¿Cómo afecta la bronquitis crónica al cuerpo?
La bronquitis crónica afecta a todo el cuerpo con sus síntomas, pero el centro de acción está en los pulmones. De todas maneras, la sintomatología se asocia a un cansancio marcado y constante que puede repercutir en diversos sistemas y órganos. Además de alterar el estado de ánimo y el humor.
Como toda patología crónica, sus efectos sobre el organismo se multiplican mientras más persiste el cuadro clínico en el tiempo. Si bien comienza en los bronquios, a mediano y largo plazo habrá daños colaterales que se manifestarán en complicaciones sucesivas.
Debemos reconocer que la bronquitis crónica se define como tal cuando los signos y síntomas aparecen por 3 meses durante 2 años consecutivos. Este concepto explica la persistencia de la que estamos hablando, y la razón por la que no podemos obviar las repercusiones sistémicas de la enfermedad.
Vías respiratorias, pulmones y bronquitis crónica
Los pacientes con bronquitis crónica sienten que se afecta su cuerpo cuando respiran, cuando intentan toser, cuando hacen un esfuerzo superior al habitual o cuando están durmiendo. Su cuadro clínico se enmarca en las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC).
Este conjunto de padecimientos tienen en común la inflamación de las vías respiratorias con la consecuente obstrucción del paso de aire. Sobre todo, se trata de obstáculos a la espiración, es decir, a la expulsión desde los pulmones hacia el exterior.
Otras enfermedades que forman parte de las EPOC son el asma, el enfisema, la atelectasia y, en cierto sentido, la fibrosis quística. Esta última es un trastorno un tanto diferente, por lo que no siempre se la incluye.
Volviendo a cómo afecta la bronquitis crónica al cuerpo, sabemos que de fondo hay un proceso inflamatorio. Las vías respiratorias se inflaman de manera continua y cambian su conformación. Esto sucede, al menos, 3 meses cada año o más tiempo.
La acumulación de daños por la inflamación deriva en una activación de las glándulas mucosas de los bronquios. Estas glándulas producen moco en exceso, que se deposita en la luz interna bronquial e interrumpe el flujo de aire.
Entre el exceso de mucosidad y la inflamación de la pared de los bronquios, el organismo intenta mecanismos de defensa. El principal es la tos. Esta se constituye en uno de los signos cardinales de la bronquitis crónica. Los pacientes tienen una tos que persiste y que interrumpe las actividades cotidianas.
La tos de la bronquitis crónica
Si hubiese que responder de inmediato a la pregunta sobre cómo afecta la bronquitis crónica al cuerpo, diríamos que lo hace con tos. ¿Y cómo es este síntoma? Se trata de una tos que se repite, que es productiva y que tiene como objetivo expulsar la mucosidad de las vías respiratorias.
Como bien lo indican los protocolos diagnósticos, la misma debe estar presente en 3 meses del año, por lo menos 2 años consecutivos. No puede confundirse con la tos aguda de procesos autolimitados, como la bronquitis aguda. En dicho caso, un tratamiento médico o el mismo sistema inmunitario concluyen el proceso.
La tos de la bronquitis crónica, en cambio, puede desaparecer de forma momentánea para regresar al año siguiente. No es infrecuente que se acompañe de dolor torácico cuando la intensidad es alta o si la repetición de los movimientos provoca inflamación de los músculos intercostales.
También es notoria la afectación del sueño. Cuando la tos interrumpe el descanso, los pacientes no llegan a reponer energías para la jornada siguiente. Entonces se acumulan dolores musculares, fatigas y alteraciones del sentido del humor.
¿Por qué se inflaman las vías respiratorias en la bronquitis crónica?
El proceso final que denota la afectación de las vías respiratorias es la inflamación de las mismas. Se llega a ese estado porque el sistema inmunitario desencadena una serie de procesos capaces de aumentar el volumen de la pared bronquial.
En gran cantidad de casos, el gatillo inicial que dispara las reacciones inflamatorias es el cigarrillo. El tabaco es una de las causas principales de EPOC en el mundo y, a su vez, un factor de riesgo para muerte prematura por razones cardiológicas y pulmonares.
Algunos tóxicos también pueden estar detrás de la inflamación. Hay bronquitis crónicas asociadas a la exposición prolongada a gases o sustancias de ambientes laborales que son nocivas al inhalarse.
Algunos estudios intentan analizar esta respuesta inmune del cuerpo para determinar si es normal o está aumentada. Es probable que en algunos pacientes la inflamación sea el resultado de una acción exagerada de los glóbulos blancos.
Ahora bien, una vez que se instaló la inflamación y deja de ser aguda, el cuerpo se afecta por la bronquitis crónica porque otras funciones asociadas a la dinámica pulmonar se bloquean o enlentecen su respuesta. Es el caso de los cilios, esas pequeñas estructuras encargadas de barrer el moco y detener agentes patógenos. Por ello los pacientes son más propensos a las infecciones agregadas a su cuadro de base.
La progresión en el tiempo afecta a todo el cuerpo
Como bien adelantamos, la bronquitis crónica afecta al cuerpo por completo cuando se sostiene en el tiempo. El mal dormir, la dificultad para ingresar oxígeno a la sangre, las infecciones agregadas y el cansancio extremo confluyen para denotar una pérdida de varias capacidades de los órganos y sistemas.
Ante la presencia de tos productiva que se vuelve crónica y que se repite año tras año, hay que consultar con un profesional de la salud para realizar los métodos complementarios correspondientes. Un neumonólogo es el especialista adecuado. Seguramente solicitará una espirometría para medir la capacidad pulmonar.
Si tienes el hábito de fumar, de más está decir que debes abandonarlo. El cigarrillo es el principal factor de riesgo para padecer una EPOC. Es preferible invertir tiempo y esfuerzo en la deshabituación tabáquica que atravesar las etapas de la enfermedad en el futuro y sufrir sus consecuencias.
Recuerda que estamos ante una condición crónica. Una vez se instaura la inflamación de la vía respiratoria, solo se pueden tomar medidas para reducir el impacto, pero no existe una cura para el trastorno.
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