Carillas dentales: cuándo se recomiendan y cómo usarlas

Las carillas dentales pueden ser la opción perfecta para mejorar el aspecto de la sonrisa. ¿Es tu boca apta para este tipo de tratamiento? Descúbrelo.
Carillas dentales: cuándo se recomiendan y cómo usarlas
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 25 agosto, 2023

Las carillas dentales son un tratamiento odontológico que permite mejorar la estética de la sonrisa de manera rápida e indolora. Con este procedimiento, es posible cambiar el color, la forma y la posición de los dientes.

Aunque se trate de una terapéutica sencilla, debes saber que no siempre se puede realizar y no todas las personas son aptas para este tipo de tratamiento. A continuación te contaremos cuándo se recomiendan las carillas y qué debes tener en cuenta si las elijes.

¿Qué son las carillas dentales?

Las carillas dentales son finas láminas confeccionadas con un material especial que se adhieren a la superficie externa de los dientes. Con este recubrimiento, es posible tapar imperfecciones estéticas y mejorar la apariencia de la sonrisa.

Las carillas, también llamadas facetas dentales, son útiles para que los dientes se vean más blancos, con una forma y un tamaño uniforme e incluso para cerrar espacios entre piezas muy separadas. El tratamiento para su colocación es simple y rápido. Además, su mantenimiento no requiere grandes esfuerzos.

De todos modos, siempre es el odontólogo quien determina si son necesarias y si se trata de la mejor opción para cada paciente. Como veremos, no siempre son el tratamiento ideal.

Tipos de carillas dentales

Antes de ver en detalle cuándo se recomiendan las carillas dentales, es importante aclarar que existen diferentes tipos según el material con el que están confeccionadas. Esto repercute en la apariencia, la resistencia, el precio y la fabricación de las mismas.

Según un artículo de Biomaterials Journal, las primeras carillas dentales fueron creadas cerca del 1930 para mejorar la apariencia de los dientes de los actores de Hollywood cuando les hacían primeros planos. Se trataba de láminas protésicas que se fijaban de manera temporal sobre las superficies dentarias.

Con la aparición de las resinas compuestas en 1970, las carillas comenzaron a realizarse de este material. Al principio no se hacía ningún desgaste dental y se colocaban grandes espesores de material sobre el diente, lo que generaba irritación de las encías. Además, el material se teñía y perdía brillo con el paso del tiempo.

A lo largo de los años, las carillas dentales han evolucionado. Las mejoras en los materiales dentales les permiten dar a la dentadura una mejor apariencia por mucho tiempo, sin afectar a los tejidos dentarios sobre las que se colocan.

A continuación, mencionamos los tipos de carillas dentales más comunes que se usan en la actualidad.

Carillas de composite

Son las más económicas, rápidas y sencillas de hacer. Están fabricadas con una resina compuesta que se coloca de manera directa sobre la superficie del diente, dándole la forma deseada.

Antes de colocarlas, es necesario realizar un ligero desgaste a la superficie dental. Además, como explica un artículo de Journal of Esthetic and Restorative Dentistry, se pueden realizar maniobras indirectas que mejoran el acabado de la carilla, la salud gingival y la comodidad del paciente.

Son menos duraderas que las fabricadas con otros materiales. De todos modos, como señala un artículo de Journal of Adhesive Dentistry, son menos invasivas con el tejido dental y, en caso de fracturas, son más fáciles de reparar.

Sobre todo, se recomiendan en casos de defectos muy sutiles o en pacientes muy jóvenes, que aún no han completado su crecimiento.

Carillas de porcelana

Se trata de una opción más duradera y con resultados muy similares a la dentadura natural. Están fabricadas en un laboratorio dental con cerámica de vidrio reforzada con otros materiales.

Debido a que no se realizan de manera directa sobre el diente, son necesarias más sesiones para colocarlas. En primer lugar, el dentista debe hacer un ligero tallado del diente que recibirá la restauración. Luego toma un registro de la dentadura, realiza el diseño y lo manda al laboratorio para la confección de la carilla. Una vez que la misma está lista, se cementa sobre la pieza dentaria.

Además del excelente resultado estético que se logra, no se manchan con el tiempo y su mantenimiento es fácil. De todos modos, en caso de fractura, se debe sustituir toda la pieza. Asimismo, debido al mayor desgaste dental, estas carillas pueden provocar sensibilidad dental.

Según un estudio que comparó el grado de satisfacción de pacientes con fluorosis tratados con carillas de resina y de porcelana, ambas lograron un efecto terapéutico clínico positivo. De todos modos, la satisfacción era mayor en las personas con restauraciones de porcelana.

Carillas ultra finas

Este tipo de carillas se caracterizan por ser muy delgadas, tienen menos de 0,3 mm de espesor. Lumineers es la marca comercial que las ha hecho populares, aunque en la actualidad existen otras alternativas.

En este caso, no es necesario retirar parte del esmalte dental para colocarlas o su preparación es mínima. Una revisión del Interational Journal of Odontostomatology indica que aún no existe un consenso en este sentido, y algunos casos ameritan el desgaste y otros no.

Están confeccionadas con una porcelana traslucida inyectada diferente a la utilizada en las carillas de porcelana convencionales. Para su elaboración se emplea tecnología digital que permite obtener una imagen virtual de la boca de la persona, diseñar e imprimir en 3D la carilla para su posterior cementado.

