Las 5 fases del duelo

El duelo es una experiencia con la que se debe lidiar varias veces en la vida. Veamos uno de los modelos más populares que dan cuenta de sus fases.
Las 5 fases del duelo
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 19 marzo, 2022

El duelo es el conjunto de reacciones emocionales y sentimentales que experimenta una persona frente a la pérdida de alguien o algo. Todo parece indicar que es una reacción innata, aunque algunos expertos no dudan en señalar que está condicionada por elementos culturales. Sea como fuere, se pueden delimitar varias fases del duelo; las cuales en la teoría recorren una línea sistemática (no así en la práctica).

A lo largo de la historia diversos teóricos han diseñado modelos que intentan explicar cómo es el proceso del duelo. Algunos de los modelos más populares son el de John Bowlby y el de Elisabeth Kübler-Ross. Las fases del duelo de esta última han sido particularmente llamativas, ya que se acoplan muy bien a las reacciones naturales e innatas de las personas. Hoy te enseñamos cuáles son y sus características.

¿Cuáles son las fases del duelo?

Elisabeth Kübler-Ross fue una psiquiatra suizo-estadounidense que se especializó en el estudio de la muerte y de los cuidados paliativos. Durante sus investigaciones exploró sobre la idea de la pena y el desconsuelo, lo que la llevó a diseñar un modelo que intentara dar cuenta de fases del duelo. Veamos cuáles son y qué reacciones desarrollan las personas en cada una de ellas.

1. Negación

Las fases del duelo incluyen la negación
La mente humana puede intentar modificar la percepción de la realidad en los primeros y dolorosos momentos luego de la pérdida de un ser querido.

La primera etapa que manifiesta una persona de manera automática ante una pérdida es la negación. Se trata de un mecanismo natural que permite atenuar el dolor emocional, así como un estado que permite transitar hacia una nueva realidad. Es decir, la reacción inicial opera como una función adaptativa. La aceptación de la pérdida no es inmediata, toma tiempo; y el primer paso hacia ella es la negación.

La negación no es solo un autoengaño o un proceso de fingimiento. Para nada. Es un proceso en el cual asimilamos gradualmente lo que ha sucedido. De esta manera, evitamos que la nueva información nos invada repentinamente. Después de todo, no es fácil lidiar con una pérdida; en especial cuando esta es inesperada o el objeto de ella era de alta estima para nosotros.

2. Ira

La segunda de las fases del duelo de acuerdo con el modelo Kübler-Ross es la ira. La ira es una de las emociones básica descritas por Paul Ekman en sus trabajos. Es natural que en momentos particularmente desafortunados sea una de las emociones que entren en juego en el proceso del duelo (junto con la tristeza, el disgusto, la sorpresa y el miedo, entre otras).

La ira no es una emoción menor; de hecho es una de las más potentes que puede manifestar un ser humano. Es también una de las emociones más difíciles de controlar, más aún en momentos de turbulencia sentimental. Tiene dos funciones en este contexto: operar como un mediador para expresar lo que se siente (abre las puertas a otras emociones) y como señal de protesta y de inconformidad hacia la realidad.

3. Negociación

La negociación es el tercer paso que manifestamos durante un proceso de duelo. Nace del sentimiento de impotencia; es decir, de nuestra incapacidad para ejecutar algo o que se desarrolle tal y como quisiéramos. Por tanto, la negociación nos reporta una falsa sensación de control sobre algo a lo que no tenemos control absoluto.

En esta fase estamos dispuestos a hacer o decir cualquier cosa con el objetivo de revertir la situación. Vemos estados de negociación cuando una relación de pareja llega a su término, cuando un ser querido afronta una enfermedad potencialmente mortal o cuando perdemos un trabajo. A menudo se opta por las creencias religiosas, algo muy común en las demás fases del duelo.

4. Depresión

Las fases del duelo incluyen la depresión
Un cúmulo de emociones negativas pueden persistir durante cualquier duelo, sin que eso signifique que la persona padezca depresión clínica.

En todas las fases anteriores media una tormenta de emociones y cierta incapacidad para valorar objetivamente la realidad. En la cuarta fase los ánimos se empiezan a calmar, las aguas se apaciguan y lentamente comenzamos a asimilar con criterios lógicos nuestra realidad. Esto nos lleva a evaluar el panorama de forma diferente, lo que permite dar espacio a otras emociones, sentimientos e ideas.

En efecto, la ira y la negociación abren su camino a la depresión. La persona se aísla de su entorno, evita comunicar sus emociones, asume una actitud más apagada, reduce al mínimo su comunicación y desarrolla actitudes apáticas. Los expertos advierten que estos síntomas son leves, aunque en algunos casos pueden evolucionar a depresión crónica.

5. Aceptación

Finalmente, las fases del duelo llegan a su término cuando sucede el proceso de aceptación. Esta última etapa no implica que las emociones relacionadas con el duelo hayan desaparecido, solo que se ha asimilado la realidad que ha ocasionado el duelo. Los síntomas leves de depresión pueden persistir, pero es menos probable que la negociación se manifieste.

Se ha asumido la realidad y se pueden controlar mejor las emociones y los sentimientos que se desarrollan. El sujeto no buscará evadirse, sino que aceptará las causas y las consecuencias del acto en sí mismo. Es una etapa muy larga, ya que a menudo sirve para repasar todo aquello que directa o indirectamente guarda relación con el catalizador del duelo.

Ten en cuenta que, aunque así lo parezca, las fases del duelo no siempre son lineales. Una persona puede avanzar y retroceder en función de muchos factores, como por ejemplo su nivel de madurez emocional, su edad, la naturaleza del duelo, el grado de apego y las consecuencias directas.

En efecto, una persona puede tomarle una o dos semanas atravesar por todas estas fases, mientras que a otra le puede tomar meses o años, lo cual rozaría el duelo patológico. Cada proceso es diferente, e incluso las fases difieren en cuanto a características o reacciones entre los sujetos. El apoyo del círculo íntimo y de profesionales es de gran ayuda para sortear el duelo con mejores perspectivas.



  • Ekman, P. An argument for basic emotions. Cognition & emotion. 1992; 6(3-4): 169-200.
  • Friedman, R. A. Grief, depression, and the DSM-5. The New England Journal of Medicine. 2012.
  • Stroebe, M., & Schut, H. (1998). Culture and grief. Bereavement care. 1998; 17(1): 7-11.

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