La guerra de la memoria y el trauma, ¿cómo se relacionan?

¿Es posible fabricar recuerdos traumáticos? ¿Cómo reacciona «la memoria» ante el trauma? Estas son algunas de las preguntas que responderemos a lo largo de este artículo.
La guerra de la memoria y el trauma, ¿cómo se relacionan?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 05 mayo, 2023

La memoria y el trauma son dos conceptos muy vinculados. Jorge Luis Borges plasmó esta vinculación en un hermoso escrito: «somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos». En este sentido, el trauma psicológico tiene el potencial de imprimir los recuerdos y los estímulos que se percibieron durante el evento traumático en la fragilidad de la memoria de las personas.

Por eso, cuando se realiza un juicio, tanto los jueces como los criminólogos saben muy bien que la fiabilidad de los recuerdos varía con el tiempo. A lo largo de este artículo vamos a explorar qué es lo que ocurre con la memoria de las personas que reciben el impacto de un evento muy traumático.

«La memoria es la puerta de entrada al pasado, pero no es la puerta de salida».

-Salvador Dalí-

Una cuestión de fiabilidad mnésica

Los eventos violentos y las situaciones dolorosas son la antesala al trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los recuerdos pueden verse afectados como consecuencia de la notable activación que experimentan las personas ante eventos muy aversivos. Pero, ¿se olvidan? O dicho de otra forma, ¿se reprimen? En este sentido, hay contradicciones.

Mientras que existen estudios (como el publicado en la Revista Electrónica de Motivación y Emoción) que reportan que el recuerdo mejora tras estos eventos traumáticos, debido a su carácter extraordinario; otros apuntan en la dirección contraria. Sí que podemos extraer una conclusión: los datos que se procesan bajo un estado emocional bastante negativo se codifican y almacenan de una forma distinta respecto a los «datos más ordinarios» (Belloch, 2020).

En la actualidad se sostiene la idea de que la información nuclear del evento se mantiene candente y perenne; mientras que los aspectos más periféricos del evento pueden difuminarse con el paso del tiempo.

En este sentido, la intensidad del estrés con la que se experimenta el evento hace que los recuerdos clave (por ejemplo, el ser violentado sexualmente en un coche, de sillones de cuero, mientras suena Fly me to the moon de Frank Sinatra) se recordarían de manera prístina y clara. Mientras que otros, como la ropa que llevaba puesto ese día la víctima o el color de los calcetines del maltratador, se distorsionarían en potencia.

«La memoria es la habilidad de mantener la experiencia pasada, presente»,

-William James-



¿Cómo afecta la información poco creíble?

La memoria y el trauma han siado ampliamente estudiadas
Muchos de los recuerdos referidos a las experiencias traumáticas pueden verse modificados con el paso del tiempo.

Entre los factores que aumentan la fiabilidad del relato, se encuentran (Belloch. 2020):

  • Credibilidad de la fuente.
  • Plausibilidad.
  • Tiempo que haya transcurrido.
  • El sesgo o la distorsión de la respuesta.

En este sentido no se han encontrado asociaciones entre la seguridad con que se experimenta un recuerdo, ni el tiempo que la persona tarda en dar una respuesta. Ninguna de estas variables aumentan el porcentaje de credibilidad sobre la veracidad o la falsedad de un recuerdo concreto.

«El trauma es una llave que puede abrir la puerta hacia una vida más consciente y profunda».

-Eckhart Tolle-

La relación entre la memoria y el trauma, ¿es posible «inducir» recuerdos?

Una «memoria falsa» es aquella cuyas características son las de cualquier recuerdo veraz. Está bien acotada en tiempo y espacio, y es rica en detalles. Sin embargo, sus contenidos son falsos porque distan de relacionarse con un evento real.

Los experimentos realizados en torno a esta cuestión han demostrado la posibilidad de hacer creer, de sugestionar, a diversas personas «sanas o sin TEPT» de que, cuando eran pequeños, les sucedieron eventos traumáticos que nunca existieron (Belloch, 2021).

Se pueden inducir recuerdos en las personas. Y este es uno de los motivos por los que la exploración clínica de memorias traumáticas debe realizarse con la mayor precaución, rigor y pulcritud posible.

También es necesario diferenciar los recuerdos falsos de las memorias reprimidas (Otgaar, 2019). La «memoria que se reprime» contiene los recuerdos de los eventos que fueron traumáticos y se disociaron para proteger a la persona y para aminorar la intensidad del horror experimentado.

«El trauma puede afectar a la memoria, pero también puede ser una forma de recordar que algo malo ha sucedido».

-Laura Van Dernoot Lipsky-

El trauma y la memoria: los pacientes no mienten

Es importante asumir la idea de que «los pacientes no mienten». Cuando una persona acude a consulta porque padece TEPT y quiere recuperarse, es de vital importancia creer y validar su cosmos emocional. El trauma ejerce un impacto muy invalidante sobre las creencias y las emociones de los sujetos que lo padecen, y una de las labores del psicoterapeuta será la de contrarrestar sus efectos.

Por otro lado, un paciente puede «olvidar» un trauma que ha experimentado en el pasado. Como hemos comentado, los recuerdos pueden reprimirse, o mejor dicho «bloquearse», porque en su día fueron tan negativos que sobrepasaron a la persona.

De forma paradójica, cuando las personas acceden a estos recuerdos, los experimentan de manera muy intrusiva y reiterada. A esto se le conoce bajo el término de reexperimentación.

«El trauma cambia todo en la vida, pero también puede ser una oportunidad para crear algo nuevo».

