Diferencias entre sexo y género
En la actualidad es frecuente escuchar en conferencias, medios de comunicación y redes sociales términos como sexo, género, identidad sexual, identidad de género, expresión de género, expresión sexual y roles de género, entre otros. A pesar de su uso masivo, en la práctica aún existen confusiones sobre a qué hacen referencia. Hoy te enseñamos las diferentes entre sexo y género.
Ciertamente, tal y como apuntan los investigadores, las diferencias entre sexo y género son problemáticas. Esto se debe a que los términos se han definido desde coordenadas distintas, al tiempo que su entendimiento ha variado en el transcurso de las décadas. En las líneas siguientes te exponemos qué se piensa hoy al respecto y cómo podemos abordar dichas diferencias.
¿Qué es el sexo?
Cuando nace un bebé, el procedimiento estándar es determinar operatoriamente su sexo. Esto se hace, entre otras cosas, con base en categorías objetivas que permiten clasificarlo entre tres grandes grupos: hombre, mujer o intersexual. Las categorías usadas para esta asignación son las siguientes:
- Anatomía externa e interna: tanto los genitales externos como la anatomía interna son diferentes entre los hombres y las mujeres. Su determinación es más compleja de lo que parece, ya que algunos bebés pueden nacer con genitales externos bien definidos, pero carecer de anatomía interna que se corresponda normativamente con ellos (tener vulva, pero carecer de útero; por ejemplo).
- Rasgos cromosómicos: las mujeres tienen dos copias de cromosomas X y los hombres tienen una copia del cromosoma X y una copia del Y. Esto permite distinguir entre hombres y mujeres con base en sus rasgos cromosómicos. Algunos bebés pueden alejarse de esta distinción, de manera que cuentan con combinaciones que contrastan con otros criterios de asignación.
- Factores hormonales: por lo general las mujeres cuentan con un porcentaje mayor de hormonas como el estrógeno y la progesterona, al tiempo que los hombres agrupan una mayor concentración de testosterona. En ciertos contextos existe una alteración de la presencia de estas hormonas que contrasta con otros criterios de asignación presentados.
Existen otros criterios para la asignación del sexo al nacer, pero estos son los más comunes. La mayoría de las personas piensa que solo existen dos categorías posibles: hombre y mujer. Aunque es verdad que la mayoría de los bebés o adultos se ajustan a esta etiqueta binaria, como ya hemos apuntado existe una tercera posibilidad: la intersexualidad.
La intersexualidad, denominada hasta hace poco trastorno del desarrollo sexual, ocurre cuando un sujeto comparte características físicas, cromosómicas u hormonales tanto de hombre como de mujer. Algunos expertos consideran que las personas intersexuales son en torno al 2 % de la población, aunque otros científicos debaten esta idea y reducen la cifra a un 0,018 %.
En resumen, el sexo es una categoría que está asociada a parámetros objetivos, biológicos, cromosómicos, anatómicos y hormonales. Se asigna al nacer y se hace con base en tres opciones: hombre, mujer o intersexual.
¿Qué es el género?
A diferencia del sexo, el cual responde a categorías biológicas objetivas, el género responde a coordenadas sociales subjetivas. Tal y como nos recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), el género es un término que no permanece estático, sino que cambia de acuerdo con el tiempo. Guarda relación con las categorías sexuales biológicas, pero no siempre se corresponde de forma paralela con ellas.
Entonces, podemos decir que el género es un constructo social que regula el comportamiento, las actividades, el pensamiento y las preferencias de una persona. Tradicionalmente se consideraban dos tipos de género (masculino y femenino), los cuales se acoplaban a los dos tipos de sexo (hombre y mujer). Hoy esta clasificación es insuficiente para abarcar todo el espectro social.
El género no se acopla a análisis objetivos, sino que depende de un entramado psicológico, social y cultural. Resulta pertinente tener en cuenta una serie de términos que se relacionan con el género. Destacamos entre todos los siguientes:
- Roles de género: se conoce como roles de géneros al comportamiento o a las expectativas que espera una sociedad en relación con el sexo (hombre o mujer). Varía de acuerdo con cada sociedad y por lo general se asimilan en la infancia. Por ejemplo, el rasgo masculino de los hombres y el rasgo femenino de las mujeres.
- Identidad de género: es la percepción subjetiva de una persona en relación con su género. Es decir, el género que un sujeto se otorga a sí mismo de acuerdo con una serie de variables (culturales, religiosas, psicológicas y demás). Puede o no corresponderse con el sexo asignado al nacer.
- Expresión de género: es la expresión material u operatoria que un sujeto hace de su identidad de género. Es decir, la forma en que decide o no mostrar su identidad en la sociedad. Puede corresponderse o alejarse con los paradigmas sociales que se esperan con respecto a dicho género. Condiciona el comportamiento, el lenguaje, la vestimenta y demás.
No existe una clasificación estándar para los tipos de género. Sin embargo, podemos destacar a los cisgénero, bigénero, género fluido y transgénero. Dado que responde a criterios subjetivos, no existe un consenso general para definir estos y otros criterios relacionados con el género.
¿Cuáles son las diferencias entre sexo y género?
Siguiendo a los expertos, el sexo lo podemos interpretar desde categorías anatómicas, biológicas y hormonales; mientras que el género desde roles que se implementan como un estilo de vida y que está regulado por un entramado cultural y psicológico.
No lo hemos mencionado hasta ahora, pero también es pertinente recordar que términos como la identidad sexual, la expresión sexual y la orientación sexual juegan un rol importante en las diferencias entre sexo y género. Lejos de ser dos términos que están en conflicto, en realidad el sexo y el género se complementan.
Las diferencias entre sexo y género no son recientes, sino que han estado sobre la mesa desde la segunda mitad del siglo XX. Aún son categorías que se están definiendo, de manera que es comprensible que persista una confusión con respecto a qué cosa aluden. Lo importante, en todo caso, es interesarse por ellas, indagar al respecto y eliminar los prejuicios al momento de definirlas.
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