¿Qué es el cuckolding?

El cuckolding es un tipo de elección sexual en la que una pareja decide introducir a un tercero para que mantenga relaciones sexuales con solo una de las partes. No es patológica y se basa en la confianza.
¿Qué es el cuckolding?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 25 marzo, 2022

Cada vez más términos ingleses permean en el vocabulario general y los utilizamos durante el día a día en culturas de habla hispana, pero quizá no sabemos del todo lo que significan o qué connotaciones tienen en la población de la que provienen. Un gran ejemplo de este fenómeno es el cuckolding, empleado como insulto en muchas regiones, pero muy lejos de él en la realidad.

El término cuck o “cornudo” se asocia en países como España a la infidelidad, la falta de masculinidad y la inferioridad social dentro de una dinámica heterosexual. De todas maneras, lo cierto es que representa una elección sexual completamente válida y que puede traer mucho placer a la pareja si ambos la consienten. ¿Quieres saber más sobre ella? Sigue leyendo.

¿Qué son las parafilias?

Antes de explorar qué es el cuckolding de manera extensa, debemos hacer un pequeño recorrido por las parafilias y el debate actual sobre ellas. La Real Academia Española (RAE) define este término simplemente como ‘una desviación sexual’. Dicho de manera un poco más concreta, se trata de la excitación derivada de conceptos atípicos, como objetos, situaciones, fantasías e individuos fuera de la norma.

Existe una línea muy fina entre los gustos sexuales inusuales y las parafilias. Además, el debate sobre si estas deberían incluirse en los manuales diagnósticos aún continúa abierto. Según la Asociación Estadunidense de Psicología, una parafilia se transforma en un trastorno parafílico solo si causa distrés a quien lo practica o daños cuantificables en cualquiera de los involucrados.

A día de hoy, existen hasta 549 tipos de parafilias, entre las que se encuentra el cuckolding que aquí nos atañe. De todas formas, solo 8 de ellas pueden llegar a representar un trastorno: voyeurismo, exhibicionismo, frotteurismo, masoquismo sexual, sadismo sexual, pedofilia, fetichismo y el trastorno de travestismo. No todas las personas que exhiben estas inclinaciones son pacientes, pero en ciertos casos sí.

En la inmensa mayoría de los casos las parafilias no representan enfermedades. Estas son elecciones sexuales atípicas tan válidas como cualquier otra.

¿Parafilia o trastorno parafílico?

El cuckolding puede practicarse por cualquier tipo de pareja
Son muchas las situaciones en la dinámica de pareja que pueden llevar a considerar el cuckolding.

La línea entre parafilia y trastorno parafílico es casi imperceptible en muchas ocasiones. Por ejemplo, una persona con inclinaciones hacia el sadomasoquismo puede sentir placer sexual derivado de vejaciones y pequeñas lesiones, por lo que debería considerarse algo patológico. De todas maneras, como hay consentimiento y no se pone en peligro la vida, en muchos casos se omite.

Según el portal médico MSD Manuals, una parafilia se vuelve problemática cuando se cumplen los siguientes puntos:

  1. La parafilia es muy intensa y persistente a lo largo de la vida del individuo.
  2. Esta tendencia sexual causa angustia significativa o impedimentos sociales, ocupacionales o en otras áreas importantes de desempeño, o daña o tiene el potencial de dañar a otros seres involucrados (por ejemplo, animales, niños y adultos que no consienten).

Los trastornos parafílicos también requieren una excitación erótica perturbada o dañina para el paciente. Esta se basa en los siguientes puntos:

  • La ansiedad o los traumas emocionales interfieren con el desarrollo psicosexual adecuado del paciente durante la niñez o la adolescencia.
  • El patrón natural o estándar de excitación es reemplazado por otro, en ocasiones gracias a la exposición temprana a experiencias sexuales muy potentes que refuerzan la sensación de placer sexual de la persona.
  • El patrón de excitación anormal suele asociarse a elementos simbólicos y condicionantes. Por ejemplo, un fetiche puede vincularse de manera accidental por mera curiosidad sexual y canalizar el deseo por el establecimiento de un simbolismo.

Como ves, los trastornos parafílicos se distancian bastante de las parafilias usuales si se tienen en cuenta los rasgos patológicos que implican. Esta extensa aclaración era necesaria, pues nos servirá para justificar por qué el cuckolding no representa un trastorno reconocido. 

¿Qué es el cuckolding?

El Diccionario de Cambridge elige una aproximación segura (y arcaica) para definir el término que aquí nos atañe: ‘un varón es un cuck si su mujer tiene una relación sexual con otro hombre’. Dicho de otro modo, el cuckolding en su acepción más clásica podría vincularse con la presencia de una tercera persona en la pareja, ya sea de manera consensuada o no.

