Vitíligo: síntomas, causas y tratamiento

El día 25 de junio se celebra el Día Mundial del Vitíligo, una enfermedad que afecta al 1 % de la población. Celebridades como Winnie Harlow han contribuido con su visibilización.
Vitíligo: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 05 septiembre, 2021

Hoy en día muchas celebridades se han animado a visibilizar todo tipo de padecimientos, con el objetivo de sensibilizar a la población e impulsar la investigación. Algunos de los más destacados en los últimos años han sido la rosácea, el lupus y el vitíligo.

El vitíligo es una enfermedad autoinmune que afecta de manera crónica. Se caracteriza por causar cambios progresivos en la pigmentación de la piel. Por ello, esta deja de tener un aspecto uniforme y en su lugar, luce parches de color claro (que cada vez se hacen más extensos).

De acuerdo con un artículo publicado por la Asociación Española de Pediatría (AEPED) sobre alteraciones de la pigmentación cutánea, el vitíligo puede afectar a cualquier persona, independientemente de tez, sexo o edad. A nivel mundial, afecta al 1 % de la población.

Asimismo, los autores indican que “la incidencia máxima ocurre en la tercera década de la vida, el 50 % de los casos ocurren antes de los 20 años”.

Síntomas

Los síntomas del vitíligo son manchas
Los síntomas del vitíligo son muy evidentes. Por lo general, se aprecian manchas muy claras, asimétricas, de bordes irregulares y bien definidos.

El síntoma más característico del vitíligo es la despigmentación en la piel. Como indican los autores del artículo ya citado, las lesiones se aprecian como parches blancos con bordes bien delimitados. Estas pueden variar de tamaño y, conforme la enfermedad progresa, pueden extenderse hasta cubrir varias zonas del cuerpo.

Los parches van cubriendo el cuerpo de forma asimétrica. Las áreas más afectadas suelen ser las manos y el rostro, así como también los codos, las rodillas, las axilas, los pliegues inguinales, los antebrazos y los genitales.

Además de afectar la piel, las mucosas e incluso la retina, el vitíligo puede afectar el pelo. Por ello, las personas con esta enfermedad pueden tener el cabello, el vello facial (pestañas, cejas, bigote, barba) y los vellos del cuerpo de diferente color (zonas con vello de color blanco y zonas con vello de color oscuro).

Otros síntomas que pueden presentarse son los siguientes:

  • Prurito e incomodidad en las zonas afectadas.
  • Encanecimiento prematuro del vello facial y el cabello.

En lo que respecta a la progresión de la enfermedad, cabe destacar lo expuesto en un artículo publicado en la revista Dermatología, el curso natural del vitíligo es impredecible. En ocasiones presenta un inicio abrupto seguido de una progresión por tiempo indeterminado; posteriormente sigue una estabilidad que puede ser desde poco tiempo hasta décadas”.

    Causas

    Aún cuando el vitíligo es una enfermedad conocida desde hace mucho tiempo, aún no se ha podido establecer su causa.

    Sin embargo, se han expuesto varias hipótesis que implican principalmente mecanismos autoinmunes y genéticos, en combinación con diversos factores desencadenantes, como puede ser un alto nivel de estrés emocional.

    Lo que hay que tener en cuenta es que se trata de una enfermedad que hace que las células que se encargan de producir melanina (es decir, los melanocitos), suspendan su función o mueran. Esto da pie a la despigmentación progresiva.

    “Para los expertos en células pigmentarias, el vitíligo representa una oportunidad para estudiar los mecanismos básicos biológicos de las funciones de los melanocitos” exponen autores como Carmen Lucía Pimentel, Lluis Pug y Agustín Alomar.

    Factores desencadenantes

    Aunque no se ha podido precisar una causa, sí se han podido determinar algunos factores desencadenantes del vitíligo. Entre ellos se encuentran los siguientes:

    • Infecciones virales.
    • Alto nivel de estrés / estrés crónico.
    • Quemaduras solares severas.
    • Traumatismos en la piel severos.
    • Exposición a sustancias químicas agresivas.

    Diagnóstico

    El diagnóstico del vitíligo
    Los dermatólogos son los médicos especialistas en diagnosticar y tratar el vitíligo. Cuando la enfermedad empieza a manifestarse, puede ser necesario el uso del dermatoscopio y otros equipos.

    El diagnóstico del vitíligo es principalmente clínico. En la entrevista y el examen físico, el médico puede detectar fácilmente los parches (máculas acrómicas) en las localizaciones más típicas. Sin embargo, hay casos en los que puede ser necesaria una revisión más exhaustiva y, en otros, se podría incluso solicitar una biopsia de piel, aunque no es lo más común.

    Cuando el vitíligo se manifiesta en niños pequeños, es posible que los padres lleguen a confundirla con la pitiriasis alba. Este es uno de los escenarios en los que entra en juego el diagnóstico diferencial.

    Otras enfermedades que se tienen en cuenta a la hora de hacer el diagnóstico diferencial son el nevus acrómico, el nevus anémico y la esclerosis tuberosa, según exponen los expertos de la AEPED.

    Tratamiento

    No existe ningún tratamiento que revierta la enfermedad o la cure. No obstante, sí existen varias opciones que ayudan a controlar los síntomas y a mitigar su impacto en la calidad de vida.

    A todos los pacientes con vitíligo se les recomienda protegerse de la radiación solar a diario para evitar quemaduras y agravamiento de las lesiones existentes. Para ello, no solo deberán utilizar un protector solar adecuado, sino que también deberán usar ropa que les permita cubrir su piel y mantenerla protegida de otros factores, como el viento, el frío y el calor.

    “El fin de cualquier modalidad terapéutica es regenerar la población de melanocitos epidérmicos para obtener una completa y permanente repigmentación de las áreas afectadas”, señala un artículo publicado en Elsevier.

    Para ello, se puede recurrir a algunos corticoides tópicos (en pastillas o inyecciones), medicamentos tópicos para controlar la inflamación, entre otros. Una vez más, estos no van a detener la progresión de la enfermedad, pero podrían ayudar a controlar los síntomas.

    Otra opción de tratamiento popular es la fototerapia con rayos ultravioleta B, así como la combinación de esta con una sustancia de origen vegetal llamada psoraleno.

    Los chequeos periódicos y la buena comunicación con el médico tratante serán fundamentales para realizar las modificaciones necesarias en el tratamiento y mantener la calidad de vida.




    Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.