Síntomas del cáncer de piel

El cáncer de piel es una de las neoplasias más frecuentes en todo el mundo. De esta manera, es fundamental conocer sus síntomas para realizar un diagnóstico precoz y prevenir complicaciones.
Síntomas del cáncer de piel
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 30 mayo, 2021

El cáncer de piel es una de las patologías neoplásicas más comunes en todo el mundo. El mismo posee varias formas de presentación y puede manifestarse en diferentes partes del cuerpo. ¿Te interesa conocer cuáles son los síntomas del cáncer de piel? A continuación te contamos.

Las neoplasias de piel suelen manifestarse como verrugas, lunares o manchas nuevas que alarman a quien la padece. Estas lesiones pueden variar en forma, grosor y color de acuerdo al tipo de cáncer.  La progresión de esta patología puede conducir a la metástasis a otros órganos, por lo que es vital la identificación temprana y el abordaje oportuno.

Síntomas comunes del cáncer de piel

Los síntomas del cáncer de piel pueden detectarse mediante la exploración
La autoexaminación es importante para detectar de forma temprana todos estos síntomas.

En la actualidad, el carcinoma de células basales y de células escamosas son las neoplasias de piel más comunes. Por su parte, el melanoma es la tercera forma de presentación más frecuente, siendo responsable de más de 132 000 casos anuales según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es importante saber que no todos los cambios en la piel son considerados como un signo definitorio de cáncer. No obstante, es necesario buscar ayuda profesional ante la aparición de lesiones en cualquier parte del cuerpo o la exacerbación de las ya existentes.

En este sentido, algunos de los síntomas que permiten orientar el diagnóstico temprano de cáncer de piel son los siguientes:

Manchas anormales en la piel

La aparición o desarrollo de manchas en la piel suele ser uno de los primeros síntomas de cáncer. Por lo general, estas manifestaciones son superficiales, asimétricas y de bordes irregulares. Estudios sugieren que el 30 % de los carcinomas basocelulares se manifiestan como manchas rosadas, nacaradas o rojizas de crecimiento lento.

Por otro lado, el carcinoma de células escamosas suele iniciar como una mancha rojiza que luego se cubre de escamas y costras. Esto sobre todo en las áreas del cuerpo expuestas al sol, como la cara, el cuello, los brazos y las piernas. Además, las manchas pueden tener una tonalidad café o negruzca y orientar hacia un posible melanoma.

Úlceras que no sanan

En la mayoría de los casos, el médico primero descarta una picadura, lesión traumática o alteración vascular ante la presencia de una úlcera o llaga. No obstante, la permanencia o recurrencia de estas lesiones en el tiempo pueden considerarse como un síntoma orientativo de cáncer de piel.

Algunas investigaciones afirman que es muy probable encontrar úlceras que no sanan en el cáncer de células escamosas y de células basales. Las mismas suelen ser evidentes a nivel de la nariz, las orejas, el labio inferior o las manos. Además, pueden estar acompañadas de áreas de piel elevada, rojiza o amarillenta, brillante y con costras.

Cambios en lesiones ya existentes

El cáncer de piel suele surgir de lesiones ya existentes en un gran proporción de los pacientes. El aumento de tamaño, el cambio de color y la presencia de secreciones en lunares, manchas u otras lesiones suelen indicar la presencia de una afección neoplásica.

En el cáncer de células escamosas y de células basales estos cambios suelen ser lentos, por lo que pasan desapercibidos. No obstante, la mayoría de los melanomas malignos evolucionan rápidamente de nevos o lunares displásicos (es decir, con alteraciones estructurales en sus células).

Alteraciones de la sensibilidad asociadas a una lesión en piel

Es poco frecuente que las personas tengan alguna alteración de la sensibilidad asociada a una lesión de piel de cualquier otra etiología. No obstante, en las lesiones por cáncer de piel se pueden evidenciar sensaciones como hormigueo, tumefacción, ardor y picazón o prurito. De hecho, algunos pacientes experimentan dolor persistente en el área afectada.

Síntomas raros del cáncer de piel

Las neoplasias de piel pueden manifestarse en raras ocasiones con síntomas poco subjetivos de cáncer. Por lo general, esto se relaciona con la afección de otras regiones del cuerpo más allá de piel o con un tipo de cáncer poco común.

No obstante, la presencia de estas manifestaciones, en asociación con las ya mencionadas, permiten orientar el diagnóstico de esta afección.

Líneas oscuras en las uñas

En el melanoma subungueal se pueden encontrar pequeñas manchas lineales de coloración oscura bajo las uñas o en la cutícula. Se debe sospechar de cáncer de piel ante la aparición de este síntoma de forma espontánea, sin algún traumatismo que le preceda. Algunos estudios sugieren que esta forma de cáncer es responsable del 1 % de los melanomas en Reino Unido.

Alteraciones visuales

Los cambios en la visión, como la visión doble o borrosa, pueden orientar a la presencia de un melanoma ocular. Investigaciones afirman que la úvea es el sitio donde se desarrollan más del 82 % de este tipo de melanomas. Además, es posible presentar fotofobia (intolerancia a la luz), pérdida de la visión periférica y manchas en la esclera del ojo.

