7 motivos científicos para dormir la siesta

Entre los principales motivos científicos para dormir la siesta encontramos aspectos físicos, entre los que se destaca la prevención de enfermedades cardiovasculares. También tiene un impacto positivo a nivel mental y anímico.
7 motivos científicos para dormir la siesta
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 27 mayo, 2021

Si eres de las personas a las que les gusta dormir la siesta, debes saber que hay motivos científicos para hacerlo. Eso sí, para que sea del todo efectiva hay que saber hacerlo. De lo contrario, puedes llegar a tener problemas para conciliar el sueño en el horario habitual.

Puedes considerar tomar una siesta si has presentado fatiga o somnolencia, con el antecedente de una mala noche. También si el trabajo o estudio te ha impedido dormir las horas suficientes en la noche. Aunque lo ideal es que el sueño nocturno sea óptimo y de tiempo completo, es entendible que hay factores que pueden impedirlo. Ahí es cuando aparecen las codiciadas siestas.

¿Por qué tomar una siesta?

Los motivos científicos para dormir la siesta son muchos.
¡Estar todo el tiempo con sueño no es nada bueno!

Para poder reponer el sueño que se vio interrumpido durante la noche. Muchas veces el ruido exterior, la ingesta de alimentos pesados o una película hace que se corra el horario habitual, cuyas consecuencias aparecen al siguiente día.

Si te has levantado muy temprano, también será normal que un par de horas después te sientas cansado y con sueño. Esas son las señalas que tu cuerpo envía para hacerte saber que le hizo falta dormir un poco más.

Ahora bien, en muchos países, indican expertos, la siesta no tiene nada que ver con una mala noche. Es una costumbre después de almorzar y se le atribuye una mejor digestión. Sin embargo, la razón por la cual el cuerpo manifiesta somnolencia entre las 2:00 p.m. y las 4:00 p.m. se relacionaría con la necesidad del cerebro de tomar un pequeño descanso.

Los 7 motivos científicos para dormir la siesta

La ciencia ha hablado. Existen motivos con fundamentos científicos que aprueban dormir la siesta. Entre ellos se destaca su impacto a nivel físico, cerebral y emocional. Es un verdadero paquete completo, el que nos ofrece una siesta en el momento indicado y del tiempo preciso. ¡Te contamos más!

1. Previene enfermedades cardiovasculares

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo. En países de bajos y medianos ingresos, el 80 % de las muertes se relacionan con padecimientos cardiacos.

Estudios han señalado que la privación del sueño es una de las causas de diferentes enfermedades, entre ellas las enfermedades cardiovasculares. Por ello, resulta muy útil tomar una siesta que permita recuperar el sueño perdido.

Aunque es necesario tener cuidado con el exceso de sueño durante el día, pues este nunca debe reemplazar en su totalidad el sueño nocturno o convertirse en un hábito definitivo.

2. Regula la tensión arterial

Varias investigaciones han demostrado que durante la siesta las personas reportan mejores valores de presión arterial que durante el sueño nocturno. En aquellos casos en los que una persona ha estado expuesta a algún tipo de estrés o tensión psicológica, le vendrá muy bien tomar una siesta de entre 45 a 55 minutos, así logrará reducir la presión arterial.

3. Reduce el riesgo de obesidad

Se ha dicho mucho sobre el rol del sueño como riesgo de padecer obesidad. Lo cierto es que un estudio del National Heart Lung and Blood Institute (NHLBI) ha confirmado que cuando una persona no duerme bien, tiene una mayor probabilidad de aumentar de peso y llegar a sufrir de obesidad y diabetes.

Esto estaría relacionado con la acción de las hormonas que se liberan durante el sueño en el control y uso de la energía por parte del cuerpo. Entre otras cosas, también hay una asociación con la necesidad que tienen las personas de consumir alimentos altos en calorías y azúcar para mantenerse despiertos.

Ahora bien, si sufres de alguno de los trastornos del sueño que te impida dormir cómodamente en la noche, puedes tomar una siesta, eso sí, esta no deberá tomarse después de las 3:00 p.m., ni durar más de una hora. Así lo señalan expertos del NHLBI.

