Vivir con cáncer de mama

Vivir con cáncer de mama pasa en principio por aceptar la enfermedad. Este es el primer paso, luego del cual se pueden aplicar diferentes estrategias para afrontarla. El apoyo de la familia, amigos y profesionales de la psicología puede hacer un diferencia enorme en los pacientes.
Vivir con cáncer de mama
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 30 mayo, 2021

El cáncer de mama afecta la calidad de vida de los diagnosticados a través de diferentes maneras. Secuelas físicas y emocionales pueden condicionar el pronóstico personal que cada paciente augura de su enfermedad, e incluso pueden llegar a condicionar los tratamientos que desean recibir a largo plazo y su interacción social.

Vivir con cáncer de mama requiere autoaceptación y tiempo, de modo que cada persona lo afronta a su manera.

Los métodos sugeridos por los especialistas pueden ayudar a que el impacto de la enfermedad sea menor, aunque siempre deben elegirse de manera personalizada. Al final, cada afectado debe situarse en el lugar donde se sienta más cómodo; siempre y cuando entienda que existen diferentes estrategias.

Vivir con cáncer de mama: apoyo emocional

Terapia mental para vivir con cáncer de mama
La terapia mental es una forma excelente de alcanzar la salud emocional.

Uno de las principales secuelas de la enfermedad que aparece luego del diagnóstico es el deterioro emocional. Las investigaciones han dado cuenta que la disminución de la voluntad de vivir es muy común durante esta etapa, en especial en mujeres jóvenes. La falta de deseo hacia la vida también puede desarrollar otras secuelas, como pérdida de identidad y alteración de sus relaciones sociales.

Existe evidencia de que los factores psicológicos tienen un influencia positiva o negativa en el control de la enfermedad, incluso en la regulación de elementos inmunitarios relacionados con la micrometástasis.

También sabemos que la intervención psicológica en el diagnóstico precoz es de gran ayuda para evitar el desarrollo de estrés o depresión, algo que sin duda mejora la calidad de vida durante el proceso.

Por todo esto, el apoyo emocional puede considerarse un estadio más del tratamiento del cáncer de mama. Este se puede hacer en dos sentidos:

  • Familiares y amigos: aunque es frecuente el aislamiento durante las primeras semanas después del diagnóstico, hablar abiertamente con familiares y amigos puede hacer una diferencia enorme. Saber que no se está solo y que la enfermedad es una realidad repercute de manera positiva al momento de afrontar el tratamiento.
  • Profesional de la psicología: si se desea un enfoque más profesional, también se puede recurrir a un psicólogo para el control de las primeras emociones. Su mediación puede permitir avances en el control de ellas y en la aceptación del cáncer. Es útil sin importar la edad o características específicas de la enfermedad.

El impacto emocional aumenta a medida que se inicia el tratamiento activo, según indican los estudios. Es por esto que vivir con cáncer de mama requiere un control y seguimiento de este durante el inicio; de manera que el paciente pueda enfrentar todas las opciones de tratamiento y sus secuelas con mayor temple.

Apoyo social para vivir con cáncer de mama

Si se se está preparado para ello, también se puede intentar el apoyo social para vivir con cáncer. Estudios e investigaciones certifican los efectos positivos de los grupos de apoyo en los pacientes, en especial con manifestaciones en la reducción de la frustración, el estrés, la depresión y el bienestar psicológico en general.

Escuchar y compartir con otras personas diagnosticadas puede despertar sentimientos de alteridad. Saber que existen otros pacientes en la misma condición es beneficioso para aceptar la enfermedad. Compartir emociones, experiencias, historias, control de las secuelas del tratamiento y demás es un aliciente para evitar la apatía y el desinterés para continuar.

Es importante que se acuda a los grupos de apoyo solo cuando se tenga verdadero interés en este tipo de sesiones. Ningún paciente debería ser obligado, en especial si aún no está listo para abrirse al público.

Hoy existen diferentes alternativas, desde grupos presenciales hasta aquellos que puedes seguir en línea. Si uno de estos no reporta los resultados que se esperaban, siempre se puede intentar con otro en el que se encuentre un ambiente más ameno.

Reconstrucción mamaria luego de la cirugía

Saber vivir con cáncer de mama implica estar dispuesta a aceptar procedimientos estéticos
Es posible realizar algunos procedimientos para mejorar la apariencia estética.

Las secuelas físicas de la enfermedad son el mayor problema del cáncer de mama. Entre todas las que se manifiestan en el plano estético sin duda son las de mayor impacto. Sin embargo, existen alternativas que pueden hacer tolerables los cambios estéticos, entre las cuales destacamos las siguientes:

  • Prótesis mamarias: se trata de una prótesis externa que se puede usar para reemplazar el espacio y el volumen que queda luego de una mastectomía completa. Las hay de espuma, usadas mientras se cicatriza el área de la cirugía, y de silicona. Los diferentes tamaños y formas permiten elegir alternativas con apariencias más naturales.
  • Reconstrucción de seno: la cual se hace durante la mastectomía, aunque la intervención también se puede desarrollar después. Las hay de dos tipos: con tejido del cuerpo o con base en prótesis externas. Una cirugía de este tipo puede tener un impacto positivo en la autoestima del paciente.

Hoy existen opciones al momento de hacer la mastectomía que permiten conservar la piel y el pezón, aunque en todo caso dependen de las características del tejido malicioso detectado. Vivir con cáncer de mama puede ser más tolerable con estas reconstrucciones, pero la elección de proceder con ellas siempre es personal.

Consejos finales

Como complemento de lo anterior es importante que cada paciente esté al tanto de las características, la severidad y el pronóstico de su enfermedad. El rechazo al conocimiento de su propio cáncer no contribuye a aceptarlo, si bien toma tiempo y compromiso personal.

En la medida de lo posible, se recomienda mantener las actividades que se hacían antes del diagnóstico. Aunque los efectos adversos del tratamiento de quimioterapia o radioterapia pueden condicionar esto, siempre que el médico así lo sugiera se debe optar por:

  • Hacer actividad física (la evidencia indica su efectividad para mejorar la calidad de vida).
  • Tener relaciones sexuales.
  • Jugar y compartir con hijos, nietos o sobrinos.
  • Realizar actividades de esparcimiento.

Mantener un dieta saludable y evitar el alcohol y el tabaco deben ser una regla para vivir con cáncer de mama. No solo permiten un mejor estado físico, sino también ayudan a lidiar con los síntomas del tratamiento.

Sabemos que los costes de tratar la enfermedad pueden generar diferentes alteraciones en la vida de los pacientes. En caso de que se estén presentados problemas al momento de hacer frente a estos, siempre se puede buscar el apoyo de una fundación.



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