8 ventajas de ser madre después de los 35 años

La materialización de metas y el desarrollo de tecnologías que disminuyen los riesgos de ser madre después de los 35 años son algunas de las razones que posponen la concepción. Te mostramos los beneficios de procrear a esta edad.
8 ventajas de ser madre después de los 35 años
Laura Ruiz Mitjana

Revisado y aprobado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Escrito por Daniela Andarcia

Última actualización: 02 junio, 2021

Si bien es cierto que la fertilidad disminuye de forma natural conforme envejecemos, cada vez son más las mujeres que prefieren ser madre después de los 35 años. Variopintos son los motivos y uno de ellos es el avance tecnológico que favorece dicha decisión.

Por otro lado, la materialización de metas como viajar por el mundo, culminar la carrera y establecerse laboralmente (asuntos que el promedio logra a los 35 años), lo convierten para algunas mujeres en el momento adecuado para concebir. La pregunta que surge a continuación es: ¿se beneficia de alguna forma el bebe al ser gestado a esa edad? La respuesta es que sí y descubre cómo.

8 ventajas de ser madre con más de 35 años

Establecer una edad adecuada para la maternidad es difícil, ya que las ventajas de ser una madre veinteañera o treintañera varían tanto desde el aspecto biológico como socioemocional. Te mostramos los beneficios, tanto para la madre como el bebé, de un embarazo después de los 35 años.

1. Más probabilidades de tener un genio en casa

Un estudio realizado en niños de 12 años (hijos de madres longevas) sugirió que estos presentan un coeficiente intelectual alto y se enfocan más en lograr sus metas y menos en encajar en determinado grupo social, en comparación con los niños de padres más jóvenes.

Esto sin menoscabo de los estudios que demuestran la posibilidad de que los hijos engendrados por padres mayores presenten un mayor riesgo de padecer síndrome de Down, por ejemplo.

Ecografía de embarazo.
La maternidad ha cambiado por las nuevas metas de las mujeres y por los avances tecnológicos.

2. Protege a las madres del deterioro cognitivo

Las mujeres que han concebido a los 35 años o más presentan mejor capacidad intelectual, en contraste con las mujeres que tuvieron su último bebé a temprana edad.

Las primeras se protegen del deterioro cognitivo generado por el envejecimiento, debido a que mantienen una memoria operativa a sus cuarenta años con actividades entretenidas y divertidas. Se someten a nuevos aprendizajes junto con su retoño.

Así mismo, en una investigación se encontraron mejoras en la función cerebral de las madres treintañeras y una curva aplanada en la pérdida de la memoria por longevidad.

Este último resultado también lo arrojaron mujeres menopáusicas que toman hormonas por más de una década. Por esta razón, la hipótesis plantea que las sustancias hormonales afectan a largo plazo la operatividad del cerebro en esas áreas.

3. Los hijos pueden vivir por más tiempo

Partiendo del supuesto de que las madres con edad materna avanzada eligen concebir con parejas que estén dentro de su mismo rango de edad, su progenie podría tener más años de vida. Si bien es cierto que hay estudios que comprueban que tanto la madre como el padre que conciben a edad avanzada corren el riesgo de tener un hijo con anomalías en los cromosomas, existen casos en los que esto puede aumentar su esperanza de vida.

Un estudio demuestra la relación de espermatozoides envejecidos con telómeros más largos, lo que se vincula con una esperanza de vida mayor, en contraste con niños cuyos padres no han pisado la treintena de edad. Dicho estudio también sugiere que esta tendencia de longevidad la heredan no una, sino dos generaciones.

4. Las madres tienden a vivir más tiempo

Por años se ha vivido con el temor de que al tener un bebé en edades tardías los padres puedan no estar con vida antes de que su hijo alcance su independencia o logren disfrutar de la familia y nietos. Sin embargo, se ha descubierto que tener hijos a una edad mayor puede aumentar la esperanza de vida.

