Tratamiento de la artritis

El tratamiento de la artritis tiene como objetivo detener el progreso de la enfermedad y aliviar los síntomas. Conoce qué opciones se utilizan para lograrlo.
Tratamiento de la artritis
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 22 julio, 2021

La artritis es un término general que se utiliza para describir a más de 100 tipos de enfermedades reumáticas. Algunas como la artrosis y la artritis reumatoide son las más comunes, pero otras como gota, lupus, esclerodermia o fibromialgia cuentan con una prevalencia importante en los diagnósticos. Aunque no se puede curar, en la actualidad existen varias opciones de tratamiento de la artritis.

El tipo de terapia depende de muchos factores: edad, gravedad de los síntomas, variante de la afección desarrollada, estilo de vida y estado de salud en general. Sin embargo, el objetivo será siempre el mismo: reducir la inflamación, el dolor y evitar el progreso de la enfermedad. Hoy te presentamos una extensa guía con las alternativas disponibles.

Tratamiento a corto plazo de la artritis

Johns Hopkins Medicine nos señala que los planes de tratamiento para la artritis se dividen en opciones de corto y largo plazo. Los primeros están destinados a reducir los síntomas, mientras que los segundos se indican para contrarrestar el progreso de la enfermedad. Entre las alternativas a corto plazo que se suelen utilizar destacamos las siguientes:

Terapia farmacológica

El tratamiento de la artritis incluye analgésicos
Los medicamentos para la artritis suelen ser la terapia de primera línea, y muchos de ellos son de venta libre en las farmacias (sin prescripción médica).

En la cual se utilizan medicamentos de venta libre para calmar el dolor o la inflamación. Acetaminofén, aspirina, ibuprofeno y naproxeno son los principales. Aunque no requieren de receta para su compra o ingesta, lo ideal es que regules el tratamiento de la mano de un especialista.

Así puedes ajustar la dosis, la frecuencia y los medicamentos de acuerdo con tu condición. También para evitar que el compuesto activo entre en contacto con los fármacos que estás tomando.

La Arthritis Society pone a tu disposición una extensa guía sobre todas las opciones disponibles. En ella se incluyen contraindicaciones, dosis, nombres comerciales y para cuál tipo de artritis están recomendadas.

Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea

La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, también conocida como TENS, es un tratamiento para la artritis destinado a reducir el dolor en los pacientes. Consiste en un dispositivo que envía impulsos eléctricos a la zona afectada. Los estudios y las investigaciones han avalado su uso para la osteoartritis y la artritis reumatoide, respectivamente.

Esta terapia funciona bloqueando las señales de dolor, lo que se traduce en un alivio momentáneo de este. El alivio sucede en el primer minuto, aunque solo es temporal. En algunos países debes tener receta para poder comprar y usar el dispositivo. Puede ser muy útil si sufres de dolor crónico o padeces de un estado avanzado de la enfermedad.

Compresas en las zonas afectadas

Múltiples estudios e investigaciones recomiendan el uso de compresas frías y calientes para el alivio del dolor y la inflamación. Se trata por supuesto de un alivio temporal, pero que es muy útil para combatir la rigidez característica de las enfermedades reumáticas. Puedes usar esta técnica, por ejemplo, antes de hacer ejercicio o alguna actividad que requiere cierta flexibilidad.

Inmovilización articular

En algunos contextos puede ser útil el uso de la inmovilización articular. El dolor y la inflamación suelen aumentar frente al estrés. Mientras la terapia con medicamentos hace efecto en calmarlos, puedes usar un aparato ortopédico para reducir los movimientos de la zona afectada. Se trata, de esta manera, de un tratamiento complementario.

Masajes

Existe evidencia de que los masajes se pueden usar como tratamiento para la artritis. Se prefiere las sesiones con presión o intensidad moderada, ya que en la práctica resultan más efectivas para incentivar el flujo sanguíneo y aliviar el dolor en el área comprometida.

Los efectos se perciben luego de un par de días en la mejora de la flexibilidad, la fuerza de agarre y el rango de movimiento de las articulaciones.

Tratamiento a largo plazo de la artritis

Las opciones anteriores son solo paliativos temporales. Al ser la enfermedad una manifestación crónica se deben utilizar terapias destinadas a controlar su evolución a largo plazo. En este caso se puede usar lo siguiente:

Terapia de fármacos antirreumáticos

Los llamados fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) son la terapia principal para detener el progreso de la condición. La evidencia nos indica que son más efectivos en algunas variantes, como por ejemplo artritis reumatoide, artritis psoriásica, lupus y espondilitis anquilosante, entre otras. Se dividen en dos tipos:

  • Convencionales: son los más usados por los especialistas e incluyen fármacos como metotrexato, leflunomida, hidroxicloroquina y sulfasalazina.
  • Biológicos: se utilizan cuando los pacientes no desarrollan mejoras con los anteriores. Los utilizados en este caso son infliximab, adalimumab, etanercept, abatacept, entre otros.

Los FAME biológicos son más específicos, de modo que actúan en una parte concreta del sistema inmunitario. Los dos tipos se pueden administrar vía oral, subcutánea o intravenosa. Comparten efectos adversos similares, entre los cuales destacamos diarrea, náuseas, erupciones y mayor riesgo de infecciones.