-Edith Eger-

Recuperación de recuerdos en terapia

¿Cuál es la fiabilidad de la información contenida en los recuerdos que afloran durante la terapia? Esta es una pregunta que ha suscitado muchas investigaciones. Sin embargo, actualmente se sabe que la información que se recuerda a veces puede contener elementos inexactos, distorsionados o falsos. ¿Por qué?

Porque tienen un significado narrativo para el sujeto. Le permiten que «su presente» funcione mediante narraciones con significado, con base en recuerdos pasados, pero también con base en los sentimientos que experimentó. Y estas son subjetivas y particulares de cada ser humano.

Si se quiere recuperar un recuerdo en terapia, o se quiere procesar mejor un determinado evento que sucedió en el pasado, estamos asumiendo que «la memoria del recuerdo» está reprimida. Según las investigaciones de Henry Otgaar (2020), la «memoria reprimida» gravita en torno a tres cuestiones:

  1. Las personas tienen tendencia a reprimir las experiencias vinculadas con el trauma.
  2. El contenido de los recuerdos que se reprimen genera síntomas psicopatológicos.
  3. Para aminorar el malestar es necesario recordar.

El concepto de la guerra de la memoria nace de este hecho. Por un lado, con frecuencia se piensa que existen recuerdos reprimidos; mientras que por el otro, la psicología experimental ha demostrado que se pueden inducir, crear o fabricar recuerdos mediante exploraciones clínicas mal hechas y muy focalizadas a encontrar «algo». Aunque ese algo «jamás haya existido».

«La memoria y el trauma están entrelazados de una manera que puede ser difícil de separar».

-Bessel Van der Kolk-



¿Por qué debemos hacer la entrevista clínica con cuidado?

La memoria y el trauma se relacionan de muchas maneras
Ciertos tipos de preguntas y sugestiones dentro de una entrevista clínica pueden alterar de cierto modo los recuerdos de experiencias traumáticas.

Por todo lo que hemos expuesto, el evaluador o el psicoterapeuta debe demostrar una pericia clínica exquisita. El objetivo es ser cuidadosos a la hora de respetar los recuerdos del paciente. Esto implica ser aséptico con lo que se evalúa, a la vez que se es extraordinariamente empático con lo que relata el paciente.

Por otro lado, la investigación en torno a la disociación demuestra una y otra vez que la amnesia existe. Se han descrito casos de TEPT con un inicio muy tardío respecto del evento traumático. Hay personas que desarrollan el cuadro clínico muchos años después del fatídico suceso.

Que el recuerdo quede «bloqueado» dista de significar que ha desaparecido, sino que, a pesar de que «está ahí», el sujeto puede no haber contactado de manera plena con las emociones que suscita. En este sentido, es el paciente quien debe llevar el ritmo de su recuerdo, sin que el clínico entre a valorar si el recuerdo es completo o incompleto, ni verdadero o falso.

Es muy fácil sugestionar a las personas que, en un momento delicado de sus vidas, deciden ponerse en manos de ayuda profesional. Así, se ha visto que determinados factores del terapeuta como su edad, su prestigio o sus conocimientos pueden incrementar el riesgo de que los recuerdos que «evoque» el paciente fruto de la intervención estén falseados.

«La memoria es el espejo en que miramos el pasado para comprender el presente»

-Luis Alberto Spinetta-

La guerra de la memoria y el trauma

Existen muchas incógnitas en torno a la represión de la memoria y el trauma. Mientras que la experiencia clínica parece apuntar en la dirección de que en realidad existen recuerdos que pueden quedar «bloqueados» o poco accesibles a la consciencia de las personas que han padecido trauma, la evidencia experimental apunta en direcciones alternativas.

¿Es represión? ¿Es un olvido? ¿Constituye un problema a la hora de «acceder» a datos e información que jamás fueron reprimidos, si no ignorados? Una cosa sí está clara: la exploración clínica puede crear recuerdos falsos. Así, a la hora de intervenir con personas que hayan padecido los horrores del trauma, se debe ser muy cautelosos.

Respetar la verdad plasmada en los datos que aporte el paciente es, en principio, una máxima. Además, hay que ser cuidadosos y evitar las profecías autocumplidas. Estas son ‘expectativas del propio terapeuta sobre el paciente’ que, en algún momento de la terapia, dejan de ser una expectativa y se convierten en verdad. Cuando, a lo mejor, dicho hecho, recuerdo o imagen nunca ocurrió.

«El tratamiento del TEPT requiere un enfoque multidisciplinario que incluya terapia, medicación y apoyo social».

-Peter Levine-



  • Alonso-Quecuty, M. L. (2009). Violencia y memoria de testigos. Revista Electrónica de Motivación y Emoción, 12(32-33). http://reme.uji.es/articulos/numero32/article3/texto.html.
  • American Psychiatric Association. (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5: DSM-5®. Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5® (1.a ed.). Editorial Médica Panamericana.
  • Belloch, S. A. (2020). Manual De Psicopatologia, Vol I. Mc-Graw Hill.
  • Belloch, A. (2020). Manual de psicopatología, vol II. Mc-Graw Hill.
  • Manzanero, A. L., & Palomo, R. (2020). Dissociative Amnesia beyond the Evidence about the Functioning of Memory. Anuario de Psicología Jurídica, 30(1), 43-46. https://journals.copmadrid.org/apj/art/apj2019a14.
  • Organización Mundial de la Salud (s.f.) CIE-11. https://icd.who.int/es.
  • Otgaar, H., Howe, M. L., & Patihis, L. (2022). What science tells us about false and repressed memories. Memory, 30(1), 16-21. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/09658211.2020.1870699.

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