Apego evitativo: qué es y cómo afecta en la adultez
A mediados del siglo pasado el psicólogo británico John Bowlby formuló las bases de lo que hoy se conoce como teoría del apego. En síntesis, la teoría postula que el desarrollo social y emocional de un sujeto está condicionado por las experiencias interpersonales con un cuidador durante la infancia.
Los principales tipos de apego son el seguro, el ansioso, el desorganizado y el evitativo. Hoy te hablamos sobre el apego evitativo y cómo impacta en la adultez.
Características del apego evitativo
El apego evitativo, también conocido como apego desdeñoso o apego inseguro, se caracteriza por eludir durante la primera infancia a los padres o cuidadores.
Los niños que desarrollan este tipo de apego no manifiestan una preferencia entre un cuidador y un completo extraño. No muestran un especial interés por sus padres o quienes los rodean, más allá de depender de ellos para los elementos esenciales de la vida diaria (refugio, comida y demás).
Fue en la década de 1970 cuando Mary Ainsworth y Silvia Bell desarrollaron un experimento conocido como “procedimiento de situación extraña”. En él, se exploraron las reacciones de 56 bebés cuando sus madres se retiraban de la habitación cuando estos se entretenía jugando. En la habitación permanecía un cuidador capacitado para valorar las reacciones de los pequeños ante un extraño en ausencia de su madre.
Los pequeños con un estilo de apego seguro lloraban y desarrollaban angustia luego de que su madre salía de la habitación. Por su parte, aquellos con un estilo de apego evitativo permanecían tranquilos frente a esta acción. Este sencillo experimento ilustra qué es el apego evitativo. Repasamos sus principales características durante la infancia:
- Exceso de independencia y autonomía al hacer actividades diarias.
- Tendencia a no buscar consuelo en sus padres (por ejemplo, frente a una caída).
- Represión de sentimientos y emociones.
- Pensamientos frágiles sobre sí mismos.
- Tendencia a rechazar al contacto físico con sus padres.
- Tendencia a evitar el contacto visual con sus padres y cuidadores.
- Capacidad para mantener cierta calma ante situaciones que despiertan emociones intensas.
- Inclinación por desconfiar en los demás.
Estas son algunas de las señales más evidentes de un estilo de apego evitativo. Se manifiestan de manera gradual, y todas ellas aparecen durante la infancia.
A pesar de la propensión por no buscar afecto, cariño o apoyo en sus padres o cuidadores, los pequeños aún desarrollan la angustia y el estrés en contextos en los que media una separación con estos. La diferencia es que no la externalizan y manifiestan una aparente calma.
Causas del apego evitativo
La teoría del apego postula que todos los tipos se desarrollan durante la primera infancia. Por motivos evolutivos la tendencia natural de los pequeños es desarrollar un estilo seguro.
La respuesta de los padres o los cuidadores es lo que moldea este tipo de apego, también el de otros. Así, cuando los padres o los cuidadores manifiestan un rechazo o poca atención al momento de crear un vínculo seguro aparece una distorsión de la tendencia natural por desarrollarlo.
El rechazo continuado ocasiona que los pequeños repriman sus reacciones frente a situaciones que causan angustia o estrés. Todo esto debido a que una determinada reacción (como el llanto, por ejemplo) no desencadena una determinada respuesta en la otra persona (padre o cuidador). Cuando esta última no está emocionalmente disponible o no responde a las reacciones se desarrolla el estilo de apego evitativo.
De esta manera, el pequeño no solo reprime su reacción frente a contextos estresantes; sino que su dependencia hacia su padre o cuidador poco a poco es menor.
También puede aparecer cuando el pequeño sí manifiesta las reacciones, pero estas se sancionan y se obligan a reprimir por parte del padre o cuidador. De acuerdo con la teoría, el periodo crítico para la consolidación de cualquier estilo de apego oscila entre los seis meses y los tres años de edad.
Hay muchos motivos por los cuales un padre o un cuidador manifiesta poca empatía o respuesta hacia determinada reacción de sus hijos. Frustración por el proceso de crianza, falta de empatía, ausencia de conocimientos sobre cómo abordar algunas situaciones del día a día de la maternidad y paternidad, poco sentido de compromiso y, muy importante, la presencia del propio estilo de apego evitativo en ellos.
Consecuencias del apego evitativo en la adultez
Hasta ahora solo hemos aludido al apego evitativo durante la infancia. Ahora que conoces sus causas y sus rasgos, puedes comprender las secuelas que tiene en el día a día de una persona adulta.
Al igual que sucede con otros tipos de apego, la evitación repercute en principio en las relaciones interpersonales. Esto es, las relaciones con la familia, los amigos, los colegas y las que se desarrollan en un contexto romántico.
Omitiendo muchos detalles, el rasgo fundamental del apego evitativo es que los individuos se sienten poco cómodos con la cercanía y la intimidad emocional. También, con la dependencia de alguien que forma parte de su círculo próximo. Con base en esto podemos delimitar las siguientes consecuencias en la vida adulta.
Experiencias de la crianza
Un estudio publicado en Personality and Social Psychology Bulletin en 2006 encontró que los padres con un estilo de apego desdeñoso o inseguro experimentan un mayor estrés después del nacimiento de su hijo y perciben la crianza como menos satisfactoria y personalmente significativa. Por todo esto desarrollan frustración, angustia e incluso rechazo a la experiencia. Esto puede derivar en el fomento del apego evitativo en sus propios hijos.
Exceso de independencia y autonomía en sus relaciones de pareja
Se sabe que este estilo de apego conlleva a un exceso de autonomía en las relaciones de pareja. Esto se traduce en una tendencia por el individualismo en la toma de decisiones, al momento de planificar actividades y distribuir el tiempo libre.
En general, los afectados asumen que buscar la proximidad psicológica o emocional con sus parejas románticas no es deseable e incluso no es posible.
Opiniones negativas sobre sus parejas románticas
Los expertos sugieren que las personas evitativas suelen tener una opinión negativa sobre sus parejas románticas. En principio, tienden a pensar que estas no las quieren, que las abandonarán en cualquier momento o que son propensas a la infidelidad.
Estas creencias se fortalecen a través de otras: pensar que se es indigno de amor y de no merecer el apoyo y la atención de los demás.
Tendencia a ser infiel
Un trabajo publicado en Journal of Personality and Social Psychology en 2011 encontró que las personas con el estilo de apego evitativo desarrollan una mayor tendencia hacia la infidelidad.
Dado que manifiestan un menor nivel de compromiso en sus relaciones románticas pueden mostrar una menor resistencia hacia las tentaciones de ser infiel. No en vano algunos expertos alertan que el bienestar subjetivo de una persona con una pareja con este tipo de apego es menor.
Menor voluntad a pedir y ofrecer ayuda
Ya hemos establecido que este tipo de apego se caracteriza por la independencia y la autonomía. Por todo esto, los sujetos son reacios a pedir ayuda en contextos en los que la necesitan.
Pero esto no es todo. Un estudio publicado en Personality and Individual Differences en 2015 sugirió que también son menos propensos a ofrecer ayuda. Esto se debe a que perciben los costes de ayudar como más severos, lo que se traduce en comportamientos altruistas menos frecuentes.
En la práctica hay muchas consecuencias de este estilo de apego, pero estas son algunas de las más importantes durante la adultez.
Como ya mencionamos se trata de un tipo de apego que se consolida durante la infancia, aunque las experiencias en la adolescencia y la adultez ayudan a reforzarlo. Cuando impacta de manera negativa el día a día de una persona se puede considerar el enfoque terapéutico como método para abordar todos estos rasgos.
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