La palabra proviene de la dinámica de los cucos (Cuculus canorus) en el entorno natural. Las hembras de esta especie de pájaro ponen sus huevos en los nidos de otras aves, practicando una estrategia biológica conocida como parasitismo de puesta. Como su prole se parece bastante a la parasitada, los padres afectados se confunden y alimentan a los cucos recién nacidos.

Las crías de cuco pueden llegar a empujar del nido y matar a los hijos verdaderos de los padres afectados. Por ello, se trata de una acción deletérea para la especie parasitada.

Desde un punto de vista tradicional, el cuckolding tiene una carga de lo más negativa. Solía decirse que un hombre era un cuck cuando su mujer había sido infiel, siempre de forma inadvertida y poco ética. Por suerte, el significado de esta palabra ha tomado un nuevo camino radicalmente diferente en las últimas décadas.

El cuckolding en la cultura contemporánea

A día de hoy, el cuckolding se utiliza para designar una dinámica de pareja en la que una de las partes (o ambas) siente placer sexual al observar a su compañero teniendo sexo con otra persona. Se asocia mucho al sadomasoquismo o BDSM, pues tiene ciertos componentes de humillación, dominación externa y sumisión. Eso sí, no implica violencia física en ningún caso.

En esta dinámica, uno de los integrantes de la pareja (el cuck) siente placer al observar a su allegado (cuckoldress) teniendo sexo con otra persona (toro o bull en inglés). Este concepto suele asociarse a la imagen de un hombre sentado tocándose o mirando mientras ve a su mujer tener sexo con otro varón más fuerte y dominante, pero no siempre es así.

En realidad, el cuck puede ser una mujer biológica o no identificarse con los géneros cis típicos, mientras que el bull no tiene por qué mostrar dominancia física con respecto al resto de elementos de la pareja. Igualmente, el cuckoldress puede ser hombre, mujer o persona no binaria. Para que el cuckolding tenga lugar, solo se necesita una pareja establecida y alguien foráneo sin importar la condición.

El cuckolding no solo se circunscribe al terreno cis heterosexual. Toda persona puede sentir placer al observar a su pareja teniendo sexo con otro humano, independientemente de su género y condición.

Características del cuckolding

Según estudios científicos, el término cuckolding se utiliza de manera errónea en casi todos los casos. La parafilia que aquí nos atañe, la cual implica el disfrute de observar a la pareja teniendo sexo con otra persona, se designa mejor como triolismo troilismo. Esta es una parafilia no patológica y reconocida que ejemplifica bastante mejor la dinámica expuesta.

El triolismo o troilismo se caracteriza por los siguientes puntos:

  1. Hay consciencia e intención entre ambos componentes de la pareja. Las 2 personas buscan la experiencia en mayor o menor medida y el sentido es igualitario.
  2. La experiencia sexual se vive como un juego y por ello es compartida en todos sus momentos. Esto incluye desde la interacción con el tercer componente (toro) y la de pareja (en el contexto de trío) a la realización específica de actos, hasta la manifestación emocional experimentada antes, durante y después.
  3. Las experiencias emocionales antes, durante y después del triolismo son compartidas por parte de ambos miembros de la pareja. El acto enriquece el entorno de la pareja y el individual. 
  4. Entre los miembros de la pareja hay un código preciso de conducta, preestablecido y organizado en detalle, lo que hace que la experiencia sea placentera, conscientemente deseada y manejada de tal manera que no prive el vínculo de relación de dignidad, honestidad, sinceridad, lealtad y amor existente.
  5. El deseo de la dinámica suele ser más potente en una de las 2 partes. De todas formas, la comprensión hace que la intención sea compartida. En todos los casos, la excitación de uno de los componentes de la pareja debe casar con los límites de la otra, respetando siempre su autonomía y capacidad para decir que no en cualquier momento del acto.
  6. El acto sexual realizado por uno de los componentes de la pareja principal no es experimentado por el otro como violencia a su persona o como una humillación capaz de provocarle denigración.

A día de hoy el triolismo o cuckolding (conocido así en la población general) se basa en el respeto, la comprensión y la permisión por parte de ambos componentes de la pareja. Si cualquiera de los dos está en desacuerdo, el acto pasa a ser engaño o vejación hacia una de las partes de manera automática.

Las personas que practican el cuckolding tienen una dinámica de pareja muy bien establecida y segura. Ambas partes están de acuerdo con el acto que llevan a cabo y el toro siempre se concibe como un tercero.

¿Por qué el cuckolding?

Puede que, desde fuera, te preguntes qué tipo de placer obtiene el cuck en este acto. De todas formas, existen varios factores tanto biológicos como sociales que justifican el encanto de esta parafilia. Las exploramos de manera somera en los siguientes apartados.