Ingesta de corticoesteroides

En teoría el tratamiento de la artritis con corticoesteroides forma parte de la terapia a corto plazo, pero dado que la mayoría de los pacientes incluyen su ingesta de manera permanente los incluimos en esta sección. Se utilizan para reducir la inflamación y el dolor, ya sea bajo una administración oral, intravenosa o con inyecciones focalizadas en el lugar afectado.

Los estudios demuestran que el uso a largo plazo o las dosis altas pueden desarrollar efectos secundarios alarmantes. Por tanto, el tratamiento debe seguirse bajo indicación médica. Algunos de los recetados son prednisona, hidrocortisona y dexametasona.

Terapia con ácido hialurónico

Algunos pacientes, en especial los que han sido diagnosticados con osteoartritis, pueden ser candidatos a una terapia con ácido hialurónico.

Aunque aún quedan muchas cuestiones por aclarar en torno a la sustancia, los investigadores están de acuerdo con que es un método seguro, práctico y útil para que los pacientes experimenten una mejoría de los síntomas y movilidad.

La aplicación se hace con inyecciones intraarticulares. Estas solo deben hacerse por personal capacitado, en un entorno controlado y con materiales esterilizados. Si aplicas para la terapia asegúrate que estas tres variables converjan al mismo tiempo.

Cirugía

El tratamiento de la artritis puede incluir cirugías como última opción
Cuando el tejido óseo y articular está muy deteriorado, pueden realizarse algunos tipos de cirugías. Sin embargo, en personas mayores debe valorarse cuidadosamente.

En la actualidad existen muchos tipos de cirugías disponibles para la enfermedad. Estas se consideran de acuerdo con la variante que has desarrollado.

Por ejemplo, los especialistas pueden hacer una artroscopia, fusión o reemplazo articular, sinovectomía, resección y osteotomía, entre otras. Se consideran opciones de último recurso, de modo que no forma parte de la terapia principal.

Si la enfermedad está en un estado muy avanzado el especialista discutirá sobre la posibilidad de realizar una. En caso de hacerla, también se aplicará un programa de rehabilitación como parte del tratamiento de la artritis.

Tratamiento complementario de la artritis

Lo anterior es solo una parte de las opciones para tratar las enfermedades reumáticas. Nuestra comprensión de estas condiciones nos ha motivado a descubrir que cambios en el estilo de vida también tienen un impacto positivo en las personas afectadas:

  • Ejercicio: los estudios e investigaciones al respecto demuestran que el ejercicio puede prevenir episodios de caquexia, mejorar la movilidad, otorgar mayor flexibilidad en las articulaciones, aumentar la autoestima y, en su conjunto, combatir el progreso de la enfermedad.
  • Dieta equilibrada: la dieta por sí sola no desacelera el avance de la artritis, pero sí puede hacerte mantener o bajar de peso. Esto es muy importante para reducir el impacto en tus articulaciones. Algunos estudios sugieren que ciertos grupos alimenticios o dietas pueden reportar efectos positivos.
  • Control del estrés: al igual que sucede con otras enfermedad, se sabe que el estrés puede tener un impacto negativo en el empeoramiento de los síntomas. Por tanto, debes reducir la participación que este tiene en tu día a día.
  • Usar dispositivos de asistencia: como por ejemplo bastones, andaderas, instalar agarraderas en lugares específicos de tu hogar y demás. Aunque inicies un tratamiento temprano, el curso de la enfermedad es algo que no se puede prever del todo.

Además de esto, puede incluir algunas actividades que pueden relajarte, proporcionarte ciertos movimientos o aliviarte de una u otra manera. Por ejemplo, meditación, yoga, acupuntura, taichí y demás. Otros métodos están menos recomendados, como por ejemplo las terapias con imanes. Antes de probar con algún método recomendamos comunicárselo a tu especialista.

Preguntas y respuestas sobre el tratamiento de la artritis

Finalizamos esta sección respondiendo en un par de líneas las dudas más frecuentes en torno al tratamiento de la artritis:

¿La artritis tiene cura?

No, la artritis es una enfermedad crónica que no se puede curar. Puedes optar por la terapia farmacológica a largo plazo para controlarla o considerar la cirugía.

¿Puedo hacer actividades de alto impacto como terapia?

No está recomendado, ya que este tipo de actividades ejercen mucha presión en tus articulaciones. Los CDC recomiendan optar por disciplinas de bajo impacto, como por ejemplo caminar, andar en bicicleta, nadar y similares.

¿Qué hago si empeoran los síntomas?

No es infrecuente que los síntomas empeoren por el frío o el calor. Por lo general, el frío está relacionado con síntomas más agudos, mientras que los climas calurosos o secos pueden provocar mejorías en algunos pacientes.

Lo ideal es que estés al tanto de qué cambios se relacionan con el empeoramiento de tus síntomas y usar en esos contextos algunas de las terapias a corto plazo disponibles.

¿Qué hago si el tratamiento no funciona?

Si no reportas mejorías luego de un par de meses bajo tratamiento conversa con tu médico sobre la posibilidad de explorar otras alternativas de terapias. Existen muchos medicamentos disponibles para la artritis, de manera que no deberías tener mayores problemas en encontrar el indicado para ti.



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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.