Quiste dental: por qué aparece y cómo tratarlo
Un quiste dental, también conocido como quiste dentígero o quiste odontogénico (su nomenclatura general), es un saco lleno de líquido que se desarrolla en el hueso de la mandíbula; en principio sobre un diente que aún no ha erupcionado. Son muy comunes y se manifiestan casi siempre en los molares y en los caninos. No siempre generan síntomas, ya que estos se presentan solo cuando el quiste supera los 1,5 centímetros de diámetro.
Los quistes dentales son benignos, pero algunos pueden generar complicaciones infecciosas. Casi todos se diagnostican por causalidad durante un examen de rutina. Es más común en los hombres que en las mujeres, y la mayoría de los casos se reportan entre la segunda y la tercera década de vida. Te enseñamos todo lo que debes saber de un quiste dental de acuerdo con los aportes de los científicos.
Principales causas del quiste dental
Desde el punto de vista clínico los investigadores señalan como principal causa de un quiste dental a la alteración del epitelio del esmalte reducido después de la finalización de la amelogénesis, lo que resulta en la acumulación de líquido entre el epitelio y la corona del diente. Como resultado se genera un bulto o un saco de líquido, el cual impide total o parcialmente la erupción del diente.
Se distinguen dos tipos de quistes dentales: de desarrollo e inflamatorio. Los primeros responden a las características señaladas en el apartado anterior, de manera que son una consecuencia del proceso de desarrollo y erupción de una pieza dental.
Los segundos lo hacen a patogenias inflamatoria subyacentes, las cuales derivan en el desarrollo del quiste. Los especialistas alertan que no siempre se puede distinguir si el componente inflamatorio es una causa o una consecuencia del quiste.
La mayoría de los quistes se detectan por medio de radiografías panorámicas tomadas para un tratamiento dental general, de manera que casi siempre pasan desapercibidos. Todos se asocian con la corona de un diente permanente impactado, incrustado o no erupcionado.
No hay manera de prevenir este fenómeno, y aún queda mucho por comprender por qué en algunos casos se desarrolla y en otros no.
Síntomas de los quistes dentales
Como ya hemos advertido, la mayoría de los quistes no producen síntomas. Esto se debe a su naturaleza es benigna, y salvo que crezca desmedidamente o se infecte la persona no lo notará.
Afecta a solo un diente, y casi siempre se trata del tercer molar mandibular o del canino maxilar. Cuando el quiste crece más de 1,5 centímetros se pueden presentar los siguientes síntomas:
- Sensibilidad dental.
- Hinchazón.
- Desplazamientos de los dientes.
- Leve o moderada deformación del rostro.
Cuando la persona mira dentro de su boca detectará una pequeña protuberancia que sobresale en el espacio de un diente. En algunos casos el quiste puede infectarse, causar malformación o fractura del hueso de la mandíbula e incluso ocasionar pérdida del diente. Estas complicaciones son raras y solo ocurren en general cuando el bulto crece más allá de los 1,5 centímetros.
Los quistes de este tipo solo ocurren en la dentición secundaria, de manera que son poco frecuentes en los niños. Sin embargo, se han reportado casos en este grupo de edad; de manera que los padres deben estar al tanto de los síntomas y las características. Algunos casos graves derivan en ameloblastoma, un tipo benigno de tumor mandibular.
Tratamiento para el quiste dental
El tratamiento para los quistes dentales se elige con base en su tamaño. Para los quistes más pequeños se elige la enucleación (extirpación del quiste) acompañado con la extracción de diente o los dientes afectados.
Si el especialista considera que la erupción del diente es posible optará por dejarlo luego de extirpar el bulto. No es infrecuente que se complemente esto con tratamientos de ortodoncia para corregir las posibles consecuencias del desarrollo del quiste.
Los casos más graves se tratan por medio de un proceso conocido como marsupialización. Consiste en cortar el quiste, drenar el líquido y añadir puntos de sutura a los bordes de la incisión para mantenerla abierta.
Esto último se hace para evitar que el quiste vuelva a crecer. La recurrencia es rara, y el pronóstico general es excelente. Si el paciente lo requiere se puede considerar la cirugía de reconstrucción para restaurar la mandíbula.
Todos los quistes deben tratarse cuando se detectan, ya que no se pueden prever la ausencia de complicaciones en el futuro. El tratamiento es efectivo y no se asocia con complicaciones mayores.
Si has notado un bulto que sobresale cerca de un diente o ya se te ha diagnosticado con el quiste consulta con el especialista la mejor alternativa para retirarlo. Reiteramos que todos ellos son benignos y se pueden abordar con facilidad.
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