Un estudio con un grupo de embarazadas develó que las mujeres que tuvieron su último hijo más allá de los 33 años tuvieron doble probabilidad de vivir más que aquellas mujeres que tuvieron su último hijo antes de los 29 años. Esto es una buena noticia para futuras madres treintañeras que tienen miedo a no estar presente durante la formación de su pequeño.

5. Los niños poseen más habilidades sociales

Un estudio publicado por British Medical Journal (BMJ) arrojó que los niños con madres mayores eran menos propensos a sufrir lesiones no intencionales que aquellos niños con madres más jóvenes. Demostró, además, que la tasa de inmunización aumentó un 98,1 % con niños de madres de 40 años.

La misma investigación señaló que los niños de 3 y 4 años con madres longevas presentaron un desarrollo de lenguaje más avanzado que los niños con madres de 20 años. Se presume que esto se debe a que la mayoría de las que conciben hijos en edad tardía tienen un nivel educativo más elevado, por lo que usan un vocabulario más rico al comunicarse.

De igual forma, tuvieron menos dificultades emocionales y sociales. Al ser madre después de los 35 años, los niños podrían ser más saludables socialmente.

6. Las madres longevas tienen mayor seguridad económica

La lógica dice que entre más edad tenga una persona, mayores serán sus probabilidades de haber logrado una estabilidad económica. Por supuesto, si ha trabajado para ello. Las oportunidades de que una mujer tenga una mejor estabilidad financiera al alcanzar la longevidad son mayores cuando no concibe a temprana edad.

Así lo demuestra un estudio publicado en Plos One. Las mujeres que concibieron a su primer hijo muy jóvenes tuvieron menos probabilidad de ahorro en su edad productiva de por vida, en comparación con aquellas que concibieron a su primer hijo después de los 31 años. Estas últimas consolidaron un estatus socioeconómico más fuerte.

7. Las madres están preparadas emocionalmente

De acuerdo con Live Science, una encuesta llevada a cabo por expertos de la Universidad de California en San Francisco arrojó que un elevado número de los encuestados, padres de ambos sexos, expresó categóricamente que les hubiera gustado esperar llegar a los 30 años para concebir. Debido, entre otros motivos, a que pueden lidiar mejor con los escenarios propios de la crianza de un bebé:

  • Establecer límites: según un estudio, los padres mayores tienden a fijar límites de forma asertiva a sus hijos, en comunión con el lenguaje corporal y verbal.
  • Ser paciente: los padres treintañeros tienden menos a resolver situaciones a gritos o castigando con dureza a sus hijos, lo que se traduce en adultos con un mejor comportamiento emocional y social.
  • Mejor apoyo educativo y emocional: al estar mejor establecidos, los padres mayores tienen agendas que pueden ajustarse para compartir más tiempo con sus hijos, con lo que se contribuye a un mejor apoyo emocional y estímulo educativo.
Mujer embarazada trabaja.
Las mujeres mayores de 35 años tienen otra dinámica laboral, están más establecidas económicamente y eso influye en la crianza.

8. Los hijos pueden permanecer más tiempo en el sistema educativo

Cuando las madres construyen bases sólidas en su educación y postergan la concepción de un hijo a edades tardías, los niños copian el modelo aprendido de sus progenitores, usándolo como patrón. De esta forma, el valor a la educación es mayor y lo priman por encima del obtener dinero rápido. En otras palabras, heredan la visión del mundo que sus padres poseen.

Ser madre después de los 35 años es una opción

Las mujeres están desplazando el deseo de concebir, en cierta medida, apañadas por las ciencias emergentes que han demostrado las ventajas de convertirse en madre después de los 35 años.

Y es que no solo tienen más estabilidad económica para hacer frente a tal responsabilidad, sino que también aumentan las probabilidades de tener hijos con un coeficiente intelectual alto, mejores habilidades sociales y una esperanza de vida mayor.



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