La teoría de la competencia espermática

La competencia espermática ocurre en varias especies animales cuando una hembra se empareja con más de un macho antes de la fecundación. Tal y como lo indica su nombre, en este caso el esperma de cada contrincante debe “luchar” para llegar al óvulo antes que el otro.

Estudios han demostrado que la competencia espermática también se cumple en los humanos hasta cierto punto cuando se percibe más de un compañero en el entorno sexual. Según estas postulaciones, observar cómo la pareja copula con otro hombre puede hacer que el cuck eyacule más cantidad de semen con más vigorosidad, lo que implica un mayor grado de placer.

Desde luego, esta explicación solo aplica a los componentes de la dinámica con pene.

Los celos y la humillación

El cuckolding y su relación con el BDSM
Si ambos miembros de la pareja sienten afinidad por las situaciones de celos o humillación, es posible que se sientan bien practicando el cuckolding.

Tal y como hemos dicho en líneas previas, el cuckolding comparte varios rasgos con el BDSM. Algunas personas adoran sentirse sexualmente humilladas y buscan esta dinámica en los juegos de dominancia/sumisión de diversas formas. En esta dinámica, el cuck siempre es sumiso y la combinación cuckoldress-bull representa la figura dominante.

Se puede aumentar el componente humillante del acto si el bull busca activamente reírse del cuck mientras realiza el acto sexual con la tercera persona, por ejemplo. De todas maneras, recordamos que esta práctica siempre debe ser consentida por ambas partes y estar muy bien delimitada. En cuanto uno de los 2 miembros de la pareja original no se sienta agusto, debe ponerse fin.

No todas las prácticas de cuckolding implican humillación directa o indirecta. Este rasgo es único de ciertas parejas. 

Monotonía

Muchas personas se cansan de la monogamia a lo largo de su vida personal y una pareja puede decidir que el cuckolding es una buena manera de agregarle algo de “picante” a su dinámica privada. De todas formas, ambas partes deben estar de acuerdo y consentir el acto en su totalidad antes de llevarlo a cabo.

Cosas que no se deben hacer antes y después de practicar el cuckolding

Todas las parafilias implican cierto grado de urgencia e intensidad a nivel sexual. Esto es un arma de doble filo, ya que la propia necesidad de la parte más interesada puede llegar a provocar demasiada insistencia con la pareja para llevar el acto a cabo.

A modo de cierre, te mostramos algunas de las cosas que no debes hacer si estás interesado/a en llevar a cabo el cuckolding:

  1. No inicies la conversación si tu pareja no está preparada para hablar de sexo. Es imposible correr antes de echar a andar, así que asegúrate de que eres capaz de hablar con tu pareja sin tabúes sobre vuestras propias relaciones sexuales antes de introducir a una tercera persona en la ecuación.
  2. No insistas si a tu pareja no le gusta la idea. Puede que al final acabe accediendo solo por presión o compasión a hacer algo que no le gusta. La insistencia es una receta para el desastre.
  3. No tengas prisa. Habla extensamente con tu pareja sobre qué le resulta excitante y qué no y ten muy claros sus límites antes de llevar el acto a cabo. Discute con tu persona allegada todas las particularidades de la dinámica por nimias que sean. Hay que tenerlo todo muy claro.
  4. No trasformes al bull en un objeto (a menos que quiera). A pesar de ser una tercera persona ajena a la dinámica de la pareja, el bull también tiene sentimientos y requerimientos psicológicos. No solo es un pene o una vagina ideado para dar placer, así que habla con él o ella y asegúrate de que está cómodo/a durante todo el proceso.
  5. No utilices el cuckolding para salvar tu relación. Algunas personas caen en el error de creer que una tercera persona ayudará a reparar una dinámica de dos que no funciona. Todo lo contrario: para llevar a cabo esta práctica se requiere amor, confianza, acompasamiento y reciprocidad. Nunca la lleves a cabo para salvar algo que ya está roto por otros motivos.

Vale decir que lo ideal es contar con un bull de confianza y siempre utilizar precauciones a nivel sexual. El entorno debe sentirse seguro para los 3 integrantes en todo momento, y hay que visualizar todos los posibles escenarios antes de comenzar.

El cuckolding: una práctica segura, pero no para todos

El cuckolding es un gusto sexual atípico, pero nunca patológico. Se trata de un acto basado en el amor, la comprensión y el entendimiento de una pareja que simplemente busca satisfacer sus deseos más allá de una dinámica dual. No tiene nada de malo y jamás debe estigmatizarse a nadie que sienta esta tendencia (o cualquier otra dentro de los límites de la legalidad).

No pasa nada si no te atrae el cuckolding en ninguna de sus formas. Cada ser humano es libre de elegir cómo manifestar sus deseos sexuales y nadie tiene derecho a coaccionarte a que hagas algo que no quieras, por mucho que ames a esa persona. Esta dinámica sexual es de lo más interesante, pero no apta para todos.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.