6 malos hábitos que te hacen envejecer rápido

El envejecimiento es inevitable, pues el tiempo pasa para todos. Aún así, existen ciertos hábitos muy comunes que te pueden hacer envejecer más rápido de lo que deberías. Aquí te los contamos.
6 malos hábitos que te hacen envejecer rápido
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 16 abril, 2023

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la especie humana se encuentra en el auge de la tercera edad. Por primera vez en la historia de la humanidad la mayoría de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a 60 años. Es normal que, en este escenario, muchas personas se pregunten: ¿qué puedo hacer para no envejecer rápido?

A medida que pasan los años nos encontramos con una población global cada vez más envejecida. La incidencia de las enfermedades cardiovasculares y los cánceres aumenta, pues cada vez somos más propensos a sufrirlas debido a una mayor longevidad general.

La vejez y el organismo

Es importante comprender que, desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es la consecuencia de la acción del tiempo en los seres vivos, tanto a nivel morfológico como fisiológico. Esto supone una disminución en la capacidad de adaptación de los órganos.

Con estas líneas queremos destacar que envejecer es normal; una señal más de que estamos vivos. Por ello no es sano obsesionarse con cada etapa vital y lo que esta conlleva: una arruga no es un defecto, sino un signo de lo vivido y la experiencia.

A pesar de todas estas consideraciones, está claro que un estilo de vida inadecuado puede promover el hecho de envejecer rápido. Más que signos estéticos, se trata de una cuestión de integridad y salud. Por ello, a continuación te mostramos 6 malos hábitos que promueven el envejecimiento veloz, todos documentados científicamente.

1. Estrés

Según la American Psychological Association, más del 70 % de los ciudadanos estadounidenses reportan haber sentido síntomas tanto físicos como psicológicos relacionados con el estrés. Algunos de los signos más comunes entre los encuestados fueron los siguientes:

  • Fatiga (51 % de los encuestados).
  • Dolores de cabeza (44 %).
  • Síntomas estomacales (34 %).
  • Tensión muscular (30 %).
  • Cambios de apetito (23 %).
  • Rechinar de dientes, libido reducido y mareos (menos del 20 %).

Estos procesos tienen una base fisiológica clara, pues según la Clínica Mayo, la adrenalina y el cortisol son hormonas que ponen en marcha diversos mecanismos como respuesta ante una supuesta amenaza: aumentar la frecuencia cardíaca, elevar la presión arterial y reducir funciones esenciales, como podrían ser las realizadas por el sistema inmune o digestivo.

La activación a largo plazo del sistema de respuestas al estrés y la sobreexposición a hormonas como el cortisol pueden interrumpir muchos procesos corporales. Esto se traduce en envejecer más rápido, además de otros eventos más graves como la depresión, la aparición de cardiopatías o una falta de sueño y memoria.

Mujer estresada envejece más rápido.
El estrés activa mecanismos que son nocivos si se sostienen en el tiempo.

2. Obesidad

Un curioso estudio en la revista OBESITY Reviews nos informa que envejecer rápido y padecer obesidad son dos caras de la misma moneda. Ambos presentan eventos fisiológicos similares: compromiso de la integridad de los genes, funcionamiento mitocondrial reducido, sistema inmune menos efectivo y más inflamaciones sistémicas.

No queremos entrar en detalles genéticos y bioquímicos, pero este estudio ha observado que la obesidad modifica los patrones de metilación del ADN, lo que se relaciona con un envejecimiento prematuro en ciertos tejidos corporales. También se ha visto que las personas obesas muestran acortamiento telomérico, un evento relacionado con la senescencia.

Por último, pero no menos importante, es necesario recalcar que se ha correlacionado la obesidad con ciertas enfermedades con nombres y apellidos, como la diabetes tipo 2, el alzhéimer y la cardiopatía isquémica, que es la primera causa de muerte en todo el mundo.

La obesidad reduce la esperanza de vida 6 años en hombres y 7 en mujeres mayores de 40 años.

3. Fumar tabaco

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología la piel sufre los efectos del tabaquismo, no solo mediante enfermedades graves, sino también a través de desajustes estéticos. Entre los mecanismos perjudiciales del humo del tabaco encontramos los siguientes:

  1. Aumenta la presencia de radicales libres: elementos químicos que dañan las membranas celulares y provocan mutaciones en el ADN. Esto compromete la irrigación y nutrición epidérmica a través de la sangre.
  2. Produce envejecimiento en la piel: el tabaco rompe el equilibrio entre la elastasa (una enzima) y su regulador principal. Esto se traduce en una acumulación de desechos en la dermis y una degeneración del colágeno.
  3. Hidroxilación del estradiol: es inducida por el tabaco y se manifiesta con sequedad y atrofia cutánea.