4. Fortalece el sistema inmunitario

Un artículo de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que el sueño es imprescindible para el ser humano. Mantiene la homeostasis del organismo y actúa como un regulador del sistema inmunitario.

En este estudio se precisa que el sueño puede modificar la función de este sistema al inducir cambios en el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal y en el sistema nervioso simpático.

Teniendo en cuenta que durante el sueño nocturno algunas hormonas como el cortisol y la adrenalina descienden y favorecen actividades del sistema inmune, cuando no hay calidad en el sueño estos procesos se ven afectados.

Un estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism realizado por la Endocrine Society reveló que una siesta de 30 minutos puede “revertir el impacto hormonal de una noche de mal sueño”. También puede restaurar los biomarcadores de la salud inmunitaria hasta hallar sus niveles normales.

5. Mejora el estado de ánimo

Un estudio en el que también se tomó como muestra a atletas determinó que una siesta luego del almuerzo contribuyó a que los deportistas mejoraran sus estados de ánimo. En este estudio se revisaron los efectos de siestas de diferentes tiempos. La que mayores resultados tuvo en este aspecto, así como en el rendimiento físico y cognitivo, fue la siesta de 90 minutos.

Otra investigación que tomó como muestra a 40 personas determinó que quienes toman una siesta en la tarde desarrollan mayor tolerancia a la frustración y se portan menos impulsivos.

6. Facilita el proceso de aprendizaje

Es es quizás uno de los motivos científicos para dormir la siesta más conocidos. Una investigación de la Escuela de Medicina de Duke-NUS señala que, a largo plazo, la siesta contribuye a retener información y fortalece la memoria.

Así, se comprobó que tomar una siesta de 30 minutos luego de estudiar o aprender algo nuevo, hace que las personas retengan con mayor facilidad esta información.

7. Aumenta el estado de alerta

Un estudio que tomó como muestra 13 atletas de karate comprobó que una siesta de 30 minutos logró que estos se recuperaran de los deterioros cognitivos y físicos que provoca la falta de sueño que se produce a causa de sus jornadas de entrenamiento. Al despertar, se evidenció que los atletas aumentaron su estado de alerta y mejoraron sus habilidades cognitivas.

¿Cómo disfrutar de una siesta reparadora?

Los motivos científicos para dormir la siesta son importantes.
Si vas a tomar una siesta, debe ser de forma inteligente.

Como lo dijimos antes, para que la siesta sea efectiva debe cumplir con unos aspectos específicos. A continuación te los contamos:

  • Deben ser cortas. Tomar siestas largas puede ser perjudicial al ser capaz de desencadenar insomnio u otros trastornos del sueño. Trata que estas sean de entre 20 y 40 minutos máximo.
  • Cuidado con el horario. Tomar una siesta después de las 3:00 p.m. no tiene efectos positivos y, por el contrario, podría interferir en el horario de sueño nocturno.
  • El espacio es importante. Tomar la siesta será mucho más efectiva si la tomas en un espacio tranquilo, silencioso y oscuro. La temperatura también es importante.

¡Ahora tienes motivos científicos para dormir la siesta!

De ahora en adelante no verás el dormir la siesta con los mismos ojos, tienes motivos científicos para hacerlo. Tu salud cardiovascular y arterial se verá beneficiada, así como tu salud mental y la forma en la cual aprendes. Pero cuidado, no se trata de que de ahora en adelante tomes una siesta a diario.

Recuerda que, aunque una siesta eventual te ayude a recuperar el sueño perdido en una noche, de forma seguida alterará el ciclo nocturno y no lo reemplazará. Muchas personas creen que el descanso en el día compensa el de la noche, pero no es del todo así. Como puedes darte cuenta, los estudios citados son muy claros al respecto.

De hecho, si tienes problemas para dormir en la noche de forma continua, debes contemplar conversarlo con tu médico, puede que haya problemas de fondo como la apnea del sueño que debes tratar.



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