Diferencias entre caries y sarro

Las caries y el sarro son dos tipos de padecimientos orales de gravedad variable. Ambos derivan de una mala dieta y una higiene bucodental deficiente, pero ¿sabes en qué se diferencian?
Diferencias entre caries y sarro
Samuel Antonio Sánchez Amador

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 09 diciembre, 2021

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que las enfermedades bucodentales afectan a casi 3500 millones de personas en todo el mundo. Vamos más allá, pues se estima que las caries sin tratar en los dientes permanentes representan el trastorno de salud más frecuente a nivel global. La periodontitis grave, que provoca la pérdida completa de dientes, afecta al 10 % de las personas.

La salud bucodental es una cuestión de cuidados e higiene, pero también de clase y disponibilidad económica. El tratamiento de estos trastornos suele ser caro y no forma parte de la cobertura sanitaria universal, razón por la cual en los países de ingreso bajo pocas veces se pueden presentar los servicios adecuados para prevenir o tratar un problema de este tipo.

Por todas estas razones y muchas más, es necesario conocer los trastornos bucodentales y prevenirlos antes de que se conviertan en algo crónico. En las siguientes líneas te presentamos las diferencias entre caries y sarro, además de las posibles soluciones a cada uno de estos desajustes orales. ¡No te lo pierdas!

¿Qué es el sarro?

El diccionario de Oxford Languages define el sarro como ‘una sustancia amarillenta de naturaleza calcárea que se adhiere al esmalte de los dientes y forma una costra’. También se conoce como tártaro dental o cálculo, pero siempre hace referencia al depósito de minerales sobre la placa bacteriana que prolifera de manera natural en los dientes.

La placa dental es un biofilm de microorganismos (sobre todo bacterianos) que crecen en las superficies orales de todos los seres humanos. Se trata de un depósito incoloro y poco llamativo, pero cuando evoluciona a sarro se torna amarillento. Aproximadamente el 90 % del peso de la placa es agua y hasta 700 especies de bacterias viven en esta película biológica.

Muchos de los microorganismos presentes en el entorno oral son comensales o beneficiosos, mientras que otros fomentan la aparición de problemas orales a corto o largo plazo. Sea como fuere, la acumulación de placa en las piezas dentales nunca es algo bueno, ya que favorece la aparición del sarro.

La precipitación de los minerales presentes en la saliva y el fluido crevicular gingival (FCG) mata a las células bacterianas, pero a su vez supone el punto de anclaje perfecto para el depósito de aún más materia mineral, lo que desemboca en el sarro. A largo plazo, este desajuste fisiológico puede provocar mal aliento, inflamación crónica de las encías y un aspecto estético desagradable.

El sarro se forma cuando se depositan demasiados minerales sobre la placa bacteriana. No es natural y debe prevenirse con la higiene oral adecuada.

¿Qué son las caries?

Tal y como indica la Clínica Mayo, las caries son ‘zonas dañadas de forma permanente en la superficie de los dientes que se convierten en pequeñas aberturas u orificios’. Estas lesiones representan una condición multifactorial que depende de varias características, entre las que destacan las siguientes:

  1. La presencia de azúcares fermentables en el entorno oral.
  2. La existencia de bacterias cariogénicas en la boca del paciente.
  3. Otros factores, tanto ambientales como intrínsecos de la persona.

La causa fisiológica de las caries es la destrucción de los tejidos duros dentales (esmalte, dentina y cemento) por parte de una serie de bacterias productoras de ácidos. Estos compuestos son a su vez sintetizados cuando los microorganismos metabolizan y transforman los azúcares presentes en la superficie de los dientes.

Si la destrucción del diente es más rápida que el depósito de minerales presente en la saliva, las caries se instauran. La ingesta de azúcares simples es el sustrato de crecimiento de las bacterias patógenas que nos atañen (sobre todo Streptococcus mutans y Lactobacillus acidophilus), así que el consumo de alimentos muy azucarados es uno de los principales factores de riesgo a la hora de desarrollar la patología.

¿Cuáles son las diferencias entre caries y sarro?

Ahora que conocemos un poco mejor ambas condiciones de manera aislada, estamos preparados para enfrentarlas desde un punto de vista patológico. No dejes de leer, pues te traemos las diferencias vitales entre caries y sarro.

1. El sarro no implica destrucción dental por sí solo, pero las caries sí

Como hemos dicho en líneas previas, el sarro implica la mineralización de la placa dental. Esto provoca que aparezca una serie de depósitos amarillentos en la línea gingival y sobre el propio diente, pero no se está destruyendo el diente de ninguna manera.