Cicatrices extrañas en la piel

A pesar de lo que la mayoría de las personas espera, no todos los cánceres de piel se manifiestan como protuberancias o lesiones llamativas. En algunas ocasiones, el carcinoma de células basales se presenta como una depresión en forma de cicatriz en la piel.

Estas lesiones cancerígenas aparecen de forma espontánea y no están relacionadas con un traumatismo o lesión previa.

Erupciones y placas rojas en la piel

Los síntomas del cáncer de piel son variados
Es importante acudir al médico ante cualquier lesión llamativa.

En el linfoma de células T se pueden encontrar erupciones y placas rojizas acompañadas de picazón intensa e inflamación. Estas lesiones suelen confundirse con eccemas, psoriasis o algún tipo de micosis superficial. Por lo general, aparecen en los glúteos, la ingle, las caderas y las axilas.

Inflamación del tejido mamario

La presencia de una erupción eccematosa aparentemente benigna en la piel de la mama no debe pasar desapercibida. La misma puede estar relacionada con la extensión metastásica de un cáncer de mama subyacente. Esta afección es conocida como la enfermedad de Paget y debe ser abordado de forma inmediata.

Síntomas del melanoma

A pesar de que el melanoma no es tan frecuente como otras formas de cáncer de piel, el mismo evoluciona rápidamente y su potencial maligno es mayor. Sin embargo, la identificación temprana y el tratamiento adecuado del mismo ofrece un buen pronóstico para la mayoría de los pacientes.

Los cambios en los lunares suelen ser los principales signos de advertencia de esta afección. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda seguir las siguiente regla para la detección oportuna de los melanomas:

  • A: la evidencia de un lunar asimétrico, en el cual ambas mitades son desiguales.
  • B: presencia de bordes irregulares, con muescas o difuminados.
  • C: lesiones de color negro, marrón o de tono bronceado, así como áreas rojas, grises, blancas o azules.
  • D: lunares más grandes que una arveja o el borrador de un lápiz.
  • E: la evolución desfavorable de una lesión preexistente, con cambios en su tamaño, grosor, textura, forma y color.

Posibles complicaciones

En el cáncer de piel se asocia con una gran variedad de complicaciones. En el cáncer de células basales y de células escamosas las complicaciones suelen asociarse al desarrollo local del tumor.

Sin embargo, en el melanoma existen complicaciones locales y sistémicas, siendo la metástasis una de las más preocupantes. Dentro de las principales complicaciones asociadas al cáncer de piel se encuentran las siguientes:

  • Infecciones: se producen por la invasión del tejido secundaria a la pérdida de la continuidad de la piel. Las mismas pueden ir desde una foliculitis hasta una celulitis o una sepsis con lesión multiorgánica. El tratamiento oncológico puede influir en la depresión del sistema inmunitario y favorecer a dichas infecciones.
  • Linfedema: es el aumento de tamaño de una parte del cuerpo, generalmente algún miembro, secundaria al bloqueo o daño del drenaje linfático. En la mayoría de los casos, ocurre por la extirpación quirúrgica de los ganglios linfáticos, sin embargo, puede ser resultado de la extensión metastásica.
  • Desfiguración: las neoplasias extensas y profundas en la piel se asocian con cicatrices amplias y pérdida de rasgos faciales. Esta situación es poco común ante el abordaje temprano de la enfermedad.
  • Trastornos depresivos o de ansiedad: la presencia de una lesión evidente en la piel puede afectar el estado de ánimo e influir en la autoestima y la psiquis de las personas. Por tal motivo, es vital un protocolo de atención psicológica en estos pacientes.
  • Recurrencia: las neoplasias de piel de tipo no melanomas pueden reaparecer en el mismo sitio de afección inicial una vez finalizado el tratamiento. Por su parte, los melanomas pueden reaparecer en el mismo lugar o en otras partes del cuerpo.
  • Metástasis: en las formas avanzadas de la enfermedad puede existir extensión a otros órganos y tejidos. Este hecho puede alterar la estructura y el funcionamiento normal del cuerpo humano. Los órganos más afectados son los ganglios linfáticos, los huesos, los pulmones, el hígado y el cerebro.

¿Cuándo buscar asistencia médica?

Por lo general, las neoplasias cutáneas tiene un buen pronóstico y evolución si se diagnostica en las etapas iniciales. Por lo que se debe buscar atención médica lo antes posible sí se presenta cualquiera de los síntomas de cáncer de piel mencionados anteriormente.

El médico dermatólogo puede brindarle la asistencia necesaria, evaluar la lesión e indicar el abordaje diagnóstico y terapéutico más adecuado.

Es importante el seguimiento de cualquier mancha, lunar o nevo que esté cambiando sus características iniciales. La prevención del cáncer de piel implica un estilo de vida saludable, evitar la exposición excesiva la luz del sol y el control periódico de la piel por un especialista.



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