El síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal describe una amalgama de síntomas psiquiátricos luego de contemplar obras de arte. Veamos qué saben de él los expertos.
El síndrome de Stendhal
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 22 noviembre, 2022

En 1817 el escritor francés Stendhal experimentó una especie de desborde psicológico al visitar la Basílica de Santa Croce. Puntualmente, lo hizo al contemplar el fresco de las Sibilas de Volterrano durante un largo tiempo. El autor describió desarrollar palpitaciones, angustia, éxtasis y pérdida de equilibrio luego de salir de la basílica. A raíz de ello, la psiquiatra Graziella Magherini acuñó en 1989 el término síndrome de Stendhal.

Lo hizo luego de reportar un total de 106 pacientes admitidos en el hospital Santa Maria Nuova de Florencia entre 1977 y 1986 luego de visitar el arte local. Todos estos compartían síntomas psiquiátricos relacionados con la ansiedad, la psicosis y la paranoia.

Inicialmente sus hallazgos pasaron desapercibidos, pero luego del estreno de la película de 1996 El síndrome de Stendhal, dirigida por Dario Argento, cobró popularidad en los medios y en el público general.

Apuntes sobre el síndrome de Stendhal

Lo primero que tienes que saber es que el síndrome de Stendhal ha recibido poco interés por parte de la comunidad científica. Hay pocos estudios al respecto y no se incluye en la última edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V). En términos generales, el síndrome de Stendhal no nace con Stendhal, sino que históricamente era algo que se había reportado desde hace siglos.

Por ejemplo, es bien sabido que los peregrinos religiosos que viajaban a lugares como La Meca o Santiago de Compostela desarrollaban un cambio en su conducta y en su pensamiento derivado de la exaltación.

A propósito de los peregrinos religiosos, piénsese que muchos de estos desarrollan lo que se conoce como síndrome de Jerusalén. Los expertos han encontrado que este último no siempre ocurre en personas con trastornos psiquiátricos previos.

Escritores y filósofos como Marcel Proust, Dostoievski, Rainer Maria Rilke, Immanuel Kant, Carl Gustav Jung y Sigmund Freud reportaron experiencias similares. Como puedes ver el síndrome de Stendhal siempre ha existido, y no se trata de algo que afecte a todos por igual o con la misma intensidad. Los investigadores no lo consideran un trastorno psiquiátrico, esto a pesar de la acepción popular que se tiene de él.

Características del síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal es poco frecuente
Algunas personas pueden desarrollar síntomas psiquiátricos de forma abrupta luego de visualizar algunas obras de arte, especialmente cuando son turistas.

La principal característica del síndrome de Stendhal es que se trata de un fenómeno que solo afecta a los turistas. Ciertamente, y como se ha descrito desde hace décadas, quienes desarrollan la serie de síntomas psiquiátricos son los turistas que visitan una ciudad emblemática, sus museos y sus obras de arte; y no así los residentes.

Así lo hizo saber Graziella Magherini en las primeras descripciones de la condición, un suceso que por sí mismo llama la atención. Recuerda mucho a lo que se conoce como síndrome de París; esto es, los síntomas psiquiátricos que algunos turistas desarrollan al viajar a la capital francesa (esta vez por su desencanto, y no por su belleza). El síndrome de París no lo manifiestan los parisinos, así como sucede con el síndrome de Stendhal.

En cuanto a su síntomas se han descrito una variedad de manifestaciones. Generalmente se dividen en los siguientes tipos:

  • Trastornos de pensamiento: entre los cuales la alteración en la percepción de los colores y de los sonidos son los más comunes. Esto puede derivar en confusión, vértigo, náuseas y vómitos.
  • Trastornos afectivos: como por ejemplo euforia, éxtasis, agresión, irritabilidad, tristeza, depresión, sentimientos de inferioridad y demás. Esto puede ocasionar episodios de llanto.
  • Angustia y pánico: solo un número reducido de turistas que desarrollan el síndrome de Stendhal tienen ataques de pánico y los síntomas característicos del trastorno de ansiedad. A saber, taquicardias, confusión, angustia, falta de concentración, pensamientos acelerados, sudoración, fatiga e incapacidad para actuar.

A pesar de ello, los síntomas son muy variados y no existe una manifestación única del síndrome. Para comprender mejor citamos un trabajo publicado en BMJ Case Reports en 2009. Los investigadores reportaron los cambios en un artista creativo y licenciado en Bellas Artes de 72 años que, tras viajar a Florencia, desarrolló una serie de alteraciones psiquiátricas.

La primera de ellas ocurrió en el Ponte Vecchio, donde experimentó un ataque de pánico y una alteración en su percepción del tiempo. El episodio duró solo unos minutos, aunque le siguieron experiencias psicóticas.

Por ejemplo, pensaba que estaba siendo monitorizado por aerolíneas internacionales y que tenía micrófonos ocultos en su hotel. Desde entonces, en momentos de estrés algunos de estos síntomas hacen acto de presencia.

¿Qué se puede hacer para controlar el síndrome?

Solucionar el síndrome de Stendhal
Alejarse del estímulo nocivo y respirar profundamente puede ayudar a solucionar los síntomas del síndrome de Stendhal.

No existe un tratamiento estandarizado o una manera de hacer frente al síndrome de Stendhal. Muchas de las personas que lo desarrollan tienen un historial de episodios psiquiátricos en el pasado. Por ejemplo, ansiedad, depresión o estrés crónico. En algunos casos, que no todos, el síndrome está conectado con estos episodios; de manera que se pueden abordar de acuerdo con el criterio de los especialistas.

Por lo demás, y como bien ha reportado Graziella Magherini, la aparente solución al síndrome es evitar inmediatamente el lugar, la pintura o la obra de arte que ha ocasionado los síntomas. De ser posible, poner término al viaje y regresar al país de origen. Por supuesto, esto último es una solución radical; de manera que evitar el catalizador de los síntomas puede ser suficiente.

Al hacerlo se pueden hacer ejercicios de respiración, de atención plena y otras estrategias para tratar de calmar la ansiedad y el pánico. Los signos siempre son transitorios, de manera que no deberían perdurar durante mucho tiempo. No existen explicaciones formales al síndrome, aunque el choque cultural producto de las expectativas puede estar detrás de él.



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