De todas formas, la acumulación de sarro en el entorno de la encía provoca que esta se inflame, dando paso a un cuadro conocido como gingivitis. Cuando el cuadro avanza, se destruyen las fibras gingivales y se forma un “bolsillo” entre el diente y las encías, el cual es colonizado por microorganismos capaces de inflamar la zona y destruir el tejido duro del diente. Esto se conoce como periodontitis.

Dicho de otro modo, el sarro por sí solo no destruye al diente, pero la gingivitis derivada sin tratar que desemboca en periodontitis sí que es capaz de provocar su caída y destrucción. Por otro lado, la caries siempre provoca la rotura del diente y parte del criterio para su diagnóstico es la presencia de cavitaciones (huecos) en la pieza afectada.

El sarro no siempre implica una lesión en el diente, pero las caries sí.

2. El proceso patológico de ambas condiciones es muy diferente

Las diferencias entre caries y sarro incluyen su fisiopatología
En ambos procesos está implicada la presencia de varios microorganismos, aunque las consecuencias no sean similares.

Podemos describir de manera sencilla la aparición del sarro en los siguientes pasos:

  1. Los minerales presentes en la saliva precipitan sobre la placa dental. Las zonas más proclives a presentar estos depósitos son las que se encuentran en un punto de la boca con un amplio flujo de saliva.
  2. El sarro incrementa en volumen y densidad en forma de capas minerales que se van depositando poco a poco. Los eventos de calcificación de la placa dental son periódicos, pero sus desencadenantes exactos aún no se conocen.
  3. La proporción mineral del sarro es de un 60 % del total y el fosfato de calcio es el compuesto predominante.
  4. Si no se trata, el sarro desemboca en gingivitis y finalmente periodontitis.

Por otro lado, la aparición de una caries se puede resumir en los siguientes puntos:

  1. En primera instancia, la caries se presenta en forma de una película prácticamente invisible que se deposita tras la ingesta de sustancias muy azucaradas (y el no cepillado posterior).
  2. Tras ello, se puede observar una especie de “mancha” blanca en la superficie del diente, lo cual indica la desmineralización del esmalte. Este tipo de lesión también se conoce como microcavidad.
  3. A medida que el cuadro avanza, la microcavidad se expande y se transforma en una cavidad completa. En este punto, la lesión es irreversible.
  4. La presencia de una cavidad negra en el diente implica que se produjo un proceso de desmineralización en el pasado que no está activo. Las lesiones que sí están presentes de manera constante son de color menos evidente.

Como puedes ver, los procesos patológicos entre ambas entidades clínicas son bastante diferentes. El sarro se deposita como una placa amarillenta, mientras que las caries comienzan a hacerse evidentes con una lesión blanquecina que se conoce como microcavidad. Es fácil distinguir entre estos procesos en etapas tanto iniciales como avanzadas.

El sarro se asocia al color amarillo, mientras que las caries son blanquecinas en su etapa inicial y marronáceas cuando la desmineralización ha terminado.

3. El sarro no produce síntomas por sí solo, pero las caries sí

El sarro se asocia al mal aliento y a un aspecto amarillento de los dientes, pero ambos son procesos derivados de la falta de higiene a nivel oral (no del depósito de placa en sí mismo). De todas maneras, los cuadros asociados (gingivitis y periodontitis) sí que cursan con una serie de signos clínicos específicos que merece la pena conocer.

Los síntomas más evidentes de la gingivitis son los siguientes, tal y como indica la Clínica Mayo:

  • Encías inflamadas, hinchadas y enrojecidas.
  • Sangrado fácil a la hora de usar el cepillo de dientes o el hilo dental.
  • Mal aliento.
  • Encías retraídas y sensibles.

Los síntomas de la periodontitis son los que siguen:

  • Encías inflamadas, hinchadas, de color rojo muy intenso o hasta amoratado.
  • Sangrado oral extremadamente fácil y dolor al tacto.
  • Mal aliento.
  • Presencia de pus entre los dientes y las encías.
  • Pérdida de piezas dentales.
  • Dolor evidente al masticar.
  • Encías retraídas.
  • Flojera dental.

Como puedes observar, la periodontitis (consecuencia extrema del depósito de sarro y otros factores) cursa con signos clínicos muy evidentes, alarmantes y agresivos. De todas maneras, recalcamos que el depósito del sarro en sí no va mucho más allá del ámbito estético hasta que evoluciona a otras condiciones más serias.