Se caracterizan por ser muy resistentes y lograr una apariencia natural muy similar a los dientes. Además, según un artículo del European Journal of Molecular & Clinical Medicine,  se trata del método más conservador.

¿En qué casos se utilizan las carillas dentales?

El objetivo de las carillas dentales es modificar o restaurar parte de la anatomía dentaria. Por lo tanto, estas finas láminas adheridas a la superficie tienen un importante rol estético, ya que son capaces de modificar el tamaño, la forma y el color de los dientes.

La elección de este tipo de tratamiento siempre la realiza el odontólogo luego de evaluar las particularidades del caso clínico. Estas son algunas de las situaciones que, según una revisión del Indian Journal of Public Health Research & Development, pueden solucionarse con carillas:

  • Dientes con manchas severas que no pueden revertirse con tratamientos de blanqueamiento dental; como los posteriores a un traumatismo o por fluorosis dental.
  • Pequeñas imperfecciones en la estructura dentaria como grietas, fisuras, fracturas, rugosidades o ligeras depresiones.
  • Defectos del esmalte como hipoplasias o amelogénesis imperfectas.
  • Ligeras malposiciones o desviaciones dentarias.
  • Pequeños espacios interdentales o diastemas: se pueden corregir cerrando los espacios con carillas.
  • Formas y tamaños dentales indeseados: las carillas permiten mejorar la apariencia de dientes muy pequeños, cortos, cuadrados, filosos o que no se vean como el paciente lo desea.


Consideraciones para este tipo de tratamiento

A pesar de que las carillas dentales sean una excelente alternativa para mejorar la apariencia de las piezas dentarias, no siempre se pueden usar. El odontólogo debe realizar un minucioso estudio del caso para determinar si el paciente es apto para este tipo de tratamiento.

Uno de los factores que el dentista considera para establecer si las carillas son una alternativa a considerar, es el espesor del esmalte dental. El diente debe tener una cantidad suficiente de este tejido para que la unión de la carilla sea lo bastante fuerte.

Las carillas no se indican en personas con hábitos parafuncionales, como el bruxismo. Tampoco se colocan en pacientes jóvenes, salvo casos de niños con mucho compromiso estético que amerite el uso de carillas de composites durante la etapa de crecimiento.

A pesar de que son de utilidad para mejorar la apariencia de dientes torcidos o separados, no reemplazan a los tratamientos de ortodoncia. Si existen malposiciones severas y se busca la alineación de las piezas dentarias, esto solo se consigue con aparatología.

La salud bucodental del paciente es otra característica a considerar. Las carillas no se recomiendan en pacientes con problemas periodontales o con alto riesgo de caries. Antes de aplicar cualquier procedimiento de odontología estética, es importante tratar las patologías orales preexistentes.

Tener una buena higiene dental es fundamental. Debido a que las carillas se colocan sobre la superficie dental y en cercanía con las encías, es imperioso mantener estos tejidos saludables a través de un correcto cepillado, el uso del hilo dental y las visitas periódicas al dentista.

Por último, un dato a tener en cuenta es que, en general, este procedimiento se considera irreversible. A pesar de los nuevos avances y de que el desgaste dental cada vez sea menor, cuando se quita el esmalte dental, este deberá recubrirse con algún material de por vida.



Colocación de las carillas estéticas

La cantidad de sesiones que se necesitan para colocar las carillas dentales depende del tipo de restauración que se elija. En general, el procedimiento es rápido, sencillo y cómodo para el paciente.

Antes de confeccionar las carillas, el odontólogo realiza un minucioso estudio de las particularidades estéticas de la sonrisa del paciente. Estos datos se tienen en cuenta para diseñar la forma, el tamaño y el color de la carilla y que parezca un diente natural más.

Si el material de elección fue el composite, el odontólogo desgasta la superficie del diente. Luego coloca la resina en capas, le da la forma deseada y la endurece con una luz especial. Para finalizar, pule y alisa la superficie hasta obtener una apariencia brillante, similar a la dentadura natural.

El procedimiento con las carillas de porcelana es similar. El primer paso es desgastar el diente y luego tomar una impresión de la boca. El registro de la boca se envía a un laboratorio, donde se confecciona la restauración. En otra sesión, cuando la faceta esté lista, se prueba su adaptación en la boca y se la cementa.

En el caso de las carillas ultra finas, el odontólogo considerará si es necesario o no hacer un mínimo desgaste. Luego se hace un escaneo digital de la boca y, en la imagen virtual que se obtiene, se diseña la carilla. La misma se imprime en 3D con porcelana inyectada y luego se la cementa en la boca del paciente.

Algunos cuidados a considerar

Las carillas dentales permiten mejorar la estética de la sonrisa de manera rápida, sencilla y con un mínimo impacto en los tejidos dentales. De todos modos, no son apropiadas para todos los casos. La salud de los dientes y las encías, así como una adecuada higiene dental, son fundamentales para que la terapéutica sea exitosa.

Además, para prolongar los efectos logrados con el tratamiento, es importante reducir el consumo de alimentos y sustancias que puedan manchar las carillas. Evitar el vino, el café, el té y el cigarrillo ayudará a sostener la sonrisa bonita.

Ser cuidadosos con los alimentos muy duros previene que las carillas se rompan o se salgan. Para cuidarlas, también es importante evitar usar los dientes para sujetar o abrir objetos como botellas.

Por último, las visitas frecuentes al dentista completan los cuidados de las carillas. El profesional te ayudará a mantener tu sonrisa sana y bonita.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.