomas adversos son mucho menos relevantes que las soluciones.

Una hormona llena de utilidades

La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor implicado en las respuestas de estrés, miedo, tensiones y presencia de amenazas. Esta nos prepara para combatir o huir, destinando todos los recursos posibles a la musculatura y al desarrollo de los sentidos para que estos funcionen de forma eficaz y rápida.

Más allá de esto, la epinefrina también se utiliza en el ámbito médico: es la única solución ante el choque anafiláctico, se usa para combatir la faringitis y también se contempla ante un paro cardíaco. Desde luego, estamos ante una sustancia fascinante desde un punto de vista biológico y farmacológico.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.