Las caries reportan una sintomatología bastante diferente a todo lo citado. Los signos comunes son los siguientes:

  • Dolor de muelas, muchas veces repentino y sin causa aparente.
  • Sensibilidad dental, lo cual se traduce en malestar a la hora de comer algo muy caliente o muy frío.
  • Agujeros visibles en los dientes afectados y manchados marronáceos/blanquecinos.
  • Dolor al morder.

Las diferencias entre caries y sarro en el ámbito sintomático son más que claras. El sarro en su variante más extrema (la periodontitis) provoca caída de dientes, lesiones gingivales y un malestar bucal general, mientras que las caries están mucho más circunscritas a una zona concreta y el dolor generado es bastante más localizado.

El sarro deriva en cuadros generales que afectan a las encías de manera sintomática, mientras que las caries provocan lesiones en el diente afectado en concreto.

4. El sarro no representa a una enfermedad, pero las caries sí

Esta es una de las diferencias entre caries y sarro más importantes, si bien ya la hemos tocado en otros apartados. La premisa es sencilla: el sarro por sí solo no es una enfermedad y representa un proceso que ocurre de manera natural cuando no se produce el cepillado dental adecuado. No se puede diagnosticar a una persona con sarro o tártaro dental, ya que esto no representa una patología.

Por otro lado, las caries sí son enfermedades bucales que deben ser tratadas en todos los casos más allá de la higiene en el hogar. Los empastes, las coronas, las endodoncias y hasta la extracción del diente entero pueden ser necesarios para solucionar una caries ya instaurada.

5. El sarro es reversible, mientras que la caries no

Las diferencias entre caries y sarro incluyen su reversibilidad
Tener una adecuada higiene dental y bucal es útil para revertir casos de sarro leves, aunque es más complicado hacerlo con las caries.

El sarro en sus primeras etapas no provoca lesiones cuantificables en las encías. Por ello, se puede solucionar con una serie de abordajes sencillos, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Higiene con cepillo rotatorio.
  • Tartrectomía o extracción del tártaro dental. Se puede realizar de forma manual mediante curetas o utilizando un mecanismo de ultrasonido.
  • Limpieza periodontal.
  • Higienización con bicarbonato y sal.

Con el abordaje y la constancia indicados, la placa de sarro debería desaparecer por sí sola sin necesidad de acudir a un centro especializado. De todas maneras, siempre se recomienda ponerse en manos de un profesional a la hora de realizar cualquier procedimiento en el propio cuerpo (por leve que sea).

Por otro lado, y como hemos dicho en líneas previas, el tejido perdido en una cavitación o caries no es recuperable. El tratamiento consiste en mantener la función del diente y evitar que se rompa aún más con el paso del tiempo. Estos son algunos de los abordajes llevados a cabo en el centro médico:

  • Empaste: se limpia la cavidad dejada por las caries y luego se rellena con algún material sintético. Le permite recuperar al diente afectado su función a nivel de masticación y oclusión.
  • Corona: es similar al empaste, pero en este caso se cubre la corona natural completa del diente afectado.
  • Endodoncia: este proceso se reserva a los casos en los que la cavitación ha llegado a la parte blanda del diente (la pulpa). Consiste en eliminar la parte profunda del diente, limpiarlo por dentro y rellenarlo con un material inerte.
  • Extracción: los dientes extremadamente dañados deben ser extraídos al completo. Se pueden colocar implantes para sustituirlos.

Como puedes ver, el tratamiento en este caso no es preventivo y solamente trata de salvar lo que queda de diente. Mientras que un cuadro de sarro se puede revertir antes de que desemboque en gingivitis, un diente afectado por una caries nunca va a volver a su estado inicial.

Diferencias entre caries y sarro: dos problemas similares, pero de gravedad distinta

Las diferencias entre caries y sarro son múltiples y, sin duda, una condición es algo peor que la otra. El sarro en sus estadios iniciales se puede solucionar con higiene, mientras que la caries siempre requiere un abordaje médico. Además, esta última provoca efectos irreversibles por mucho que el paciente comience a cepillarse los dientes con asiduidad tras recibir el diagnóstico.

Aunque el sarro parezca más “inocente” que una caries, es necesario recordar que este puede derivar en gingivitis y periodontitis si no se trata. La última condición se considera muy grave y puede provocar infecciones bucales severas, pérdida de dientes y muchos signos más. Lo mejor será, en todos los casos, cuidar la salud oral y acudir al dentista ante la más mínima sospecha.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.