Probióticos vaginales: qué son y cuándo son necesarios

¿Has escuchado sobre los probióticos vaginales? Te enseñamos qué opinan los expertos y si está recomendado su uso.
Probióticos vaginales: qué son y cuándo son necesarios
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 26 enero, 2023

El uso de probióticos se ha incrementado en los últimos años. Estos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Se han hecho populares para la salud digestiva, aunque se estudian diferentes aplicaciones en otros sistemas del organismo. Hoy te hablamos de los probióticos vaginales y qué se sabe al respecto.

Desde ya te advertimos que no existe evidencia sólida sobre la efectividad de los probióticos vaginales. Bien es cierto que hay estudios prometedores, pero no existe un consenso general que avale su aplicación. Aun así, nos hemos dado la tarea de recopilar los principales hallazgos de los expertos y los sintetizamos de manera clara y concisa. Así puedes tener una base de criterio al momento de optar por su uso.

¿Qué son los probióticos vaginales?

Los probióticos vaginales son suplementos compuestos de microorganismos que, bajo una correcta administración, contribuyen al equilibrio de la flora vaginal.

Principalmente se venden de dos tipos: por medio de píldoras orales y a través de supositorios que se introducen directamente en la vagina. Su uso se ha popularizado los últimos años, aunque investigadores en el siglo pasado ya habían alertado de su posible beneficio.

Antes de proseguir debes comprender qué es el microbioma vaginal. En promedio, unas 50 especies de organismos viven dentro de una vagina saludable (lo hacen por miles y miles).

Los hay de muchos tipos, aunque destaca en particular una especie llamada lactobacilo. Se trata de un bacteria (un grupo de bacterias, para ser más precisos) que protege a la mucosa vaginal frente al establecimiento de microorganismos patógenos potencialmente dañinos.

Estas bacterias mantienen un equilibrio casi perfecto en la zona vaginal, ya que impiden la proliferación de otras bacterias que pueden causar infecciones y otras complicaciones.

Lo hacen a través de varios mecanismos, aunque los expertos han identificado fundamentalmente tres: la adherencia específica al epitelio (lo bloquea su asentamiento), la producción de compuestos antimicrobianos y la coagregación con los patógenos (lo que potencia su efecto microbiocida).

Hay muchos subtipos de estas bacterias, y los investigadores han encontrado que en las mujeres premenopaúsicas las más comunes son L. iners, L. crispatus, L. gasseri y L. jenesenii. Hay muchos mecanismos que pueden causar un desequilibrio en la cantidad de este tipo de bacterias en la microbioma.

Los más comunes son tener relaciones sexuales sin preservativos, los malos hábitos de higiene, la menstruación y los cambios hormonales. Cuando esto ocurre las bacterias nocivas pueden aumentar su población con rapidez.

Los probióticos vaginales están compuestos por lactobacilos. La teoría nos dice que, si se promueve el crecimiento poblacional de estos microorganismos, se mantendrán controlados otros que se asocian con complicaciones en la zona.

Téngase en cuenta que estas bacterias no eliminan por completo las complicaciones, solo las reducen. Muchos organismos patógenos nocivos pueden convivir junto a ellas.

¿Para qué sirven los probióticos vaginales?

Los probióticos vaginales y los cambios en los genitales
Hay algunas infecciones vaginales cuyos síntomas podrían mejorar al utilizar probióticos vaginales.

El uso de probióticos vaginales es relativamente reciente. Se hicieron populares a través de campañas publicitarias de empresas que aseguran ser efectivos para evitar una variedad de complicaciones. Se han realizado decenas de estudios que señalan una posible eficacia para tratar y controlar algunas anomalías. A continuación señalamos los más importantes:

  • Como tratamiento para la candidiasis vaginal: la candidiasis vaginal es una de las complicaciones más recurrentes en las mujeres. Un revisión sistemática reciente encontró leves mejorías en el uso de probióticos vaginales como tratamiento para esta infección. Su uso no se relacionó con complicaciones y redujo un poco las recaídas en las afectadas.
  • Como terapia para la vaginosis bacteriana: un metaanálisis publicado en 2014 en Archives of Gynecology and Obstetrics encontró evidencia limitada sobre la efectividad de la terapia con probióticos para tratar la vaginosis bacteriana. Esta infección es, junto con la candidiasis vaginal, una de las más comunes en el tracto vaginal.
  • Para potenciar un embarazo saludable: un estudio publicado en Fetal Diagnosis and Therapy en 2017 sugirió que el uso de probióticos vaginales puede ser efectivo para evitar la ruptura prematura de membranas (RPM). Esto es, la rotura del saco amniótico antes de las 37 semanas de gestación.
  • Para mejorar la salud reproductiva: dada su capacidad para asegurar cierta estabilidad y equilibrio en la salud vaginal, se ha advertido su posible eficacia para mejorar la salud reproductiva. Los resultados no son concluyentes, pero tampoco se encontraron efectos adversos de su aplicación.

También se piensa que pueden ser útiles para evitar la recurrencia de infecciones en el tracto urinario y hacer frente a algunas infecciones de transmisión sexual (como la tricomoniasis). Se han reportado beneficios desde todos los ámbitos, pero estos son los principales. Como ya advertimos, y advierten los propios investigadores, se deben hacer más estudios al respecto.

¿De verdad necesitas usarlos?

Indicaciones de los probióticos vaginales
En caso de duda siempre es conveniente consultar con el ginecólogo de confianza.

Tal y como señalan los investigadores, actualmente no existe consenso en cuanto al uso de probióticos para el tratamiento de infecciones vaginales y sus secuelas. De hecho, advierten que son más un fenómeno comercial que otra cosa.

Ya en 2013 Arnold vaticinaba que nos encontrábamos en la era dorada de los probióticos, y lo estábamos en parte por las campañas publicitarias que avalan su uso como un suplemento imprescindible.

Harvard Health Publishing advierte que su uso en todo caso es discutible, esto al menos si consideramos los beneficios que prometen las empresas que están detrás de ellos.

A propósito de ello, los probióticos (tanto los vaginales como de otro tipo) no están regulados en todos los países; de manera que no existen estándares sobre la cantidad y el tipo exacto que se deben incluir en los suplementos.

Los probióticos vaginales no son el santo grial que se vende en las campañas publicitarias, de manera que las expectativas con respecto a ellos debe ser mesurada. Bien es cierto que existe evidencia que avala algunos beneficios, pero no existe un consenso general, muchos estudios carecen de rigor metodológico o directamente están financiados por dichas compañías.

Todas estas reflexiones son oportunas para que comprendas que el uso de probióticos vaginales no se está recomendado por toda la comunidad científica. Aunque hasta el momento no se han identificado efectos adversos, sus efectos positivos podrían ser menores que los anunciados.

Si tienes dudas consulta con tu ginecólogo, este te podrá dar recomendaciones personalizadas para potenciar tu salud vaginal y de acuerdo con su criterio avalará su uso.



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