Los 3 tipos de aneurismas

Con frecuencia se ignora que existen muchos tipos de aneurismas. A continuación te mostramos los más frecuentes.
Los 3 tipos de aneurismas
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 04 septiembre, 2021

De acuerdo con los investigadores, se estima que el 3,2 % de la población padece de un aneurisma. Estos pueden tardar años en desarrollarse y, en caso de romperse, se asocian con una alta tasa de mortalidad. No todos los episodios son iguales, de manera que podemos identificar varios tipos de aneurismas.

Por lo general, los médicos los catalogan en función del lugar donde se han desarrollado. En teoría, los aneurismas pueden ocurrir en cualquier arteria. En la práctica, existen algunas en específico que reúnen la mayoría de los casos. Hoy te las enseñamos junto con información importante al respecto.

Principales tipos de aneurismas

En términos simples, los aneurismas ocurren cuando parte del revestimiento de las arterias se debilita. Esto provoca que se hinche o se ensanche de forma anormal. En ocasiones la zona presenta una rotura, lo que genera hemorragia interna o derrame cerebral. Destacamos los siguientes tipos.

1. Aneurisma cerebral

Los tipos de aneurismas más comunes incluyen los cerebrales
Los aneurismas cerebrales son probablemente los más conocidos. Su ruptura puede ocasionar enfermedades cerebrovasculares fatales.

También conocido como aneurisma intracraneal, se localiza en los vasos sanguíneos del cerebro. Son más comunes en personas de edad avanzada (más de 50 años), fumadores, y en aquellos que padezcan de lesiones craneales, sean alcohólicos o usen drogas en exceso.

Cuando el aneurisma se expande, el revestimiento de los vasos sanguíneos se vuelve extremadamente delgado, lo que facilita su rotura. Lo primero que sucede es la salida de sangre hacia el espacio alrededor del cerebro, lo que se conoce como hemorragia subaracnoidea. Este último evento es un tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico.

No hay manara de detectar su presencia salvo que se hagan exámenes por imágenes en el cerebro, ya que solo suelen generar síntomas con su rotura. Aun así, Johns Hopkins Medicine alerta de las hemorragias centinelas. Estas son pequeñas filtraciones de sangre que anteceden a la rotura. Los siguientes signos pueden alertar estos episodios:

  • Dolores de cabeza.
  • Disminución de los movimientos oculares acompañado de dolor.
  • Cambios en la visión.

Cuando ocurre una hemorragia subaracnoidea se podrían desarrollar las siguientes manifestaciones:

  • Náuseas y vómitos.
  • Rigidez en la nuca.
  • Fuerte tensión en la cabeza.
  • Pérdida de consciencia.
  • Pupilas dilatadas.
  • Presión sanguínea alta.
  • Pérdida de equilibrio.
  • Descoordinación con ciertas funciones básicas.

Los aneurismas de este tipo pueden ser de tres formas: baya, fusiforme o micótico. A su vez, pueden ser pequeños, medianos o grandes. En teoría, mientras más grandes sean, mayores probabilidades hay de una rotura.

2. Aneurisma aórtico abdominal

De acuerdo con los investigadores, el aneurisma aórtico abdominal afecta entre el 5 % y el 10 % de los hombres mayores de 65 años. Por tanto, es más frecuente a medida que se envejece, con un promedio de 80 % de mortalidad en caso de una rotura.

La American Heart Association señala además como factores de riesgo el colesterol alto, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la obesidad y los antecedentes familiares. El episodio ocurre en la parte baja de la aorta, aquella que se localiza a la altura del abdomen. La mayoría de los cuadros son asintomáticos, aunque UChicago Medicine señala entre sus posibles signos:

  • Dolor constante en el abdomen.
  • Sensación de presión en el pecho o en la espalda.
  • Incomodidad en el área de la ingle.

Las manifestaciones empeoran en caso de una rotura, la cual se considera una emergencia médica debido al bajo porcentaje de supervivencia. Aunque en algunos casos no se puede prevenir, hacer deporte, dejar de fumar, llevar una dieta saludable y controlar el colesterol y la hipertensión ayuda para este y otros tipos de aneurismas.

3. Aneurisma de la aorta torácica

Los tipos de aneurismas más comunes incluyen el torácico
En caso de que un aneurisma torácico se rompa, el flujo sanguíneo al resto de estructuras vitales puede verse comprometido rápidamente.

En estos casos, el debilitamiento ocurre a la altura de la aorta entre el tórax y el diafragma. Muchos de los casos se deben al endurecimiento de las arterias y el envejecimiento, aunque algunas condiciones genéticas, lesiones e infecciones también pueden ser desencadenantes.

Es menos frecuente que los tipos de aneurismas anteriores, aunque igual de mortal. De acuerdo con la Society for Vascular Surgery, afecta solo a 6-10 de cada 100 000 habitantes. Los síntomas no aparecen hasta que es demasiado tarde. Cuando lo hacen puedes desarrollar:

  • Dolor en el pecho o en la parte superior de la espalda.
  • Náuseas y vómitos.
  • Piel fría o húmeda.
  • Hinchazón en el cuello
  • Problemas para respirar o tragar.
  • Ritmo cardíaco elevado.
  • Sensación de fatalidad.

El debilitamiento de la aorta puede generarse a cualquier altura torácica, incluyendo cerca del corazón. En ocasiones puede generarse en un punto medio, lo que los especialistas denominan aneurisma toracoabdominal. A medida que el aneurisma crece, puede provocar ronquera, un síntoma que antecede meses o semanas antes de una rotura.

Casos menos frecuentes

Estos tres tipos de aneurismas son los más comunes, aunque como reseñamos al principio pueden aparecer a cualquier altura de la arteria, incluyendo las siguientes:

  • Poplítea: sucede en la arteria que recorre la parte trasera de la rodilla. De acuerdo con la evidencia, entre el 40 % y el 50 % de los casos se asocian con los aneurismas de la aorta abdominal.
  • Mesentérica: ocurre en la parte de la arteria que suministra sangre al intestino. Los investigadores señalan que el 70 % de los casos de este tipo son asintomáticos.
  • Esplénica: se genera en la arteria del bazo, de manera que técnicamente es un tipo de aneurisma abdominal. Son muy raros, aunque con un porcentaje de decesos igual de preocupante.

Si se detecta un aneurisma de forma prematura, y en función de su tamaño, este se puede tratar a través de una intervención quirúrgica o no quirúrgica. Los cambios en el estilo de vida y la ingesta de algunos medicamentos también pueden mantenerlo bajo control.



  • Cosford, P. A., Leng, G. C., & Thomas, J. Screening for abdominal aortic aneurysm. Cochrane database of systematic reviews. 2007; (2).
  • Jersey, A. M., & Foster, D. M. Cerebral aneurysm. 2018.
  • Jiang, J., Ding, X., Su, Q., Zhang, G., Wang, Q., Jian, W., ... & Hu, S. (2011). Therapeutic management of superior mesenteric artery aneurysms. Journal of vascular surgery. 2011; 53(6): 1619-1624.
  • Martelli, E., Ippoliti, A., Ventoruzzo, G., De Vivo, G., Marchetti, A. A., & Pistolese, G. R. Popliteal artery aneurysm. Int Angiol. 2004; 23: 54-65.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.