Todos estos  mecanismos se traducen en arrugas en la cara, piel seca y atrófica, cabellos resecos y quebradizos y una mayor dificultad de cicatrización. Como podemos ver, además del cáncer de pulmón y otras enfermedades graves, el tabaquismo también se asocia al hecho de envejecer rápido en la piel.

Desde luego, también es importante destacar que los efectos de fumar tabaco no se quedan solo en la dermis. De nuevo, la OMS estima que el tabaco mata a la mitad de las personas que lo consumen, lo que se equivale a ocho millones de muertes anuales prevenibles.

Una persona fumadora con 40 años puede llegar a presentar arrugas que caracterizan a personas no fumadoras con 20 o 30 años más.

4. Falta de calcio

Según el portal médico MSD Manuals, la falta de calcio o hipocalcemia se define como un nivel sérico de calcio total menor a 2,1 mmol/ml u 8,5 mg/dL en seres humanos. Entre los efectos encontramos piel seca y escamosa, uñas quebradas y un cabello más grueso.

Más allá de estos síntomas externos, la hipocalcemia se puede manifestar con calambres musculares en la espalda y en las piernas y una malformación en los huesos. Desde luego, estamos ante una serie de síntomas muy comunes en el proceso de envejecimiento.

Si bien la hipocalcemia puede producirse por muchas patologías que no se corresponden necesariamente a malos hábitos, algunos actos diarios fomentan la disponibilidad de calcio en el organismo. Entre ellos encontramos los siguientes:

  • Exponerse (de forma controlada) a la luz solar: el cuerpo produce la vitamina D cuando la piel se expone al sol y esta ayuda a los tejidos a absorber el calcio.
  • Comer alimentos ricos en calcio: ejemplos son los productos lácteos o pescados y mariscos.
  • Consumir suplementos: de calcio o vitamina D cuando un profesional médico lo indique.

5. No dormir bien

Tal y como indica el portal TerapiaCPAP, no dormir puede envejecer la piel. Durante la noche el cuerpo aprovecha la falta de actividad y sudoración para rehidratarse, por lo que un mal descanso promueve la aparición de sequedad y arrugas. Se ha demostrado también que el no dormir correctamente favorece las líneas faciales y una pigmentación irregular.

Nos encontramos en una sociedad que va a ritmo de vértigo, por lo que no es sorprendente conocer que, de forma aproximada, cuatro millones de personas sufran de insomnio en cualquier momento y lugar. Más allá de problemas epidérmicos, el insomnio también favorece la diabetes y aumento de peso, hechos correlacionados con el envejecimiento.

El insomnio no solo acelera el envejecimiento, sino que puede causar una productividad mermada a nivel individual y la aparición de padecimientos psicológicos como la depresión.

6. Consumo excesivo de azúcares

Los azúcares pueden envejecer a las células, ya que fomentan la producción de los radicales libres, los que se relacionan con el deterioro celular. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud, la ingesta de azúcares diaria no debería suponer más del 5 % de la energía total obtenida de la dieta.

Más allá de la producción de radicales libres que fomentan el envejecimiento celular, los azúcares producen adicción clara con ciclos de abstinencia durante su eliminación. Crean picos metabólicos que descontrolan el organismo y fomentan la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Esto no quiere decir que los azúcares sean sustancias prohibidas en la dieta de un ciudadano medio. En la mesura está la clave del equilibrio y pocos alimentos son perjudiciales si se ingieren en pequeñas cantidades.

Tabaco favorece el envejecimiento.
Los malos hábitos aceleran los procesos de envejecimiento, como sucede con el tabaquismo.

Envejecer rápido es un problema prevenible

Como hemos podido ver en estas líneas, múltiples malos hábitos te pueden hacer envejecer rápido. Desde el estrés al consumo de azúcar, existen muchas costumbres perjudiciales que promueven el envejecimiento celular o una sequedad y aparición de arrugas en la piel.

Más allá de la estética, todas las costumbres perjudiciales que aquí te hemos listado también se traducen en problemas fisiológicos a largo plazo, como cardiopatías, problemas gastrointestinales y patologías degenerativas. Por todas estas razones, tener en cuenta estas medidas no solo es cuestión de aspecto, sino de salud.




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